Capítulo 5

Maxine

Eshan se quita de mi, soltando mi cabello, haciendo que tambalee antes de volver al lado de la pelirroja que mira a Eshan como si quisiera matarlo

—¿Dijiste Lazcano?— susurra el italiano , y la pelirroja asiente pasandome el gaban para que cubra mis piernas casi desnudas

—Si, aquí está mi tarjeta para que su abogado se comunique conmigo para llegar a un acuerdo donde no le digo a mi tío Santiago que cierre su bar y usted termine en la cárcel — saca la tarjeta y la deja sobre su mano y toma la mía para arrastrarme hacia afuera

—Yo no te conozco — susurro saliendo de la ensoñación

—Tu hermana Keyla, llamo a mi hermano por petición tuya si no estoy mal — suspira, sacando un cigarro que enciende mientras hace una llamada — si, en ese bar, trae pantalones — se aparta para tapar la bocina con la mano —¿Que talla eres? — enarco una ceja y ella suspira mirándome las piernas — si, mi talla

Termina la llamada y me arrastra hasta la barra donde Rhys está haciendo un inventario supongo

—Hola, machote, ¿Me regalas un vaso de Jack Daniels? — habla la pelirroja dándole una calada a su cigarro, Rhys me ve y muevo la cabeza de arriba a abajo haciendo que el moreno sirva el whisky — gracias

—¿Keyla llamo a tu hermano?

—Si, ella dijo que fue por petición tuya, que querías regresar el dinero — entonces caigo en cuenta

—¿Tu hermano es el chico de ojos avellana? — se señala asi misma sus ojos que son bastante parecidos, de hecho toda su cara me grita que si son hermanos — Keyla es quien te iba a regresar el dinero...

De hecho creía que iría el mismo a buscarlo

—Pues tu hermana insistió en que el viniera aquí porque ibas a hablar con tu jefe y el seguramente te haría algo por lo que ibas a lamentarte venir sola, y por ello Arji me pidió que yo viniera, soy abogada y sé tratar con gente como tu jefe

—Pero el apellido de él es Hoffman...

—El mio igual, pero en esta situación requería el de mi madre, El apellido Lazcano tiene demasiado peso aquí en España, y no te preocupes lo destruiré

—¿A quien...?

— A ese jefe tuyo, Maxine — rueda los ojos, da una última calada a su cigarro y se termina el whisky de un sorbo

—Pero... Yo... Yo no tengo dinero para pagar un abogado...

—Es un favor hacia mi hermano, no tienes que pagarme nada — comenta pidiendo que le rellenen el vaso y poniendo la vista en su teléfono

—no quiero saber de tu hermano...

—¿Te hizo algún daño?

—No... No es eso es solo que — no sé decirlo, siento vergüenza y temo que se haya llevado una mala impresión de mi

—El me contó lo que pasó — la veo abriendo los ojos con sorpresa — nos contamos todo, y sé que está mal, somos gemelos por lo que lo que el siente lo siento yo... Se siente culpable, mucho, y por eso también estoy aquí y no el

—No creo que me entiendas

—no, no, puede ser todo lo contrario

—¿Ah sí? — pregunto irónica — perdí mi virginidad con un desconocido en un baño de un bar de quinta por dinero

—Mi hermano tiene cierto poder de convencimiento — susurra y se ríe — aunque no parezca, muchas veces solo con ver sus ojos ya hago lo que pide, además que esa voz grave le sirve de complemento...

—Ya veo — asiento, y ella le dice a Rhys que me sirva a mi un vaso de Ron, lo tomo de golpe — pero no quita que no entienda lo que me pasa, lo que el me hace sentir, no quiero sentirme así como una m****a, cuando se que no lo volveré a ver y fui una distracción de una noche

—no estaría yo aquí si eso fuera cierto, Maxine — sacude la cabeza — no te conozco pero te diré algo que solo sabe el

La miro intrigada, pide otro whisky, mientras lo toma me mira y suelta un suspiro de derrota

—Hace algunos meses, perdí mi "virtud" casi de la misma forma que tú — bebé más whisky — el chico del que siempre he estado enamorada, me rechazo — se ríe sin ganas — técnicamente no podemos estar juntos, y por decepción, camine a un bar, fue en Londres, porque el vive allí, y estaba en una ciudad alejada de mi hermano, que ese día le había pedido que me dejara sola

» Entre al bar y empecé a beber, hasta casi caer en un coma etílico, pero eso no fue lo suficiente para que me fuera a casa, divisé a los hombres allí y el primero que no me recordó a mi amor imposible lo arrastre al baño y bueno lo demás es historia, solo le dije , “hazlo rápido para que pueda irme a casa”, lo hizo, no fue compasivo o pensó en que estaba desvirgando a una desconocida, solo entro, se vino y me dejó allí

Toma aire y limpia sus lágrimas

»No puedo quejarme, yo le dije que lo hiciera, ese día Arji llego a mi departamento en Londres a media noche, llamo a todas las droguerías disponibles para comprar algún medicamento para pasar el dolor, pero eso no quita que me sienta igual que una m****a cada que recuerde lo que hice ebria...

