Capítulo 2: Yo veo fantasmas

—Así que Jaden.. — Luke le entregó una bebida —eres prima de Sam ¿cierto?— Jaden asintió, se sentía un poco nerviosa al hablar con un chico tan apuesto. No estaba para nada acostumbrada a esto. —Supongo que por eso conoces a Henry.

—Exacto, Sam ha sido amiga de Henry por más de quince años, es casi como un amigo de la infancia.— Jaden tomó un trago de su bebida.

—¡Eso es genial! Henry me habla mucho de ti cuando está con Sam, de lo contrario...

—Solo habla de Sam— lo interrumpió la pelinegra. Luke rió divertido y asintió concordando con la joven.

—Veo que lo sabes también.

—Y tú igual— sonrió la joven.

—¿Quieres bailar?— preguntó Luke de pronto tomando por sorpresa a la joven. Jaden tomó el resto de la bebida sintiendo un pequeño mareo que olvidó por completo al aceptar la mano de Jake.

Ambos se dirigieron a la pista de baile y comenzaron a bailar, ambos reían y saltaban hasta que Jaden comenzó a sentirse mareada de nuevo, se detuvo un momento y se dio cuenta que su vista se estaba haciendo nublosa además, aquel escalofrío que conocía tan bien comenzó a recorrer todo su cuerpo. A unos metros de donde se encontraba logró divisar a aquella mucama.

Luke se dió cuenta de que Jaden ya no bailaba, además estaba temblando.

—Jaden ¿estás bien?— la joven tragó lento.

—¿Qué clase de bebida me diste?— Jake confundido le respondió:—Vodka con un poco de soda— Jaden frunció los labios. Había bebido un poco de licor y ahora estaba en problemas —¿Por qué?¿Qué sucede?— preguntó el joven y Jaden ya no pudo responder porque aquel espíritu había tomado su cuerpo.

(...)

Arley esperaba sentando en el carro mientras el secretario Carson hablaba por celular, El joven CEO aún estaba frente al Egg London a pesar de que su intención era largarse lo más pronto posible. Suspiró  y se acomodó en su asiento intentando tomar una siesta, cerró los ojos y escuchó la puerta del auto abrirse.

—¿Está todo bien señor Carson?— preguntó sin obtener respuesta alguna. Frunció el entrecejo y abrió los ojos para ver el asiento del piloto completamente vacío, pero su vista periférica le permitió fijarse en la joven mujer que estaba a su lado.

Arley sorprendido observó a la chica con el cabello en el rostro, se le hacía familiar, era como un

Deja Vu.

La joven inclinó su cabeza y el cabello se apartó un poco de su rostro, entonces Arley la reconoció, era la misma joven que habían auxiliado en aquella tormenta.

—¿Eres una acosadora?— fue lo primero que se le ocurrió preguntar. La joven lo miró detenidamente.

—Hospedas a un asesino en tu hotel— le dijo con un tono de voz un poco más grave de lo que recordaba.

—¿Disculpa?— la pelinegra lo tomó por lo brazos.

—¡Un asesino se hospeda en tu hotel!— exclamó utilizando un tono de voz que le puso los pelos de punta. La joven comenzó a temblar y finalmente cayó sobre él, inconsciente.

Arley aún en shock intentó moverla cuidadosamente colocándola en el asiento contiguo.

El señor Carson entró y se sorprendió al ver a aquella chica ahí.

—¿Señor? ¿Que hace esa señorita ahí?

—No tengo la menor idea, lo mejor es que la llevemos al hospital. Parece muy ebria.

El hombre asintió y justo antes de arrancar alguien tocó la ventana del auto.

Una joven de pelo castaño se encontraba tras el vidrio. El señor Carson bajó la venta y preguntó:—¿En qué puedo ayudarla?

—Disculpe que lo moleste, pero no ha visto a una chica de cabello negro, vestía un saco blanco y un top negro con jeans azules...— antes de que terminara de hablar Arley abrió la puerta del auto.

Sam se acercó y divisó a Jaden.

—¡Jaden!— exclamó Sam y con ayuda de los chicos la sacaron del auto —lamento si les causó alguna molestia.— Arley frunció los labios. Notó como un joven alto y rubio sostenía a la acosadora de manera protectora.  Arley supuso que era su novio así que sin querer prestar más atención al asunto miró a la castaña.

—Deberían llevarla al hospital, parece que está muy ebria. Estuvo hablando algunas incoherencias.

—Claro, gracias— dijo Sam llevándose a Jaden lejos de ahí.

Arley observó al grupo irse y cerró la puerta.

—Vámonos

(...)

Arley se había despertado más temprano de lo habitual, después de todo lo ocurrido en la noche anterior no había podido dormir con tranquilidad.

