Capítulo 5

Era su primer día como secretaria del gran Alexander Holt, llevaba media hora sentada en ese escritorio, disfrutando de la paz antes de la llegada del jefe. No sabría cuánto tiempo tenía pensado quedarse en esa empresa antes de irse a comprar otra pero el tiempo que permanezca allí iba a tener que soportarlo.

Para nadie es agradable volver a ver a un ex que tanto daño nos hizo, mucho menos tener que trabajar con él  pero debía ser fuerte y no dejarlo ver su incomodidad ante su presencia.

Y hablando del magnate, Alexander estaba saliendo del ascensor en ese momento y al verla ocupando el puesto frente a su oficina sonríe.

– Buenos días señorita Jones

Desde su silla, viéndolo parado frente al escritorio con su habitual traje a medida y u típica cara de dueño del mundo, resultaba muy intimidante 

– Buen día señor Holt, el café está sobre su escritorio como también los documentos que necesitan su atención inmediata 

– No tienes idea de lo mucho que extrañe tu rico café – se marcha a paso lento – Pero más extrañé tenerte a mi disposición – ocultó su sonrisa 

– Imbécil – susurro bajito porque aunque no soportaba tener que trabajar con él, tampoco era tan tonta como para insultar a su jefe

Durante la mañana pasó corriendo de su oficina al escritorio cada cinco minutos, por una conferencia que necesitaba donde necesitaba su apoyo, por un correo de un gerente que tenía errores en una gráfica, por un cliente que necesitaba contactar y mil pedidos más.

En ningún momento sele ocurrió quejarse, era capaz de seguirle el ritmo sin problemas pero tener qu vera a cada instante era un tortura.

Cuando era secretaria de Harry, se manejaban por teléfono y correo de la empresa, antes de entrar a la oficina de su jefe ya sabía que era lo que necesitaba porque se lo informaba con anticipación, en cambio ahora Alexander la llamaba a su oficina para pedirle lo que necesita, le costaría acostumbrarse a ello.

Poco antes de la hora del almuerzo le llega un mensaje de Harry

<Salgamos a almorzar y hablamos sobre el cumpleaños de Deian, estuve pensando en algunas ideas>

Piensa en una respuesta para su amigo cuando el intercomunicador suena

– ¿Tienes libre la hora del almuerzo? – la voz de Harry sueña incluso antes de colocar el aparato en su oreja

– Estaba a punto de responder tu mensaje, no hay nada en la agenda así que supongo estoy libre

– Arreglado entonces, te espero abajo para ir juntos a almorzar 

Ni siquiera le deja responderle porque ya cortó la comunicación y le es inevitable reír por su comportamiento.

Pero cuando termina de colocar el teléfono en su lugar vuelve a sonar nuevamente y asumiendo que se trata de Harry se burló de él 

– ¿Qué necesitas ahora Harry? 

– Ven a mi oficina – Alexander ladra sus palabras y cuelga, no le ha gustado escuchar a su ex mencionar a su actual pareja.

Samantha sabe que puede estar llamándola para pedirle un café o un archivo pero hasta no estar frente a frente no se lo dirá, debe aguantarse las opiniones y acatar sus órdenes si quiere seguir trabajando en paz.

Entra a su oficina con la tablet en la mano lista para recibir alguna orden pero él simplemente se la queda mirando

– Voy a necesitar que me acompañes a almorzar 

La mujer reprime las ganas de protestar por tener que cancelar sus planes pero simplemente acepta con un movimiento de cabeza

– En cinco minutos salimos de aquí así que prepárate

Los almuerzos de negocios son algo común en este tipo de trabajos así que estaba acostumbrada a acompañar a Harry cuando era su secretaria, sabe desenvolverse bien y las cosas que debe llevar así como la tablet por cualquier anotación que tenga que hacer o recordarle información a su jefe.

Ya lista para salir entra al ascensor seguida de Alexander y en ese momento se da cuenta que no avisó a su amigo del cambio de plan así que comienza a llamarlo al celular.

