Capitulo 3

Soy la destinada del Alpha, estoy maldita. 

Nunca podré escapar de él, todas las cosas que me decían eran por ser la pareja eterna de un Alpha. 

Escuchó las súplicas del rastreador mientras que el Alpha pasa sus manos por el cuello de este. 

— A mi no debes de suplicarme, dañaste a mi luna a ella debes de implorar tu vida y su perdón. — Parpadeo un poco regresando de mi shock.

Lo inca frente a mi, pero niego yo no quiero ser cómplice de una muerte. 

— Lo viste.

Cierro mis ojos y tapo mis oídos, siento la sangre salpicarme, pero no abro los ojos hasta que dejo de sentir el agarre del rastreador sobre mi ropa. 

Tapó mi boca conteniendo mis gritos por tener a un cuerpo enfrente mío, los ojos de él me miran con esa oscuridad a la que me estoy acostumbrando. 

— ¿Qué hiciste? — pasa aplastando el cuerpo y los jadeos del rastreador aún se escuchan. Agarra mi rostro con sus manos ensangrentadas alzándolo. 

— Hice lo que tenía que hacer, creo que se han descuidado un poco. Pero eso no importa ahora, — Agarra una de mis manos que tiene unas garras de oro que pusieron las chicas que se encargaban de vestirme. — tu harás lo mismo que él hizo en ti. 

Niego resistiendo a su agarre, gruñe asustandome y dejo que dirija mi mano, la sangre que siento en mis dedos cuando clava las garras en la piel del rastreador me dan nauseas y cierro mis ojos. 

— Alpha yo no quiero. — Deja mi mano, escucho pasos, pero no soy capaz de abrir mis ojos para ver al rastreador muerto.

— Debes de querer, estas garras son tuyas y las usarás cuando yo diga. — Asiento levemente guardando mi odio y repulsión hacia él. 

— Tienes hambre, yo si la tengo. — Se aleja de mí, abro mis ojos y observó las garras viendo la  sangre roja del rastreador en ellas. 

Niego asustada, observó el vestido blanco que llevo puesto ahora teñido en un rojo carmesí. 

— Siéntate cariño. — Niego. — Si no eres buena terminaras como el otro sujeto. — Asiento asustada, me siento en la única silla disponible para mi. 

Admiro la gran comida que hay más de la que he comido en todo este año. 

— Come cuanto quieras, he castigado a todos los que no sirvieron a su Luna como debían. 

Asiento,y  mi hambre desaparece con el primer bocado. 

Su oscuridad me mira con suma atención mientras como hambrienta, digamos que este lugar no es de lo mejor y saber que ha castigado a todos los que me prohiben comer en algunas ocasiones me hace sentir feliz. 

— En la siguiente semana nos iremos de aquí. — Asiento guardando mi sonrisa, escaparé en cuanto salga aún cuando he descubierto que soy la destinada de un Alpha que puede traer el infierno solo por mi culpa .

En toda la cena no vuelve hablar, en cortas ocasiones lo miraba viendo su musculatura y su mirada que expresa cuánto le gusta la muerte.

Un cosquilleo aparece en mis labios cuando sus dedos tocan mi piel, me mira con seriedad observando cada rasgo de mí sin parpadear, sonríe maliciosamente y gira mi rostro. 

Pasa sus manos por mi cuello y lo agarra, me acerca más a él hasta tal punto de sentir como respira. 

Aprieto mis manos y frunzo mis labios queriendo que me deje en paz, olfatea mi aroma y hunde su nariz en mi cuello, tiemblo al sentir sus labios besar mi cuello y cierro mis ojos sin saber que sucede con mi cuerpo. 

— Eres perfecta. — Me estremezco cuando roza sus labios con mi piel, aprieto con más fuerzas mis manos queriendo que mi cuerpo deje de hacer eso. 

Mi cuerpo completo cosquillea cuando sus manos agarran mi cintura mientras trato de no decir nada, miró como trata de contenerse hasta que sale por una puerta.

Alguien entra y me coloca una bata para cubrir mi cuerpo. 

Mi examen de verificación término, y aún sigo confundida de porque me hacen estas pruebas. 

Siempre me desnudan y me cubren de un líquido amarillo y espeso, la única vez que pregunté nadie me contesto nada , ni él lo hizo. 

El líquido solo se queda por tres minutos en mi cuerpo hasta que lentamente cae, sus ojos nunca dejan de mirarme, algo que me aterra. 

