¿Quieres hacerlo tú?

Capítulo #5

7 de septiembre del 2018 3:15 pm… 

Pov’s Aina

—Está bien, déjame pensar —pienso un momento — ¿Cuánto le mide, señor Elis?

—12 centímetros, señorita Allard.

—La tiene muy corta, señor Elis —callo un instante —La etiqueta será: “el más corto”.

—Me conviene —se levanta y se acerca —Ven —me lleva tomada de la mano hasta el baño.

Comienza a quitarse el jeans dejando ver su bóxer azul, yo no reacciono, pero sé que puede hacer. Pasa por mi lado y sale al pasillo. Yo me demoro, pero lo sigo a su camino, que no entiendo para nada. Va al patio, se sube a la plazoleta y llama a todos. 

—Atiendan para acá, colegio Javier.

Todos se giran, chicas y chicos. 

—Aina Allard no está siendo muy justa conmigo. Su etiqueta para mí es, el más corto. Les daré la muestra que esa etiqueta no va conmigo y ustedes me ayudarán a que esa etiqueta me la cambien.

Una chica grita, espero que James no haga lo que me pienso

— ¿Qué vas a hacer?

—Voy a bajarme el bóxer —comenta sin pelos en la lengua. 

Los chicos presentes van abandonando el patio, claro que ellos no quieren ver eso. Algunas chicas, las puritanas y nerds, también se van, quedando alrededor de 45 alumnas, contándome. 

—Acaba de enseñarnos la llave del tesoro, papacito, que ya te aguarda este cofre mojadito —grita una putain* y señala para sus partes bajas.

James no hace esperar más y se baja el bóxer dejando mostrar esa carne que está para tenerla en la boca ahora mismo, se la toca y me mira, luego vuelve la vista a las chicas que quedan.

— ¿Creen que es justo que me pongan esa etiqueta?

— ¡NOOO! —gritan todos.

Yo reacciono, no puedo dejar que siga exponiéndose así, eso no es de ella.

«Pero tampoco es tuyo»

«¡Apareciste!»

«Cómo si me hubieses extrañado»

«Un poquito»

«Vamos a ver que hacemos con James»

«Okay, Darling»

—YA SE ACABÓ EL SHOW, PUEDEN YA IRSE PARA SUS CASAS —grito para llamar la atención.

James me da una sonrisa ladeada, sabe que esta escenita me puso un poco celosa, pero no le daré el gusto de demostrárselo. Todas se quedan y no me hacen caso, quieren seguir con el teatro que ha formado James, pero él nota que me estoy cabreando y decide hablar él.

—Bueno, chicas, hagan los que les dice su futura presidenta, otro día podremos seguir —todas le sonríen y se van marchando, no sin antes dejarle un beso en la comisura de sus labios la chica putain que lo disfrutó completamente. 

Nos quedamos solos y en silencio unos instantes hasta que él entabla una charla.

—Entonces, ¿me cambiarás la etiqueta?

—Si no quiero ser linchada, prefiero hacerlo.

— ¿Cuál me pondrá ahora, señorita Allard?

— ¿Qué usted cree, señor Elis?

—El más sabroso.

—No te pases.

—El de la polla más grande.

—Menos —suelto unas cuantas carcajadas.

—El más pornográfico del colegio.

—Me cuadra —ahora ríe él.

Nos callamos nuevamente.

— ¿Te encantó lo que hice?

—Fue toda una locura —le contesto.

—Pero te quedaste viéndolo. Morías por hacerlo, no niegues que esta carne no está entre la lista de las cosas que quisieses probar.

—Para nada, no te crees ilusiones tontas.

«Qué mentirosa eres»

«No soy ofrecida, querida»

«Pero eres peor, querida»

—Entonces, si me toco, ¿qué harías?

—Si te veo necesitado, veremos.

—La necesitada serás tú, porque estoy seguro de que mojada, ya estás.

—Tócate —él hace caso a mis palabras y comienza a mover su mano.

