Capítulo 4 “Una visita inusual. ”

(Marzo 6 de 2013 Cd. De México.)

(Doctor David Ramírez Cortez.)

Al quedarme solo, hice lo que hacía mucho tiempo no hacía, rece. Lo hice con mucho fervor por el bienestar de Eduardo, porque él se recuperara, rogándole a la muerte que no se lo llevara, pues sabia de la gravedad de sus heridas. 

              Alejandro volvió y simplemente puso el expediente en mi escritorio y volvió a salir, yo volví a revisarlo por si podía hacer algo cuando de pronto la luz roja de mi consultorio se encendió, eso indicaba una emergencia, por lo que corrí al cuarto de Eduardo tan rápido como podían mis pierna pero ya era tarde.  Eduardo había muerto

            Violeta al verme vino hacia mí y me abrazo, estaba llorando y solo me dijo

-David, que voy a hacer, Eduardo me perdono el engaño de las pinturas, me dijo que me amaba y que se iba agradecido de lo que habíamos hecho por él, que los amaba como hermanos pero ya murió. El solo estaba esperando para decirme todo esto, él guardaba sus energías hasta poder hablarme.- me decía llorando, yo solo pude abrazarla y tratar de consolarla, habíamos perdido a Eduardo, ella al amor de su vida y yo a uno de mis hermanos del alma, a un querido amigo. No pude más que decir

-No se Viola, no lo sé, jamás he comprendido porque la muerte hace lo que hace. Llevarse a inocentes sin más, dejando dolor a su paso!.

            Alex se acercó a nosotros y nos abrazó, el también sentía el dolor de la perdida de Eduardo, era nuestro amigo, era más que eso, era nuestro hermano.

-Vamos a hacerle un funeral digno de un magnifico pintor, será lo último que podamos hacer por él.- dijo Alex con dificultad.

            Y así lo hicimos tres días después, una vez que pude llevar a cabo todos los trámites y como siempre pasa mientras Eduardo vivía, sus pinturas no valían mucho y hasta eran tildadas de mediocres, pero ahora que ha muerto de una forma tan trágica, ha llegado la fama y con ella el renombre y el prestigio, pero Eduardo ya ha muerto, y no podrá saber nunca lo que los críticos dicen de sus obras; No sabrá que han sido calificadas de magnificas.

            Después del funeral, estábamos los tres en casa de Alex, estábamos en silencio, tristes, no sabíamos que decir ni que hacer, nos sentíamos vacíos, pues nos faltaba Eduardo.

            Violeta no dejaba de llorar la pérdida de su amor y tanto a Alex como a mí nos preocupaba y no sabíamos cómo remediar su dolor

            Yo al verla no pude más que volver a maldecir a la muerte por llevarse a Eduardo, por causarle este dolor a Violeta; estaba dolido y resentido y maldecía a la muerte por no dejarme salvar a mi amigo. Estaba molesto por lo que me levante para marcharme y simplemente dije

-Ya me voy, tengo trabajo pendiente. Por Eduardo me olvide que tengo otros pacientes que me necesitan, nos vemos después. Alex cuida a Violeta que no se deprima, si es necesario me llamas; después de atender a mis pacientes me iré casa, ahí podrá encontrarme si necesitan algo.

-Porque te vas hermano? No quieres quedarte aquí con nosotros? Vi te necesita, nos necesita a los dos, necesita nuestro apoyo, nunca la había visto tan triste y me da pena su dolor, más temo que pueda enfermarse.- me dijo Alex

-No puedo quedarme, te digo que tengo obligaciones con otros pacientes, solo cuida de ella, Vi lo superara, más debemos dejarla llorar, recuerda que estaba enamorada. Cuando termine si no es muy tarde vendré si no iré a casa, ahí podrás encontrarme. Además sabes que no he descansado en dos días y luego de velar el cuerpo de Eddy te juro que estoy molido, tu deberías hacer lo mismo, descansa por ella, Vi te necesitara fuerte.- le digo mientras un nudo se forma en mi garganta

            Alex me acompaño a la puerta para despedirme, más Violeta sumida en su dolor con la mirada fija en la nada, no se dio cuenta de mi partida

            Llame al hospital en donde un compañero medico se encargó de cubrirme debido al funeral de mi hermano, por lo que fui a casa directamente,  me di un baño y me recosté a descansar.

