3. Amara

Decir que estoy mortificada es poco, no solo tuve sexo con un completo extraño, también su madre nos había encontrado a punto de hacerlo en la isla de la cocina, que esta demasiado cerca de la puerta de entrada para mi gusto.

La noche anterior había sido increíble, no había tenido sexo en años, y había sido fantástico, el hombre definitivamente sabía lo que hacía, durante un instante casi había olvidado por completo mis cicatrices, era una de las razones por las cuales realmente no me había arriesgado a tener relaciones de ningún tipo, una histerectomía, un trasplante de riñón y una esplenectomía para ser exactos, el cáncer había hecho estragos en mi cuerpo desde que podía recordar, había vuelto en más de una ocasión a lo largo de los años, desde los catorce años, siempre creí que moriría en cualquier momento, perdí todo mi cabello, incluso mi ultimo novio me había abandonado ya que el cáncer parecía ser demasiado para él, fue poco después de la muerte de mi padre, y la fecha en al que había empezado a agravarse mi depresión.

Sacudo la cabeza, las lagrimas empezaban a acudir a mis ojos, Sergey se estaba cambiando, por lo que le estaba esperando sentada en la cama mientras miraba alrededor, el hombre era evidentemente rico, aunque debí inferirlo al encontrarlo en un bar tan lujoso, a demás de que tenía acceso a la zona VIP, su apartamento era impresionante, todo era elegante y tonos neutros, su habitación incluso tenía una puerta invisible para acceso al baño y un armario empotrado y digital. En su sala había un impresionante piano de cola que había llamado su atención, a demás de cuadros familiares y obras de arte.

— Listo — dice Sergey una vez que termina de arreglarse, el hombre tenía estilo, tenía una camisa de vestir hecha a medida y  un pantalón de pana a juego con un par de zapatos de vestir y una chaqueta de cuero

— Luces bien — digo sonriendo, y poniéndome de pie, él me tiende la mano y de nuevo me dedica esa mirada coqueta que me había conseguido en su cama tan pronto

— ¿Puedo besarte? —pregunta acercándose, se ha puesto colonia, un olor sutil pero fresco que consigue encantarme enseguida — Me gusta la forma en que reaccionas a los besos — añade

—¿Tengo una reacción? — pregunto frunciendo el ceño, él sonríe y asiente

— Si es la ultima vez que voy a verte, me gustaría disfrutar un poco ¿es eso justo? — pregunta.

Lo pienso por un segundo, realmente no pensaba que estaría en su apartamento mas de unos minutos luego de despertar, por lo que estoy confundida ante su actitud coqueta y repentina invitación a ver a su familia, literalmente no conocía al hombre por más de veinticuatro horas, y según sus palabras, tampoco tenía intenciones de contactarme para otra ocasión.

— Solo un beso, aún no olvido que tu madre está en la sala — añado, él pone los ojos en blanco y me besa. Es malditamente bueno en ello, su lengua se abre paso en mi boca y en cuestión de segundos estoy completamente deshecha, pero me obligo a terminar el beso antes de retirarme.

— De acuerdo, vamos, te llevaré a tu casa — dice inclinando la cabeza hacia la puerta. Lo sigo mientras me hago mentalmente a la idea de enfrentar a la mujer.

La madre de Sergey se pone de pie en cuanto me ve, sus ojos se ven completamente alegres mientras me analiza, lo que me hace sentir algo incómoda, realmente soy consciente de que soy demasiado delgada y que el vestido no era precisamente favorecedor. Antes de que la mujer diga algo, Sergey la interrumpe en ruso.

— No digas nada por favor, no la incomodes — se queja. Su madre pone los ojos en blanco

— Oh por favor — se queja la mujer — ¿Está mal que tu pobre madre se alegre porque su hijo finalmente tiene otra mujer en su vida?

Aprieto los labios, ellos evidentemente no estaban conscientes de que les entendía, Sergey apretó la mandíbula, por lo que supuso que el tema era delicado.

— Hola, lamento lo de antes — interrumpo en inglés, extendiendo mi mano — Soy Amara

—Un gusto, mi niña, mi nombre es Alexandra Lazarev, la madre de Sergey — responde la mujer en inglés, me tiende la mano, y la sacudo — Estoy feliz de conocer finalmente una novia de Sergey

— Bien, vámonos — se queja Sergey, antes de añadir en ruso a su madre — Te agradecería que dejaras mi vida amorosa en paz, por favor

Su madre, evidentemente molesta por el comentario, pone los ojos en blanco

— Si fueras más amable, estoy seguro de que podrías al menos mantener a una mujer en tu vida — se queja, el comentario evidentemente era hiriente para Sergey, quien aprieta la mandíbula y toma las llaves de su coche de la mesa de forma agresiva

— Llevaré el pastel y me iré, dile a Ana que le deseo un feliz cumpleaños — gruñe, antes de dirigirse hacia la puerta, su madre, quien parecía más que dispuesta a seguir con la discusión, añade

— Tal vez sea buena idea, así no tendrás que ver al hijo de Nadine, ella y tu hermana siguen siendo buenas amigas — empiezo a sentirme aún más incomoda, en especial al ver la expresión dolida en el rostro de Sergey. Realmente no quiero interrumpir, ellos evidentemente creen tener una conversación privada, por lo que no quiero hacer las cosas más incómodas.

