Capitulo 6

Tercer día de clases, hoy eh decidido no ir a la escuela debido al ridículo que pase ayer cuando lloré frente a todos. Incluso personas de otro grupo me vieron, sólo quiero desaparecer.

Aunque decidí no ir tengo que hacerlo, hoy es el día de descanso de mi padre, él debe estar durmiendo en su habitación. Doy un suspiro y salgo de la cama directo a darme una ducha, al terminar me arreglo con mi uniforme y antes de irme me volteo a ver al espejo por última vez.

Salgo de casa y camino normalmente hacía la escuela, los demás van llegando en compañía de sus padres o con amigos. No recuerdo cuándo fue qué empecé a envidiar la felicidad de los demás. Al llegar al salón observo a chicas platicando con algunos chicos, otras en el escritorio y algunos chicos hablando de fútbol.

Algunos me observan y yo sólo bajo la cabeza, llego a mi asiento y pongo mis brazos en el pupitre conmigo acostada en ellos.

— ¡Buenos días! — grita un chico entrando al salón, todos le devuelven el saludo — ¡Hola Alice!

No puede ser, es el chico de ayer. Decidí ignorarlo.

— Déjala, debe estar durmiendo — habló una chica.

No escuché más, debió haberse dado por vencido.

— Muy bien chicos, ésto será rápido, saquen su libro de matemáticas — el profesor acababa de entrar al aula.

Suspiré, sin más remedio me tuve qué levantar, la clase avanzo muy lento a mi parecer, sólo quería qué se acabará pronto, tenía hambre.

— Bien, eso es todo por hoy — habló mientras acomodaba su maletín, esté profesor era algo serio.

La próxima hora la teníamos libre debido a qué nuestra profesora se ausento.

Empecé a buscar mi monedero pero no lo encuentre, empiezo a asustarme pero esté no aparece, empiezo a recordar. Hoy creí que llegaba tarde y me olvide mi dinero sobre la mesa.

— ¿Buscas algo? — Preguntó la chica qué se sentaba frente a mí, su nombre es Tamara.

— No es nada.

Habló de forma cortante. Ella sólo me sonríe.

— Has olvidado tú dinero ¿No es verdad? Si quieres te puedo prestar un poco.

No quiero seguir escuchando lo que dice así que salgo del aula y me dirijo a los baños a pasarme mi tiempo libre sola, paso por las escaleras que dan a la azotea, ahora qué lo pensaba jamás había estado ahí. Decidí echarle un vistazo.

Un chico es quien se encuentra en está, aparentemente se encuentra durmiendo pues tiene una libro tapando su cara, sentí que era mejor no molestar.

— ¿Blaze? ¿Eres tú? — el chico habla con una voz suave, enseguida se levantó dejando a la vista unos ojos café y su pelo estaba entre lo castaño y rojizo.

No dije nada, sólo me retire. Sólo quiero irme a casa, estar en un colegio mixto me desagrada al igual qué estar en uno sólo para mujeres, sólo quisiera que fuese posible el estudiar en casa.

Bajo apresuradamente por las escaleras, en el camino me tropecé con ese chico sonriente y unas 2 chicas lo iban acompañando, deben ser sus novias.

— Hola Ali...

No dejé que terminará de hablar pues lo ignore completamente. Llegué a los cubículos y esperé ahí a qué la hora terminará. Se qué no debería cerrarme a las personas pero me es imposible confiar en alguien.

«Aveces la vida puede ser difícil, pero hay qué saber enfrentar todo para poder avanzar»

Pero yo no puedo, escondo mi cara en mis rodillas y me pongo a llorar, yo no puedo ser fuerte, no tengo el valor suficiente para ponerme de pie y gritarle al mundo qué puedo hacerlo.

Escucho el timbre sonar. Me limpio las lágrimas y salgo del cubículo, la próxima clase es orientación, nos la imparte el profesor qué me llevo a la sala de profesores él día qué llore frente a todos.

Doy un suspiro y salgo del baño.

— Oye, espera — es ese mismo chico.

¿Acaso no piensa dejarme en paz?

