Capítulo 3: Un día diferente

Luke amaba su trabajo, pero había una cosa que le apretujaba el corazón siempre que estaba de turno y eso era llevar niños ya fallecidos en la ambulancia.

Y más cuando habían sido víctimas de algún psicópata.

—Pobre niño, parece que es el pequeño que secuestraron hace dos días. El hijo de la directora Harrison.

Luke asintió, efectivamente era él.

Hace unos días por todos los noticieros había salido en primera plana la terrible noticia.

La madre debía de estar destrozada.

El niño había sido encontrado totalmente desnudo con varias heridas en todo el cuerpo.

Luke lamentaba en serio este tipo de situaciones pero no podía hacer mayor cosa.

El turno nocturno pasó muy rápido después de eso, hubieron un par de accidentes viales pero nada graves después de lo del niño y ahí terminó la noche.

Luke estaba exhausto.

—Luke, te invito a cenar. Iremos con Sam así sabremos que tal está Jaden— Al escuchar aquel nombre su corazón comenzó a latir más rápido.

Jaden Lee, una chica extraordinariamente atractiva, una joven a la que el había salvado el primer día que se convirtió en paramédico.

Una persona que se había quedado en sí corazón desde hace tiempo.

—¿Estás seguro que sólo es por Jaden o quieres ver a Sam?— bromeó el rubio.

—¿Qué dices? No digas tonterías, ella es sólo una amiga.

—Si tú lo dices.— Se burló mientras Henry le lanzaba su bolso.

Ya cambiados y arreglados salieron de la ambulancia y dejaron todo en orden para dirigirse al restaurante.

Ambos se subieron al auto de Henry y emprendieron camino.

Luke estaba ansioso por ver a Jaden y en el cumpleaños de Henry quiso conversar más con ella pero al parecer él había cometido un error al darle un bebida alcohólica a la joven, pronto supo que ella era intolerante al alcohol y bueno, ella rápidamente estaba en otro mundo.

Se sintió mal y decepcionado de si mismo, Sam y Henry no lo culparon ya que él no lo sabía pero no podía evitar sentirse de aquella forma.

Además, habían muchas cosas que él quería hablar con ella y necesitaba devolverle aquella cadena.

Después del aquel fatídico accidente encontró en la ambulancia una pequeña cadena con un dije en forma de corazón y tenía el nombre "Jaden" grabado detrás.

Quiso regresarla antes, pero al regresar a buscar a la dueña en  el hospital le dijeron que no podían otorgarle información de la chica solamente que la habían cambiado de hospital.

—Bueno, espero que hoy sea tu día de suerte amigo— habló el castaño mientras Luke sonreía.

....

—Así que...

—Sí señorita Jaden. La contrato. Le pagaré diez mil libras al mes.

A Jaden casi se le cae la mandíbula al suelo.

¿Diez mil libras al mes? ¿Qué haría ella con tanto dinero?

—¿Habla en serio? ¿No está tratando de estafarme cierto?

—Claro que no. Confío en que usted me será de mucha ayuda.

Jaden asintió y se sentó en el sofá.

Después del alboroto de hace unas horas, Arley y Jaden decidieron platicar tranquilamente en la oficina de él.

Y no podía creer lo que estaba escuchando.

Recién había ayudado a hacer justicia y ahora tenía empleo con una excelente paga.

¿Acaso los cielos la estaban ayudando al fin? ¿Se habían apiadado finalmente de su pobre existencia?

—Está bien— dijo y luego levantó su dedo índice— pero tengo una petición.

—Dígame— la joven lo pensó, está debía ser la oportunidad de la que aquella psíquica hablaba y debía aprovecharla.

—Permita que yo éste cerca de usted.— Arley la miró confundido. Jaden levantó ambas manos y las acercó de tal manera que quedarán casi juntas —Así de cerca y si hay contacto físico sería mejor— Arley tosió debido a la sorpresa. ¿De verdad se había obsesionado ella de él como para ser tan directa? —No me malinterprete. Verá, yo lo ayudaré con lo que me pida y si yo permanezco cerca de usted puede que me ayude de alguna manera.

