Capítulo 5

Harry se interpone entre nosotros —déjala en paz y devuelve su guante— los puños cerrados y la vena que sobresale en su cuello es una clara señal de lo enojado que se encuentra.

Una vez más Jason trata de llegar a mi pero Harry lo empuja hacia atrás, con pasos torpes Jason retrocede —apartate, esto no te incumbe, empleado estúpido— la voz de Jason apenas y se entiende.

—Si me incumbe idiota, es mi trabajo cuidar de ella— suelta el chico de los rizos, Jason empuja a Harry para poder llegar a mi, pero su intento es nulo ya que Harry lo detiene y atesta su puño contra su cara, Jason cae al suelo.

—Oye, no es para tanto de acuerdo— un Jason ebrio se defiende ante Harry —tu me gustas Liza, y solo quería conocerte más.

—Jason, gracias de verdad, pero te lo dije antes no quiero una relación, accedí a salir contigo porque...— me detengo para buscar otra respuesta que no sea; me dieron celos de que Claire y Amy estuvieran con Harry y en el momento de coraje accedí —creí que seria bueno conocerte y tener amigos.

Para entonces los guardias ya están ahí y nos sacan del lugar, Harry y yo entramos al coche y vamos camino a a casa —viene muy callada señorita— Harry me saca de mi estupor.

Mi mirada se desvía de la ventana del coche hasta sus ojos verdes y una sonrisa melancólica me abandona —Es increíble que en mi primera salida haya causado todo este alboroto— un suspiro cansino brota de mis labios —no se en que estaba pensando, yo no soy así, no debí haber salido. 

Una sonrisa divertida tira de las comisuras de sus labios —fue divertido— me dedica una mirada rápida para volver su vista al camino —además usted no tiene la culpa de ser tan irresistible— Harry bromea y una carcajada me abandona, una risa ronca sale de su pecho, cosa que me asombra ya que apenas y sonríe. Pero escucharlo reír me reconforta y me anima de manera inexplicable.

—Gracias, por cierto— digo después de controlar mi risa, él vuelve a mirarme por el espejo y me dedica una sonrisa.

—¿Y? ¿como te fue ayer Elizabeth?— pregunta mi padre mientras desayunamos.

Mi mirada viaja hasta el chico que se encuentra de pie esperando por mi para llevarme a la universidad y una sonrisa tira de las comisuras de sus labios dejando ver los hoyuelos en sus mejillas.

—Inolvidable padre.

Thomas Mills sonríe satisfecho —¿habrá segunda cita?

Llama mi atención como Harry se remueve en su lugar haciéndose ver incómodo, e internamente sonrió —lo dudo, no es lo mío padre, prefiero estar aquí en mi habitación bebiendo café con un buen libro en las manos.

Cuando llegamos a la universidad y bajo del auto con la ayuda de Harry, Jason está esperándome donde usualmente Harry se estaciona. El chico de los rizos se queda junto a mi cuando Jason se acerca.

—Liza ¿puedo hablar contigo?— habla con un tinte arrepentido.

—Lo siento Jason pero tengo clase— comienzo a caminar pero Jason se interpone en mi camino, al ver esto Harry avanza con paso decidido, pero yo lo detengo —de acuerdo habla, tienes cinco minutos.

La mirada de Jason cae en Harry, y no necesito más para saber que le incomoda hablar frente al chico que me cuida, que está pidiéndome hablar a solas, pero yo ignoro completamente sus señales.

—Quiero disculparme por lo de anoche— comienza a hablar resignado —no fue mi intención incomodarte y si me das otra oportunidad te darás cuenta de que no soy lo que conociste, en verdad me gustas Liza y quiero que lo intentemos.

Niego con la cabeza cuando termina de hablar.

—Acepto tus disculpas Jason, pero no habrá otra ocasión, como te dije antes no quiero una relación. Así que disculpa pero debo ir a clases— mi giro para quedar frente a Harry—Te veo en un rato— le digo con una sonrisa, él asiente con la cabeza y sus comisuras se alzan.

Después de anoche con lo que sucedió con Jason hay otra actitud en Harry, creo que cayó una barrera que no sabía que estaba ahí, siento una mejor vibra y aunque no hemos hablado mucho, el simple hecho de dirigirnos palabra, sonreír y mirarnos se siente diferente ahora.

—Hola Liza— Tamy se acerca mientras habla— ¿que harás hoy?

—Cosas en casa— un encogimiento de hombros acompaña mis palabras.

—¿Nos vemos en la tarde?— su voz suena esperanzada —hay vamos sé que ayer por fin saliste, no salió como esperabas pero ¿que daño te hace tener una amiga?

