Capítulo 3

Me encuentro arreglando mis libros para irme a la universidad, desde ayer en la noche cuando subí y dejé a mi padre y a Harry no lo he visto, y sé que tengo que dejar de pensar en él, pero no puedo sacarlo de mi mente, sólo tengo que concentrarme en mis estudios es lo único que puedo controlar, lo único en lo que tengo decisión propia. ¿Como puedo siquiera creer que alguien como él puede estar interesado en mi?

Con eso en mente, salgo de mi habitación, cuando abro la puerta salto en mi lugar del susto al ver a Harry detrás de ésta —mierda— susurro con la mano en el pecho —¿que no duermes?

—Lamento haberla asustado señorita Elizabeth— sus facciones son inescrutables, no hay nada en ellas —yo usualmente despierto temprano.

—Ya veo— sueno indiferente —bueno, no importa. Vamos, tengo que ir a la universidad.

Me dirijo hacia la planta baja donde Eve me espera con un tazón de fruta picada como desayuno, lo como rápido, salgo al patio delantero de casa y ya se encuentra Harry esperando afuera del coche, abre la puerta de atrás para mi y luego se sube él en el lugar del chofer.

Todo el camino estuvimos en silencio, no es como si esperara que hablara conmigo, es sólo que tendremos que estar todos los días viéndonos, creo que será aburrido e imposible no hablar ¿o no?. Cuando llegamos Harry baja y me abre la puerta.

—No es necesario que te quedes aquí— hablo para que sólo él me escuche —puedes regresar por mi cuando salga.

—Gracias, pero no, me quedaré aquí a esperarla— dice recargandose en la puerta del coche.

—Te aburrirás— insisto.

—Veré que hacer— suelta, finalizando nuestra interacción.

Sin más que decir me encamino a la entrada de la universidad, tan solo he caminado un par de metros cuando las escucho, personas susurrando cosas como: "ahí va Liza la rara" "se cree demasiado como para hablar con otras personas" "tiene anorexia, mira lo delgada que está" "¿quien se cree con esos estúpidos guantes?". Comentarios que no quería que Harry escuchara, por una extraña razón.

Las clases están por terminar, esta es la última del día —bien jóvenes, es todo por hoy— dice el profesor al finalizar la clase, y todos comienzan a guardar sus cosas —no olviden traer su tarea para mañana— agrega cuando todos están por irse, excepto yo, yo espero a que todos salgan de ahí, para no tener que toparme con cualquier persona estúpida que solo me juzga sin saber lo que pasa en realidad.

—Hola Liza— Tamy una chica de mi clase se acerca a mi, tratando <<otra vez>> de entablar conversación —¿Que harás hoy en la tarde? Tal vez pueda ir a tu casa para terminar el trabajo juntas.

Una sonrisa cargada de disculpa aparece en mis labios —lo siento Tamy, pero no puedo, tengo cosas que hacer.

—¿Sabes? No creo una m****a lo que dicen de ti. Eres una persona muy intrigante— la chica de cabello rubio, y estatura baja se acerca más a mi, y yo por instinto doy un par de pasos hacia atrás —no puedes estar sola si no quieres, si necesitas una amiga sabes donde encontrarme— dice Tamy antes de irse.

Tamara es una chica popular, lo tiene todo, es hermosa, tiene un novio, dinero y un montón de chicas queriendo ser como ella y pertenecer a su círculo social, pero a diferencia de la mayoría de chicas populares ella no es arrogante, ni despreciable, ni irritante, es todo lo contrario y por irónico que se escuche, desde que me cambié a esta escuela a tratado de ser mi amiga, no sé si sea algún capricho de su parte, por ser yo la única chica que no la sigue ni quiere estar donde ella se encuentra.

Al salir de la universidad, visualizo el coche donde se encuentra Harry de pie junto a el ¡Liza!— alguien grita a mis espaldas —¿ahora si aceptarás mi invitación para salir?— habla Jason, un chico de tez blanca, rubio, de ojos azules, quien camina a mi lado.

Niego con la cabeza —lo siento Jason, pero te lo he dicho antes, no quiero tener una relación por el momento.

—Pero tienes diciéndome eso desde la primera vez que te lo pedí hace meses— dice y un deje de desesperación tiñe su voz.

Hago un encogimiento de hombros —lo siento, pero sigue siendo así, y disculpa pero tengo que irme.

Tamy y Jason son los únicos interesados en hablarme, lo han intentado desde hace meses y aunque muero por ser amiga de Tamy y tal vez no necesariamente andar con Jason pero si salir de vez en cuando con él, no puedo hacerlo y cada que los rechazo temo que lleguen a creer lo que se dice de mi.

Cuando estoy muy cerca del coche Amy y Claire las chicas que se han encargado de molestarme desde que llegué aquí se interponen en mi camino —mira eso Claire, si es la señorita nadie me merece— habla Amy mientras Claire suelta una carcajada burlona.

—¿Pueden sólo por esta vez dejarme en paz?— suelto tratando de mantener el coraje.

—Oh, claro señorita, lo que usted pida son órdenes— esta vez es Claire la que trata de irritarme haciendo una reverencia en mi dirección —oye Liza, dime quien es el galán que está justo ahí— hace un gesto con la cabeza para dirigirse a Harry —¿no será tu novio o si?

La risa de Amy resuena en el lugar —claro que no Claire, ¿de verdad crees que un chico tan atractivo como él andaría con una rareza como esta?— pronuncia las palabras mientras barre la extensión de mi cuerpo con un deje de desprecio en sus facciones.

Sé que no tengo un cuerpazo, tampoco tengo una belleza envidiable. Mido 1.65, soy castaña, tengo ojos verdes  y mis casi inexistentes curvas no me ayudan mucho. Y ellas me lo recuerdan a diario. Como puedo me libro de ellas y avanzo con paso

apresurado hacia la camioneta, Harry inmediatamente abre la puerta del coche y me subo en el, se sube en su lugar y nos abrimos paso en el camino para llegar a casa.

Sé que Harry escucho todo, sé que él fue testigo de mi encuentro con Amy y Claire. Me siento impotente y deprimida al mismo tiempo, creí que con el tiempo me acostumbraría a ese tipo de comentarios, ya que desde que tengo memoria ha sido de esa manera. Mis ojos se mojan con lágrimas que no quiero derramar.

—Señorita Elizabeth ¿está usted bien?—habla el chico de ojos verdes tras verme por el espejo retrovisor.

—Llévame a casa Styles— digo ignorando totalmente su pregunta.

Cuando llegamos a casa no le doy oportunidad a Harry de abrirme la puerta del coche, la abro yo misma y subo a mi habitación lo más rápido que mis pies me lo permiten. Algunas lágrimas se me escapan, pero las limpio rápidamente, no debo permitirme que los comentarios me afecten.

Un par de golpes son dados a la puerta de mi habitación, me encamino a ella y la abro para toparme de frente con Harry

—Hola— sus facciones lo hacen ver avergonzado —¿esta bien señorita?

—Estoy bien Styles— sonrio agradecida- gracias.

—Si la hace sentir mejor, yo no creo que sea rara— espera un momento para continuar —la verdad es que en toda mi vida no había conocido a alguien como usted.

—¿Como yo?— mi ceño se frunce ligeramente.

Asiente.

—Diferente... Especial— me dedica una sonrisa y se va, antes de darme la oportunidad de hablar.

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