Capítulo 3
Escucho los pasos del Alfa Graham irse por el pasillo mientras abandona el calabozo. Ryan aprieta su agarre en mi cuello, extendiendo sus garras de lobo, lo cual me hace gritar.

Tan pronto como la puerta se cierra, Ryan suelta mi cuello y se arrodilla frente a mí. Su rostro está contorsionado por la ira. Sus ojos parpadean en negro cuando su lobo, Dagger, toma el control. Me agarra por los hombros, me sacude bruscamente y dice: "¿Qué demonios hiciste para que se enojara tanto?".

¿Por qué no me golpea como le dijo a Alfa Graham que lo haría? Todo mi cuerpo se entumece, y evito el contacto visual con él. Estoy temblando tanto que ya ni siquiera puedo hablar. La idea de que dos personas me golpeen con regularidad durante el resto de mi vida... Esto tiene que ser una locura. ¿No?

¿Cómo puede la Diosa permitir que esto suceda? Quiero morir. No exagero, no estoy siendo melodramática. Por favor, Diosa, no dejes que esto suceda. Solo déjame morir.

Tiemblo tanto que caigo de rodillas. Empiezo a sollozar histéricamente y mi cerebro deja de ser capaz de pensar racionalmente.

Ryan agarra mi barbilla y me obliga a mirarlo a esos ojos grises claros. Me mira con horror por un momento. "¿Q-qué pasó con tus ojos?".

Mueve sus manos desde mi barbilla hasta justo debajo de mis ojos. Se siente como si sus manos estuvieran temblando contra mi cara.

"¿E-eres una híbrida o algo así?".

No logro hacer más que negar con la cabeza entre sollozos. Mientras sacudo la cabeza, siento que él comienza a presionar sus pulgares contra mis párpados inferiores, obstruyendo mi visión.

Oh, no, no, no, me va a sacar los ojos. Mierda, vio el color violeta. Me va a cegar. Pongo mis manos encima de las suyas tratando de alejarlo. Me escucho gritar: "¡NONONONOOOOO! ¡DETÉNGASE! ¡¡¡No me arranque los ojoooos! ¡¡¡POR FAVOOOOOR!".

Por un momento, el tiempo se congela. No me refiero a que se sienta como si el tiempo se detuviera porque estoy en medio de una situación traumática. No, el tiempo está realmente congelado. Bueno, en verdad, todo excepto por mí está congelado. Puedo sentirlo en el aire.

Solo dura un momento. Alejo las manos de Ryan de mi cara con facilidad. La mirada de enfado combinada con confusión está marcada en su rostro. Junto a él, una mosca está suspendida en el aire. El minutero del reloj en la pared detrás de él se ha detenido. Las gotas de agua no terminan de caer, dejando salpicaduras con formas de paraguas en los charcos del suelo.

¿Qué... demonios? ¿Me escuchó la Diosa de la Luna? ¿Tuvo piedad de mí? ¿Ella me dejó morir?

Miro a Ryan con los ojos muy abiertos. Mis manos están brillando de color púrpura. El tiempo comienza a correr de nuevo tan pronto como se detuvo. Ryan comienza a gritar y se aparta de mí. Las puntas de sus manos donde mis manos lo tocaban están rojas e hinchadas.

Miro mis manos. Son normales de nuevo, no brillan con un color púrpura. En serio, ¿qué diablos acaba de pasar?

Cierro los ojos con fuerza, esperando que Ryan tomara represalias.

"Si le dices a alguien, te mataré", dice en mi oído, y luego me golpea en el estómago, lo que me saca el aire de los pulmones.

Escucho sus pasos corriendo por el pasillo y luego hacia la puerta. No sé cuánto tiempo me quedo así, pero cuando finalmente abro los ojos, suelto un suspiro de alivio.