Arley lo pensó un momento, de verdad quería saber en qué podía ayudarla. Pero si ella no le decía el por qué, no podía aceptar a ciegas.

—¿Y cuál sería la razón?

—Su energía masculina. Es posible que me ayude.

—¿Mí energía masculina?

—Sí, verá ésta habilidad que poseo puede ir desapareciendo poco a poco mientras este junto a un hombre. Y usted es el único hombre que conozco.— Jaden cerró su botella de agua.

—¿Me estas diciendo que no tienes ninguna presencia masculina cercana a ti?— se cruzó de brazos recordando al joven rubio de la vez pasada. Ese tipo parecía alguien cercano a ella.

—Sí. Mi padre falleció hace cinco años y cuándo comencé a ver estas cosas, toda la gente se alejaba de mí y aún lo hace. La única persona que tengo a mi lado es mi prima.

Arley se sorprendió un poco y de hecho se sintió mal por la triste vida que llevaba la joven.

El castaño meditó lo que ella decía y en cómo podia ayudarla.

—Pero si estoy cerca de ti, tu habilidad disminuirá y ya no me serás de utilidad.

Jaden se levantó y sonrió.

—Eso no es un problema. Es posible que tomé años para que esto desaparezca.

¡Años!, exclamó mentalmente. El no planeaba estar a su lado tanto tiempo.

Arley estuvo a punto de negarse pero fue interrumpido.

—¡Ah! Y otra cosa, no me hable de usted es extraño. Escuché que me tuteo hace un rato, debería seguir haciéndolo.

Arley se levantó del sofá olvidando lo que iba a decir anteriormente.

—Ni lo pienses. Ahora somos empleada y empleador siempre debe de haber formalidad—

Jaden se encogió de hombros restándole importancia al asunto.

—Como quieras Arley— sonrió. El nombrado la miró irritado y ella sólo rió. —Por cierto ¿Cuál es el nombre de su hermano—ñ

—Gerard— ella asintió tomando nota mentalmente.

—¡Oh! Lo olvidaba— la joven sonrió acercándose a el. Jaden lo tomó de la corbata acercando su rostro al de ella.

—¿Qu-qué haces?— tartamudeó.

Jaden inclinó su cabeza mordiéndose el labio inferior     — Vengándome— dijo para luego pisar el pie de Arley fuertemente causando un increíble dolor en sus dedos.

—¿Por qué fue eso?—  gritó escandalizado mientras Jaden se carcajeaba.

—Por haberme lanzado al suelo hace rato.— Arley la miró realmente furioso. —Bien, nos vemos señor— dijo burlona retirándose de la oficina.

Arley, en estos momentos se arrepentía de haberla contratado, lo volvería loco.

(...)

—Así que en pocas palabras, serás una especie de radar.

Jaden asintió.

Apenas salió del hotel y después de darle aquel golpe a su nuevo jefe, que bien merecido se lo tenía, corrió hacia una parada de autobús y luego se dirigió al restaurante de su prima.

—Sabes, es una buena oferta y una buena paga. Al menos podría ayudarte a pagar algunas facturas del restaurante.

Sam dejó de limpiar la barra y tiró el trapo que estaba utilizando.

—Jaden...

La joven levantó las manos en señal de paz.

—Lo sé, lo sé. Sé que todo lo que has hecho por mi ha sido de corazón pero eso no evita que me sienta en deuda contigo.

Samantha observó a Jaden. A veces pensaba que sentía lástima por ella y por eso actuaba así. Pero la conocía muy bien, su prima tenía un corazón muy puro.

—Bien, pero solo aceptaré cuarta parte de lo que te paguen. El resto es tuyo. Úsalo para comprarte ropa decente. Solo mírate— la señaló.

Jaden se levantó del banco y observó su ropa. Llevaba sus viejas zapatillas rojas, un pantalón de lona con una abertura en la rodilla una blusa negra y una camisa abierta de cuadros roja.

—Pero me gusta como me visto.

—Pareces una chica de la calle Jade. Y tú eres una joven decente.