            Cerca de media noche algo me despertó y al no poder conciliar el sueño, volvió todo a mi mente, por lo que volvió el dolor y el resentimiento causados por la muerte de Eduardo  y fue cuando el reloj de pared que Vi me regalara una vez, sonaba dando la media noche, se escuchó el timbre de la puerta, alguien llamaba a la puerta, pero quien podría ser a esta hora? Un segundo  timbrazo y me levanto, recordando que bien podría ser Alex con alguna emergencia con Vi. Por lo que voy rápidamente a atender la llamada a la puerta y es cuando descubro ante esta a una joven y bella dama, muy extraña en su apariencia, porque me quede pasmado con la boca abierta, como un crio asombrado.

-Hola, buenas noches, mi nombres es Tasia.- dijo la mujer con una voz fina y delicada, en un tono bajo por lo que reaccionando le pregunte

-Buenas noches Señorita, en que puedo servirla?

-Yo soy quien te va a servir a ti!, no me has llamado tú acaso? Pues bien aquí estoy.- dijo la bella y extraña mujer por lo que sin comprender a que se refiere, pues yo no la conozco y no la he llamado le digo

-Yo creo que se ha equivocado señorita, yo no he llamado ni enviado a buscar a nadie!

-En eso te equivocas, tú me has mandado venir, no eres acaso el Doctor David Ramírez Cortez, el mismo que lleva años llamándome?- me dice la mujer de extraño nombre y más extraña belleza

-En efecto, ese es mi nombre, pero yo no he llamado a nadie y menos en estos momentos tan difíciles, le deben de haber jugado alguna broma, no necesito ninguna mujer y menos a una dama como usted.- le digo pues creo que o le han jugado una broma a la dama o alguien me la está jugando a mí al enviarme una dama de compañía.

-Estas Equivocado, yo no soy una mujerzuela, estoy aquí por tus lamentos; ya me canse de que me maldigas cada vez que pierdes a un paciente, es por eso que me decidí a venir, no pude venir antes porque soy un ser muy ocupado, pero estoy cansada de oírte quejar en mi contra y maldecirme; tú no sabes aun quien soy en realidad, ni con lo que has escuchado?- me recrimino la mujer haciéndome a un lado para poder pasar a mi casa.

            No puedo dejar de notar que esta mujer llamada Tasia es muy bella, de piel extremadamente blanca y de estatura alta, de unos ojos de color gris como las nubes de tormenta, y tan fríos que no reflejaban nada, yo solo pude quedármele viendo, pues jamás había visto a una mujer como ella, una mujer más que perfecta. Por fin reacciono y le digo

-Perdone señora, pero aún no sé quién es usted, estoy muy confundido.

-Pero que memoria la tuya, no hace ni unas cuantas horas te estabas lamentando por la muerte de tu amigo Eduardo, y lo volviste a hacer hace solo diez minutos, acaso no estabas hace tan solo diez minutos maldiciéndome por haberme llevado a tu amigo?- me dice la mujer sonriendo

            Yo solo puedo tratar de comprender sus palabras y sin dejar de mirarla asombrado simplemente digo

-NO puede ser usted la muerte, o si?

-Claro que soy yo, no tengas miedo en decirlo, soy la muerte, la parka, la flaca o como te guste llamarme, tengo muchos nombres, he venido a darte una lección de amor, de humildad y un poco de tranquilidad, pues cada vez que me llevo a alguna persona, tú te pones  como loco; creo que te equivocaste de profesión! Debiste haber sido abogado, así te quejarías de las autoridades y no de mí  y mi labor.- dijo la muerte.

-No tengo miedo, es que yo jamás imagine que la muerte fuera como tú, tan bella, yo creía que serias puso hueso.- le dije pensando en las imágenes de la muerte que tanto se ven en día de muertos, la tan llamada catrina.

-Cada quien me ve como desea verme, tal vez con un sayal negro y una guadaña en la mano, o con un sayal rojo y un orbe en las manos o como cuando voy por alguna persona que lo requiera. Por ahora estoy en este cuerpo para presentarme ante ti, para que veas que no todo es dantesco,  como los escritores y pintores me han dicho y pintado y por qué de ahora en adelante cada noche vendré por ti para hacer un viaje para que en lugar de maldecirme por lo que hago, me bendigas, en vez de odiarme me ames y que en lugar de que me aleje, me ruegues que vuelva.

-Como me dices que voy a rogar por tu presencia, cuando mi profesión es salvar vidas?

-Nadie como tú para saber que mi presencia es necesaria ahora ven, toma mi mano que daremos un viaje al pasado para que entiendas que soy muy necesaria.

  

 

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