5. ¿Salimos?

Había pasado un par de días desde la última vez que Adele se encontró con Joel, más bien, cuando Joel encontró a Adele. Ella había podido avanzar solo un poco desde ese día ¿No era extraño? 

—He comenzado a pensar que Joel es mi fuente de inspiración, sé que es extraño, pero el tenerlo cerca me da nuevas ideas ¿Tendría que ir por él?— hizo una pausa sorprendiéndose a sí misma por sus palabras —No, no lo haré.

Justo después de pensar en eso, el timbre  comenzó a sonar —¿Serán ellos?— Se preguntó. Bueno, realmente ellos eran los únicos que tocaban a su puerta —¿Qué necesitarán esta vez? Sé que quiero ir a abrirles, pero debo mostrarme un poco difícil así no sentirán que pueden molestarme todo el tiempo y cada vez que quieran— se cuestionaba y respondía constantemente. Esperó un par de minutos más y decidió abrirles.

—¿Necesitan algo?— preguntó apoyándose en el marco de la puerta y cruzando sus brazos.

Una sonrisa algo nerviosa se formó en el rostro del Cabello de Maíz, sí, esa era la misma sonrisa de la última vez que había pedido que cuidara de Joel.

—Sí, necesitamos tu ayuda— sonrió de una manera más amplia.

—No, papá la necesita, no yo— susurró el niño con una pequeña sonrisa.

—¿Necesita ayuda? ¿Está bien?— preguntó un poco nerviosa mientras daba unos pasos en su dirección y revisaba a cada uno.

Claro que se preocupaba por sus vecinos, era más, no sabía si el Cabeza de maíz podía cocinar ¿Y si era el responsable de un accidente? ¿Si provocaba un incendio? Ella sacudió su cabeza repetidas veces mientras intentaba sacar de su mente aquellas ideas. Eso era una de las cosas negativas de tener mente de escritora, te imaginas lo peor en la mayoría de los casos.

—Necesito ayuda y estoy bien, pero… ¡Ah es difícil decirlo!— jugó con sus manos.

—Papá le tiene terror a salir y mucho menos andar en autos, yo… también le temo un poquito a los automóviles y esa es la razón por la que no me deja salir, así que pensamos que podrías ayudarnos, mamá— explicó Joel.

Vaya que ese niño era más maduro de lo que parecía y además podría dar un poquito de miedo.

—No estoy segura ¿Qué tan grave es?— llevó Adele su mano a la barbilla.

—Me desmayo antes de subirme a alguno— desvió la mirada.

Al parecer el caso de Thoma era un poco más grave que el de Adele. En su caso, las manos comenzaban a temblar y a sudar, su corazón se aceleraba y aunque podía viajar en ellos, sentía que se iba a morir. «Quizá no deba aceptar para ayudarle a él, sino para ayudarme a mí misma, ha de ser un poco egoísta de mi parte, pero es algo que me servirá bastante, tendré que mantenerme fuerte para poder que él no se muera en el proceso» Pensó ella lanzando un pesado suspiro.

—Está bien, lo haré… ¡Pero no será gratis!— aclaró.

—Recuerdo que me dijiste que no necesitabas el dinero— rodó los ojos.

—No es eso, pero tendrás que hacer algo por mí sin que te niegues— ladeó la cabeza con una media sonrisa en el rostro —Además, con esto serían dos cosas— recordó.

—Sí, sabía que no podría sacar nada gratis de ti— lanzó un profundo suspiro —¿Cuándo comenzamos?— añadió.

—Podríamos comenzar ya mismo— respondió ella corriendo a tomar su bolso.

—¿Para dónde quieres ir Joel?— preguntó Thoma.

—¡Al parque de diversiones!— exclamó bastante alegre.

—Ya llegué— cerró la puerta —¿Vamos al parque?— preguntó con una sonrisa.

La última vez que Adele había ido al parque de diversiones había sido hace un año, había ido con su hermana la cual quería animarla un poco.

|Flashback de Adele|

—¡Vamos Adele Marcela! ¡No tenemos todo el día!— me jalaba del brazo con demasiada energía.

—¿Por qué estamos exactamente aquí?— ladeé la cabeza.

Ella me ignoró y me obligó a subir a muchas atracciones, desde que éramos pequeñas disfrutamos jugar en ellas, solo que con el paso del tiempo, dejé de disfrutarlo como antes, quizá esa era la razón por la que ella me «Lanzaba» a hacerlo, había perdido el interés en las cosas. 

—¿Sabes?— dijo mientras nos sentábamos —siento que de cierta manera te he perdido. Con la muerte de tus padres y ese… olvídalo, siento que has cambiado. No es que te odie por eso, pero siento que no estás disfrutando de verdad lo que está a tu alrededor, cuando seas mayor, al ver atrás vas a lamentarte por no haber disfrutado mientras tenías la posibilidad— tomó mi mano.

—No te preocupes hermana, eso no va a pasar, estoy bien así— sonreí de manera chica.

—Eso  es lo que más me asusta, que cuando recapacites sea demasiado tarde— su mirada era algo triste.

|Fin Flashback|

Ella tenía razón de preocuparse por Adele, su manera de ser ahora a comparación de antes de la muerte de sus padres era separada por un gran abismo. Ella aún era así, pero en esta ocasión, Adele se había encontrado con un par de personas que muy seguramente la haría salir de su zona de confort.

Habían comenzado con lo primordial, tomarían un autobús y de regreso los harían en un taxi, «Espero  que Tomás no vaya a desmayarse» pensó ella mientras lo observaba. Ya en él, estaban respirando profundamente mientras Adele se había resuelto de cargar a Joel. La chica no tenía necesidad de salir, cuando era realmente necesario salir a pagar las facturas y cosas así las cuales eran mínimas, partía caminando sin importar lo lejos que fuera.

—Tomás… no esté nervioso, todo estará bien— susurró mientras lo observaba, segundos después, pudo sentir cómo él tomó su mano.

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