Capítulo 4: ¡Renuncio!

—¿Qué es esto?— preguntó Jaden al ver las hojas frente a ella. Arley sonreía.

—Es tú contrato— Jaden asintió y comenzó a leerlo.

—Es un contrato por un año— susurró Jaden al leer las cláusulas impresas en aquella hoja.

—Sí para esa fecha aún no hemos encontrado la joya, renovaremos el contrato— Jaden asintió.

Tomó la pluma y firmó.

—Muy bien, ahora eres una empleada oficial— le dijo Alrey y Jaden se levantó del sillón junto a él.

—Debo decirle algo.— Arley asintió para que continuara —Hay un niño a mi lado que no se aleja de mí desde hace dos noches.

Arley frunció el ceño confundido y luego entendió.

Era un espíritu.

—¿Así que hay un niño al lado tuyo en estos momentos?

Jaden asintió.

El niño que había aparecido anteriormente se le había pegado como chicle, ya que Jaden le ofreció comida (aunque no podía alimentarse) y lo trató bien. En conclusión, el chiquillo había tomado confianza con la joven.

Arley no lo veía, pero el niño estaba escondido detrás de ella. —Puede que no lo veas, pero está asustado.— Arley levantó una ceja y se cruzó de brazos.

—Pues ayúdalo entonces.

—¿No formará parte de esto¿— Arley bajó los papeles que estaba leyendo y cambió su posición.

—Jaden, aquí en el contrato dice específicamente que sólo trabajaremos juntos en asuntos que se relacionen al hotel o a mí hermano.

Jaden comenzó a negar con la cabeza.

—Creí que me ayudaría...

—Está en el contrato señorita Lee— le dijo interrumpiéndola. Ella suspiró frustrada.

Ese hombre era un caso.

—Bien. Lo haré sola entonces.— Sostuvo fuertemente la cinta de su bolsa decidida a irse cuando el secretario Carson hizo acto de presencia.

—Buenos días señorita Jaden. Perdón por interrumpirlos pero, joven Arley tenemos un problema.

—¿Qué sucede?

—Verá, el hijo de la presidenta Harrison fue encontrado hace dos días muerto.— Levantó el periódico que llevaba en sus manos señalando la noticia en primera plana.

Jaden miró al secretario Carson. Ése niño había sido encontrado el mismo día que el pequeño que estaba a su lado.

—Eso es un problema. La CEO Harrison debe estar devastada.

Jaden observó al niño al lado de ella y notó que estaba llorando.

—¿Qué te sucede?— Jaden se agachó a la altura del niño.

—Mami— dijo por lo bajo.

—Sí, encontraremos a tu mamá.

El niño negó con la cabeza y señaló el periódico que el secretario Carson llevaba.

—Jaden, puedes irte ya. Ayuda a ese niño o lo que sea.

Jaden giró los ojos irritada y luego asintió. Entonces Jaden comprendió que sucedía.

—Arley creo que esto te conviene. Éste niño es él hijo de la presidenta.

...

—¿Entonces es el hijo de una presidenta?

—Sí, lo malo es que desapareció en cuánto me di cuenta que era su hijo y por eso el director Arley me envió a casa.— Dijo Jaden con un ligero tono de tristeza.

—Necesitas estar cerca de dónde murió para sentir su energía y que se aparezca de nuevo. ¿No es así?

Jaden asintió.

—¿Y sí vas al lugar dónde lo encontraron?

—-Supongo que eso tendré que hacer.— Suspiró con resignación.

Y en ese momento Luke hizo acto de presencia.

Jaden se quedó maravillada ante semejante vista. El joven era realmente atractivo y últimamente pensaba acercarse a él en lugar del director Arley.

Sonrió por su idea, no sonaba nada mal.

—Hola Luke, creí que Henry vendría— habló Sam.

Luke se rascó la nuca nervioso.

—Sí bueno, Olivia llegó a visitarlo.

La expresión en el rostro de Sam se ensombreció.

Jaden frunció los labios y negó con la cabeza.

Luke miró a Jaden y el le regresó la mirada confundido.