Jaden suspiró y volvió a sentarse. No importaba que le dijeran adoraba sus camisas flojas.

—Esperame aquí. Te traeré tu cena.

La joven pelinegra asintió.

Mientras esperaba comenzó a jugar con una pequeña planta que estaba al otro lado de la barra.

Escuchó el tintineo de la campana de la puerta de la entrada, y giró su cabeza para ver quién había entrado encontrándose con dos jóvenes muy apuestos.

Uno de ellos era alguien que veía demasiado seguido y el otro chico, al ver sus hermosos ojos azules sus piernas se debilitaron un poco.

—¿Jaden?— preguntó el joven de pelo rubio.

Jaden confundida regresó a la realidad y buscó con la mirada a su prima para ayudarla con está situación pero ella aún no regresaba de la cocina. El chico que la vió volverse una completa loca se encontraba frente a ella como si nada.

—Ho...hola chicos— saludó con la mano. Henry se acercó a ella y le dio un pequeño abrazo.

—¿Y Sam?— preguntó. Jaden señaló detrás de ella.

—Está en la cocina— Henry asintió y tomó su camino hacia donde Jaden señalaba dejándola sola con Luke.

El rubio tomó asiento a su lado sonriendo.

—Me alegra verte bien Jaden.

—Igual— rió y luego el silencio reinó. Luke y Jaden se movieron en sus asientos algo incómodos.

Es ahora o nunca, pensó Jaden.

Tomó aire y ambos dijeron al mismo tiempo: —Lo siento.

Los dos se miraron confundidos y pronto comenzaron a reír.

—¿Por qué te disculpas?— preguntó Jaden

—Por lo que pasó el día de la fiesta, yo te di alcohol sin saber que no soportas ese tipo de bebida y...— Jaden lo interrumpió.

—Descuida, tú no lo sabías— el sonrió de lado asintiendo. —Aún así, lo siento.— Jaden simplementele hizo una seña con la mano para dejar atrás el asunto.

—¿Y tú por qué te disculpas?— ella rió.

—Bueno, por todas mis acciones cometidas en mi estado de ebriedad— el joven negó con la cabeza divertido.

—Bueno eso no fue tu culpa...

—Así que las disculpas están de más— suspiró Jaden.

—Así es.

—Bien, comencemos de nuevo entonces— Jaden se colocó frente al rubio. —Hola, soy Jaden es un gusto— tendió su mano, Luke sonriente tomó la mano de Jaden.

—Soy Luke, el gusto es mio.

—Aquí ésta tú comida Jade y...— Sam miró a los dos jóvenes tomados de la mano. —Lamento la interrupción— Jaden se puso como un tomate y soltó la mano de Luke. No podía creer que su prima malinterpretaranla situación.

—Sientense chicos. Con confianza— habló Sam tratando de romper el hielo. Los tres obedecieron.

Se sentaron uno a cada lado dejando a Jaden en medio.

Sam desapareció en la cocina de nuevo y Jaden comenzó a comer.

—¿Y qué tal el trabajo?— preguntó ella.

—Agitado y deprimente— soltó Henry.

—Encontramos a un niño en la carretera— continuó Luke.

—Pobre niño— se lamentó Jaden.

—Bueno, es la parte dura del trabajo— todos asinitieron y continuaron comiendo. —Jade ¿y qué tal tú?

—Pues recientemente conseguí un empleo en el hotel The Davis junto al director.

—¿Eres su secretaria?— cuestionó Luke.

Jaden negó con la cabeza.

—Se puede decir que soy una especie de asistente.

—Si claro— soltó Sam apareciendo por lo que Jaden la miró mal. En ese momento notó el reloj detrás de su prima y casi se desmaya, comenzó a comer a una velocidad increíble.

—Tranquila tigre. ¿A dónde vas?

—Debo llegar antes de las nueve. No quiero ver a esa vieja bruja de nuevo.— Jaden se refería a un espíritu horrendo que aparecia a esa hora en una esquina cerca de su casa.

Sam comprendió y no dijo nada. Mientras que los jóvenes la veían confundidos.