"Hospeda a un asesino"

¿Qué había querido decir con eso aquella chica?

No quiso pensarlo más, tenía cosas más importantes que resolver por lo que se arregló para llegar al hotel pronto

A las ocho en punto ya se encontraba en el primer piso del hotel

—Sr. Carson, dígame. ¿En dónde se encuentra la señorita Smith?— preguntó.

—En el quinto piso joven Davis.— Arley asintió.

—Vaya por lo que le encargué, lo espero aquí— el Sr. Carson asintió y se retiró.

Arley se colocó cerca de una columna mientras esperaba a su secretario y comenzó a revisar su celular.

Necesitaba saber la hora de su próxima reunión.

Una vez hecho esto, levantó la cabeza topándose con una chica a unos metros de él, de rasgos asiáticos que ingresó al cuarto de mantenimiento.

¿Acaso era...?

—Está listo señor. Podemos seguir.

Arley asintió, guardó su celular y decidió ignorar lo que vio.

Ambos hombres subieron al ascensor marcando el piso cinco, tardaron unos segundos en llegar.

Salieron del ascensor y se dirigieron a la habitación correspondiente. Caminaron por el pasillo hasta llegar a la persona que buscaban.

—¿Señorita Smith?

La joven dejó de ordenar su carrito de limpieza y dirigió su atención al joven Davis.

-—¿Sí señor?

El ver los ojos tristes de la joven lo hizo considerar un poco la situación pero el no aceptaba la irresponsabilidad ni la impuntualidad sin explicación. En ningún momento permitiría eso en su hotel.

—Lamento decirle que está usted despedida. Puede tomar sus cosas y su cheque en recepción. —

La jovencita comenzó a lagrimear pero no dijo nada sólo asintió y se fue de ahí.

—Perdone mi imprudencia joven Arley, pero usted fue muy duro con la señorita.

—No fui duro. Sólo directo.

El señor Carson decidió dejarlo ahí. Discutir con Arley no resolvería nada.

Regresaron al ascensor y en cuanto este se abrió, Arley se llevó una gran sorpresa, frente a él estaba la misma chica de la noche anterior, la ebria loca que lo acusó de resguardar a un asesino. La acosadora a la que había ayudado bajo aquella tormenta.

Y cayó en cuenta de que en efecto, era la misma persona que había visto en el primer piso.

¿En serio lo estaba acosando?, pensó.

La joven al verlo se sintió nerviosa. La noche anterior, después de despertar, su prima le había explicado lo que sucedió estando inconsciente.

Jaden recordó a la joven mucama que se paró frente a ella antes de perder el conocimiento. Era obvio que la joven había sido poseída, lo que la hacía sentir peor, era el hecho de que había entrado en el auto del mismo tipo que le dió un aventón de mala gana hasta la parada del autobús en aquella tormenta.

¿Y cómo lo sabía? Pues a Sam no se le olvidaba ninguna cara y recordó haber visto a ese joven en las revistas y periódicos. Dándose cuenta que el tipo era nada más y nada menos que Arley Davis, pero esa no era la peor parte, la mucama que la había poseído era empleada del hotel de aquel hombre y su asesino se hospedaba ahí.

UNA TOTAL LOCURA.

Por esa razón ahora se encontraba en aquella situación.

Al ver al hombre trató de esconderse entre los mechones de su cabello. Pero ya era tarde. Arley ya la había visto.

Ambos hombres ingresaron al ascensor y Arley decidió ponerle fin a todo lo que sucedía.

—Disculpe señorita. Necesito que arreglé unas cosas en mi oficina. Tendrá que seguirme.— Mintió para atraer a la chica y hablar a solas con ella.

La joven respondió tratando de imitar alguna voz que no fuera la de ella pensando que Arley ignoraba quién era ella.

Al bajar del ascensor ambos se dirigieron a la oficina de Arley.

El secretario Carson se quedó fuera de la oficina en su respectivo escritorio.

Arley cerró la puerta y habló:     —sé que es usted señorita Jaden.

Arley observó el rostro de la joven quién lo veía con la boca apretada.

—Pero me pregunto ¿por qué está usted aquí?

Jaden apretó los puños.

—Es una situación complicada.

—¿En serio? ¿No será qué usted está acosándome?

Jaden levantó las cejas en señal de sorpresa. Eso no lo vio venir.

—¿Que yo qué?— abrió la boca sorprendida para luego soltar una ligera carcajada —Usted se equivoca. No es eso, para nada.

Arley se cruzó de brazos.

—Entonces señorita Jaden, digame cuál es esa razón.

Jaden comenzó a temblar y sudar un poco. La mirada de aquel tipo la ponía nerviosa.

