4. Cabello de maíz

—¿Por qué pensaste que nos secuestrarían? ¡Estás loco! Solo nos divertimos un poco— respondió la menor en un intento ineficaz de contener su risa. 

Joel, el cual estaba abrazado a la pierna de Adele, asomó su cabecita mientras su mirada viajaba a cada uno de sus mayores, Adele con suavidad acariciaba el cabello del niño.

—Soy papá, es normal exagerar— se justificó Thoma viendo directo a los ojos  de Adele.

—No con esa magnitud, pero… ¡Me has dado una idea para el padre de Austin!— dijo la menor bastante emocionada. Esa era una de las más notorias características de Adele, en cualquier conversación o acontecimiento sacaba por lo menos una idea para sus historias, no era de extraño que tuviera una libreta colapsada de ideas que, según ella «Me servirán después» o también «Es mi cerebro trabajando gratis»

—¿Austin?— preguntó confundido.

—Soy escritora, Austin es el protagonista de mi nueva historia— explicó y añadió —gracias a usted, Austin no será huérfano.

—Gracias por hoy Adele— dijo Joel abrazándola con fuerza —me divertí mucho— sonrió.

—Yo también me divertí bastante, debemos volverlo a hacer, eso me recuerda… — Posó su mirada sobre el cabello de maíz —¿Cómo es que mantiene encerrado a Joel? ¡Solo es un niño! Él debe estudiar, hacer amigos, jugar, correr y crecer— cuestiono ofendida cruzándose de brazos.

La mirada del Cabello de maíz se posó sobre Joel, el niño sonrió nervioso y se escondió detrás de la mayor una vez más.

—Yo… yo no hago eso con Joel, soy un buen padre— sonrió de manera amplia tratando de excusarse.

—Sí, claro, eso explica por qué escapó la última vez y terminó en mi casa— se escuchó la risita de Joel detrás de Adele.

—¡Eso puede explicarse!— exclamó el cabello de maíz mientras mostraba las palmas de sus manos.

—Lo escucho— Expuso Adele cruzándose una vez más de brazos, era una posición cómoda.

—Espere… ¿Por qué le estoy dando explicaciones? Es mi hijo— posó sus manos en su cadera —¿Por qué llegan tan tarde?— le regresó la pregunta.

—Porque su papá lo mantiene cautivo en casa, no lo deja salir, a menos que escape— sonrió ella con aires de victoria.

—¡No lo mantengo cautivo!— exclamó algo frustrado.

—Cómo digas viejo— rio —por cierto ¿cómo se llama? Es algo agotador decirle Cabello de Maíz— desvió la mirada.

—Mi nombre es Thoma— llevó su mano a la frente —¡¿Cabeza de maíz?! ¿Es un insulto?

—Lindo nombre, Tomás— sonrió la menor tratando de memorizarlo —Es hora que vuelva a casa— se despidió de Joel y entró a su cálido, amado y apreciado hogar. 

«Austin, un chico bastante astuto que conseguía lo que quería, excepto una cosa, la libertad de su padre, el cual lo encerraba en su casa a causa de ese terrible accidente»

«Jane, era una adolescente bastante alegre, su vida cambió después del accidente que tiene en común con Austin, sus caminos se separaron, pero ella sin saberlo, anhelaba el momento en que se reencontraran»

—Me gustan bastante estos personajes. Pero tienen que tener ese «Algo negativo» que haga que la historia pueda desarrollarse y sus personajes maduren en la historia— se dijo ella misma mientras daba vueltas en su silla —¿Y si Jane se vuelve ermitaña a causa de eso sin saber exactamente la razón? Quizá me cueste en un futuro unir los puntos, pero dejemos que mis manos escriban lo que quieran, que se unan en esa armonía y creen una bella coreografía.

Adele continuó escribiendo, pero su mente viajó a un lugar muy diferente —el cabello de maíz… ¿Por qué no deja que Joel salga? No es que esté de acuerdo con que un niño salga solo, pero Joel podría salir con alguien y podrían pasar más tiempo juntos— se preguntaba mientras masticaba su bolígrafo —creo que me estoy preocupando mucho por ellos. Normalmente no me preocupo por personas fuera de mi círculo cercano de contactos, lancé un profundo suspiro. Seguiré escribiendo.

Thoma y Joel ya estaban en casa, en medio de la cena la preocupación de Thoma era bastante evidente. Joel lo observaba mientras comía, pero no decía nada.

—Joel, ¿Le dijiste a Adele que te mantenía en cautiverio?— soltó de una vez por todas.

—Sí, pero no dije más ¡Solo quería que me llevara al parque!— hizo un diminuto y muy tierno puchero.

«Austin buscará la manera de salir del encierro de su padre, aunque en el proceso ve a lo lejos a Jane. A causa de su salida, las cosas con su padre, en lugar de complicarse, llegarán a un acuerdo para salir juntos, superando el trauma que el señor cargaba dentro de él al haber perdido a su esposa en ese fatídico accidente»

—¿No le dijiste nada del accidente y que esa es la razón por la que no dejo que salgas?— cuestionó el padre de Joel colocándose de pie, para después sentarse al lado de su hijo.

Él negó con su cabecita, Thoma tenía miedo que pasara lo mismo que hace tres años, Adele salvó a su hijo en medio del accidente y lo mantuvo consigo todo el tiempo, debía agradecerle por todo, pero, ella no recordaba nada de lo sucedido en ese momento.

—Hijo, entiendo que quieras salir, yo intentaré superar ese miedo por ti, pero ten paciencia— sonrió el mayor con un poco de miedo en sus ojos, a pesar de lo que podía sentir, sabía que era lo mejor para todos. Además, si estaban cerca de Adele, habría más posibilidades de que ella los recordara.

—¡Podemos decirle a mami que nos ayude!— exclamó contento.

Algo que Thoma no había entendido hasta entonces era la razón que tenía su hijo para llamar «Mamá» a Adele. No se lo había llegado a preguntar, pero quizá obtendría las respuestas sin necesidad de hacerlo o por lo menos eso esperaba.

«El camino de ellos dos sería un poco largo, Jane encontrará la manera de ayudarlos a pesar de tener que enfrentar su pasado, le llevará tiempo descubrir la verdad, pero por la insistencia de ambos decide sumarse a esa aventura»

—No estoy seguro de eso, ya la hemos molestado demasiado— desvió Thoma la mirada, dudó un momento —está bien, intentémoslo— sonrió siendo abrazado por su hijo.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo