FRENTE A FRENTE

Capitulo 4

Sentí como la vida se iba de mi cuerpo, el dejo el celular en la mesa sin dejar de mirarme un segundo mientras yo temblaba -¿Estas bien?- me pregunto Luciana que estaba al lado mio - estas muy palida - la joven me dio un poco de su agua.

  - Te presento a Carolina ella va a ser la institutriz de Sara desde hoy, se quedada con nosotros - Gabriela sonrio mientras me presentaba - el es Marcus, el jefe de la familia Di Santos, tu jefe inmediato -.

Me levanté de la mesa sin poder alzar la mirada Sencillamente porque no podía volver a verlo, intente sacarlo de mi cabeza sabiendo que era un peligro y tenerlo tan cerca solo aumentaban ese peligro - No me siento bien, me ire a mi habitación - fue la unica excusa que saque para irme de inmediato de allí, deje a todos atónitos sin saber el porqué de mi reacción, bueno el sabia el porque.

Me encerré en la habitación, no habia desempacado mi maleta aun asi que podía irme de inmediato, pero tenia miedo sabia que Camilo estaba buscando demostrar que este hombre era jefe de la mafia ¿Y si me hacia algo a mi o mi familia?, Ellos no podian enterarse por nada del mundo que yo era novia del agente de la DEA que estaba detras de toda su mentira, no saben lo terrible que fue ese momento para mi, miles de ideas se cruzaron por mi cabeza sin claridad alguna, no podia idear un plan o una salida a este embrollo.

  - ¿estas bien?¿necesitás un medico?- me preguntó la señora Gabriela a traves de la puerta.

  - muchas gracias, solo necesito descansar fue un dia agotador, solo es eso - mentí y sentia como aquella esfera de nieve crecía sin control y podia aplastarme en cualquier momento.

  - Enviare a Mercedes con una pastilla y un poco de agua - me dijo luego escuché sus pasos alejarse.

Me sentía culpable con esa buena mujer, yo habia sido amante del Marcus, su esposo supuse en ese momento, solo habia sido el affaire de una noche y eso me dolió mas de lo que pude imaginar.

Abri la puerta al escuchar los golpes, crei que era Mercedes con la pastilla, pero lo ví a el que entro de inmediato y cerro la puerta - Vayase de aquí - le pedí nerviosa.

Me beso mientras me agarraba de la cintura, lo tome de las mejillas cediendo a aquel beso, habia algo en el que me hacia perder el control, nublo mi mente y por un momento empece a ceder a su juego de besos y caricias, mientras bajaba sus labios por mi cuello empezo a quitarle los botones a mi camisa, caminamos en retroceso hasta la cama.

Queria hacer el amor con el, queria repetir lo que habia pasado esa noche y olvidarme de todas las ideas que tenia en mi cabeza, solo vivir ese momento pasional y sentirme libre como aquella vez.

El encantamiento se rompió cuando Mercedes golpeo a la puerta esta vez si era ella con las pastillas y el agua.

Lo empuje y llegue hasta la puerta - Espero que este tipo de excusas no se vuelvan costumbres - me dijo pero le cerré la puerta en la cara, no quería tolerar su arrogancia.

Deje la charola en la mesa comedor de mi habitación, toque mi cabeza intentando regresar a la cordura ¿Que pasaba conmigo? Me lo pregunté mas de una vez.

  - Ven Carolina - Marcus extendió su mano con una sonrisa pícara.

 Me acerque a la maleta, empaque algunas cosas que ya había sacado de allí - Renunció, no voy a permitir que juegue con mi carrera por un capricho - dije supremamente enojada intentando alejarme de el, era lo mejor que podia hacer irme de allí.

  - ¿de que hablas? No sabia que te encontraría, desde el fin de semana te he buscado por todas partes pero no sabia nada de ti - Marcus me miro sorprendido alzando la ceja.

  - ¿no fue este tu plan?,Traerme aquí como tu amante mientras tu esposa cuida de tus hijas - me sentía indignada por la aberración que eso significaba.

El soltó una carcajada que quiso acallar para que no nos descubrieran - ¿Estas celosa?- pregunto mientras se acercaba a mi para besarme el cuello.

  - Dejame, quiero irme de aqui - repetí con la voz un poco mas suave, estaba cediendo y detestaba saber que era un juguete en sus manos.

  - Gabriela es mi hermanastra es la hija de mayor de la segunda esposa de mi padre, Luciana y Sara son mis medios hermanas - me beso y seguí con el beso pero de nuevo lo aleje.

Odiaba aceptar que sentí alivio al escuchar su aclaración pero algo regreso a mi cuerpo al escucharlo - Me alegro por ti, pero yo estoy comprometida y esto no puede pasar - intenté ser fuerte levantando mi anillo que esta vez si use para demostrarle que ya habia alguien en mi vida.

Tomo mi mano y metio el dedo anular en su boca, sacando el anillo que Camilo habia comprado, lo saco de su boca y lo lanzo al suelo - Tu vas a tener un anillo mio en ese dedo - dijo mientras intentaba llevarme a la cama.