Pienso por un largo momento las palabras de Tamy ¿que podría salir mal? No quiero ser portadora de malas noticias con mi única amiga <<si llegara a convertirse en eso>> pero, he estado demasiado sola, quisiera tener a alguien en quien confiar, con quien compartir mis cosas.

—Hoy no puedo, ni mañana pero ¿que tal si vas a mi casa el domingo?— una sonrisa satisfactoria aparece en su rostro —te daré mi dirección.

Tamy suelta una carcajada y mi ceño se frunce.

—Liza tu padre es Thomas Mills, probablemente es el hombre mas rico y querido de la ciudad, aparte de ser muy conocido por su reputación como director del departamento de policía— habla aclarando mi confusión.

El día de hoy no estuvo mal, y ya voy directo a casa con Harry en el asiento del chofer dedicándome miradas de vez en cuando —¿Es bueno?— habla interrumpiendo mi lectura, mi ceño se frunce ligeramente al no entender de que habla, estoy a punto de preguntar cuando habla nuevamente —el libro.

—Ah— sonrío —si, ¿tu lees?— Harry asiente con su cabeza —te lo puedo prestar cuando lo termine si quieres.

—Si quiero— sonríe dejando ver sus hermosos hoyuelos— parece que a ese Jason realmente le gusta.

—Es lindo— me sincero —pero aunque pudiera tener una relación, no sería con él.

—No entiendo porque se aferra a cerrarse a las personas ¿porque alguien como usted no podría tener una relación?— habla mientras se detiene en un semáforo en rojo —porque no es su por su padre— dice la última oración mientras sonríe.

Niego con la cabeza y sonrío —no, no es por mi padre, si por el fuera hasta el mismo encontraría pareja para mi. Pero ¿a que te refieres con "alguien como yo?"

Harry está a punto de hablar cuando la bocina de un coche nos hace darnos cuenta que el semáforo se ha cambiado a verde, ambos reímos como si alguien nos hubiese dicho un chiste muy gracioso y continuamos con nuestro camino y sin atreverme a preguntar nuevamente a que se refería, ya que no estoy segura de querer saber la respuesta.

Llegamos a casa y Harry abre la puerta del coche para mi.

—Gracias— digo con una sonrisa pintada en el rostro, él regresa el gesto con un asentamiento de cabeza.

Me dirijo a la oficina de mi padre, doy un par de golpes a su puerta.

—Adelante— lo oigo hablar desde adentro.

Me adentro a la oficina —Hola padre ¿como haz estado?

Thomas Mills me regala una sonrisa que no toca sus ojos —Hola Elizabeth, bien, aunque con mucho trabajo.

La conversación que tuve con Eve se hace presente en mi mente —supongo que ya comiste algo.

Él dirige su mirada hacia mi —no, en realidad no he tenido mucho tiempo. Pero cuando tenga algo de tiempo paso a la cocina.

—Creo que no haz comido muy bien, te ves mal padre. Cansado, triste y no nos gusta verte así— su ceño se frunce ligeramente.

De pronto el entendimiento lo golpea y asiente.

—Eve— habla más para el mismo que para mi cuando susurra el nombre.

—Ella, al igual que a mi nos preocupas. Desde que mi madre no está haz descuidado tu salud— paso mi brazo por encima de su escritorio y pongo mi mano (que esta cubierta por los guantes) sobre la suya —yo aún te necesito— puedo ver como traga duro gracias a mis palabras —tienes que entender que no fue tu culpa.

Me encamino a la salida, abro la puerta —hazme un favor y come algo, una buena comida— digo para él antes de salir de su oficina.

Estoy en mi habitación leyendo cuando un par de golpes a mi puerta me hace perder el hilo de mi lectura, me encamino a mi puerta, giro la perilla y abro la puerta para encontrarme con el chico de ojos verdes.

—Señorita Elizabeth, Eve me mandó a decirle que la comida ya está lista— no me mira mientras habla.

—Gracias Styles bajo enseguida— hace un asentamiento de cabeza y se va dejándome completamente desconcertada.

Creí que habíamos superado eso, creí que al menos seríamos amigos, pero ni siquiera me miró. Cuando bajo a la cocina ahí está él.

—¿Y mi padre?— Pregunto para Eve.

—Salió hace un rato a la comisaría, dijo que lo despidiera de ti— un suspiro cansino sale de mis labios cuando escucho la respuesta de la señora de cabello entrecano —pero hoy si comió antes de irse— me dice sonriendo satisfecha.

Una sonrisa melancólica se desliza en mis labios —que bien, puedes retirarte Eve, y tu también Harry, ya no necesitaré más de sus servicios. Nos vemos mañana —un día más que esté en la mesa yo sola que más da. 

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