No lo hace rápido, quiero que lo haga veloz, me detengo a mirar sus movimientos y él se percata de mis reacciones y mis mordidas a mi labio inferior.

— ¿Quieres hacerlo tú?

Un día después…

Sábado, 8 de septiembre y tenemos que terminar de resolver el primer misterio, las otras dos cajas que me mandaron contenían un juego de limpieza y su nota es:

¿No debemos limpiar las cosas que están sucias?

Cada vez entiendo menos, pero tendré que averiguar, junto a James, de que trata este secreto y quién es la familia implicada. Pero, ¿cómo guardaré todo lo que sé?

La otra caja traía un trapo sucio, menos entendí con esto, además de la nota que siempre trae, tuvo otra.

La última caja de este secreto, hasta que no vea que lo averiguaste, no mandaré el próximo. Mientras más tarde te pongas a encontrar en que encajan todas estas pistas, más tarde te enterarás del terrible secreto que guarda tu familia. Tú decides.

La nota oficial que viene junto a la pista dice:

También pagan los que hacen de trapo

Junto a estas cajas, traigo las dos primeras para reunirme con James, hoy resolveremos este primer misterio. Justo a las 10:00 de la mañana llego al parque, ya él me está esperando y yo espero a que él suba al auto para poder llegar a nuestro primer destino. 

—Buenos días, Aina. ¿Cómo amaneciste?

—Bien, ¿y tú?

—También.

—A donde vamos primero. 

—A la biblioteca, a buscar entre las computadoras, que día ocurrió un accidente con esta imagen —le muestro el recorte del diario —para saber que diario lo publicó y que tiene que ver con el accidente y las demás pistas.

—Vámonos pues —comienza a buscar entre las cajas las cosas que mandaron y se pone a pensar.

Llegamos a la biblioteca treinta minutos después. Nos dejaron pasar y fuimos a una computadora él y a otra yo, para buscar de donde proviene ese recorte y cuando fue.

Dos horas después…

— ¡Lo encontré! —medio grito, no tan alto para que la señora no nos eche de la biblioteca.

—Déjame ver —viene a mi lado, James.

“Mi Diario” Miércoles, 7 de mayo del 2008

Ayer, lamentablemente ocurrió un accidente en nuestro pueblo. El coche ardió en llamas luego de que le dieran al tanque de combustible entre una batalla de balas que se estaba dando por donde pasaron. 

Abajo aparece la foto del auto en llamas y a su lado dice “La familia Mitman ha perdido a Esteban Mitman y su esposa, Valeria Hailer, el mismo día del cumpleaños de su único hijo” 

Abajo aparece otra foto, de un pequeño junto a dos personas de la tercera edad, seguramente sus abuelos.

“El señor Mitman y su esposa, los abuelos del niño, cuidarán de él” 

Nadie todavía sabe por qué ocurrió esto, pero, ¿será que estaban en algún lío gordo que quisieron acabar con ellos? Tendremos que esperar a lo que nos diga la policía.

El diario proviene de los Walsh. ¿Serán ellos los del misterio, o los Mitman? ¿Quiénes son los Mitman? Ahora tengo un lío mental en mi cabeza.

—Dominic —es lo único que comenta James.

— ¿Quién es Dominic?

—Un amigo que hice en la escuela, su apellido es Mitman. 

—Pero que tiene que ver los Mitman, con un trapo sucio, con dinero, con un juego de limpieza y un recorte del diario de los Walsh.

—Trapo sucio mayormente se le conoce a las personas que venden las drogas de los narcotraficantes.

—Mejor vayamos a algún lado y pensemos, para no molestar a los demás presentes.

—Está bien.

Salimos de la biblioteca a una cafetería que está cerca de esta. Mientras yo me voy a sentar a una mesa que está disponible al fondo, James pide una malteada para mí y un jugo para él. Al venir, me le quedo mirando un instante su paquete.

§§§

—Entonces, si me toco, ¿qué harías?

