Cap 3

Esteban.

Estos humanos atienden bastante bien, hemos estado viniendo yo y Ángela cada 6 meses, ya que nos gusta descansar del mundo demoníaco. Es uno de los privilegios de ser príncipe del infierno, puedo ir y venir al mundo de los humanos. Claro solo no debo de mostrarme en mi forma demoniaca.

Ángela cada vez es más, cómo decirlo educadamente fastidiosa y se irrita con más facilidad. Hoy vamos al hotel, ella se mira bastante enojada, yo voy cargando a Estela, al llegar al hotel nos recibe educadamente Celeste, nos da nuestra habitación al llegar  Ángela empieza a insultarme, yo la ignoro y me voy a otra habitación, escucho como sale.

Hay por Lucifer la vida de casado es un gran fastidio, maldigo el día que mi padre me comprometieron con esta súcubo, es de la alta sociedad, todo eso para mantener el linaje de la familia real, pero realmente es odiosa, intento que las cosas funcionen pero estoy harto.

Veo que ya es tarde y no a llegado supongo que trendre que ir a buscarla, bajo a recepción y le digo a Celeste que me indique dónde está la guardería, para dejar a Estela la dejó y me dirijo a mi habitación para tomar algunas cosas.

Cuando llegó escucho ruido en la habitación, alguien se ha metido, al abrir la puerta, mi sangre hierve con lo que veo, está Ángela en pleno acto sexual con un humano, siento que quiero romperle el cuello, salgo de ahí, necesito alejarme de los humanos o matare a alguien y Lucifer nos tiene prohibido matar humanos aquí arriba.

Salgo del hotel y me dijo el primer bar que encuentro y empiezo a beber a más no poder, no la amo pero ni respeto me tiene. No sé cómo diantres llegue a la playa, creo que intentó llegar al hotel pero no coordino ya muy bien, nunca he tenido mucha tolerancia al alcohol, intento pararme pero me caigo. Siento que alguien me toca, al voltear miro qué es Celeste, no sé ni qué le dije solo me recarguen ella y creo que me quedé dormido.

Despierto en una habitación pequeña, esta no es mi sweet, volteo hacia todos lados es bastante rústico, oigo que tocan la puerta al abrirce es Celeste.

-Buenos días señor Esteban veo que ya ha despertado.

No entiendo qué pasó. -Buenos días disculpe dónde estamos.

-Estamos en mi casa anoche lo encontré ebrio en la playa y no podía dejarlo ahí usted se negó a querer regresar al hotel.

-Eso explica el lugar y la resaca que tengo.

-Vamos lo llevare a un restaurante muy bonito venga vamos.

Fuimos caminando ya que al parecer ella no tiene auto, le prestó un poco más de atención siempre lo había visto con su uniforme falda hasta las rodillas y camisa blanca, trae un bonito vestido playero, se mira muy feliz.

-Falta mucho para llegar no estoy acostumbrado a caminar.

-Me lo imagino pero ya llegamos.

Llegamos a una cabaña el nombre es Juli how.

-Venga es muy buena comida.

Me tomo de la mano, a la entrada la saludaron.

-Hola Celeste.

-Hola Nani un desayuno para resaca.

-Celeste no me digas qué volviste a beber.

-No Nani no es para mí es para el señor.

-Lo siento que quieres querida.

-Unos waffles.

-Ahorita te las llevo.

-Venga señor Esteban nos estamos.

Esta humano es muy amable contigo, parece buena persona pero su alma está manchada.

-Tú bebés- me sonrío.

-No ya no lo deje hace mucho tiempo es muy mal hábito.

-Vienes aquí seguido.

-Si anoche vinimos exactamente.

-Venimos tú y tu novio.

-No no tengo novio, vine con Arturo.

-Tu compañero de trabajo.

Llegó un hombre alto, tatuado y bastante fornido.

-Aquí está Celeste unos waffles y un desayuno para cruda que lo disfruten.

Ella se despidió del señor, mire mi desayuno, era jugo de naranja, fruta fresca picada y unos huevos.

-Que lo disfrute señor Esteban.

-Solo llámame Esteban y de dónde eres Celeste.

-Soy de California me mudé aquí asé unos años. ¿Y usted de donde es? ¿Y a que se dedica si se puede saber?

-Soy de Inglaterra y soy abogado.

No me importa mentirle después de todo soy un demonio. Cada quien pago su parte.

-Bueno señor Esteban si quieres lo puedo acompañar al hotel.

-No no tengo ganas de llegar al hotel.

-Bueno hay muchas cosas que hacer puede ir a la playa, a caminar por la selva, museo, pesca o puede ir al mercado de pulgas.

-¿Mercado de pulgas qué es eso?

-Es un mercado de segunda mano, vamos es divertido si quiere lo puedo anompañar yo voy a ir.

-Está bien pero una pregunta está lejos.

Ella sonrío apenada.

-La verdad sí pero podemos tomar un  bicitaxi.

-¿Qué es un bicitaxi?

-Le mostraré venga.

Llegamos a un lugar donde había motos con canastitas pegadas atrás.

-Venga suba.

Tomo mi mano y subimos a una.

-Al mercado de pulgas por favor.

-Claro señorita.

Yo miraba el paisaje este lugar es bastante  pintoresco solo habíamos visto el hotel y sus cercanías.

-Bueno llegamos al lugar.

Se miraban puestos improvisados de gente vendiendo ropa, comida, muebles y libros.

-Ven Esteban.

Celeste pago y bajamos, vamos caminando ella se paró en un puesto lleno de libros, estaba mirando esoterismo, vaya a la humana le gusta lo demoníaco interesante, quién lo hubiera pensado, me acerco ella. 

-Te interesa lo paranormal y lo esoterico.

-En verdad sí pero, siempre me llamo la atensión todo eso, aunque supongo que la mayor de las cosas son mentira.

Tomo un par de libros más y los pagos.

-Y que tanto sabes tu del tema o qué has leído.

-Aprendido cosas como que hay ángeles y demonios, que los demonios son engañosos y que puedes hacer tratos con ellos.

-Interesante tú arias un trato con un demonio.

-No lo sé a la mejor, nunca se sabe.

Seguimos caminando y llegamos a un puesto donde vendían fruta picada, ella pidió un coco y me pidió un coco a mí, nos sentamos a comer en una banca cercana ella claro su garganta y me volteó a ver.

-Esteban se que esto no es de mi incumbencia pero todo está bién con la señora Ángela.

Lo pensé por un rato podré confiar en Celeste, bueno tengo 5 años viniendo aquí siempre me ha tratado bien, además me libro de de dormir en la playa, me ofreció su cama.

-Hemos estado teniendo problemas ya no hay la magia de antes. Se podría decir que las cosas se enfriaron 

-Descuide las cosas pueden solucionarse, pueden hablarse, bueno eso creo. Esteban lo llevaré de vuelta al hotel ya es tarde y a de tener ganas de ver a su hija Estela.

-La verdad sí y muchas.

Nos subimos otra vez esta cosa llamada bicitaxi, al llegar al hotel fui directo a mi habitación esto se iba a poner feo.

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