Capítulo 04: El Infectado

“¿Cómo puedo curarme cuando ni entiendo mi enfermedad?” – Susanna Kaysen

Capítulo 4: El Infectado

Christopher, estando una vez más en su habitación, intentando hacer su tarea del colegio, dijo, pensando en que tal vez su clase se interesara por saber que había vivido en ese momento:

—Acaban de venir los agentes de FACTORY para el censo. Ahora debemos esperar y ver si somos parte del circo de fenómenos... —Se carcajeó ante su comentario, pero con mucha ironía—. Bueno, espero no se sientan ofendidos por usar tal expresión, solo lo digo en broma. En realidad, reconozco la gravedad del asunto ante un virus que decodifica el ADN e inserta o quita información programada para generar mutaciones. Algo parecido al cáncer, creo...

Nuevamente detuvo la grabación cuando escuchó a su madre llamarle, salió de su habitación para bajar hasta la sala. Su madre miraba el televisor con el control en sus manos. Vio a su hijo. Y este pudo comprobar el temor que esta sentía ante lo que observaba.

—Mamá estaba haciendo mi proyecto vacacional, pero si me interrumpen jamás lo terminaré... —dijo en voz baja, pero se calló al ver que no parecía la mujer segura e imponente de siempre.

—Disculpa, hijo... solo quiero que observes la noticia un momento... —le tomó de la mano para acercarlo.

Las imágenes de numerosas personas llorando y desesperadas, seguían allí. Pero lo diferente eran las escenas de una completa anarquía: Huelgas, locales destrozados, avenidas trancadas y personas que corrían y eran disparadas por cuerpos de seguridad del estado; también estaban las imágenes de funcionarios de FACTORY, atrapando y llevándose a la gente.

—¿Qué demonios?...

Christopher estaba atónito, y si antes estaba ajeno a lo que acontecía, comenzó a ver que el problema era mucho mayor. Sentir miedo parecía normal en esas circunstancias. Otra vez, las imágenes de aquellas personas corriendo por el bosque, con el mismo pánico por sus vidas y los cuerpos muertos del bosque esparcidos entre las raíces de los árboles, se presentaron e hicieron que la ansiedad y el temor del momento se adueñaran de él por un instante.

—No sabía que era una epidemia tan grande... Pobre de ellos... —dijo Jean con preocupación y los ojos enrojecidos, como si hubiera estado llorando por horas.

Christopher no sabía si ella estaba así por aquellas imágenes o si era por la pena eterna de haber perdido a su padre. Pero no tenía tiempo para resolver tal enigma. Resulta que, desde que Jean había sido abandonada por su marido, ésta pasaba horas queriendo disimular su estado emocional. 

Aunque, tanto Ransell como Christopher lo sabían. Ellos la habían hallado un par de veces llorando en la cocina, en su habitación o en la sala enfrente del televisor con cada película romántica o de la vida real que estuviera viendo, suficiente para entender que ella solo había aprendido a sobrevivir con lo poco o mucho que ella creía tener. Lo que Christopher y Ransell no sabían, es que el sacrificio que Jean había hecho para seguir viviendo ante aquella pena por su vida matrimonial fracasada, era vivir porque tenía a sus hijos y les amaba. Y ese era el punto: amar para sacrificar el egoísmo propio entre lo que se quiere y lo que se ama realmente.

Christopher, no dijo nada. Solo se quedó mirando el televisor en donde otra reportera apareció:

"Estas son las imágenes en vivo de la ciudad de Vancouver, de aquellos casos donde se ha estado presentando el virus. Se dice que el virus está propagándose aterradoramente en esta época del año, pero que la organización FACTORY estará realizando un censo masivo durante todos estos días. Los resultados se obtendrán días posteriores, por lo que se les agradece a todos que por los momentos es importante que permanezcan en sus casas. Recuerden: sin son hallados infectados, dejen que FACTORY les ayude y no pongan en peligro a mas nadie, debido a que no se sabe si es contagioso. Repito, colaboremos juntos para un bienestar real a lo que parece ser una epidemia que, de no ser controlada, abarcará a todo el mundo. 

Sin más nada que añadir, se despide Sara Larck de Tu Noticia".

—Esa mujer tiene razón, lo mejor será permanecer en casa —dijo Jean, apagando el televisor mientras limpiaba las lágrimas de su rostro—. Gracias a Dios realicé las compras el día de hoy.

El sonido del teléfono fue quien sacó a los dos del trance. Y tomándola Jean, dijo:

—Buenas noches, ¿quién habla? —Un silencio—. ¡Ah, Hola Mathew! ¿Cómo estás?... ya te lo paso —Ella se volvió a Christopher, tapando el micrófono del teléfono y fue más que obvio saber para quién era.