Era tan profunda e intensa que la intimidaba bastante

La joven apretó los puños y lo meditó un poco hasta que decidió ir con la verdad.

—La joven Lisa Smith su empleada...

—¿Qué con ella?

Jaden tomó una fuerte respiración para darse valor y decir lo siguiente: —ella está muerta— apretó su puño para luego darse unos golpes en el pecho— doce puñaladas justo en el corazón  y lamentablemente él asesino se hospeda aquí.

Arley levantó una ceja e inclinó la cabeza.

—¿Acaso está loca? ¿Cómo puede siquiera decir eso?

—Porque su espíritu sigue en este mundo y decidió buscarme. Verá yo puedo ver fantasmas y...— Arley la interrumpió sacudiendo sus manos.

¿Qué tonterías dice?, se preguntó el castaño. Sabía que estaba loca ya que lo había comprobado la noche anterior y eso era aun más insensato.

—Señorita Jaden creo que tendré que llamar a seguridad, usted no está bien de la cabeza, evidentemente.— Arley comenzó a caminar hacia su escritorio. Jaden asustada tomó el brazo del joven y lo detuvo. —Suelteme.

—No. Juro que lo que digo es cierto y puedo probarlo.— Arley suspiró y alejó a la joven fuertemente causando que cayera al piso.

—Pruebelo entonces— Jaden señaló con los ojos cerrados al CEO.

—Ese chico. — señaló detrás de él —Lo vi la noche de la tormenta. Viste una chaqueta negra de cuero y lleva una herida en su frente. Además tiene una cadena con la inicial J en él.

Arley se paralizó.

¿Cómo sabía ella eso?

—¿Dónde conseguiste esa información?— Arley se agachó y acercó su rostro al de la joven.

-¡Dímelo!— exigió.

Jaden estaba aterrada. ¿Cómo explicar aquello? ¿Cómo explicar lo que veía?

Entonces aquel  espíritu que estaba apegado a Arley habló.

¡El diamante! le dijo y desapareció.

Jaden respiraba agitadamente y se alejó del director.

—El diamante— susurró. Arley comenzó a sudar.

¿Acaso esto era posible?

¿Era ella su única salvación?

¿Podía confiar en lo que escuchaba?

—Debe creerme. Usted está hospedando a un criminal. ¡Por favor créame!

Entonces, sin previo aviso, el secretario Carson entró despavorido interrumpiendo aquella discusión.

Se sorprendió al ver a la joven Jaden en el piso pero debía mostrarle a su jefe lo que estaba pasando.

Se dirigió al escritorio y tomó el control del televisor para encenderlo y sintonizar el canal de noticias.

—Está mañana un cuerpo ha sido hallado en la orilla del Támesis. La mujer ha sido identificada bajo el nombre de Lisa Smith. Una empleada del hotel The Davis. Se confirma que la mujer fue brutalmente asesinada al recibir doce puñaladas en el pecho, cerca del corazón...

Arley estaba sin palabras. Completamente frío y tenso.

Su mirada pasó de la televisión a la joven Jaden la cual lo veía aún desde el suelo.

—Se lo dije— susurró la joven.

...

—¿Estás segura de qué es él?— preguntó Arley.

Jaden asintió.

—Está en ésta habitación. Lisa pudo verle bien el rostro además, él tiene el anillo de Lisa.

—Recuerdo ese anillo. Ella lo llevaba como colgante ¿cierto? Cuando hablaba conmigo lo tocaba inconscientemente.

—Sí. Es una reliquia familiar.— Claro, ahora entendía la impuntualidad de Clary Smith, la hermana de Lisa, la joven que había despedido hace unas horas.

Justo en esos momentos se sentía culpable por lo  incomprensible que había sido.

—Bien, ¿ y qué hacemos? No podemos entrar como si nada. Tratará de hacernos algo o puede huir si vamos sin un plan.

Jaden suspiró y asintió. Arley tenía razón no podían entrar como locos, necesitaban un plan.

Jaden se mordió la uña del pulgar, siempre lo hacía cuando estaba nerviosa.

Y de pronto obtuvo una idea.

—Tengo un plan— sonrió.

Arley la miró y Jaden salió corriendo hacia el ascensor. Arley simplemente la siguió.

Nunca creyó que terminaría enredado en esto.  Hace unos minutos creía que la joven estaba simplemente loca.

Pero debido a sus malas acciones de este día sentía la necesidad de ayudar en lo que pudiera.

Al llegar al lobby,  Jaden salió del hotel. Arley la seguía confundido, pero por alguna extraña razón confiaba en ella.

Ahora yo soy el loco, se dijo a sí mismo.

Jaden caminó un par de manzanas adelante del hotel y se detuvo frente a una cabina telefónica.

—¿Qué haces?