Salí con la bata del cuarto en el que estaba, mire mi alrededor mientras algunas personas con el mismo destino que el mío pasaban, podía escapar por un momento, pero pasaría lo mismo. 

Tenía que esperar aún más. 

— Hola. — Pongo mi mano en mi pecho mirándolo con terror, su mirada seria solo esta en mi y agarro la bata con más fuerza pegandola más a mi cuerpo. 

Asiento.

Cierro la puerta y lo observó sin discreción, palmea su regazo y camino hacia él.

Me siento en su regazo bajando mi rostro, siento un nudo en mi garganta cuando toca mi rostro y por inercia me hago a un lado. 

— Serás una reina hermosa.

Lo miro, esas palabras no me han gustado nada.

Agarra mi rostro entre sus manos para que lo mire con más detenimiento y no lo evite. 

— Nadie te lo dijo. — Niego. 

— Soy un Alpha, pero también soy el rey —ejerce más fuerza en mi mentón cuando quiero bajar mi rostro.

Se acerca más a mi rostro y me acaricia con su otra mano, repasa mi rostro y aún que no lo quiera decir mi cuerpo se doblega débilmente ante él. 

Siento muchas cosas en segundos sin  darme cuenta, cuando está cerca de mío mi corazón se acelera,y mi piel se eriza cuando me toca, y cuando me besa mi estómago se revuelve. 

— Cuando dejaras de ocultar todo con miedo. 

Me besa provocando que mi estómago se revuelva y mi corazón late con mucha fuerza, aprieto la bata con fuerza cerrando mis ojos con la misma fuerza negándome a caer como la primera vez, el primer beso que sello mi destino a su lado.

Ese fue mi primer error. 

—Sara, Sara. — Miró sus ojos y veo el rojizo leve que tiene en estos. Niego bajando mi rostro sintiendo su mano en mi espalda baja.

— Dormirás conmigo hoy entendido. — Asiento. 

Me levanto rápidamente hacia el baño y cierro la puerta con el pestillo, me miro al espejo y mi rostro está lleno de confusión, niego agarrando con más fuerza la bata y queriendo que nunca me quite está bata .

Ni salir de este lugar quiero. 

— Pensándolo mejor dormiré aquí contigo. — Me quedo helada en mi lugar negando, y agradeciendo que cerré la puerta. 

Sara, piensa. 

No puedo hacer otra tontería sería mucho peor, demasiado peor.

Eso estaría mal, también moriría si escapara con ventaja, me estaría buscando, aunque tuviera ventaja.

Niego, esta muy mal. 

Cada plan es un error, él piensa igual que yo y eso no me ayuda en nada.

___ 

Comía con lento sin querer ir rápido, esperando que algo más lo distrajera y no tuviera oportunidad de dormir conmigo, no en la misma cama eso sería algo horrible. 

Su lobo se acostumbraría a mi y siempre tendría que dormir junto a él, no quiero eso aún tengo esperanza de escapar de este maldito lugar. 

Y si estoy junto a él todo el tiempo, como él lo quiere, me negaré a seguir con mis principales pensamientos.

Solo seguiré a mi corazón en cada oportunidad se gana más cariño hacia él. 

Se su plan, no quiero seguirlo.

— Señor. — Levanto mi rostro con rapidez, mirando a un guardia. 

Discuten de algo que no escucho, me mira y bajo mi rostro comiendo el último bocado de comida que tenía. 

Escucho sus pasos, rápidos y fuertes, algo lo ha enojado. 

Su fuerte aroma llega a mis fosas nasales, algo rico a lo que él solo huele, sus dedos en mi mentón me estremecieron y alzo mi rostro. 

— No quiero que salgas de tu cuarto.

— Asiento, besa mi frente y lo miró irse detrás de esa persona, murmuran algo los demás guardias y solo me levanto dejando la servilleta sobre el plato. 

Caminó con lentitud hacia un lado distinto al camino de mi habitación sin poder respirar bien de los nervios, respiro profundamente cuando nadie me sigue.

Miro hacia todos lados y entró a mi lugar secreto donde quiero dormir. 

Alejada de él .

Miro el lugar con una sonrisa, y caminó con lentitud verificando que esté sola, enciendo la lámpara que una vez deje aquí y me siento en el sillón donde puse mantas.

Miro levemente la luz que traspasa un hueco de la ventana tapada con maderas y suspiro recostandome en el sillón. 

No puedo pensar cerca de él, solo me distrae de mi plan.

Me tapo con una manta y cierro mis ojos abrazándome a mi misma, comienzo a soñar con la única pesadilla que tengo en este momento; él.

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