CAPITULO 4:

Narra Alisan:

Quería jugar con ella, hacerla rabiar y lo estaba logrando, pero todo se salió de control cuando ella comenzó a fanfarronear sobre el territorio queriendo dejarme en claro que no soy más que un forastero, pero ese no es el problema: es que de un momento a otro empezó a soltar feromonas y mucha; había olvidado que a los conejos le llega el celo al igual que nosotros que no necesitamos de una pareja para eso. Ese aroma embriagador me aturdió provocando más mi lujuria y la criatura que me parecía hacen tan solo unos minutos una niña empezó a parecerme una mujer que hace palpitar mi miembro el cual lleva duro tres días, pero sabía cómo controlarlo, y ahora todo se ha ido al carajo porque mi mente morbosa solo me pide a gritos saber que se puede sentir con una conejita como ella, que con tan solo agarrar un poco fuerte su pequeña cintura puedo quebrarla a la mitad.

*Muero por saber qué se siente estar dentro de esa pequeña y tierna conejita; vamos que espera hombre* me pedía mi felino rugiendo en cada oportunidad.

*Joder muero por poseerla también, pero es una coneja, sabes que eso me convertiría en una burla para los leones*le respondí contrariado.

La suavidad de su piel es incomparable, toqué su pequeña cara y ella me manoteo creyendo que me podría hacer daño, pero su golpe solo me produce cosquillas. Volví a tocarla y emitió un gritó. Sentí deseos de rugir para advertirle que se mantuviera tranquila y sobre todo en silencio, pero eso sería como anunciarles a los lobos que estoy en su territorio y mostrarle mi paradero, esta pequeña me hace querer ser tierno y rudo a la vez. Oler su excitación me está llevando al límite. Sonreí estudiando cada movimiento de ella, cada gesto, como se muerde la mejilla interna y como aprieta las piernas para contener la humedad que se ha creado en su sexo. Me saboreo los labios imaginándome a qué sabrá esa parte que aún nadie ha tocado y seré el primero en hacerlo; siempre tengo ese beneficio con todas las hembras de mi manada, pero no me produce tanto placer saberlo como con esta pequeña. Llevo mi dedo índice a su mentón y lo deslice con suavidad por su clavícula trazando un camino que quisieran dibujar mis colmillos; detengo mi mano y abarco su cuello sin apretarlo.

Me paso la lengua por mis afilados y largos colmillos deseando sentir la suavidad de esa piel, y sé que no lo aguantaría y de cierto modo eso me prende, mis colmillos son muy largos para su diminuto cuello. Veo sus labios temblar. uní nuestras bocas sin tacto alguno, la besé con desesperación, mientras ella aprieta sus labios para no permitirle la entrada a mi lengua. Eso me hace rabiar, suelto unos pequeños gruñidos amenazadores mientras la miro fijamente sin apartarme de su boca y ella comprendió mi advertencia porque ligeramente abrió un poco esos deliciosos labios que saben a frutos rojos.

Trazo sus labios con mi dedo mientras ella respira con dificultad abriendo más la boca y su cuerpo tiembla, la tengo cargada entre mis brazos porque es muy bajita para mí. La miré con seriedad detallando cada rasgo de ella sin poder parpadear.

Joder no estoy enamorado solo este maldito celo que me pone a ver cosas donde no la hay.

Narra Nadia:◇

Soy su presa, ya que me tiene entre sus garras jugando con su comida antes de devorarla, sonríe maliciosamente y gira mi rostro. Aprieto las manos queriendo que me deje en paz, pero no lo hace, sino que me olfatea y eso me confunde más. Acaso seré su mate me pregunto, notando como hunde su nariz en mi cuello, tiemblo en el momento que siento como me pasa la lengua por la piel sensible de mi cuello y cierro los ojos sin saber qué le sucede a mi cuerpo con este hombre, entiendo que estoy en mi época más vulnerable, pero nunca he sentido nada parecido con los lobos que han intentado atacarme en momento como estos.