—Lo siento — susurro, ella sacude la cabeza

—Yo lo hice consiente, por despecho y decepción, no puedo estar con alguien que quiero y mi primera vez fue un asco, ahora... Si mi hermano fue igual a ese sujeto, dímelo y le doy dónde más le duele

Niego con la cabeza y río por la forma en que lo dijo, es cierto su primera vez fue parecida, pero yo lo hice porque quería que ese desconocido extraño que no me besó si quiera rompiera la barrera que no sabía si quería romper

—Pues no, el fue muy cuidadoso, pero no puedo aceptar ese dinero... Es demasiado

—fuimos bendecidos por alguna clase de dios — comenta, y se gira hacia la puerta que es abierta y un señor parecido al castaño de ojos avellana que no ha salido de mi mente desde hace semanas, parecen gemelos, bueno no, el se ve más grande — Gracias al cielo, llegaste

—¿Cómo es eso que fueron bendecidos?

— Después de nuestro innegable atractivo físico, tenemos dinero para quitar la pobreza de media África — resopla y recibe el pantalón que el hombre sin nombre le extiende — así que no vamos a recibir nada del dinero que es para ti, ¿Trajiste lo otro que pedí?

—¿Estás tomando tan temprano?

—No hay horario para las penas que surgen del corazón — termina de tomarse el whisky, ofreciéndome el pantalón — ¿Lo trajiste o no?

El le pasa el sobre, parecido al que tengo en casa, y espero que no sea más dinero

—ve a vestirte, te espero aquí — comenta Charlotte, el hombre sin nombre, se acerca a ella y yo camino al baño, tallo mi cara con las manos y termino de quitar el vaquero destruido y veo de nuevo la mancha café sobre el lavado, trayendome recuerdos de lo que pasó anoche

Reprimo las lágrimas mientras me terminó de vestir y camino a la parte de atrás donde están los vestidores de las bailarinas, tomando las cosas que deje ayer, salgo de nuevo y ellos parecen en algún tipo de discusión

—No tienes ningún derecho — le quita el vaso que seguramente le arrebato — el tío Santiago nos espera está noche, gracias por ayudarme, ya puedes irte, tengo que hablar un par de cosas más con Maxine

—Charlie no te voy a dejar tomar más

—Jonah, yo tomo lo que me da la gana y no estoy ebria, y si llego a hacerlo, Arji vendrá por mi — sacude la mano y el hombre ahora conocido por Jonah se levanta, me da un asentamiento de cabeza y se marcha — oh allí estás

Me acerco a ella, que vuelve a tomar otro vaso de whisky, viéndome fijamente

—Si nos regresas el dinero te daremos el doble, nos mudaremos a Manchester este fin de semana, y mañana nos regresamos a Holanda, en este sobre hay un boleto abierto a cualquiera de los dos lugares, es para ti, porque mi hermano quiere que estés con el, no se para que, de eso tendrás que hablarlo con el

» Si lo aceptas, te esperamos mañana en el aeropuerto que está cerca al cementerio, de lo contrario, allí hay un teléfono para cuando quieras venir, te enlanza directamente con el, además que está mi número, yo tendré que venir de nuevo para solucionar el problema con tu jefe, aunque creo que se solucionará hoy o mañana

» piénsalo bien, si no aceptas mi hermano se mudará a Mallorca para tenerte cerca... Y como te dije es demasiado convincente cuando quiere algo... Debo irme, ¿Te acerco a algún lugar?

—No entendí la mitad de lo que dijiste— susurro, hablo demasiado rápido para entenderla

—En pocas palabras mi hermano quiere llevarte con el, y entre más digas que no, más dinero recibirás y tendrás de el aquí

Oh, ahora lo entiendo me extiende el sobre que quiero rechazar pero su mirada dice que no debo hacerlo, saca un par de billetes del bolsillo del gaban que le regreso y los deja sobre la barra para empezar a caminar hacia afuera, hay tres camionetas y me abre la puerta de la segunda

—Tienes la dirección de nuestro hogar, y el número de mi hermano, habla con él para que entiendas mejor lo que quiere, ¿Dónde vamos? — me mira y suspiro, abrazando el sobre

—Vivo a tres cuadras de aquí — bajo la cabeza y ella asiente, se cierran las puertas y el auto se pone en marcha, doy las indicaciones en 5 minutos estoy frente al viejo edificio donde vivo — Hasta cuándo puedo dar una respuesta

—Nos iremos mañana a Holanda

Asiento y bajo del auto agradeciendo por todo lo que dijo, y ahora no se que hacer, ¿Debo llamar al chico de ojos avellana?

* * *

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