4-El pasado Parte II: de la desaparición de Ehlian.

El tiempo pasó, Neithan tenía tres años y Èliàn ya tenía uno. Èhlian estaba en su habitación con los niños cuando Ìhan irrumpió con brusquedad.

- Tengo noticias de Meithlan. – Èhlian se levantó de la cama mientras los niños jugaban. – Se encuentran en la tierra.

- Que bien. – Dijo Éhlian con alivio. - ¿Cómo están todos?

- Bien. – Dijo Ìhan. – Iré a la tierra a buscar la reliquia de la tierra.

- ¿Ellos la tienen?

- Si. Cuando se fueron de la galaxia neutra, la esposa de Meithlan tenía un niño, a Ruth, y estaba embarazada, el tiempo en la tierra pasa muy rápido. Los cuerpos, la materia se adapta a las condiciones que el planeta posea – Èhlian asintió. – Ruth ya es un hombre. – Èhlian asintió. – y el otro niño también – Èhlian se percató de que la expresión de Ìhan cambió.

- ¿Qué sucede?

- Los Draken se mezclaron entre una raza terrestre y su hijo menor lo quiere destronar. Al parecer, la hija de Mordana se encuentra allá.

- ¿Mordana tuvo una hija?

- Si. – dijo Ìhan. – Hace mucho tiempo, debe tener la edad de Lìhan. Es hija de Baidan. – La expresión de Èhlian mostraba más sorpresa que al principio. - Ella es la hechicera de Mot, el hijo menor de Meithlan.

- ¿Qué es lo que está sucediendo?

- Ella conoce todo sobre las reliquias. Ella tiene los subyac, pero no sabe que Meithlan tiene la reliquia de la tierra. Yo iré por ella.

- Te cuidado por favor.

- No sabrán que estuve allá. te lo puedo asegurar. – Èhlian asintió, Ìhan se disponía a salir cuando se detuvo, se volvió y la besó. – Te amo.

- Y yo a ti. – Ìhan salió de la habitación.

El tiempo siguió pasando, Èhlian estaba en su habitación, Èliàn dormía, tenía seis o siete años. En ese momento Sula entró en la habitación con brusquedad.

- Hay noticias de Ìhan.

- ¿Dónde está? ¿Neithan está bien?

- Si.

- ¿Por qué pasó tanto tiempo sin comunicarse?

- Él quiere hablar contigo, ve, yo me quedaré con Èliàn.

- Gracias. – Èhlian salió de la habitación y Sula cerró la puerta.

Estuvo corriendo durante un rato por los pacillos hasta que llego a la sala de control.

- Comunícalo. – Le dijo a una muchacha que estaba sentada frente a la mesa de control. Ella asintió e hizo la conexión entre Armond y la nave de Ìhan.

- Preciosa. – Ìhan apareció en la pantalla.

- Ìhan, ¿Qué sucedió? ¿Por qué no te comunicaste?

- Si lo hacía Mordana descubriría tu ubicación.

- ¿Cómo está Neithan?

- Bien. Logré llevarlo con Bog antes de que llegara Mordana. En cuanto tenga la oportunidad lo llevarán con Meithlan.

- ¿Llegara a donde? ¿Qué sucedió?

- Nos vio antes de que llegara a Noha, tuve que desviarme para evitar que descubriera nuestro plan. Así que tuve que cortar toda comunicación hasta perderla de vista.

- Pero ¿Estas bien?

- Si, estoy muy bien. Neithan está con Bog y la reliquia de la tierra.

- Bog sabe que es la reliquia. ¿Verdad?

- No. Le dije que era un obsequio tuyo para el niño, que él no debía separarse de la reliquia.

- Bien. – Dijo Èhlian. – Sula está aquí, iremos a Niana para… - Èhlian se interrumpió pues la comunicación de Ìhan parecía tener problemas. – Ìhan, ¿Qué sucede?

- Mordana nos descubrió. Nos ataca.

- Ìhan por favor, ten cuidado. Donde…

- No te preocupes, todo va a… - se cortó la comunicación.

- ÍHAN. – Miró a la muchacha. – COMUNICALO DE NUEVO.

- Èhlian yo…

- COMUNICALO.

- No puede Èhlian. – Dijo Sula que había aparecido con la niña tomada de la mano. – Ya no está. Se fue.

- No. – Se le enrojecieron los ojos y las lágrimas comenzaron a emanar y mojar sus mejillas. – No Ìhan no. Ìhan no.

- Cuando la comunicación se corta y no existe una conexión entre ambas naves, es porque las naves fueron destruidas, tú lo sabes bien.

- No puede estar muerto no. – Se dejó caer de rodillas y se tapó la cara con las manos. En ese momento la niña soltó a Sula y fue hacia su madre.