Christopher se acercó tomando el teléfono y dijo:

—Hola, Matt, ¿cómo te va?

—¡Bien!... Oye, Christopher, por aquí acaban de realizar el censo; son unos idiotas esos de FACTORY. Mi madre les ha llamado limpiabotas —soltó una carcajada. Christopher solo le acompañó con una pequeña risa. Al menos, ni él ni su madre estaban equivocados del propio concepto que tenían sobre esos tipos—. ¿Viste las noticias? Las cosas parecen complicarse mientras el tiempo pasa.

—Sí, todo esto parece ser crítico, Matt —respondió, mientras se apoyaba de la pared—. Esta mañana pensé que todo esto sería una tontería, pero creo que me he equivocado. Solo espero que por culpa de esta epidemia no se atrasen más las clases... —Hubo un silencio, y ambos se carcajearon de pronto. En realidad, nada de aquel sentimiento era cierto—. Por cierto, ¿Ya realizaste el proyecto vacacional?

—No, aun no lo he terminado. Pero ya lo comencé —la voz de fastidio de este era notoria.

—Yo también lo he comenzado, pero todo el mundo se ha empeñado en arruinar mis tomas —gritó aquello con la intención de que todos en su casa escucharan, pero un "lo siento, cariño" se escuchó en el fondo por parte de su madre, en respuesta—. Bueno, igual creo que no habrá problemas. Tendremos tiempo para hacerlo si siguen atrasando las clases.

Hubo un ruido en el fondo.

—¡Diablos! —Chilló Matt.

—¿Todo está bien? —preguntó Christopher preocupado—. Me parece que algo se ha roto y alguien llora.

—¡Sí, supongo!... ¡Bueno Christopher voy a dejarte, continuaré con lo mío!

—¡Perfecto! Yo también haré lo mismo. Nos vemos, amigo.

—Vale...

Colgó, pero Christopher sabía que algo estaba ocurriendo. Aunque conociendo a Matt, sabía que de ser una emergencia se lo hubiera contado. Tal vez solo había sido un simple problema.

Estando nuevamente en su cuarto, iba a continuar su vídeo cuando decidió hacer algo más interesante. Abrió el buscador y colocó: "Censo de FACTORY".

Entró en la primera página que apareció y comenzó a leer:

"La compañía FACTORY comenzará un censo a partir del 01 de octubre de 2030, en busca de un posible tratamiento a una reciente epidemia por causa de un virus mortal que tiene el poder de cambiar por completo el código genético de las personas, transformando así, sus capacidades a un nivel por encima a las del ser humano. Es por esto, que la empresa mantendrá a todas las personas infectadas en cuarentena para estudios avanzados, por medio de chequeos generales y orgánicos, con el fin de encontrar un posible tratamiento. La propagación de este y las causas, aún son desconocidas. Las personas que no contengan ningún tipo de infección serán trasladadas fuera del continente Norteamericano y serán llevados al continente Asiático por seguridad general. Recientemente se ha dado un decreto en favor a la emigración continental hacia Macao, acuerdo tratado para el bienestar de los "no infectados". Por lo que se recomienda estar en casa a la espera de los resultados y cooperar con los agentes cuando revelen tales resultados."

Cerró la página, y encendió la WebCam una vez más y dijo:

—Bueno, parece ser que estos días de alerta nacional o de descanso para mí, serán un poco tenso y agitados. Esperemos que todo se calme. Gracias a esto las clases están retrasadas y solo nos queda esperar por los resultados de las pruebas. No sé a ustedes, pero a mi parecer FACTORY trama algo, creo que no están siendo muy sinceros y las noticias no explican mucho sobre "el tal virus" por no mencionar que hay poca información de este... Exactamente, ¿qué es a lo que le tememos? Si el cambio genético aumenta las habilidades humanas, por qué no usar eso como desarrollo científico para asimilar curas para otro tipo de enfermedades. ¿Por qué erradicarlo? ¿Por qué es mortal?..."

Christopher iba a seguir hablando, cuando se sorprendió al escuchar y ver a su hermana entrar en la habitación.

¡No podía creerlo, otra vez arruinaban el vídeo!

Christopher sabía que la edición de este iba hacer una tortura. Por lo que fue la expresión de su hermana, un tanto incómoda, lo que le hizo no decir nada.

—Christopher, acompáñame a comprar unas cosas. Mamá no quiere que vaya sola.

Iba a replicar, pero verla mirando el suelo, le hizo pensárselo dos veces. Y aunque bufó, añadió:

—Está bien... solo que al regresar, en serio, deben dejarme terminar mi proyecto o tendré que poner el seguro a la puerta.

