—Ven aquí —grita la voz de un hombre a sus espaldas.
No tuvo que girarse para ver qué se trataba de su padre, un hombre horrible que parecía un oso por su tamaño y que no hacía más que cosas malas. En su interior sentía miedo, sudaba por lo que iba a pasar, pero empezó a correr hacia el horizonte, esperando no ser visto o seguido.
—Ven pequeña rata —volvió a gritar.
Pero no dejo de correr, no, esa pequeña rata siguió corriendo hasta que ya no le quedaron fuerzas y cuando eso pasó se dio cuenta de que tenía al oso encima y lo que se avecinaba no era nada bueno.
HENRY—¿Qué mierda haces aquí? —pregunto cabreadisimo en cuanto le veo— ¿Quién le ha dejado entrar?—Solo estoy sacando unas fotos —se defiende el periodista subiéndose las gafas con gesto altivo.Ya nos conocemos y si los periodistas no me caen en gracia, este menos. Es un hombre alto y delgado con unos ojos marrones y el cabello rubio peinado siempre a la perfección hacia atrás. Siempre lleva gafas, pero las últimas veces que le he visto siempre son todas distintas, por lo que supongo que tendrá que tener una gran colección de gafas. A parte, siempre lleva un gesto en la cara como si fuese el mejor del mundo y los demás tuviésemos que arrodillarnos ante él, me da verdadero asco su cara y en más de una o
ASESINO—Por favor no —suplica ella mientras se echa hacía atrás, pero no tiene escapatoria, está llegando a la pared— haré lo que sea, pero no me mates.Y así sin más empieza a llorar, me paro un minuto a contemplar si siento algún tipo de remordimiento, pero no es así, por lo que me acerco a ella y le abrazo.—Tranquila pequeña —le consuelo mientras inyecto el cianuro directo a su corazón que palpita a mil por hora.Al ser el cianuro una droga potente y al haberla inyectado directamente en su corazón muere en el acto. En consecuencia, se queda colgando sin vida entre mis brazos. Es una pena que todo haya terminado así, aquella peque&n
HENRYHoy ha sido un día agotador, hemos encontrado nuevos cadáveres, por este motivo lo único que quiero es ir a casa y tomar una copa de vino, pero como soy consciente de que mi frigorífico está pelado tengo que ir al supermercado. Aparco el coche cerca de casa y me dirijo a pie hasta el super del barrio.—Henry —me llama Pilar, una anciana de ochenta y seis años muy maja, pero a veces un poco pesada— tienes mala cara Henry.Me fijo en su aspecto, es una señora que se cuida bastante para tener tantos años, lleva una camiseta de leopardo y una falda que le llega hasta los tobillos, la cual conjunta con unas zapatillas negras. Pilar vive sola y es muy independiente, algo que me fascina, ya me gustaría llegar a su edad tan bien como ella está.
ASESINONada más terminar de cantar cojo a la señorita Vera y le clavo la jeringa con el calmante. Es una pena pues quiero que me acompañe por su cuenta como la última señorita, pero esta ha ofrecido más resistencia y no me ha quedado más remedio que administrarle un pequeño calmante.Después arrastro su cuerpo por las escaleras hasta llegar a su habitación, con algo de esfuerzo le subo a la silla. Mientras espero a que despierte me fijo en la habitación que he escogido para ella, la tercera habitación.Es más grande que las anteriores, aunque sera la única que solo tendra un cadáver. Al entrar por la puerta lo primero que se ve es la gran cama en medio de la habitación, a un l
HENRY—Hoy vamos a tomar algo —me sorprende el inspector Mauro.—No estoy de humor Rafa —le digo intentando esquivarlo para dirigirme a mi despacho.Llevamos demasiado tiempo con el caso y me frustra la idea de no saber el siguiente movimiento del asesino.—Tienes mucha presión acumulada —dispara mientras me sigue al despacho para intentar convencerme— te vendrá bien que salgamos.—No me vendrá bien emborracharme —le aseguro mientras entro en el despacho y dejo la chaqueta en mi silla— Tengo que estar pendiente por si el asesino vuelve a matar.—Sabes que no lo va a hacer, hace tan solo un día que encont
Estaban los tres en la cocina empezando tranquilamente a comer el puré y el pollo frito que ella había preparado, cuando él se enfadó y empezó a armar una escena como hacía muchas veces.—Es que no puedes hacer nada bien —le gritó el oso a la mujer mientras esta lloraba y se tapaba la cara asustada por lo que el oso pudiera hacer.—Lo siento —balbuceó ella con la voz rota de tanto llorar— volveré a hacerlo, por favo
ASESINOEstoy en mi casa, en el sofá junto a una persona que he conocido hace poco, viendo la televisión, exactamente la serie “Crímenes imperfectos” cuando me pongo a pensar sobre mis crímenes. Por ahora todos y cada uno de ellos han sido perfectos pues la policía no tiene ninguna pista de quién soy.De pronto me entra el hambre. Voy al frigorífico, el cual está muy bien abastecido y saco una sopa en un tupper, la caliento y vuelvo al sofá donde sigo viendo la serie que tan embelesado me tiene.—Yo no soportaría ser poli —me dice mi acompañante— tiene que ser muy estresante.—Por lo que he visto en la tele lo es… —le respondo sin querer hablar mucho más.
HENRYEs lunes y llego bastante pronto al trabajo debido a lo cual me dirijo directamente hacia la sala del café cuando me encuentro con Rafa.—Se te ve descansado —me dice con una sonrisa picarona.—Lo estoy —le respondo bajando la voz— me he pasado todo el fin de semana con Samantha, es una fiera en la cama.—Tuviste suerte —me garantiza golpeándome el hombro con el brazo— yo intente quedar con Alexandra pero me dijo que no estaba interesada.—Lo siento amigo —me río por su mala suerte.—Señor —nos interrumpe la voz de Monroe a nuestra espalda.Mierda