  - No lo deseo, no quiero hacer el amor con usted - le dije mientras me mordía la lengua, mis pantaletas estaban húmedas esperando por el pero tenia que retomar el control de mi vida.

Mis palabras le afectaron mas de lo que pense, se alejo frunciendo el ceño, no pude evitar mirar el rastro de su pantalón, tenia su masculinidad erecta bajo la fina tela de lino.

  - Voy a hacer de cuenta que no escuché eso - sonrío mientras servia una bebida del mini bar de mi habitación - Por el momento lo mejor es que Gabriela no se entere de lo que paso entre los dos -.

  - Para mi ese error esta enterrado, solo quiero trabajar pero si se va a prestar para este tipo de situaciones dejeme renunciar - no queria seguir alli sabiendo que el estaba tan cerca, hoy pide contener mis ganas inmensas de estar con el pero quizas después eso no pasaría.

  - Esta bien, te dejare trabajar mi nueva niñera - me beso de nuevo y salio de la habitación a escondidas.

Mi corazón latía con rapidez, nunca habia experimentado algo como esto, no solo era el deseo y la pasión, era la adrenalina y el saber que estaba mal lo que hacia, tuve que tomar una ducha helada para calmar las ansias que sentia por todo mi cuerpo, pero mi nueva amiga la masturbación fue la única que me ayudo a sentir la liberación que mi cuerpo pedia.

.............

Al amanecer.........

Gabriela me pidió que comiera con ellos en las tres comidas diarias como si fuera parte de la familia, debajo de la mesa mientras ella y Marcus hablaban de diversos asuntos, el acariciaba mi pierna intentando llegar a mi feminidad cosa que le impedi con mi mano y una mirada de rabia.

Mi trabajo era sencillo tenia que cuidar de la pequeña Sara y estar atenta a las necesidades de Luciana.

Sara necesitaba ayuda extra especial, sufría dislexia o se distraía mucho, era un reto profesional, yo queria que ella pudiera nivelarse con los demas niños, aunque seria una tarea ardua, pero ella se habia encariñado tan rápido conmigo que sentí no tendría ningun problema.

El caso de Luciana era diferente, ella queria ser libre salir de aquella jaula de cristal que le habian impuesto sus hermanos, tenia tutores en casa pues le impedían ir a una escuela normal y conocer jóvenes de su edad, tenia 16 años, la edad mas hermosa para enamorarse y ser adolescente, creo que me sentia identificada con ella pues al igual que mi la sobreprotección extrema le estaba cortando las alas para poder vivir un mundo mejor y no seguir cegada por el miedo.

Decidi hablar con Marcus de esta situación, le pediría algo sencillo como salir de paseo a un centro comercial, para su edad ella no sabia lo que era ir de compras.

Me acerque y sin querer escuché una conversación bastante alterada entre Gabriela y Marcus, solo pude hacerme cerca de la puerta para escuchar que sucedía, ya saben que la curiosidad mato al gato.

  - Tiene que entenderlo, no somos hermanos - Gabriela decía muy alterada - Solo debes sacar esa idea de la familia de tu cabeza -

  - Para mi eres parte de mi familia, crecimos juntos no puedes pedirme esa locura - Marcus se escuchaba bastante alterado.

Decidí mirar por una pequeña rendija bastante intrigada por la discusión, el ya me habia dicho que ella era su hermanastra y no sabia si esta discusión se trataba de alguna herencia o algo que pudiera averiguar sobre el pasado delictivo de Marcus, estaba muy equivocada con mis suposiciones.

Al ver por la rendija vi como Gabriela se quito su bata quedando completamente desnuda frente de Marcus que abrio los ojos y cambio su mirada de dirección -¿No me deseas?- pregunto intentando besarlo - Hagamos el amor, se que después de esto tu me vas a amar -.

Marcus levanto la bata del suelo y se la entrego - ¿Estas loca? Vístete, las niñas pueden verte - .

Ella se la quito de las manos -¿Es por la estúpida con la que pasaste la noche en el penthouse del hotel Royale?- le cuestionó enojada.

  - No se de que hablas - la voz de Marcus tembló y de muchas formas yo también temblé pues creo hablaban de mi.

  - Me lo contaron todo, ¿Crees que no se cada paso que das?- Gabriela le dio un golpe a la mesa - Si llego a enterarme quien es esa mujer te juro que la mato, si no me quieres a mi no tienes porque querer a otra -.

  - Lo que pase en mi vida privada es mi asunto, y si le haces algo los dos podemos declararnos en guerra - Marcus le hablo firme mientras daba un golpe más fuerte a la mesa.

Decidi golpear para acabar con la discusión, no queria que en medio de la pelea mi nombre saliera a relucir, en verdad estaba nerviosa con esa idea, Gabriela abrio la puerta con una gran sonrisa como si nada estuviera pasando, es como si se hubiera convertido en la ama de casa del milenio en un abrir y cerrar de ojos

  - ¿que quieres preciosa?- me pidió seguir.