—Es una mujer que asusta a los que pasan por ese camino. Es horrible— se excusó Sam por su prima. Aunque no era del todo mentira.

Jaden terminó y agradeció la comida.

—Puedo llevarte, si quieres— se ofreció Luke.

—Te presto mi auto, no hay problema— Henry le lanzó las llaves a Luke y Jaden no pudo evitar mirar sorprendida a Sam.

—Bien, vámonos entonces.— ambos jóvenes salieron del restaurante y se subieron al auto en dirección al centro de la ciudad.

Unos veinte minutos después se encontraban frente la edificio de la joven.

—Gracias por el aventón Luke— ella sonrió mientras el chico asentía gustoso.

—Es lo menos que puedo hacer después de la noche alocada que tuvimos— ambos rieron.

Luke sentía el bolsillo de su pantalón arder. Ahí yacía la cadena de Jaden, metió su mano en este y dijo —Escucha yo debo...

—¿Arley?— preguntó ella de la nada. Luke miró hacía donde la vista de Jaden se dirigía. Había un tipo de traje apoyado en un BMW con los brazos cruzados observando en su dirección.

...

Arley estaba irritado. Llevaba dos horas frente al complejo de apartamentos esperando a Jaden, la cuál no le había dado su número para contactarla.

Por fortuna había dejado su dirección con el señor Carson. De lo contrario hubiera tenido que esperar hasta que ella decidiera aparecer frente a él. Arley Davis nunca esperaba a nadie.

Cansado salió del auto y se apoyó en él y a cada instante veía su reloj el cual marcaba en esos momentos las ocho cuarenta.

—¿Dónde rayos está?

Estuvo a punto de marcharse cuando un auto apareció estacionándose frente al edificio.

El auto se apagó y pudo notar a Jaden en el asiento del copiloto junto a un chico. Arley no lograba distinguir el rostro del tipo. Un par de minutos después Jaden dirigió finalmente su mirada hacia el. Arley rió burlón.

—¿Así que estabas en una cita y me hiciste esperar tanto tiempo por eso?— se dijo a sí mismo. La joven se bajó del auto y corrió hacía su direccion

—Señor Davis, ¿qué lo trae a este lugar?— preguntó. Mientras él intentaba no decir nada fuera de lugar. Extendió su mano junto a su celular mientras Jaden sonreía tratando de comprender qué rayos quería su jefe. —Necesito tú número de celular.

—¿Vino hasta acá sólo por eso?— el asintió. Jaden rió. —Pues que desperdicio, yo no tengo celular. Lo perdí hace un mes buscando un cofre en el río.

Arley casi le da un derrame al saber eso. Esperó dos horas en vano.

Irritado tomó su celular y se lo dio a Jaden.

—Toma— le dió el aparato —te daré mi nuevo número mañana. Y no lo pierdas o te lo descontaré de tu paga.

Jaden sonriente aceptó el móvil con gusto.

—Te veré mañana a las ocho en el hotel. Sé puntual— le dijo y antes de subirse al auto dio una última mirada al acompañante de Jaden. Había salido por fin del auto y se dió cuenta de qué era el mismo rubio que sostuvo a Jaden aquella noche. Finalmente arrancó del auto y se fue de ahí.

Jaden abrazó su celular y asintió feliz.

—Hasta mañana— se despidió con su mano mientras el auto desaparecía.

Se giró para despedirse de Luke pero fue sorprendida al ver un espíritu frente a ella.

Era un niño.

El pequeño tenía varias heridas en su cuerpo y estaba desnudo.

Tragó fuerte y miró a Luke luego al niño.

—Oye Luke, gracias por el aventón pero debo entrar. Me siento cansada.

—No te preocupes. Hablaremos otro día— sonrió un poco decepcionado. Jaden ni siquiera lo notó simplemente salió corriendo hacía el edificio. Una vez que el auto de Henry desapareció Jaden miró al niño.

—Pobre ¿qué te sucedió?— Pero él niño no respondió. —Bien, si quieres puedes dormir conmigo está noche.

Jaden subió la escaleras y el niño la siguió.

Pronto descubriría que le había sucedido.

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