Capítulo 8

Corina:

—¿Por qué?, ¿luce mayor? —bufo tomando una cucharada de helado.

—¿Kevin?, ¿mayor? —sonrió—. ¿Es de nuestra edad que no?

—Dos o tres años mayor solamente

—Pues no me parece que luzca mayor, pero es muy extraño, siempre está… mirándome.

—Pues claro tonta… te digo que le gustas.

—No es mi tipo, es muy lindo y guapo, pero no es mi estilo —Adriana asiente mientras empuja una cucharada de helado a su boca.

—Lo sé, después del chico ese que ordenaba libros en la biblioteca entendí que tu próximo novio sería un anciano de 70 años que apenas se pudiera mover para hacerte el…

—¡Adriana! —interrumpo y ella suelta una carcajada

—Es la verdad amiga, era un bobo aburrido.

—Era muy lindo —rueda los ojos—. Vale, me iré a dormir.

—Buenas noches bebé —cierro la puerta y al girarme me encuentro con el rostro sin expresión de Joel.

—Yo… —me ignora por completo y llama a la puerta de su hermana

—¿Qué se te olvido? —dice mi amiga abriendo la puerta

—Mañana empieza su trabajo en la granja, 6 am en el establo 2 —Adriana maldice como loca.

—¡Claro que no!, ¡Joel por favor, son mis vacaciones!

—No te estoy preguntando Adriana, y eso te incluye a ti —dice señalándome con ¿desprecio?

—Vale —y me adentro en mi habitación. ¿Qué le pasa a este hombre?, primero viene a mi puerta a preguntarme sobre si tengo novio y ahora me mira con desprecio… y dicen que las mujeres somos las complicadas.

▮▮▮▮▮▮▮

Son las 5:45 am me coloco una camisa manga corta, un short de mezclilla y mis converse.

Recojo mi cabello con una cola de caballo y voy en busca de Adriana. Llamo a la puerta una, dos veces y no hay respuesta, termino por entrar y la encuentro aun dormida en su cama.

—Tu hermano se molestará si llegamos tarde… Adriana levántate.

—No… no puedo, hablaré con papá —balbucea

—Adriana, vamos… —la obligo a salir de la cama, tomo un short una blusa y sus converse blancos.

—No puedo… no quiero ir, es una m****a, que se vaya a la m****a Joel… —niego y tardo 10 minutos en que pueda estar parada y cambiándose. Salimos de la habitación a las 6:10 am

Bajamos con trabajo las escaleras y mi amiga aún maldice entre dientes. Caminamos hasta donde creo yo son los establos.

—Buenos días señoritas —dice Kevin

—Buenos días… ¿sabes donde es el establo numero 2?

—Justo ahí, vamos… —llevo a mi amiga de la mano hasta llegar a una enorme bodega de madera. En segundos Joel sale vestido como es ya costumbre, con sus vaqueros, sombrero, botas y… m****a, su torso está al descubierto. Se acerca a paso lento y relajado a pesar de que emana su mal humor.

—Llegan tarde —dice sin mirarme, cierro la boca de golpe, mi cabeza llega a su pecho y tengo que alzar bastante los ojos para poder mirarlo.

—Yo… Adriana no se ha…

—No me importa, si yo dije a las 6 am a esa hora deben de estar aquí, no empezarse a vestir, ¡ADRIANA!

—¡Joder!, ¿Qué te pasa Joel? —dice mi amiga de mala gana

—Les toca juntar el excremento de los cerdos y llevarlo a aquel deposito, tienen que terminar antes de las 7 am porque los alimentarán —no puedo dejar de ver sus definidos abdominales, su espalda ancha, sus brazos… —. ¿Entendido?

Asiento y tomo una cubeta que hay en el suelo y comienzo a caminar  hacia donde creo yo que están los cerdos de la mano de Adriana.

—Es por aquí —me indica Kevin y yo le agradezco con una sonrisa.

Nos adentramos al lugar y el olor es insoportable. Es el trabajo más desagradable que he hecho en mi vida, lo juro.

—¡IDIOTA!, ¡ME LAS VA A PAGAR! —grita mi amiga una y otra vez.

Al cabo de unos minutos terminamos de juntarlo y Kevin llega con la comida. Nos muestra cómo debemos repartirla y termina por dejarnos solas de nuevo.

—No sé qué m****a le pasa a Joel —suspiro, ni yo. Seco el sudor que escurre por mi frente mientras esparcimos la comida por los depósitos. Hasta que por fin terminamos de alimentar a los bonitos cerditos. He tocado a un par y son bastantes simpáticos. Caminamos a enjugar las botas que hemos utilizado para la limpieza, y siento como mis piernas duelen lo juro.

—Quiero ir a tirarme a la cama ahora y…

—No tan rápido, no has alimentado a las gallinas, ni a las ovejas, ni a los gallos, ni tampoco a los caballos —dice Joel con voz ronca. Se acerca ya utilizando una camisa a cuadros. Doy gracias por eso.

—¡¿Qué m****a te está pasando he?!

—Quiero que entiendas que el trabajo aquí no es fácil… y va comenzando —bufo, su actitud es repugnante. Lo mismo que tiene de atractivo y bueno lo tiene de… Tomo una de las cubetas con comida y voy directo hacia donde están los gallos.

Al poco tiempo Kevin aparece y comienza a ayudarme. El calor es bastante sofocante, comienzo a sentir mareos pero no paro de hacer el trabajo. Aún puedo escuchar a Adriana maldecir y gritar.

—Yo puedo hacer lo demás —dice Kevin

—No te preocupes, yo puedo hacerlo, me gustan los animales —tomo otra de las cubetas con alimento y voy en busca de las ovejas.

No alimento a todos ya que son demasiados, recibo ayuda de más personal pero es divertido… o eso creo, hasta que siento un mareo más fuerte.

—Solo faltan lo caballos —dice Kevin, asiento con trabajo y me dirijo a la caballeriza.

Miro hacia mi alrededor y me doy cuenta que estoy sola. El mareo sigue acompañado de un fuerte dolor de cabeza. Comienzo a vaciar el balde en el vertedero de alimento cuando el dolor se intensifica.

Es cuando escucho como relincha uno de los caballos y trato de silenciarlo. Me sostengo de la barda de madera pero no puedo más y caigo al suelo con la cabeza sacudida.

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