– ¿Demoras mucho Sam? – Harry estaba en la recepción esperando por ella

– En realidad llamaba para avisarte de un pequeño problema

Las puertas se abren y su jefe le hace señas para que salga primero

– Veras.. el señor Holt...

Antes de poder seguir con la explicación ve a su amigo parado muy cerca de ellos mirándolos extrañado por la mano que el magnate puso en su cintura de forma tan natural

– ¿Ya nos vamos Sam? – Harry se moría de curiosidad pero por respeto a su jefe no cuestionó nada, ya tendría tiempo para hacerlo cuando estuvieran a solas

– La señorita Jones va a almorzar conmigo – Alexander se adelantó  – Lamento mucho arruinar sus planes pero ya debemos irnos

No podía ni quería ocultar su satisfacción al ver la cara de desconcierto en el otro hombre, debería acostumbrarse 

– Tengo una reunión de trabajo pero en la noche hablamos  – siente la mano de Alexander en su cintira tirando de ella hacia la salida donde se encontró un auto negro deportivo de apariencia demasiado lujosa para ser parte de la flota de vehículos de la empresa.

– Sube – el empresario le abre la puerta del acompañante 

Hace caso a su jefe y mientras él rodea el auto para subirse pregunta por el cliente con el que se van a reunir 

– Vamos a almorzar con mi hermana 

– ¿Qué? – aquello no se lo esperaba para nada – Alexander tú me dijiste que era una reunión de trabajo

– En realidad no mencione nada pero mi hermana es un posible cliente, además no le veo el problema Sami, ustedes solían ser muy amigas cuando estuvimos juntos

Su forma de referirse a ella la dejó estática, así solía decirle cuando eran pareja. Un escalofrío recorrió su cuerpo inundandolo de recuerdos, recuerdos que guardo en el fondo de su mente hace mucho tiempo.

– De todas formas debiste decirme que vamos a ver a tu hermana

– No ha parado de preguntar por ti desde que le mencione que trabajas para mi  – le dió una mirada rápida – Fue difícil para ella tu despedida tan abrupta 

– No lo creo, nos mantuvimos en contacto todos estos años

– No me dijo nada

De reojo ve que sus nudillos estaban casi blancos debido a la presión que ejerce sobre el volante dejando claro el enfado ante su comentario pero no piensa hacer nada para calmarlo, esa etapa de su vida dónde lo hubiera hecho sin pensar, ya terminó 

– Yo así se lo pedí

– ¿Por qué?

– Porque me pareció que era lo más sano, nuestra relación no termino de la mejor forma

– Me abandonaste – murmuró enfadado – Es obvio que no terminó de la mejor forma 

– No voy a empezar otra vez con eso, comienza a dolerme la cabeza así que te pido guardes silencio hasta llegar al restaurante 

Para sorpresa de la mujer su jefe le hizo caso, no volvió a abrir la boca pero la miraba continuamente. El resto del viaje fue muy tenso y lo peor todavía estaba por llegar.

Ava Holt era la antítesis de su hermano, la luz y alegría salen por cada poro de su cuerpo. Cuando la conoció le pareció una niña muy tierna, a sus dieciséis años era muy dulce y con exceso de energía, rápidamente se hicieron cómplices y le ayudaba a escaparse de su hermano. 

Al terminar la relación le explicó que debían distanciarse y ella lo aceptó con la condición de ponerse en contacto nuevamente cuando estuviera preparada.

Sus palabras fueron: "No es justo que por la estupidez de mi hermano yo tenga que perder una amiga"

Ava fue un gran apoyo un año después de aquello cuando perdió a un ser querido muy cercano y suelen llamarse una vez al mes para ponerse al día. 

– ¿Cuándo llegó al país? 

– Hace dos semanas – estacionó el auto y se apresuró a abrirle la puerta – Está ansiosa por verte

Samantha suspiro y trató de prepararse mentalmente, a pesar de la alegría de volver a ver a la risueña Ava, sabía que sería muy incómodo tener a su ex novio escuchando su conversación.

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