Capítulo 129
El olor a agujas de pino y lavanda invade la habitación. Mantengo los ojos cerrados y oculto mi sonrisa mientras las risas se acercan.

“¿Mami? ¿Estás despierta?”, susurra con fuerza la vocecita de Maya. Puedo sentir su peso subiendo a la cama.

“Shhh, Maya, mami puede dormir, porque es su pumpleaños”. Andreas se ríe mientras también se sube a la cama.

Me doy la vuelta y finjo bostezar con un gran gruñido. Luego estiro los brazos para agarrarlos a los dos y traerlos hacia mí. Sus grititos de felicidad me llenan el corazón de alegría.

“Hola, queridos”. Los aprieto con fuerza entre mis brazos.

“¡Mami, feliz pumpleaños!”, dice Andreas con alegría y me da un beso húmedo en la mejilla.

“Mami, la tía Delilah me ha dicho que ha hecho un pastel para ti”, dice Maya con sus grandes ojos grises. Se tumba en mis brazos y juega con mi cabello blanco. Esboza una pequeña sonrisa traviesa. “Creo que ha hecho chocolate”.

“Oh, lo hizo, ¿verdad?”. Le devuelvo la sonrisa. Los gemelos hablan co
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