Capítulo 2: Chiquilla

Aria

Siento manos en mí, un cuerpo sudoroso que no deja de moverse, dedos que me aprietan muy fuerte, cierro los ojos.

 Odio verlo, odio su olor, lo odio a él, a veces odio a mi padre por dejar que el monstruo invadiera nuestra vida, nuestra casa, nuestra familia, pero quizás el no sabía el monstruo que tenía bajo su techo, él no sabía que existía el monstruo de la oscuridad y mamá creo que tampoco.

Me gusta cuando estas así de calladita, chiquilla - odiaba que me dijera así, odiaba que tuviera poder sobre mi, sobre mi cuerpo.

Con sus manos gira mi cara hacia él, sigue golpeando, duele, cada vez lo hace de maneras diferentes, siempre decía que todos lo hacían, que era normal, yo le creía, pero siempre dolía, siempre apretaba muy fuerte, mis piernas no dejaban de tener marcas, por eso lo odiaba.

 Mamá siempre decía que tenía un cuerpo de porcelana y que solo si quería dejar que lo tocaran, pero aunque gritara y pateara el nunca escuchaba cuando decía que no, ya veces solo dejaba que hiciera lo que quería, era menos doloroso, cuando me negaba me golpeaba más y era mucho más salvaje.

Por qué me haces esto? - le preguntaba yo

Nadie sabía la m****a que tenías de mama, por eso siempre estarás podrida por dentro, no sirves ni servirás, porque vienes de ese hijo de puta- respondía el.

Y ahí siempre acababan las preguntas, porque se ponía más salvaje, me agarraba más fuerte, daba estocadas mucho más dolorosas y me tapaba la boca para que no gimiera del dolor que ocasionaba pudriendo así, mi alma por dentro.

...

Estoy sudando, tengo la respiración agitada, las manos hechas puños y lo que más odiaba seguía en mi cabeza, imágenes que se colaban, que me enterraban, que dolían.

Era una pesadilla, con él para ser exactos, odiaba tenerlas, porque solo significaba que tenía que volver a ver a mi psicóloga, que tenía que volver a los medicamentos que hacía que pareciera un zombi, Rancee odiaba verme así, Kathe vivía triste cuando andaba así y lloraba porque no sabía cómo podría ayudarme sin meterme tanta m****a en el organismo, por eso lo odiaba, porque hacía que todos a mi alrededor sufrieran, odiaba las pesadillas, odiaba los recuerdos, lo odiaba a él, solo tenía 4 años when empezó todo, decía que era normal y yo le creía, todo empeoro a los 5 años, se volvió el infierno más grande, pero luego al ver todo lo que pase, me di cuenta que eran mentiras de él.

Mamá viajaba mucho, abogada de las buenas, lastima que no pudo resolver lo que pasaba bajo su propia casa, ella me dejaba sola a cargo de él, del monstruo, no recuerdo que lo hizo así, era la persona que me hacía sentir más protegida sin contar a mamá, lo amaba, lo quería, pero, un día todo cambio y se convirtió en el monstruo, el que me persigue en pesadillas, el que me ataca en las noches sin previo aviso, el que me deja sin respiración y me vuelve nada.

Siento unas pequeñas manos en los dedos de mis pies, reconozco esos deditos, es Rancee, odio despertarlo, aunque sigo con los ojos cerrados sé que aún es de madrugada, quizás grite en medio de pesadillas y el me escucho, when sucede eso, el viene a mi cuarto y me toca los dedos, dice que es su manera de calmarme, que nada mejor que el afecto físico, toca con tanta delicadeza que duele, estoy podrida por dentro, no merezco que me toquen así, pero con el gesto viniendo del pequeño terremoto me hace sonreír con la boca cerrada.

¿Aria? - susurra él.

mmm

Estas despierta? - vuelve a susurrar

Si, pequeño terremoto - abro los ojos y me incorporo en la cama, prendo la luz de la mesita de noche y le sonrió de medio lado y como cada vez, me sonríendo enseña todos sus dientes faltando dos que me hace recordar al niño de ojos azules con el cual a veces sueño.

- ¿ Puedo acostarme contigo? Así no tendrás mas pesadillas, lo prometo- deja de acariciarme los pies para caminar hasta donde estoy y estirar su pequeña manito para darme su dedo meñique.

Lo prometes? - le tiendo mi dedo y lo junto con el de él.

Lo prometo- susurra

......

Me despierto con una pequeña mano atrapándome un pecho y una pequeña pierna por encima de mi cadera, Rancee es así, se duerme en un sitio y despierta en otro como si nada, a veces me deja sin respiración cuando me saca el aire a mitad de la noche, adoro a ese niño, fue una pequeña luz que llego a la vida de kathe y de la mía.

Trato de quitarlo de encima cuando se abre la puerta y entra Kathe estrujándose un ojo para luego tirarse del lado que no ocupa nadie y darme un abrazo de oso, sé que me escucho anoche, solo que sabe que tenemos un mini guardián en casa que nos protege hasta de los osos de peluches. Son las únicas dos personas que dejo que me toquen de esa forma, llámenme paranoica pero siento que cualquiera puede venir y hacer lo que hacía el, la única diferencia que habría que es que ahora si puedo defenderme o eso quiero creer.

Lo siento cariño- lo dice con la cabeza en mi pecho, no deja de repetirme eso cuando sabe que tuve una noche de m****a.

Tranquila kathe, no es tu culpa que las putas pesadillas regresen.- susurro

Vocabulario Aria- sonrió con su respuesta, amo a estas dos personas y aunque nunca se los digo, en el fondo sé que lo saben.