Ella solo se encogió de hombros.

—¿Tarea que se basa en hablar de tus propias teorías locas? —replicó ella con una ceja levantada.

—¿Cuál es la diferencia? Sigue siendo mi tarea.

Friki —dijo ella.

—Cría de mono —respondió él.

La chica puso los ojos en blanco e hizo una seña de que salieran de una vez por todas.

Christopher tomó el auto de su madre. Al encenderlo, comprobó la hora, pues no era tan tarde como creía. Y así salieron al supermercado.

Las calles estaban completamente solas, pero la apariencia de lo que había visto en las noticias parecía haber sido de la ciudad, propiamente, y no el de su residencia. Eso era bueno por una parte, pero por el otro, el ambiente estaba deprimente como las imágenes de la ciudad; no solo por el cielo nublado y gris, o el frío insaciable, sino que hasta las casas más coloridas y os locales abiertos y encendidos, parecían tristes.  Pero, como se supone que en la vida debemos sacarle el mejor provecho de las cosas, lo bueno era que pese al semblante que se podía observar, algunos comerciantes y locales, para no decir que muchos, estaban abiertos. Lo cual era extraño y poco coherente si se pensaba demasiado. Pero así era la gente cuando se trataba de ganar dinero o almacenar cosas para un "posible" encierro que podría llevar muchos días o meses. Y Christopher y Ransell, en ese momento, era una prueba absurda de salir fuera de casa con una epidemia a sus alrededores.

Llegaron a un pequeño local en donde su hermana logró comprar comida para su dieta. Y este que había estado esperado en la calle a que ella saliera con sus compras, frunció el ceño al ver lo que trajo consigo en la bolsa:

—¿Solo viniste a comprar eso, Ransell?

—Sí, debemos tener una estructurada comida o de lo contrario podríamos enfermar. Además, no sabemos si mañana esto esté abierto.

Aquello le hizo poner los ojos en blancos.

—Pero si esta mañana se hicieron las compras, Ransell...

—No una que me beneficie, pichón de bestia —le guiñó un ojo.

Christopher maldijo por debajo, obstinado. Era cierto que muchas veces ella le desquiciaba, pero cuando especialmente tenía actitudes tontas y egoístas como esas, le hacía sentir que se volvería loco.

—Para la próxima, irás tú sola por tus cosas —afirmó.

Ransell le miró sin poder creerlo, con drama rebosante, pero al final se encogió de hombros.

***

Cuando la noche había llegado a su punto, Christopher estaba sobre su cama sin querer dormir.

Tenía una lámpara encendida de forma tenue, y se levantó, solo para acercarse a la ventana y admirar la noche, el bosque y la luna como había comenzado hacer desde que empezaron los sueños. De hecho, era por esa misma ventana en la que estos saltaban para escapar. 

No quería dormir, estaba preocupado por tener que soñar otra vez aquello. Pensarlo, le resecaba la garganta pues todo comenzaba con la muerte de su madre.

Cuando su vista se perdió en el bosque, que parecía ser el testigo de las atrocidades que su mente imaginaba, una sombra que corría por el bosque llamó toda su atención. Al enfocar bien su mirada hacia ese lugar, donde se observaba la figura correr, notó que detrás de ella también se movían otras tres siluetas.

Frunció el ceño, ¿qué estaba pasando?

Cuando la luz de los faroles de la avenida alcanzó las sombras, Christopher pudo observar que se trataban de personas, y que la primera que había visto, estaba huyendo de las otras tres. No fue hasta que estas llegaron al asfalto de la avenida, en donde Christopher pudo ver como las siluetas fueron reveladas. Estaban perpendicularmente enfrente de su casa. Por el miedo, se colocó de forma automática al lado de la pared, con el temor de que pudieran verle. Pero, al mismo tiempo, no queriendo perder los detalles de lo que estaba pasando, se asomó con cuidado por la ventana apartando un poco la cortina. Y entonces realmente pudo ver:

La persona que huía era un hombre de aspecto sucio, con la ropa desgarrada, delgado, y con el cabello oscuro, el cual se había vuelto hacia las otras personas. Los otros tres sujetos le impactaron. Eran los mismos hombres que había visto en sus sueños.

Tragó grueso. ¿Cómo era posible?

Que él supiera, a ellos jamás les había visto como para tener una especie de retroproyección del subconsciente a la hora de dormir. Y según él, eso es lo que eran los sueños.