Me apoyo en mi cama un rato más, sollozando, temblando y tratando de recuperar el aliento. ¿No me hizo daño? De seguro va a volver. Huelo el aire, pero su olor se ha ido. Escuché con atención, pero no hubo sonidos en otras partes del calabozo. Estoy sola.

“Diosa, gracias por salvarme. Gracias", digo en voz alta, por si acaso el milagro que acabo de experimentar fue por ella.

Me siento exhausta, pero empiezo a sentirme más tranquila. Está bien, Kas, concéntrate. Necesito preparar la cena para la manada o el Alfa Graham vendrá por mí y me asesinará. No creo que sea una exageración. Incluso si trato de escapar, él o Ryan me encontrarían antes de que pudiera salir del territorio. A estas alturas, de verdad creo que me mataría. Hablando de eso, era solo cuestión de tiempo antes de que Ryan regresara para golpearme como su padre le dijo que hiciera.

Respiro hondo unas cuantas veces y me obligo a recorrer el pasillo para lavarme en el fregadero. Me echo agua fría en la cara y me miro en el espejo sucio. Ambos ojos son de color violeta puro ahora. Las rayas plateadas están comenzando a apoderarse de mi cabello ahora. No es como el cabello de una persona mayor. Es de un blanco plateado casi brillante incluso en la poca luz del calabozo. Qué raro, no hay forma de que pueda acostumbrarme a esta nueva apariencia.

Vuelvo a mi habitación y me visto con unas calzas y una camiseta. Me puse la gorra de béisbol que me dio Diane, bajando el ala para ocultar mis ojos. Durante la cena, recibo miradas asesinas del Alfa Graham. Me aseguro de mantener los ojos en el suelo para que el Alfa Graham evite ver su color. Ryan me mira cada vez que puede. Después de la cena, me tardo más de lo habitual en abastecer las despensas porque quienquiera que lo hizo mientras yo estaba en el hospital no tenía ni idea de lo que estaba haciendo.

Pasada la medianoche, me dejo caer en la cama y cierro los ojos. 20 de junio, pienso para mí. Es el último día de clases. Bueno, para otras personas quizás, pero no para mí. No necesitas una educación para cocinar y abastecer las despensas, las palabras del Alfa Graham resuenan en mis oídos. Otro día cualquiera para mí, supongo. Me revuelco un poco en mi propia lástima antes de darme la vuelta y tratar de dormir. Estoy casi dormida cuando escucho la voz de una mujer.

"¡Hola!".

Me pongo de pie rápidamente, buscando en todas partes quién podría ser. Soy la única en la habitación. Me asomo al pasillo y miro a mi alrededor, pero tampoco hay nadie.

"¿Hola?", susurro en voz alta por el pasillo.

"Ay, Kas. Esta no es la forma en la que un guerrero debe comportarse. Ponte seria, caraj.", la voz regaña. Me doy cuenta de que la voz viene del interior de mi cabeza.

"¿E-eres mi loba?", pregunto con vacilación, preocupada por haberme vuelto loca.

"Lo soy. Mi nombre es Elexis. Puedes llamarme Lex".

"Oh, Elexis. Te despertaste un día demasiado tarde. Nuestro Alfa nos acaba de convertir en esclavas hace menos de doce horas. No tenemos forma de escapar ahora". Siento las lágrimas brotar de mis ojos.

Le explico todo. Cómo el Alfa mató a mi padre, cómo la Luna me hizo vivir en el calabozo, las golpizas, todo eso. Lloró durante todo el proceso.

"Ahora estoy aquí, Kas. No te preocupes. Somos hijas de la Diosa de la Luna, somos una guerrera. Lo que significa que somos fuertes. Superaremos esto".

“Lex, antes, cuando mis manos se pusieron moradas y quemaron a Ryan. ¿Fuiste tú?".

"Algo así. Lo hiciste tú, pero mi despertar ayudó a activar tu poder. Puedo explicar más después. Por ahora, duerme un poco".
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