Ya se fue el amor- suspiro- necesito levantarme o llegare tarde a clases, así que separa tu cuerpo y báñate- sé que el comentario me costara un golpe, solo que esta vez no llega, si no que me abraza más.

Desde ese día Kathe ha estado para mí, en mis pesadillas, cuando entro en pánico, cuando sonrió, pero sobre todo, cuando no sé qué hacer cuando la m****a quiere llegar a mí, a lo largo de mi vida luego de ese día he conocido a mucha gente que mantiene alejado al monstruo de mí y Kathe es una de ella, sacrifico su estabilidad para llevarme al otro lado del mundo para que él no me encontrara luego que saliera, nunca se ha separado de mi lado y por eso y más le devuelvo el abrazo quitando como puedo al costal de papas llamado Rancee.

- ¡ Dios! Deja de darle comida a Rancee, pesa como un costal de papas- ella suelta una risa baja y yo sonrió por ese gesto, odio hacerla sentir triste, dejo de abrazarla y salgo de la cama, volteo a verla y veo que me sustituyo por Rancee , vuelve a quedarse dormida como si nada, muerte súbita la llamo yo, esa mujer cuando duerme no hay quien la levante desearía poder dormir  así.

Procedo a ir al baño a ducharme y hacer mis necesidades de chica, salgo del baño y como es uno de esos días abro el closet y procedo a colocarme la ropa que más grande me queda, agarro mi mochila y salgo de la habitación, paso por la cocina a agarrar las llaves y salgo del apartamento cerrando con sumo cuidado la puerta del apartamento, al voltear me encuentro con un cuerpo en traje formal, debo decir que tiene un buen trasero, tiene buena maleta diría Zoe, sonrió y camino directo al ascensor , pero luego when me doy cuenta de quién se trata se borra mi sonrisa y me coloco justo a su lado.

Buenos días mariposa.

Que tienen de buenas? .

Voltea a verme para sonreír como el gato de Alicia en el país de las maravillas.

¿Sabes? No me conoces y ya parece que me odias, que te hice?

Quizá llamarme mariposa o ser idiota, puede ser las dos- le doy mi mejor sonrisa- o quizás simplemente ser tú, no necesito conocerte, punto.

Tristemente aunque no lo quieras lo harás, ya veo que no me recuerdas - me sigue mirando con una sonrisa que por primera vez no me incomoda viniendo de un hombre que no conozco, les dije que tiene una muy bonita ?.

Si, como sea, pedirás el ascensor o es que te me vas a quedar viendo toda la mañana con esa sonrisa de come m****a? - suelto ya molesta, su sonrisa crece más como si no le hubiera dicho lo anterior.

Pediré el ascensor solo porque también voy tarde mariposa, te seguiré viendo las veces que quiera- se encoje de hombros.

Eso es muy extraño y raro lo sabias? - me cruzo de brazos, el baja sus ojos hacia dicha acción y pienso que me está viendo los senos, aunque no hay mucho que ver en realidad, pero igual enarco una ceja, si, es idiota - Y mis ojos están aquí arriba.

Como te hiciste esa cicatriz? - Pregunta sin dejar de verla con curiosidad, me tenso y me descruzo de brazos.

No es tu puto problema- coloco mi brazo detrás de mi espalda, doy media vuelta y me alejo para bajar por las escaleras, ni siquiera llevo media mañana y ya mi día va como la m****a, pesadillas y preguntas que no estoy dispuesta a respondedor , su voz me detiene y sin voltear quedo a medio de open the puerta que me llevara a las escaleras ya alejarme de él.

El miedo es relativo, tú y solamente tú puedes dejar que te consuma o quizá, luchar contra él.

Yo no necesito luchar contra nada- le respondo y volteo a verlo sería- no me conoces y no hagas como si lo haces, lo que te ha contado Kathe o Rancee es totalmente diferente a la persona que soy cuando estoy con extraños, así que , cierra el pico y déjame en paz.- no espero que responda, si no que me marcho dejándolo con la palabra en la boca.

Bajo hasta llegar a planta baja para salir y respirar aire fresco, saco el teléfono y procedo a colocarle mis audífonos, pongo música para emprender mi camino y relajarme, pero como mi día no puede estar lleno de paz, escucho cuando me llaman, y no necesito voltear para saber quién es.

Que puta m****a quieres Boris? - exclamo y dicho ser que se hace llamar por ese nombre levanta las manos en señal de paz.

Visitas de rutina, ya veo que sigues siendo la misma Aria de siempre, un sol brillando a todo su ser- responde y sonríe- necesitamos hablar, algo paso, lo dejaran en libertad- suelta sin más serio.

Y con eso ultimo que me dice emprendo mi camino dejándolo en la acera sin escuchar una m****a lo que me tenga que decir, el monstruo de la oscuridad estará en libertad, el me quito lo más preciado que tenía, esto son malas noticias.

Escucho pasos que me siguen hasta colocarse a mi lado y caminar en silencio, sabe que es lo único que necesito, porque esto es un triple de m****a que no quiero soportar ahora, ni nunca.

No dejaremos que te toque, ni que se te acerque eso puedes jurarlo Aria- dice 

Eso ni tú mismo te lo crees- paro en seco y hago que deje de caminar y se me coloque frente de mi- es millonario entiéndelo, así como saldrá puede hacer lo que se le venga en gana, sabe dónde estoy?

La mirada de Boris me lo dice todo y es lo único que necesito para saber que ya en ningún lado estar protegido. 

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