Cap 7

Hoy me desperté tarde, ya que no tenía que trabajar, mire el reloj las 11, la hora perfecta para levantar, afuera se miraba un día excelente cómo para seguir entre las cobijas, hasta la una de la tarde, fue una idea que paso por mi mente, muy tentadora pero debía de levantarme mis hermanos se iban a ir hoy, así que a pesar de mi cuerpo me pedía quedarme acostada me levanté, me puse mis pantuflas de unicornio y bajé las escaleras.

Encontrando el desayuno ya hecha, Ángel siempre te preocupas por mí, me senté y comencé a desayunar, ahora que lo pienso bien debo de aprender a cocinar mejor, doy asco en la cocina. Lo bueno que el microondas nunca se raja y el servicio a domicilio tampoco, mire por la ventana a mis hermanos estaban subiendo sus últimos maletas.

Dios esto se va a poner feo, me levanté y salí, cuando salí mire como Marcus llegaban en su auto, se bajaba corriendo y abrazar a Logan esto me va ser llorar, no esto es mucho para mí, desvíe la mirada a mis pantunflas, sentía que las lágrimas querían empezar a salir, pero me negué a dejarlas salir, fue cuando sentí un par de brazos rodearme y pegarme a su pecho, el aroma de Ángel me invadió.

-Ya pulgosa, no llores.

-Y quién te dice que estoy llorando.

-Todo estara bién es difícil para nosotros, pero siempre estaremos aquí para ti, cuando necesites podrías llamar y vendemos por ti.

Yo solamente  me apege más a el para sentir más el abrazo, fue cuando sentía tu par de brazos rodearme, era Logan.

-Tú puedes con esto, eres una chica ruda.

-Me van a hacer llorar pero no lo van a lograr.

Pero mentía mis lágrimas se deramaron sin control, cuando me calme, mire por encima del hombro de Ángel, a Marcus estaba intentando contener las lágrimas, le hice una seña para que viniera, el sin pensarlo dos veces salió corriendo y nos abrazo a todos.

Enterré mi cara en el pecho de mi hermano, esto es vergonzoso, me sentía bien, a salvo pero se tienen que ir. Ya no hubo palabras, solo se subieron a su auto y se fueron, di un gran suspiro e intenté hacer la mejor sonrisa qué pude.

-Bueno Marcus creo que es hora de irnos al refugio, se nos hará tarde.

-Kira si, solo tengo dos pequeños detalles.

-Dime.

-Hoy en el refugio no se trabaja, solo está el velador  y dos estás en pijama en la calle.

Fue cuando reaccioné, voltié y me miré, efectivamente estaba en pijamas en la calle, hay no, solo salir corriendo a casa, cuando estaba adentro se podían escuchar la risa de Marcus.

Esta tarde se sintió mal porque mis hermanos se fueron, pero Marcus y yo nos hicimos compañia, salimos por un helado, regresamos y miramos películas el resto de la tarde.

Los días pasaban, uno tras otro, en todo este tiempo me di cuenta que no está tan mal estar sola, me siento más relajada y se siente bien, ser un poco independiente aunque en la cocina sigo dando asco. 

Cómo necesitamos más ayuda en el refugio Marcus empezó a aceptar solicitaciones de empleo, no pagan mucho pero es algo, al último contrato a una pareja de casados, el chico es alto delgado, de pelo castaño y ojos negros, la chica es bajita tiene la piel morena y el cabello rizado y negro, sus ojos son verdes, los dos son muy alegres y les encanta este lugar, creo que están mal mentalmente, pero no importa me agradan, no confío mucho en ellos pero ya veremos solo el tiempo lo dirá.

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