- ¿Por qué lloras mami? – Èliàn le acarició el cabello a su mamá. Èhlian la miró y la abrazó.

- Abrázame mi bebé. – Èliàn la abrazó.

- Èhlian. – Sula le puso la mano en el hombro y ella soltó a la niña. Luego desvió la mirada hacia las personas detrás de ella. – Busquen la ubicación de la nave de Ìhan.

- Èhlian – La muchacha que estaba sentada iba a decir algo, pero Èhlian no se lo permitió.

- Sólo hazlo. – Le dijo con brusquedad. – Después me comunicarás con Bog – Se volvió a su hija y la besó. – Sula llévala a jugar un rato. – Se levantó y se alejó a su habitación.

El tiempo siguió pasando, se encontraban en Niana, Èhlian y su hija caminaban en medio de un hermoso jardín, habían pasado seis meses desde que Ìhan murió y Neithan se fue con Bog.

- ¿A dónde irás? – Le preguntó Èliàn a su madre.

- Saldré por un tiempo. Pero voy a volver por ti. ¿Está bien?

- ¿Dónde está Ìhan?

- Él no va a volver mi amor. – Le dijo a su hija y sus ojos se enrojecieron de nuevo.

- ¿Por qué?

- Porque está…

- Muerto. – Terminó la niña y Èhlian se sorprendió al escucharla. – Se lo dijiste a Sula. Yo te escuché. – Los ojos de la niña se enrojecieron.

- ¿Has hablado con Meithlan?

- Si. Dice que todo está bien. Pero yo creo que tiene problemas.

- Si él te dice que está bien, lo está. ¿De acuerdo? – Èliàn asintió. – Te quedarás con Sula unos días aquí y luego se irán. Yo sabré donde encontrarlas. ¿Me esperarás? – La niña volvió a asentir. – Dame un abrazo. – Èliàn la abrazó. En ese momento Sula iba hacia ellas.

- Ya todo está listo Èhlian.

- Si. Gracias. – Èhlian besó a su hija y se levantó.

- Cuídala mucho por favor. – Le pidió a Sula.

- Lo haré. No te preocupes.

- Sabes lo que tienes que hacer ¿verdad?

- Lo se. ¿Qué sucederá con el Medallón?

- Lo llevo conmigo.

- Ella sabe que lo tienes. Desapareciste y tras la muerte de Ìhan volviste a aparecer.

- Esta vez me tragará la tierra.

- Èhlian no hables así, tienes una hija.

- La cual está segura contigo hasta que sepa lo que debe hacer. Entonces volveré.

- No podrás volver.

- Tú me encontrarás, me traerás de vuelta aquí y me sepultarás donde te pedí. Lo demás correrá por mi cuenta y por la de Ìhan.

- ¿Qué fue lo que hiciste?

- No te preocupes en pensar en eso. Cuando suceda, lo sabrás. – tomó las manos de Sula y las besó. – Gracias por ayudarme tanto.

- Te crié con tu madre, incluso contaste conmigo después de su muerte, no pienso abandonarte nunca, ni a tu hija.

- Sólo espero que vuelva a ver a Neithan.

- Quizá tu no, pero procuraré que ella este en contacto con Neithan.

- Gracias Sula. Te debo la vida.

La soltó y se alejó caminando en dirección a una nave que se encontraba a cierta distancia de donde estaban ellas. Èliàn saludaba a su madre con la mano, en son de despedida. Sula la cargó y la abrazó sin dejar de llorar. Èhlian subió a la nave y esta despegó alejándose del planeta.

Èhlian llegó a Mila, fue a un pub abarrotado de gente y se sentó en una silla, lejos de las miradas de todos, sola sin esperar a nadie, ya no había nada que la atara a su vida, Ìhan había muerto y su hija estaba a salvo lejos de ella. Estaría un rato en Mila para luego irse rumbo a Armond para encontrar a Mordana.

Se levantó y se disponía a salir cuando alguien más entró. Le pareció familiar, a pesar de que estaba encapuchada y no podía ver su rostro. A pesar de eso, sabía que la mujer que estaba de pie en el umbral la miraba debajo de su capucha. La mujer levantó la mano y le indicó, con una seña que la siguiera, Éhlian la miró unos segundos y comenzó a caminar con la mano en su pistola, la mujer le dio la espalda y salió del pub.

Cuando Èhlian salió no vio a nadie afuera, la buscó con la mirada, pero no encontró nada ni a nadie.

- Sabía que te encontraría aquí. – Dijo alguien detrás de ella. La muchacha se volvió y con una rapidez asombrosa sacó la espada para atacar a la mujer que tenía detrás, pero para su sorpresa, ella ya había sacado al suya y detuvo su ataque. – No estoy aquí para atacarte, todo lo contrario.