  - quisiera hablar con el señor Marcus sobre las niñas - dije mientras agachaba la mirada, tenía miedo de delatarme.

  - Habla todos esos asuntos con Marcus, tengo que atender algo de urgencia - Gabriela salio de alli corriendo.

Marcus cerro la puerta con seguro, quiso besarme pero me aleje de el - Nosotros no Tenemos una relación, tienes que dejar de hacer eso - le pedi mientras me sentaba en la silla para que escuchará mi petición.

  - Sabes que siento algo por ti, desde ese dia me embrujaste, no veo a otra mujer igual - beso mi mano y se decepcionó al punto de sentir sus mejillas rojas cuando vió que usaba mi anillo de compromiso.

  - escuche toda tu discusión con Gabriela, no quiero estar en problemas, solo quiero tratar temas de trabajo - le expliqué, en verdad las amenazas de la mujer me habian asustado, se escuchaba tan segura al decir que mataría a su rival que me dio miedo de pensar que descubriera nuestra relación.

  - Los dos somos hermanastros, es hija de la segunda esposa de mi papá y un empresario, los dos nos criamos juntos en la adolescencia pero creo que ella tomo las buenas intenciones que tenia y las desvio por un camino errado, dice que esta enamorada de mi pero yo no puedo sentir nada por ella - me sirvió una copa mientras el bebía la suya - Yo te voy a cuidar, nada te va a pasar -.

 - El tema por el que vine es por Luciana y Sara, ellas no salen de esta casa y quisiera llevarlas de compras - quise cambiar el tema, ni quería darle mas largas a una relación que no iba a pasar entre los dos.

Saco de su cartera una tarjetas de crédito color dorada, especial para los hombres de mucho - Compra lo que quieras-.

Me dio libertad de gastar cuanto yo quisiera, nos fuimos con las niñas que estaban emocionadas con la idea de poder salir de aquellas paredes.

Los escoltas nos acompañaron para comprar todo lo que querian, recorrieron las tiendas de arriba abajo, Luciana era la mas emocionada, choco con un joven vendedor de zapatos quizas de la misma edad de ella, se puso muy nerviosa y con mi ayuda pudieron intercambiar teléfonos.

Sara también estaba feliz caminaba de lado a lado sin cansarse - Es la primera vez en mucho tiempo que somos felices - me dijo Luciana abrazandome.

  - Me imagino que hacian estos planes con mamá - les pregunté mientras comíamos un helado.

Luciana agacho la mirada - desde que mamá murio no hemos salido de casa, Gabriela es muy sobreprotectora -.

  - ¿como murió tu mamá?- pregunté mientras Sara se iba con uno de loa escoltas a la zona de juegos.

  - Mamá y papá murieron en un accidente hace unos años, Marcus y Gabriela nos han cuidado desde entonces, Marcus trabaja mucho en sus cosas y Gabriela nos sobreprotege como si fueramos sus niñas - me explico mientras terminaba su malteada.

Decidí ir un momento al baño, moje mi rostro con un poco de agua fria, todo esto era nuevo para mi, sabia que podía sacar adelante a las niñas siendo buena profesora como lo habia hecho con otros niños pero la situación de Marcus y Gabriela me ahogaba, no solo por lo incómodo de la situación si no por lo que sentía por el, me gustaba mas de lo que queria aceptar.

Alguien me tapo la boca, quise soltarme de su agarre pero escuche una voz conocida - Soy yo amor - era Camilo.

  - ¿que te pasa?- le golpee mientras el colocaba seguro en la entrada para que otras mujeres no ingresaran.

 - ¿Porque no me dijiste que ibas a trabajar para Marcus Di Santo? - susurro mientras tomaba mis mejillas y me daba tiernos besos preocupado por mi y como siempre haciéndome sentir fatal.

  - No sabia que era el - le expliqué, eso era verdad no sabia que la persona que me había contratado era el hombre que el tanto buscaba y mi amante de una noche.

  - Necesito tu ayuda- Camilo me beso las manos mientras vigilaba que nadie pasara o escuchara nuestra conversación.

-¿De que hablas?- le dije mientras fruncia el ceño -¿Como puedo ayudarte?- creo que en el fondo sabia lo que el queria devir peeo quería escucharlo de su boca.

- ahora estas en esa casa, tan cerca de los Di Santos  puedes obtener información que nosotros no, es la oportunidad que estabamos esperando para poder encerrar a ese idiota - me tomo de las manos mientras me miraba desesperado, para Camilo atrapar a Marcus se le habia convertido en un reto y podría decir que hasta en una obsesión -¿Que dices?¿Me ayudaras a desenmascararlo?- su voz estaba quebrada.

La pregunta me dejo anodadada, en este momento no sabia si en verdad Marcus efa un delincuente, tenia que considerar muchas cosas antes de darle una respuesta en especial los sentimientos que lentamente estaban floreciendo en mi corazón por él.

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