—Si te veo necesitado, veremos.

—La necesitada serás tú, porque estoy seguro de que mojada, ya estás.

—Tócate —él hace caso a mis palabras y comienza a mover su mano.

No lo hace rápido, quiero que lo haga veloz, me detengo a mirar sus movimientos y él se percata de mis reacciones y mis mordidas a mi labio inferior.

— ¿Quieres hacerlo tú?

Me quedo fría con su pregunta, tengo la oportunidad de vengarme de lo que me hizo o pues dejarlo para otra oportunidad. 

—No, es mejor que me vaya. 

—Por supuesto, tú te lo pierdes.

—Acuérdate que mañana nos pondremos a resolver el primer secreto.

—Claro, en el parque a las 10:00 —repite mis palabras.

Salgo del patio antes de que cambie de decisión y voy para mi casa.

§§§

Ya James llegó a la mesa, me está entregando ahora la malteada. Por accidente, toco su mano y él me mira a los ojos, yo hago lo mismo y me quedo embelesada, en un camino sin rumbo y sin poder regresar, solamente quiero coger y besar esos carnosos labios que me llaman con desesperación.

—Sabemos hasta ahora unas pocas cosas. El diario es de los Walsh, la noticia de este es de los Mitman. Se refieren a un trapo sucio, que seguramente uno de las dos familias es la que vende droga, el fajo de dinero, es porque esa es su ganancia y un juego de limpieza, claramente es que están limpiando el rastro o —se le ilumina el rostro, como si se le hubiera ocurrido una estrategia mejor —una de las familias blanquean el dinero sucio de la droga.

—Pero para eso, necesitan un negocio que aporte bastante dinero y que también usen demasiado dinero como para que no se den cuenta.

—La familia de Dominic no tienen un negocio grande que digamos y tampoco son tan ricos, solo tienen un poco ganancia.

—Pero el diario si aporta dinero y los Walsh si son una familia adinerada.

—Entonces, ¿por qué ponen el accidente de los Mitman?

— ¿Y si es otra pista para otra familia? ¿Y si al final averiguamos que no fue un accidente, sino un asesinato?

Una señorita se acerca a nosotros con una caja en sus manos. Es del mismo prototipo de las de nosotras. 

—Esto lo dejaron para ustedes.

— ¿Quién fue?

—No puedo decírselo —deja la caja en la mesa y se retira.

Abro la caja y dentro hay una nota. La leo de forma tal que James me pueda escuchar, pero que más nadie se entere.

Van por buen camino, no tiren el recorte, les puede servir para después. Dentro de poco recibirán la primera caja con el próximo secreto. Solo les queda por unir algo, para que sepan o consideren si está completo el secreto.

—Entonces si fueron los Walsh —comento.

—Veamos hasta ahora lo que tenemos —se detiene James —Los Walsh blanquean un dinero, proveniente de una droga que desconocemos quién la vende. Lo blanquean a través del diario, por eso los lujos que se dan y nadie se entera. Pero, ¿por qué tendrían relación los Mitman con los Walsh?

— ¿Y si los Walsh provocaron el accidente para quedarse con el negocio de los Mitman, que es la venta de drogas? —pregunto yo.

— ¿Y si los Walsh son solamente otra parte del negocio de otra familia cabecilla? —indaga James.

—Solo tenemos que esperar a que nos den la primera caja del próximo secreto.

—Sí, ahí podremos unir que pasó con los Mitman.

— ¿Qué vamos a hacer con el secreto de los Walsh?

—Podremos decírselo a la policía.

— ¿Por qué mejor no esperamos a que tengamos todo?

—Será algo que guardaremos los dos juntos.

Ya no hablamos más, James termina de tomarse su jugo y yo mi malteada.

— ¿Cómo van las cosas con Evans? —pregunta de pronto provocando que me atragante.

—Bien —contesto fríamente.

— ¿Tan bien como para que te ponga los cuernos con tu mejor amiga? *puta

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