- ¿Quién eres? – Le preguntó Èhlian.

- Un secreto. – Dijo la mujer. – Alguien que debía estar oculto y que no apareció hasta no creerlo conveniente. Vine a seguirte, a ofrecerte mis servicios.

- ¿Quién eres? Quiero ver tu rostro. Alguien que se oculta no puede ser de confianza.

- Sabía que dirías eso. Durante un año pude conocerte, seguir tus pasos y saber quien eras en realidad, es correcta tu petición, y voy a darte lo que quieres. – La mujer se quitó la capucha y Èhlian dio un paso atrás de la impresión. La mujer se parecía mucho a ella. Era idénticas, salvo por la falta del lunar en forma de lágrima que Èhlian tenía sobre su labio superior.

- ¿Quién eres tú?

- Soy tu hermana gemela.

- No… No es posible. Yo… -

- Mi madre, tu madre, me ocultó para evitar que Mordana lo supiera. Ella ya sabía sobre su traición en nuestra contra y decidió ocultarme.

- ¿Por qué no me lo dijo?

- Eras muy pequeña y ella nunca pensó que moriría y te dejaría sola.

- ¿Cómo me encontraste?

- Yo sabía de ti, Alanna me cuidó durante todo el tiempo. Ella me habló de ti y me dijo todo lo que debía saber. Ella me dijo donde encontrarte y me dijo que yo encontraría el momento oportuno para acercarme a ti.

- ¿Por qué no lo hiciste antes?

- No lo creí conveniente.

- ¿Cómo te llamas?

- Àhlian. – Èhlian sonrió. – Te veo derrotada Èhlian. – Su hermana dejó de sonreír.

- Lo estoy.

- No eres la persona que creí.

- No tengo nada más por que vivir.

- Tienes a tu hija. – Èhlian se sorprendió. – También se sobre ella.

- Ìhan ya no está.

- También lo se. Lo se todo sobre ti. Pero dudo que él hubiera querido que te derrumbaras de esa forma.

- Todo está preparado ya. No hay regreso. Mordana creerá que desaparecí. Sólo necesito alejarme de Sula y de mi hija para que estén seguras.

- ¿Y Neithan?

- Él también está a salvo con Bog.

- Lo se. Quiero ayudarte. – Se miraron un momento y Èhlian asintió.

- Está bien. – Dijo Èhlian y ambas comenzaron a caminar hacia la nave de Èhlian. – Iremos a Armond.

- ¿Por qué? – Ambas se detuvieron. - Mordana puede vernos y…

- Ahí es donde están los rebeldes. – Èhlian sonrió. – Mientras más cerca estemos del enemigo más seguras estaremos. – Àhlian sonrió. - Me preocupaba irme sin dejar un líder. Siento que puedo confiar en ti, así que tú estarás ahí.

- ¿Yo?

- Querías ayudarme. Es lo que quiero que hagas.

- Èhlian yo…

- Solo necesito eso y algo más. – Àhlian la miró unos segundos y luego asintió, reanudaron la marcha hacia la nave. – Cuando Èliàn cumpla veinte años, quiero que la busques y le entregues esto. – Le dio un libro a Àhlian. – Puedes usarlo mientras esté en tus manos, incluso después de que pase a las manos de ella. – Ambas subieron a la nave y se alejaron rumbo a Armond. – Estarás al mando de la base de los rebeldes hasta que ella y Neithan aparezcan, en Armond todos están al tanto de que ellos los guiarán, sólo falta informarles que tú estarás en su lugar hasta que ellos vuelvan. – Àhlian asintió.

- ¿Qué harás tú?

- Desaparecer.

- ¿Por qué?

- Porque es la única forma que tengo para que Mordana abandone la búsqueda de mi hija.

- Hay algo que no me gusta.

- Sabes lo que voy a hacer.

- Vas a Armond, al castillo ¿Cierto?

- Así es.

- ¿Pero si vas a desaparecer, por qué vas ante Mordana?

- Porque ella tiene que verlo.

- ¿Vas a…?

- Exacto.

- No lo hagas. Tu hija…

- Estará bien. – Dijo Èhlian. – Ella estará a salvo.

- Pero, vas a morir.

- Lo se. – Le sonrió a su hermana. – Es lo que debo hacer.

- Pero…

- No voy a cambiar mi decisión- - Éhlian suspiró. - Ella pensará que destruí el Medallón.

- ¿Utilizarás el ojo azul para eso?

- Si, destruiré el medallón y…

- Tú con él. Ella pensará que desapareciste.

- Exacto.

- Pero…

- No intentes persuadirme. Lo haré. No cambiaré mi decisión.

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