Capítulo 2: Acuerdo con los chicos. Parte I

Connor Jones.

Estoy impaciente, desesperado, inquieto, como si me fuera a dar un ataque de ansiedad por la decisión firme que he tomado. No voy a cambiar de parecer, eso es lo que realmente quiero hacer, es lo mejor, para todos y para mí.

Me pone nervioso el hecho de todas las reacciones, sus reacciones, pero sé que ellos son comprensivos.

Cuando dejé de hablar con mi madre hice mi rumbo directamente hacia la empresa, con mi decisión ya tomada.

A pesar que mi decisión ya la tenía planteada, no estaba seguro de ella, y hablar con mi madre fue como un impulso para mí, ya estoy seguro de ello. Como ella había dicho que mis decisiones pueden definir o marcar mi futuro, sé que esto lo hará.

No solo pongo en juego mi puesto como jefe de una empresa exitosa, también hay terceros en esto, los cuales se pueden ver afectados, y es lo que no quiero, porque no estoy siendo egoísta con esta decisión, yo lo necesito demasiado.

Tengo todo planeado, solo espero expresarme bien a la hora de explicar mi situación.

Sentado en mi silla de jefe, en espera de los chicos, que los espero en la sala donde hacemos las reuniones, nuestra sala de juntas, me entra un sentimiento de nostalgia, sabiendo que extrañaré estar en este lugar que lo siento como mi segunda casa.

Ese pensamiento me hace cuestionarme con mi decisión, pero solo es un pensamiento fugaz, así que lo descarto rápidamente.

Ya lo he tomado.

Mi trabajo se ha significado mucho para mí, he puesto todos mis mayores esfuerzos sobre ella, sudor y lágrimas he derramado aquí, y ver todo el proceso que ha transcurrido durante muchos años, me siento satisfecho de todo. Orgulloso.

En como mis empleados y yo hemos tenido un crecimiento personal más ético, es increíble todo esto.

Desde que tengo uso de razón nunca he descansado de ella, todos estos años he llevado el control de mi empresa, y pensar que no lo haré por cierto tiempo, no sé qué pensar…

Mis pensamientos se ven interrumpidos al observar a los chicos llegar uno detrás del otro, se me hace imposible no sonreír al verlos, un nudo se forma en mi garganta.

—Tomen asiento, por favor —les ordeno con un gesto de mano.

—El jefe vino demandante hoy, chicos —bromea un poco Joe.

Ellos tomaron asiento, y el lugar quedó en completo silencio, siento mucha tensión por mi parte.

Suspiro y junto mis manos encima de la mesa.

—Seré directo, ¿bien? —ellos asienten, sin nada que acotar—. Me tomaré un descanso de la empresa.

Silencio total.

—¿Descanso cómo? —pregunta Logan rompiendo el silencio en la estancia.

—¿Qué hablas? —inquiere Joe, desconcertado por lo que dije.

Suspiro nuevamente.

—Tomaré un descanso, realmente no puedo seguir trabajando, estoy muy agotado…

»Siempre he trabajado duro en esta empresa, nunca he descansado de ella o los he defraudado, porque esta empresa para mí lo es todo, ustedes lo saben —les digo mirando a cada uno simultáneamente—. Necesito esto, despejar mi mente, me siento muy agotado de todo, no tengo un tiempo definido para cuando estaré ausente aquí, es lo único que les puedo decir.

Los chicos están totalmente sorprendidos con mi noticia. Sé que no es algo que ellos se esperarían de mí.

Me muerdo mi labio inferior nervioso porque no dicen nada al respecto.

—¿Quién se encargará de la empresa tú estando ausente? —Pregunta Harvey desconcertado.

Sonreí y miré a Joe a mi lado derecho.

—Joe.

Él se sorprende demasiado y me adelanto para hablar, antes que se oponga a mi decisión.

—Joe es el indicado para hacerlo, confío plenamente en él —dije y seguí sonriendo, miré a los demás—. No es que ustedes no sean buenos en su labor de trabajo, admiro lo que hace cada uno, pero realmente Joe se ha estado preparando durante años para tomar mi puesto cuando estuviera ausente en cualquier momento.

»Este es el momento, estoy feliz con mi elección. Sé que con o sin mí harán un buen trabajo como siempre me lo han demostrado, las veces que ya he estado ausente, ustedes llevarán el control de mi empresa, confío en ustedes.

—¿Y si fallamos? ¿Y si te fallamos a ti? —inquiere Leon preocupado—. Existen muchas posibilidades…

—Yo estaré ausente en la empresa sí, pero eso no quiere decir que no los ayudaré de vez en cuando, siempre hemos sido un equipo fortalecido y unido —les recuerdo a cada uno pese a las circunstancias que estamos en este momento.

—¿Estás seguro de hacerlo? Es decir, respetamos y aceptamos tu decisión, pero estamos hablando de la empresa, Connor —habla Logan esta vez, un tanto confundido.

Asiento.

—Lo dije, y lo vuelvo a repetir por si nos les quedó entendido… yo confío en ustedes y en Joe para que lleve la empresa —aseguro.

—¿Qué te hizo tomar esa decisión? —pregunta Joe con una ceja alzada.

—En realidad quería hacerlo desde hace tiempo, pero no estaba seguro de ello —les cuento.

»Hablé con mi madre está mañana antes de venir a la empresa, y tuve una conversación muy seria y profunda con ella que me hizo recapacitar con lo que ya quiero y necesito…

»Fue como un impulso ¿Saben? Tenía mucho miedo de sus reacciones y me nubló mi decisión, pero al platicar con ella despejó mis miedos, me generó seguridad en mí mismo, estuve decido en hacerlo. No elegiría a otras personas para llevar mi empresa que no sean ustedes.

Los chicos se miraron entre sí, y Leon habla:

—Lo que pasó en la pasarela… —no sabe cómo continuar, pero toma el valor y lo hace—. Sabemos que no estás bien desde ese día, y suponemos que tú decisión se deriva a ello, ¿no?

—Sí… —contesto en un susurro.

Mi corazón comienza a latir rápido al recordarla justamente a ella.

Es inevitable.

—¿Ustedes han sabido de ella? —Pregunto con un nudo en mi garganta, sintiéndome un poco nervioso, trago duro—. ¿No han hablado con ella?

Los chicos se miran entre sí dubitativos en decirme si o no, terminan negando, haciendo que mis posibilidades de saber de ella sean totalmente nulas.

—No sabemos nada de ella, lo sentimos, Connor —responde Leon apenado.

—No tienen que estar pidiéndome perdón, ustedes no tienen la culpa de nada, chicos —les digo y le resto importancia con un gesto de mano, también les sonrío para aliviar todo.

—¿Pero no has intentando llamarla? —pregunta esta vez Joe.

—Lo he intentado muchas veces, pero me manda al buzón, y ya le he dejado muchísimos mensajes…