Capítulo 3

-¡Valentina! - grito Eros.

          No estaba arrepentida por lo que hice, estaba orgullosa de mi misma, así que me dije, ni una escena más de celos, que soy la hija del futuro presidente de este país y me tengo que comportar.

-Detente Dumón- exigie él.

Pero no estaba para recibir órdenes así que levante mi cabeza como toda una miss y me encamine a la salida. Toda digna y poderosa. Como me ha eneñado mi madre.

Estaba decidida a salir de su empresa y de su vida ya lo hice una vez y esta no me costara nada. Bueno solo un poquito.

 Por eso dicen no te acueste con los amigos, pero ahí vas Valentina, terminas con un idiota y te lanza de cabeza a otro y de paso con tu mejor amigo el gay.

Como era de esperas sus gorilas no me daban paso acatando las ordenes de él y ya estaba demostrado que yo perdía rápidamente los papeles asi que i me tocan pobres de ellos.

-A mi oficina, ahora – ordeno Eros. Debo admitir que en algunas ocasiones su voz me intimida. Pero esta no era una de esas ocasiones, la rabia que tenía me estaba comiendo por dentro.

No sé lo que él estaba pensando, capaz si me hablaba fuerte con voz autoritaria iba a mover la cola y obedecer ¡Ja! como la mayoría de las personas de este edificio pues conmigo se equivocó.

-Déjenme pasar por favor – pedí muy educadamente a esos hombres y por si fuera poco también había una mujer obstruyéndome el paso.

-El señor la solicita en su oficina si es tan amable de acompañarnos- dijo la fémina.

Quizás por ser mujer pensó que iba a ceder.

-Vaya usted a su oficina y de una le das una buena mamada a ver si se le pasa el coraje porque debe estar como una pantera enjaulada- repondi lo mas agridulce que pude.

Eros estaba a unos pasos de mí, aun agarrándose los huevos.

-Señorita Dumón.

-Quítese- ordene, pero nadie se movió.

-Tu y yo vamos hablar muy seriamente- me siseo en el oído, no me di cuenta cuando se acercó. y lo tenia a centimetro de mi.

-Tú y yo no tenemos nada que hablar- sisee furiosa.

-Deja la niñada y vamos de una puta vez a resolver este pequeño mal entendido.

-Vete a la m****a Eros…

Si darme tiempo a protestar me tomo de la cintura y me puso en su hombro como un costal de papa.

Grite de la sorpresa.

Camino decidido al ascensor y por más que proteste no me bajo cuando las puertas iban a cerrar medio un azote en el culo que lo iba a lamentar cuando me bajara.

-Por desobedecer- me dio otro azote- por malcriada – otro azote. Lo voy a matar cuando me baje – por defenderme.

-¡He!, me está doliendo.

Las puertas se abrieron y nos dio paso a su oficina, solo un código de cuatros dígitos daba accesos a las oficinas todo era confidencial y nadie tenía accesos a los demás piso que no fuera donde estaba asignado.

Inmediatamente me bajo y se me nublo la vista y por si fuera poco ataco mi boca dejándome sin aire.

-Te odio Eros- le dije entre diente estaba celosa, ¡muy! ¡pero muy celosa! y me costo muchisimo responderle el beso.

Ok, lo admito soy débil, cuando estoy en sus brazos, pero solo por unos minutos me revolví en sus brazos para que me soltara.

- Te prefería cuando eras “Gay”, no me gusta lo que estoy conociendo, siento que no te conozco, tienes demasiado secreto.

Y no es mentira si el destapara la caja de pandora como le suele llamar a su caja fuerte seguramente unos cuantos estarían refundido en la cárcel.

-Valentina, sé que estas enojadas por cómo has descubierto algunas cosas, pero…

-No quiero seguir contigo- lo corto rotundamente, esto es una locura esto no tuvo que haber pasado, entre él y yo jamás debió de suceder nada.

Me di la vuelta y lo dejé pasmado y con los ojos bien abierto. Yo sé que él me quiere, pero no creo corresponderle de igual manera, no es que no lo quiera es que tengo miedo a lo que estoy sintiendo.  Por lo general mis relaciones han sido por conveniencia y no por amor. No estoy preparada para amar, y siento como se detona toda la dinamita de mi estomago cuando estoy a su lado. como mi cuerpo explota a su lado y esta no soy yo. no tengo control de mi cuerpo a su lado, ni de mi mente.

-Florecita por favor, ven no es lo que parece vamos hablar. – me ofrece él y en este punto puedo ver que Eros es demasiado bueno para mí y a toda la m****a que oculta mi familia.

-Adiós Eros.

-Valentina, no lo hagas, estas enojadas y lo entiendo, pero no hagas esto.

-Es lo mejor – nunca en mi vida había hablado tan seria.

Era mejor que cada quien siguiera con su vida, era lo mejor los celos me estaban comiendo viva y la sensación no me gustaba y muchos menos la desconfianza. Debía alejarlo.

-No soy bueno Valentina y me conoces, me estas lastimando con tu niñería y sabes más que nadie que lo vamos a lamentar…

-La decisión ya está tomada- entre en el ascensor dejando aun Eros con los puños cerrados, apretando la mandíbula.

Sabía perfectamente lo orgulloso que era y que no me iba a seguir.

-1 1 1 1- dijo pausadamente se dio la vuelta y escuche su voz ronca por la ira- la decisión la tomaste tu no yo, yo no te voy a buscar, no voy a suplicar, pero lo que si se es que te vas arrepentir. Adiós Valentina.

Vi como caminaba hacia su escritorio.

 Él no volteo a mirarme solo se dirigió a su mini bar y tomo un vaso de whisky seguidamente lanzo el vaso con fuerza en una esquina y no supe más porque las puertas se habían cerrado.

  Seguramente me arrepienta algún día.

Pero ya la decisión está tomada. El amor no esta echo para mi. mi cabeza y mi cuerpo lo controlo yo.

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