"CAPÍTULO 8"

A la hora de la salida, Becca salió disparada a buscar un taxi que la llevara a casa, asegurando que si pasaba un minuto más se quedaría dormida con los ojos abiertos. Lucía y Gabbe, fueron a la parada.

-¿Segura que no quieres que te acompañe?

-Segura, Gabbe. Esperemos aquí el transporte y así cada uno podrá irse a casa, vives al otro extremo de la ciudad, te desviarías totalmente.

-A mi no me importa en absoluto.

-No, Gabbe- le rodeó el cuello- tranquilo, tienes mucha tarea para mañana- le besó los labios.

-Podríamos hacerla juntos- le devolvió el beso.

-Eres insoportable- le dijo riendo.

-Quiero estar pegado a ti como una sanguijuela- le dijo y después le besó la punta de la nariz.

-Allí viene tu transporte- dijo señalando la dirección contraria.

-Puedo esperar el otro- dijo estrechándola más y besándola.

-Vamos Gabriel Price, toma tu transporte o te dejará, en unos minutos pasará el mío.

-Bien. . . bien. . . no entiendo a estas chicas de ahora, que no quieren estar con sus novios.- dijo llevándose una mano al corazón.

-Qué dramático- Lucía, comenzó a reír- deberías estudiar actuación. 

Gabbe, la besó y luego corrió a subirse al transporte mientras le lanzaba un beso. Lucía, esperó por largos diez minutos, pero el transporte nada que pasaba, así que decidió caminar para así despejar sus pensamientos.

Debía decirle a su madre que tenía novio, realmente no es que quisiera pedirle permiso o contar con su opinión, pero sería mejor decírselo ella, y no que se enterara por otra persona.

Aunque, a fin de cuentas ella nunca le dijo que estaba con Rafael, nunca hasta que ella misma los vio y todo estalló. 

No entendía en qué momento se desmoronó la bonita relación que tenía con su madre, en qué momento se vino abajo su gran familia. Su madre cariñosa, su padre amoroso, su ambiente cargado de dicha, extrañaba todo aquello, ponía de su parte para intentar tolerar a Rafael, pero las verdad no podía, no le nacía del alma hacerlo.

Le parecía el hombre más vil e hipócrita que hubiese conocido jamás. 

Al llegar a casa y buscar sus llaves para entrar no las encontró, recordó que durante la discusión matutina con su madre, había olvidado tomarlas. 

¡Perfecto! 

Pensó frustrada, llamó a la casa varias veces y nadie atendió, por lo que supuso que todos habían salido, ahora tendría que esperar que alguien llegara. De preferencia que fuese su madre, detestaba la presencia de Rafael.

No podía llamar a Neithan, y pedirle que fuese por ella, ya que él estaría de guardia en unas horas, seguramente estaría descansando así que decidió sentarse en la entrada.

Cuarenta minutos más tarde, seguía allí sentada, a la espera. No aparecía Allison, ni tan siquiera Rafael, comenzaba a impacientarse pues pronto caería la noche y aunque su comunidad era tranquila, nunca le había gustado estar fuera de casa tan tarde y menos sola.

Sacó su celular y pensó en llamar a su madre. Luego negó y lo guardó, pero después de diez minutos más decidió marcarle, al tercer repique contestó. 

-Hola, cariño.

-¿Dónde estás?- dijo con tono de amargura- llevo casi una hora fuera de tu casa y no llegas.

-¿Qué haces fuera de la casa?- preguntó su madre confundida.

-Por tu culpa olvidé las llaves ésta mañana.

-No fue mi culpa Lucía, si tan solo pusieras de tu parte podríamos llevárnosla bien. Yo te amo, princesa.

-¿Me dirás dónde estás?- preguntó frunciendo los labios.

-Pasé recogiendo a Lucas, por las clases de natación. Llegaré en veinte minutos.

Lucía, bufó y cortó la comunicación... con suerte el idiota de Rafael, llegaría primero.

De pronto una camioneta negra se detuvo frente a su casa, ella la observó frunciendo el ceño. El vidrio Bajó dejando ver a una mujer rubia, de hermosos ojos verdes.

-Hola, linda- la saludó.

-Hola- le dijo Lucía, sin darle importancia.

-Necesito algo de ayuda, creo que me he perdido. Quizás puedas ayudarme.

-Claro que sí- Lucía, se puso en pie y caminó hasta la camioneta. La mujer era realmente hermosa, junto a ella, viajaba un hombre de aspecto no muy agradable- ¿A dónde va?

-Busco la autopista central, la verdad es que voy a la biblioteca nacional.

-Es sencillo- le dijo Lucía- no está para nada lejos, debe seguir derecho, cuente tres cuadras y al final cruza a la izquierda. Baja dos cuadras y allí encontrará la biblio. . . -No pudo terminar porque sintió que alguien la tomó por detrás y le tapó la boca y la nariz. Se removió inquieta intentando golpearle y liberarse, pero aquella persona que la sostenía era más fuerte y más grande que ella. La mujer sonrió de forma maquiavélica y su bonito rostro se distorsionó. De ponto sintió un fuerte golpe en la cabeza y al momento todo se volvía oscuro. . .

Pensó en Neithan. . . había prometido llamar a su padre. Quizás nunca más lo haría. 

Y así la oscuridad la engulló. 

Neithan. . . 