— Dime algo ¿Te caigo mal? No se qué eh hecho para qué me odies así qué te pido perdón, yo... Eh venido a este colegio con la intención de hacer amigos pero, si eh conseguido qué alguien me odie entonces no podré hacerlo — su rostro demostraba tristeza, debe en verdad querer hacer amigos pero, yo no puedo ayudarlo con eso.

— No te preocupes sobre lo que yo piense, sólo ignorame y tendrás todo resuelto. No quiero que me metas en tus asuntos — espero qué ahora si me dejé tranquila, se está volviendo muy cansado todo ésto.

— Me es imposible ignorar tú presencia si te sientas a lado de mí.

En verdad qué yo no me había dado cuenta. En primer lugar no es cómo que me interese.

— Vamos, no eres feo, si quisieras puedes hacerte popular si no es que ya lo eres, déjame de molestar, aprende a escuchar, ya te dije que no quiero ser tu amiga. — hablé algo molesta mientras lo señalaba.

— Me eh preguntado por qué tienes curitas en tu rostro y por qué llevas vendaje en las muñecas ¿Te han hecho daño? — hablá ladeado su cabeza.

Tch, sólo quiero qué me dejé tranquila.

— No te importa — decidí no darle el gusto de seguirle hablando y camine al salón.

Por culpa de él seguro llegaré tarde.

— Buenos días ¿Puedo pasar? — el profesor ya se encontraba ahí.

Observó mis muñecas, la primera vez qué lo ví yo no llevaba vendajes.

— Toma asiento.

Después de mí aquél chico llegó.

— De toda la clase ustedes 2 eran los únicos qué faltaban ¿Estaban juntos? — indagó el profesor, era una estupidez lo qué preguntaba.

«Por supuesto qué no» era lo qué quería decir pero las palabras no salían de mi boca.

— Así es. Le pregunté si quería ser mi amiga — el chico sonrió causando algún suspiró por parte de algunas de mis compañeras.

Yo sólo quiero qué me dejé tranquila.

El profe ya no preguntó nada más.

¡No quiero acercarme a ningún chico por qué se las malas intenciones qué tienen!

Además de qué si lo hago las demás chicas podrían ponerse celosas y golpearme.

— Bien, escuchen con atención, cómo ya eh mencionado, la próxima semana habrá exámen así qué estuve pensando, en mi clase quiero qué hagan un trabajo, ese será su punto en mi clase.

Algunos empezaron a gritar de alegría, otros no estaban muy convencidos, yo sólo tomé mi lapicero para escribir mis apuntes.

— Bien, él tema será sobre el Bullying, escribirán qué significa para ustedes, si han hecho o les han hecho algo alguna vez y sí están arrepentidos por haberlo hecho o por no haber hablado — mientras explicaba me dió una mirada, no se qué era lo qué pretendía pero no me agradaba — se harán equipo de 6 personas y no acepto un no por respuesta, los equipos los eh seleccionado yo.

Comencé a temblar, nunca había trabajado en equipo antes, no quiero estar a solas con 5 personas que ni siquiera me agradarán.

El profesor empezó a decir los equipos, yo deseaba por qué no me hubiese metido en alguno pero ese deseo no se cumplió.

— Alice Jhonson, Blaze Collins, Tamara Olster, Lena Collins, Susana Evans y Alik Montana.

Sólo pude apretar mis puños, no quiero esto pero no puedo ser capaz de decirlo.

«Si tan sólo pudiese ser capaz de abrir mi corazón, pero si lo hago temo qué el daño sea peor»

Observé a mis compañeros de equipo, era la chica frente a mí, el chico con cara de estúpido, una de las chicas qué estaba con el cara de estúpido, debe ser su hermana por qué llevan el mismo apellido, otra chica de la clase qué hasta ahora no había tenido relevancia para mí y él chico qué había visto está mañana en la azotea.

Valla equipo qué me tocó y por si fuera peor, aún tengo hambre.

Al terminar las clases salí tan rápido cómo pude y llegué a casa, al finalizar el día siempre hago lo mismo, llorar en mi habitación y esperar a qué él próximo día sea mejor.

— Si tan sólo me dejarán en paz.

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