—eres tan frágil, tierna y pequeña— su voz es muy ronca— joder quiero corromper todo de ti— frunzo mis labios, pero me estremezco cuando siento sus dientes en mi cuello. Aprieto mis manos con más fuerza queriendo que mi cuerpo deje de responder a él, pero de nada sirve porque mi cuerpo completo cosquillea cuando él aprieta más mi cintura y por fin me baja dejándome estable sobre el suelo y sus ojos no dejan de mirarme y eso me aterra. Sus manos buscan el cierre de mi pantalón, me quedo inmóvil sin hacer nada porque, aunque mi mente grita "corre" mi cuerpo quiere y desea con todas sus fuerzas esto. Él se agacha a mi lado y empieza a quitarme la ropa como si yo fuera su niña.

<<Y en estos momentos muero por serlo. Joder>>

Después de quitarme, los converse, el pantalón lo hizo a un lado al igual que mi blusa.

*No… No él esconde mucha oscuridad* me advirtió mi coneja, pero ya es tarde porque mi piel arde por sentirlo, los besos que empezó dejando desde mis rodillas subiendo de manera lenta por mis muslos. Me hacían jadear siendo el silencio del bosque testigo que estoy a punto de entregarme a un completo desconocido. Arrancó la braga que tengo puesta y su aliento caliente y entrecortado acarician mi zona hasta que su lengua empieza allí un baile torturador. Cierro los ojos, mientras muerdo mis propios labios queriendo gritar, porque ese toque solo aviva más mi deseo. Me atrae a él con mucha más fuerza queriendo devorarme por completo y yo quiero que así sea que me coma a su antojo, que no quede nada de mí. Las rodillas me tiemblan y estoy a punto de dejarme caer, ya que el árbol detrás de mí no es suficiente soporte, pues no sabía que existieran tales glorias como estas. Mis manos avanzan por su nuca tocando su pelo, las suyas se entretienen apretando mis nalgas; de pronto siento que me elevo, me ha cogido entre sus brazos sin ningún esfuerzo y es que para él soy menos pesada que una pluma.

<<Él ha de ser un demonio>> pensé teniendo un poco de claridad.

Una fuerza irresistible me dice que siga con este juego curioso de tocarlo, él se aparta y se deshace de su ropa, la coloca como si tratara de cubrir el césped bajo nuestros pies con ella. Me toma de la mano y me tumba sobre ella, pero no sin desabrochar el sostén que guardan mi único tesoro que valoro por qué es lo más hermoso que conserva mi cuerpo “mis dos melones” se coloca encima de mí cubriéndome con su cuerpo, pero sin dejarme sentir su peso. Siento las reacciones de su ser, se quiere llenar de mí. 

Sí. Y yo también me quiero llenar de él. Ahora. La pasión de nuestros cuerpos la liberamos con el deseo contenido en nuestro interior, ese que ha estado guardado en mí con tanta fuerza. Le acaricié la espalda y él respira profundo. Le facilité la entrada en mí y él accede sin brusquedad como esperaba el dolor es desgarrador se va abriendo espacio y creo que esta apunto que romperme, gruñe desesperado por no poder entrar en mí como quiere, mi humedad no es suficiente, es como si mi feminidad no le permitiera la intromisión y el olor de la sangre se hace presente cuando empuja sus caderas con más fuerza dando una estocada violenta que me roba el aliento y me hace temblar de puro dolor.

—nadie más que yo, podrá llenarte— me dice antes de empezar con el vaivén de sus caderas penetrando hasta lo más profundo de mi interior llenándome por completa y dejándome vacía a la vez, par de embestida más y ya mis cinco sentidos se encuentran saboreando el placer que me obliga a gemir sin pena alguna. No lo amo, pero me agrada lo que me hace sentir este desconocido. Es delicioso sentir como se resbala dentro mientras saborea uno de mis senos y juguetea con su lengua en la aureola de mi pezón, despacio. Su ligero baile de caderas es torturador. Me invita a gemir en sus oídos y siento que me parte en dos cada vez que me escucha. Clavo mis uñas en su espalda.

—fuiste tú la que no me dejaste opción— me dice acercándose a mi boca dando la última sacudida dentro de mí marcando el final, corriéndose por completo en mi interior.