Observo por decimotercera vez el celular y no tengo llamadas perdidas, ni un mensaje ni nada por el estilo. Es extraño, porque Lucía, siempre cumple con su palabra, prometió llamarle, ¿qué podría haberle retrasado?

No soportando un minuto más, vuelve a llamarle, pero de nuevo su celular suena hasta enviar la llamada al buzón.

Comienza a preocuparse realmente. Así que decide llamar a Gabbe, quizás esté con él. Al tercer repique atiende.

-Hola, Neithan.

-Hola, Gabriel, lamento molestarte a éstas horas.

-No molestas- le dice en tono amigable- ¿En qué puedo ayudarte?

-Estoy intentando contactar con Lucía, y nada que responde el celular. ¿Has hablado con ella?, ¿está contigo?

-No. Hablé al salir del instituto, pero debía atender algunas cosas y me fui, hasta ahora me desocupo, pero le he llamado un par de veces y no responde. Quizás esté ocupada.

-Comienzo a preocuparme, llevo rato intentando comunicarme con ella y no atiende. 

-Llamaré a su casa. Quizás haya peleado con su madre.

-Bien. Yo llamaré a Rebecca, puede que ella sepa algo.

Colgó la comunicación sintiéndose mas preocupado que antes, algo andaba mal, lo presentía.

-Hola Becca- le saludó antes de que ella dijera algo- soy Neithan. 

-¡OH, DIOS MÍO!- gritó emocionada- ¿Es mi día de suerte?- Neithan, no pudo evitar sonreír, en definitiva esa adolescente y sus hormonas estaban muy locas.

-Ni lo pienses, jovencita- le dijo de inmediato- estoy preocupado por Lucía.

-No entiendo- parecía confundida-¿Le ocurre algo?

-Es precisamente lo que no sé. Estoy intentando comunicarme con ella y no he podido, Gabriel tampoco. ¿Sabes algo de mi hija?

-No. Después de que salimos del instituto, no volvimos a hablar, se supone que debería llamarme en media hora, como siempre lo hace.

-Estoy muy preocupado, Lucía no suele desaparecer así. . . 

Gabbe. . . 

Las palabras de Neithan, me asustan, no quiero creer que algo malo haya podido suceder. Intento nuevamente marcar al celular de Lucía, pero no responde así que intento marcar a su casa. La voz masculina que me atiende me confunde, pero luego recuerdo que debe ser el padrastro de Lucía, Rafael.

-Hola.

-Hola, buenas noches. Podría comunicarme con Lucía?

-Ella no se encuentra- dice llanamente.

-¿Podría ponerme a la señora Allison?

-Si, espere un momento- después de un par de minutos una dulce voz femenina inunda la vía telefónica.

-Hola, es Allison.

-Espero esté muy bien, señora. Es Gabbe.

-¿Gabbe?- parecía confundida-¿Quién es Gabbe?

-El novio de Lucía.

-¡¿NOVIO?!- la exclamación-  pregunta, le retumbó en los oídos.- ¡¿CÓMO QUE NOVIO?!

-Pensé que Lucía, le había comentado. Soy su novio, Neithan consintió nuestra relación.

-Pues, es evidente que soy la ultima en enterarse y he de decir que no estoy nada contenta, se supone que soy su madre, debí ser la primera en ser consultada para formalizar un noviazgo.

-Yo. . . lo siento, pensé que Lucía le había dicho, solo esperaba la oportunidad para ir a conocerle.

-Espero que sea muy pronto, tenemos mucho de qué hablar, ya luego decidiremos eso del noviazgo. Supongo que llamas para decirme que mi hija está contigo.

-No, señora- parecía más preocupado aún- Neithan, me ha llamado ya que Lucia, quedó en llamarle y no lo ha hecho, no contesta su celular y estamos preocupados.

-Yo. . . pensé que estaba con Becca- dijo con voz temblorosa- es muy tarde y. . . .Ella nunca llega tan tarde si anda sola- su corazón se agitó con violencia. Estaba enojada porque se había quedado sin llaves, cuando llegué a casa ya no estaba. Supuse que estaría con su padre o con Becca. . . .Yo. . . 

-Tranquilícese. La verdad es que no logramos contactarla. Debo llamar a Neithan, comuníquese luego con él, debemos buscar a Lucía, algo está mal.

Sin darle oportunidad a nada corta la comunicación.

-¿Sucede algo, hijo?- le pregunta su madre con el ceño fruncido.

-No lo sé, ma, Lucía no aparece, no contesta al celular, no está con su padre, ni está en casa. Estoy realmente asustado.

-Ten paz, tesoro, seguramente se entretuvo con algo, debe estar por llegar a casa.

-Dios te oiga madre. Pero tengo mucho miedo.- dos minutos después volvía a comunicarse con Neithan.

-No está en casa- fue lo primero que le dijo.

-No está con Becca- respondió el padre angustiado, pasándose una mano por la cabeza-algo le ocurrió a mi hija, no desaparecería así como así, algo está mal, muy mal.

-Salgo para la comisaria ahora mismo.

-No Gabbe, no lo hagas- le dice angustiado- rastree el teléfono celular de Lucía, preparé una comisión y voy saliendo ahora mismo para allá. 

-De acuerdo, pero por favor prometa que me mantendrá informado.

-Lo haré, hijo, prometo que lo haré.

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