No perdió su vista de aquellos hombres, intentando todavía comprender qué estaba pasando y qué era lo que a él le estaba ocurriendo en realidad. Pues nada de lo que había estado pasando en esa semana parecía ser lógico. ¿Pero desde cuando todo lo que le estaba pasando había sido lógico?

Lo sorprendente de esto, también estaba en ver que esas tres personas pertenecían a FACTORY. Sus insignias en el hombro derecho les delataban.

¿Y por qué perseguían a ese hombre?

De pronto, aquel hombre andrajoso gritó: 

—¡No me atraparán tan fácil, basuras mentirosas de m****a!

Al decir aquello, su piel comenzó a transformarse en un pelaje de color amarillo mostaza. Sus manos fueron suplantadas por enormes garras y su camisa se había rasgado por completo, mostrando un cuerpo peludo como una bestia.

Este saltó sin previo aviso para a atacar, y por la expresión de su hocico y dientes filosos, Christopher supo que se trataba de una bestia con sed de sangre y ansias de matar. Su corazón se congeló y casi no podía respirar ante aquella escena. Sin embargo, comprendió entonces que aquel hombre estaba infectado por el famoso "virus".

Era real... La infección era cierta. 

Imágenes de su hermana formando burbujas de agua en su sueño le llegaron. ¿Acaso eso era lo que significaba todo aquello? ¿Un llamado de alerta para indicarle que Ransell era uno de ellos De ser así, ahora entendía porque detestaba que llamaran a esas personas "fenómenos" de forma tan despectiva. Se llevó las manos a la cabeza. ¿Acaso ella estaba infectada y lo ocultaba?

La bestia atacó al chico más delgado, pero este lo esquivó, haciendo que el otro sujeto llegara por su costado para golpear al animal de la nada. Este cayó al suelo, emitiendo un gemido de dolor. Se levantó nuevamente, sacudiendo el hocico, y rápidamente volvió a atacar abriendo sus fauces y saltando otra vez, pero en ese momento, al hombre más grande —El mismo que le había golpeado anteriormente—, y aunque ambos cayeron al suelo por la fuerza del animal, aquel hombre con una fuerza admirable, había detenido las garras de la bestia con sus propias manos, evitando una herida mortal. Y aunque la bestia no paraba de enviar mordiscos al rostro de este, la distancia aun no era posible para acertar y acabar con uno de los gemelos.

Entre aquel forcejeo, la chiquilla de labial rojo sonrió, y sin mucho esfuerzo se acercó por detrás, y levantando un arma para apuntar la cabeza de este, disparó.

El ruido del arma, se convirtió en un pitido constante y lineal en su oído.  Christopher no gritó por la escena sangrienta que vio, pero estaba en shock. Parecía tener un ataque de pánico, pues aquella bestia cayó muerta en un poso de sangre, sobre el cuerpo del otro hombre. Apartó a la bestia de un solo movimiento con sus brazos. Y al caer aquella cosa sobre el asfalto, volvió a convertirse en aquel hombre sucio que había visto en principio.

Christopher no se había percatado de que le costaba respirar y estaba hiperventilando en ese momento, y cuando se percató de ello, solo apoyó su cuerpo contra la pared, respirando lentamente para poder tomar el control de sus nervios. De hecho, tampoco se había dado cuenta de que estaba temblando como nunca lo había hecho.

¿Por qué no ayudaron a ese sujeto para ser curado? ¿Por qué le habían asesinado? Otras dudas surgieron.

Se asomó nuevamente a través de la ventana, y pudo ver como un auto oscuro aparecía para limpiar la escena en un momento, como si nada hubiera ocurrido.

Encendió su computador con rapidez, y activando otra vez la grabación, comentó, con palabras tan apresuradas que le costaba respirar:

—Hoy, a las 8:30 P.M. observé un suceso en frente de mi casa. La verdad no sé si deba decir esto, pero... pude ver a tres agentes de FACTORY enfrentándose a un hombre infectado por el virus; aquel hombre sufrió una metamorfosis nada agradable y los tres agentes con mucha facilidad acabaron con la vida del sujeto, volándole los sesos. Luego simplemente se llevaron el cuerpo en un auto y limpiaron la escena como si nada hubiese ocurrido. Señores... como había dicho, FACTORY no dice toda la verdad, y lo sé, porque se supone que debieron salvar a ese hombre hasta encontrar la cura. Sea lo que sea que está ocurriendo, hay verdades a medias...

Así apagó la cámara otra vez para ir al baño a limpiarse. Esperaba conciliar el sueño. Aunque ahora estaba seguro que le llevarían horas entre sus sábanas para hallarlo. 

Esto se estaba saliendo fuera de control. ¿Sería ese el destino de su hermana? 

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