<<Al fin me podré marchar>> Pensé con deseos de olvidar este momento que no fue y fue una violación. Porque se aprovechó de mi estado para hacerme sucumbir ante el deseo, pero, no es que me arrepiento, total; tal vez esto sea lo único interesante que me podría pasar en la vida. Lo empujo para pararme, pero él no sale de mí, dos gritos rotos es lo que sale de mis labios cuando siento algo parecidos a unas espinas clavarse en las paredes de mi vagina o ha de ser algo expandirse; no logro identificar, pues  el dolor no me deja respirar, ni pensar, lo mire a los ojos tratando de  pedirle clemencia, pero veo que lucha por no ver mi rostro manteniendo su cara lejos de mí, es como si estuviera una pelea interna, sus colmillos son  bastantes largos que causan pavor, salen y entran a según su cuerpo sigue tenso sobre mí, de repente el dolor es reemplazado con placer y el éxtasis me hace moverme mientras lo siento llenarme una y otra vez de un líquido caliente que me hace gruñir de puro  goce.

—joder coneja, no te mueva o si no te haré mía hasta que el sol salga y se vuelva a poner— esa amenaza no me hizo sentir miedo, este hombre tan grande me hace titiritar de una dulce satisfacción, esto no es amor es lujuria; deseo a que me posea una y otra vez. No tengo palabras, no sé qué decir, me apena pedir más o llevarle la contraria porque sé que desde que pase mi celo me voy a arrepentir. Una larga y emocionante hora pasó que me encontraba debajo de él siendo llenada cada vez más hasta que pudo salir de mí y noté arrepentimiento en su mirada mientras se colocaba la ropa, que ha de estar sucia de mi inocencia ligada a mis fluidos y el suyo; yo por mi parte también me empecé a vestir. Mientras lo veía irse sin decir nada más alejándose de mí. 

Claro, ya obtuvo lo que quiso como todos que solo quieren diversión. Pensaba perdida en mi pensamiento mientras arreglaba mi pelo de camino al bar donde me estaba esperando Lucas quien arrugó su cara al verme. Se paró de su asiento y corrió a mi lado, empezó a olfatearme y me preguntó — porque hueles así— no sabía que responderle así que me quedé callada.

—abusaron de ti— me volvió a preguntar revisando mi cuello.

— gracias a la diosa no te marcaron, pero tienes pequeños rastros de que lo intentaron. Mi hermana me miró sorprendida y burlona a la vez; ya sé que debe de estar pasando por su cabeza tal vez piensa que me han violado y eso le hace sentir feliz. Le hace un comentario al amigo que tiene a su lado y todos estallan en risa. La pude escuchar dijo— a la coneja inútil por fin se le comieron el coño, quien sería el idiota- 

Lucas la fulminó con la mirada y salimos de allí rumbo a la mansión mientras no paraba de preguntarme si reconocí al hombre que me utilizó de esa manera, y me siento apenada de contarle que lo disfruté y mucho.

—es que la esencia que tienes no es de lobo y tampoco no es de un ser que pueda reconocer— decía sin poder identificar que ser, había hecho de mi cuerpo suyo y ni yo lo sabía que lo tuviera tan cerca es todo un mito. Es grande, fuerte, caliente y sobre todo hermoso sin contar que estaba en celo porque se anudó conmigo y sentí como todo él se impregnó en mi pequeño cuerpo porque huelo a él. Este no es el típico momento donde empiezo a llorar y a sentirme mal. Por el contrario, me gustó y punto y si es de hacerlo hasta que mi celo seda pues lo haría. Qué más da el lobo a quien quiero me ignora y para hacerme ver lo poco importante que soy pregunta por mi hermana.

Al fin llegamos y no deseo que me sigan preguntando así que salí corriendo entrando a la casa a toda prisa, pero mi madre me detuvo a mitad del gran salón— Nadia ¿por qué hueles así? ¿Has encontrado a tu mate? —  me pregunta haciendo una pregunta tras otra.

—no, y no madre solo he deseado hacer algo más en mi vida que bañarme con agua fría eso es todo— le dije molesta sin saber por qué le estoy hablando así a la persona que más amo en este mundo.

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