Olivia era la novia de Henry.

Jaden, desde que se dió cuenta que a Samantha le gustaba Henry o eso suponía, el nombre de Olivia no se pronunciaba frente a Sam.

Jaden frunció los labios, hubiera querido que Luke dijera "está ocupado", para no incomodar a su prima.

Jaden negó con la cabeza y bufó.

Hombres.

—Oh, ya veo.— Sonrió Sam tratando de ocultar lo que sentía en ese momento. —Sientate, iré por los almuerzos— Luke asintió y se sentó junto a Jaden.

—Jamás vuelvas a pronunciar el nombre de Olivia frente a Sam.

Luke frunció el entrecejo y tarde comprendió por qué.

Recién había metido la pata.

Jaden lo miró riendo pero se detuvo abruptamente al sentir un pequeño escalofrío recorrer su espalda y pronto supo a qué se debía, el hijo de la CEO estaba junto a Luke.

Había aparecido de nuevo.

Lo había olvidado, Luke había estado en el lugar y junto al cadáver del niño. Tenía suficiente energía como para hacerlo aparecer. Ahora podía regresar de inmediato con Arley.

Luke iba a decirle algo a Jaden pero está ya no estaba a su lado. Sólo escuchó el ruido de la puerta de la entrada cerrarse, observó el lugar confundido y supo que lo habían dejado sólo otra vez.

Jaden al salir del restaurante, marcó el número de Arley para darle la noticia.

—¿Qué sucede Jaden?

—Oh, me dijo Jaden— sonrió emocionada mientras se ruborizaba.

—Al grano señorita.

—Oh sí— olvidaba lo impaciente que él era —el hijo de la CEO está de nuevo conmigo.

—Eso es genial. Ahora escuchame, pasaré por ti en una hora. Quiero que te vistas de negro, iremos al funeral.

(...)

Jaden esperaba en la entrada de su edificio a Arley. Le dijo que pasaría por ella a las siete y media. Faltaban cinco minutos para esa hora.

Jaden había decidido salir antes a esperarlo.

Se encontraba parada a un lado de la puerta de su edificio observando sus zapatillas negras y su vestido  del mismo color el cual se movía junto al frío  viento de la noche.

Jaden miró hacia arriba observando las nubes que se arremolinaban listas para la lluvia que soltarían en cualquier momento.

Llevaba un paraguas color rojo para no mojarse por si algo pasaba.

Minutos más tarde una bocina interrumpió sus pensamientos sorprendiéndola. Un carro color negro que ella conocía muy bien se estacionó frente a ella.

La ventana del copiloto se abrió.

—Sube— le indicó Arley.

Jaden obedeció. Entró y se abrochó el cinturón y luego Arley arrancó el auto y emprendieron camino.

—Jaden ¿el niño viene contigo verdad?

La nombrada miró por el espejo retrovisor encontrándose con la mirada del pequeño.

—-Sí, no te preocupes por eso. Pero dime, ¿Por qué tengo que ir al funeral?

—Verás, según los medios, ese pequeño, de nombre Louis, fue asesinado por un pedófilo. Y según lo que he aprendido en libros, los psicópatas como esos tienden a ir a los funerales de sus víctimas y al lugar dónde asesinaron a su víctima.— Jaden asintió, podía tener razón.            —Entonces es probable que ese loco esté ahí.

—Así que quieres usar al espíritu del niño para eso.— Comprendió el plan de su jefe.

—Bueno, solo de esa manera le haremos justicia a su muerte...

—Y conseguirás un trato con la CEO.— Terminó Jaden por él.

Arley no dijo nada, pero Jaden sabía que era eso.

Jaden pensó en ese momento que Arley era egoísta, pensaba en su propio beneficio mientras "ayudaba" a los demás, se sintió un poco decepcionada.

Arley dirigió su mirada hacia ella la cual se veía extraña.

Al llegar a la funeraria Jaden fue la primera en bajarse junto con él niño. Arley la alcanzó.

—¿Estás lista?

Jaden solo asintió y se fue.

Arley se rascó la nuca.