—Sólo espere— dijo mientras marcaba.

Se colocó el teléfono en la oreja y espero.

El teléfono al otro lado de la línea fue descolgado.

—Quiero hacer un testimonio sobre la joven que fue encontrada hoy.— Comenzó a hablar con un tono más grave para que no la reconocieran. —Él asesino se encuentra hospedado en el hotel The Davis en la habitación 908. Tenía un anillo que pertenecía a la joven, apresurense— cortó.

Arley la miró sorprendido.

—Eso fue increíble y ¿crees que funcionará?— Jaden asintió y sonrió orgullosa de sí misma.

Salió de la cabina y fue detenida por él espíritu de Lisa.

Está huyendo, le dijo.

—¿Qué sucede?— preguntó Arley al ver el rostro de sorpresa de la joven.

Jaden tomó la muñeca de Arley y comenzó a correr sin previo aviso.

Arley se quedó en blanco mientras sus pies se movían automáticamente.

Al llegar al ascensor de nuevo, el castaño se dio cuenta que Jaden seguía sosteniendole la mano.

Así que se soltó bruscamente sorprendiendo a Jaden.

—Lo siento— le dijo ahora consciente de lo que había hecho.

Su rostro se tiñó de carmín al darse cuenta que había tomado la muñeca de un hombre.

Vaya imprudencia la mía, se dijo.

Llegaron al piso correspondiente y salieron.

Jaden sacó las llaves de su gabacha, las cuales había obtenido del carrito de limpieza. La joven abrió la puerta no sin antes respirar muy hondo para calmarse.Con cuidado ingresaron lentamente a la habitación.

Estaba en total silencio.

Ambos jóvenes caminaron despacio en aquel piso alfombra. Atravesaron la sala de estar para llegar al cuarto.

Jaden notó lo amplia que era la habitación y lo difícil que era caminar por ella, con cuidad se asomó al cuarto y aquel hombre salió de la nada tomando a Jaden del cuello mientras sostenía un cuchillo que acercó a su garganta.

Arley se detuvo y levantó las manos.

—Tranquilo. No te haré daño. Suelta a la señorita.

El hombre respiraba agitado. Jaden se sentía asustada.

—¡La mataré! ¡Los mataré a ambos!

—Suelte a la joven.

—¡No sé acerqué o la mato ahora mismo!— presionó la punta del cuchillo en la garganta de Jaden causando una pequeña cortada, de la cual brotó sangre.

Jaden tragó despacio. Arley comenzó a estudiar posibles soluciones.

—Tranquilo, suelte a la joven y lo dejaremos ir. Lo prometo, sólo sueltela— el hombre movía la mano nervioso y Jaden lo notó.

Jaden miró a Lisa quién la veía con lágrimas en los ojos.

Esto era un desastre y muy grande, así que Jaden se arriesgó. Podía morir en el intento pero lo haría.

Le lanzó una mira a Arley y con sus ojos señaló el sartén que estaba a su lado. Arley captó el mensaje. Era arriesgado pero debían intentarlo.

El hombre alejó un poco el chuchillo debido al temblor de sus manos y Jaden vio su oportunidad. Bajó la cabeza y con todas sus fuerzas le dio un golpe en la cara al hombre haciendo su cabeza para atrás. Arley se acercó con el sartén y lanzó otro golpe en la cara y debido al impacto el hombre aflojó el agarre soltando completamente a Jaden. La joven asustada corrió hacia Arley, lo abrazó y Arley no se alejó colocándose frente a ella.

Pronto los policías llegaron y  rodearon al hombre esposándolo llevándoselo fuera del hotel.

La herida de Jaden fue atendida y mientras todo pasaba Arley estuvo junto a ella.

—¿En serio estás bien?— le preguntó mientras le brindaba una botella de agua.

Ella asintió y sonrió.

—No puedo creer que hayas hecho eso. Pudiste morir.

Jaden se encogió de hombros.

—Debía intentarlo.

Arley asintió admirado de la valentía y astucia de la joven.

Entonces una idea vino a su mente.

—¿Jaden tienes trabajo?— ella negó con su cabeza.

—Tenía. Fui despedia hace dos días. Intenté buscar uno, pero no he tenido tiempo.

—No lo busques— Jaden lo miró sorprendida.— Yo te daré empleo. Me ayudarás a buscar el diamante que mi hermano escondió.

Jaden casi se ahoga con el agua.

Aún con la boca abierta miró a Arley el cual la veía sin ninguna duda en su rostro.

¿Entonces ese chico era su hermano?

Jaden miró a Arley buscando algún indicio de que esto era una broma.

Pero no lo había.

Por fin, después de cinco años, alguien ajeno a ella estaba depositando su confianza en ella. Y eso le agradaba.

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