— No me importa más Nadine mamá — se quejó Sergey, pero su voz sonaba triste

— Entonces ¿por qué no das la cara? Evidentemente no te faltan mujeres — insiste su madre, luciendo exasperada

— Disculpa por la discusión — dice Sergey en inglés, mirándome y señalándome la puerta — Te estoy haciendo perder el tiempo con una tontería

— No pasa nada — digo sonriendo tan amablemente como puedo ante la situación, evidentemente había un problema con el asunto de la fiesta y la tal Nadine, aunque en la habitación, Sergey había parecido desilusionado cuando le dije que no iría, por lo que el asunto parecía importante.

Una vez salimos del departamento, me detengo y dudo si realmente sea buena idea lo que estoy pensando, realmente no lo conozco, pero la discusión con su madre había hecho que sintiera algo de pena, por lo que lo miro y asiento

— Iré al cumpleaños de tu hermana — digo finalmente, pero frunciendo el ceño — ¿Debo fingir ser tu novia?

— No tienes que hacerlo — dice haciendo una mueca de incomodidad — La discusión era sobre una tontería, nada que ver con la fiesta

—  No es nada, tu me ayudaste anoche, por lo que puedo ayudarte — aseguro — A demás, me lo pediste antes de la discusión, simplemente estoy cambiando mi respuesta

— No quiero hacerte sentir incómoda — dice, guiándome por el pasillo hasta el ascensor de su edificio — Tu lo dijiste, no me conoces, no tienes por qué hacerte pasar por mi novia

Lo pienso un poco, tenía razón, pero reamente…¿Qué podría pasar? El hombre era atractivo, ya habíamos tenido sexo, hacerme pasar por su novia luego de que su madre nos encontrara a punto de tener sexo en la cocina, sería pan comido.

— Escucha, no sé que sucede en tu familia — admito — pero si hace que te dejen en paz, me gustaría ayudar, además, no había salido de fiesta en años

— ¿Realmente serías capaz de hacer algo así por mí? — pregunta, sorprendido, yo asiento, estoy tomando un gran riesgo con esto, debido a que no tengo ni idea de en que me estoy metiendo, pero Kathia tenía razón, no podía continuar deprimida en mi apartamento llorando por las cosas del pasado, desde mi ex, no había estado con ningún hombre, salir con uno, aunque fuera una mentira, podría ser divertido.

— Eres lo suficientemente guapo, creo que puedo manejarlo — mi comentario, lo hace reír, toma mi mano y la besa

— Te lo compensaré, lo prometo — asegura.

Mientras estamos en el coche, tomo mi teléfono para enviarle un mensaje a Kathia, le había dejado saber que estaba con Sergey y ella aseguró que se encargaría del negocio, implicando a demás, que disfrutara del hombre.

— Escucha, sé que nos conocimos anoche — dice Sergey llamando mi atención cuando paramos en un semáforo — pero mi familia es algo intensa, ellos, realmente no esperan que tenga una novia o que mire a cualquier mujer — bufa, pero sé que está incomodo y que probablemente no habla de estos temas.

— ¿Puedo preguntar por qué? — recuerdo que mencionaron el nombre de Nadine en algún momento, pero no insisto, él toma una gran bocanada de aire antes de suspirar y avanzar de nuevo por las calles del centro

— Hace un par de años, tuve una… ruptura bastante mala — explica y a juzgar por la forma en que aprieta el volante del coche, es un tema que aún le molesta demasiado, al observar detenidamente sus manos, me doy cuenta de que tiene pequeñas cicatrices en sus dedos, al seguir mi mirada, la extiende — Soy pianista — explica, casi con amargura — tuve un accidente en la boda, y no he tocado desde entonces, y evidentemente todos culpan a mi vida amorosa por ello

—¿y tienen razón? — pregunto, él hace una mueca, pero no responde completamente

— Solo quiero que demostrarles que no es por ella — explica, yo asiento, comprendiendo que, en el fondo, el seguía amándola y si su madre siempre actuaba de la forma en que lo había hecho más temprano, definitivamente sería difícil para él, avanzar.

— ¿Ella asistirá a la fiesta? — pregunto, él asiente

— Irónicamente, es la mejor amiga de mi hermana, así que no es como que pueda esquivarla todo el tiempo — se queja, estamos cerca de mi pastelería, cuando detiene el coche frente a ella, lo miro confundida

— No recuerdo decirte donde vivía — digo frunciendo el ceño, él me mira confundido

— ¿Vives aquí? Yo vine por el pastel — dice señalando la pastelería.

Salgo del auto con él y le acompaño al interior, Kathia y nuestras tres empleadas mantenían todo funcionando, la zona donde abrimos el nuevo restaurante está cerrada hasta dentro de unas horas, no contábamos con el catering adecuado todavía, por lo que teníamos que esperar a inaugurarlo.

— Esta es mi tienda, no sabía que había un pedido para hoy — digo frunciendo el ceño y haciendo un inventario mental, tal vez Kathia lo había tomado mientras yo estaba ocupada siendo miserable la semana anterior

— Pues espero que esté listo, porque prometí llevarlo — se queja con una sonrisa divertida, en el interior hay unos cuantos clientes, Kathia está en la caja y me dedica una mirada cómplice cundo ve a Sergey

— ¿Puedo ayudarlos en algo? — pregunta divertida, yo miro a Sergey

—Voy a cambiarme ¿Debería usar algo elegante? — pregunto, ignorando las miradas interesadas de mi amiga, Sergey lo piensa por un momento

— Algo sencillo, probablemente cenemos, sí que ve cómoda — me da un guiño antes de girarse hacia Kathia — Vengo por un pastel que ordené hace una semana.

Mientras Kathia se encarga del asunto, corro hacia la parte trasera, en donde la escalera lleva al apartamento en el segundo piso.

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