¿Acaso había inncomodado a Jaden de alguna forma?

La pelinegra entró a la funeraria junto al pequeño quién iba agarrado de la mano de la joven o eso parecía.

—Tranquilo— le susurró.

Caminaron un poco cuando un hombre de unos cuarenta años, los interrumpió, entonces el niño comenzó a temblar y llorar.

Jaden lo miró y Louis levantó su dedo.

—-Fue él.— Le dijo mientras Jaden sentía su alma caer al suelo.

La joven dejó de sentir el escalofrío común de la presencia de un espíritu, Louis había desaparecido.

Arley trató de alcanzar a Jaden a quien perdió de vista en pocos segundos.

Ella estaba enojada, en definitiva.

Caminó rápidamente cuando logró ver la espalda de la joven. Ella se encontraba hablando con un hombre.

Al llegar a su lado reconoció al secretario de la CEO Harrison.

—Señor Frederick, es un gusto verlo.

—Joven Davis lo mismo digo.—Se saludaron ambos hombres. —¿Ella es...?

Arley miró a Jaden quien se encontraba más blanca de lo normal. Arley confundido presentó a la joven.

—Ella es mi asistente. La señorita Jaden Lee.

El hombre saludó a la joven, ella aún estaba en shock pero debía actuar lo más pronto posible, sonrió nerviosamente y tomó la mano del tipo.

—Es un gusto señorita Lee. No sabía que Ryan ya no trabajaba para ti.

—Aún lo hace, pero se me ha acumulado bastante trabajo por lo que solicité dividir tareas y contratar nuevo personal.

—Ya veo.— Asintió —Bueno, entonces si me acompañan pueden pasar a dar sus condolencias. Por aquí.— Comenzó a caminar. Jaden y Arley lo siguieron.

—¿Qué te sucede?— le preguntó Arley casi susurrando. Jaden lo miró.

—Es él. El pedófilo— habló en voz baja un poco asustada. Arley abrió los ojos sorprendido. No podía creerlo.

—No bromees.

—¡No es broma!— exclamó Jaden por lo bajo.

—Hemos llegado— dijo el señor Frederick.

Ambos jóvenes pararon abruptamente y asintieron.

Caminaron hacia el salón encontrándose con mucha gente, Arley los saludó a todos mientras la joven tomaba su propio rumbo.

Decidió colocarse en una esquina alejada del tumulto de gente, odiaba los funerales. Eran su completo trauma desde que sus padres fallecieron, ella ni siquiera había podido despedirse de ellos.

Suspiró y de prontó unos llantos la hicieron fijar su vista a unos metros de dónde estaba.

Una mujer sollozaba mientras veía el ataúd de Louis, Jaden supo entonces que esa mujer era la madre del pequeño.

La joven se sintió mal y lamentaba mucho lo que al pequeño le había sucedido pero haría justicia costara lo que costara

Jaden necesitaba vengar a Louis, así que sin pensarlo mucho, decidida se acercó a Arley y lo tomó del brazo alejándolo de las personas con las que hablaba.

—¿Qué rayos haces?— preguntó Arley molesto.

—Pues lo obvio, necesitamos encontrar evidencia para capturar a ese tipo.

—Lo sé, pero toda está gente me conoce, debo hablar con ellos.

—Señor Davis, está en un funeral no en una fiesta para socializar. Ni siquiera le ha dado el pésame a la madre de Louis ¿Esta consciente de lo que hace?

—Mira niña, estás aquí como mi empleada no como mi consejera. Así que toma un poco de aire ¿Si?— Jaden enfureció por completo en ese momento, apretó los puños y frunció los labios.

—No estaba consciente de lo egoísta que era. ¿Sabe qué? renunció— apretó su bolso mientras Arley la veía confundido.

—Pero...— Jaden lo interrumpió levantando su palma frente a su rostro

—Iré al lugar dónde Louis murió, se puede decir que es lo último que haré por usted. Ahora si me disculpa— arregló su vestido  —me retiro— dijo la joven y salió del salón dejando a Arley en completo silencio.

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