Cap 4

Me tomo exactamente 2 días para reunir el valor y contarle a Marcus, claro solo el hecho de que mis hermanos se iban a ir, intenté buscar palabras no tan hiriente porque Marcus es algo sensible.

Así que estámos los dos en recepción, me acerqué a él, le tome el hombro, yo traía una cara seria y triste, me miro.

-Pasar algo dulzura.

-Tenemos que hablar Marcus.

-Wow estás muy seria así que supongo que es algo importante.

-El próximo domingo mis hermanos se van a.

-Lo se.

Me interrumpió, yo lo miré tenía sus ojos tristes.

-Lo sé dulzura, Logan me lo informo, me lo dijo hace como dos días exactamente.

-En serio yo.

-Descuida sé que para ti es muy difícil esto de demistrar tus emociones.

-Lo siento.

-No descuida sí estoy triste pero me alegra que Logan me haya tomado en cuenta, me da una esperanza de que tal vez le guste.

Se miraba tan triste, quería volver a ver a ese chico alegre, lo tome del hombro.

-Te diré una verdad sabía que.

Me detuve si mi hermano se enteraba me iban a matar pero al diablo. Proseguir.

-Marcus aquí entre nos a Logan le gustas y bastante.

-En serio.

-Claro, deja que te acerques a él y dejo que le dieras un beso en la mejilla, nunca en mi existencia avía visto que alguien pudiera hacer eso, no deja que nadie se acerque, no le gusta mucho el contacto físico.

-A quién se parecerá dulzura.

-No lo sé, solo diré que es de familia, aunque creo que Ángel es adoptado.

Reímos por ese estúpido comentario que dije, escucho que viene mis dos hermanos.

-De que se ríen.

-De nada Ángel, de nada vámonos a casa.

Nos adelantamos nosotros dos, miramos como Marcus detuvo a Logan. Yo tome a Ángel de la mano y lo jale hacia fuera.

-Qué te pasa. Yo quiero ver.

-Dales privacidad caramba.

Miramos como Logan salió, rojó a más no poder y tenía brillo labial muy cerca de la boca Ángel no tardo en burlarse se acercó a Logan lo rodeo con el brazo y lo pegó a él.

-Que pasó hermanito te caíste sobre un bálsamo labial mi hermano.

 Logan lo empujó para separarse de el.

-Cállate imbécil y vámonos.

Mire como se molestaban uno al otro, yo solo iba sonriendo. Yo no dije nada me sentía feliz.

Hoy me siento triste, creo que soy bipolar, hoy es la última noche qué pasó con mis hermanos. Marcus nos dejo salir temprano, estoye en mi habitación, miro el techo, siento como los minutos pasa, oigo que alguien toca la puerta, al bajar las escaleras, por el aroma que sale detrás de la puerta, se quién es, al abrirla. Era Marcus con una maleta y la caja de maquillaje más grande que e visto en mi existencia, este hombre tiene más maquillaje que yo.

-Que te vas a mudar o qué.

-Hay linda cállate es que no sé que tienes y que no, siempre te disfrazas de niño.

-Ey no me disflaso de niño, está ropa es muy cómoda.

-Déjame adivinar, cómo vas a ir pantalón de vestir y camisa.

-Sí voy a ir así porque.

-Lo sabía vamos a tu habitación anda.

Subimos a mi habitación Marcus abrió la maleta y prácticamente escupió la ropa.

-Marcus carajos no me voy a poner una minifalda, no son para mí.

-Tarada todo esto es para ti.

-Es un chiste cierto.

-Que claro ya te dije hoy es el último día que salgamos los tres juntos sin ningún problema, así que te voy a dejar como todo una perra diva empoderada, todos los hombres va a babear por ti querida.

Que yo empecé a negar con los brazos.

-No a mí no me vas a dejar como toda una diva perra empoderada o no sé que me hayas dicho, pero no voy a ir con minifalda Marcus.

-Bueno creo que exagere con esto pero hay algo aquí, yo lo traje especial para ti, es más te lo voy a regalar dulzura.

Mire como Marcus empezó a buscar entre la ropa.

-Aquí está.

Me enseño un vestido rojo bastante hermoso, tenía manga corta, no tenía escote y me llegaba la rodilla, lo tomé.

-Está bien, no quiero comentarios sexistas, ni estúpidos al salir del baño.

-No te prometo nada.

Suspiré me metí al baño, me cambié cuando salí, mire que ya se avía intalado cómodamente todo el maquillaje en mi tocador.

-Vaya adelante ponte cómodo.

-Hay claro querida, gracias es más te voy a dejar unas cuantas cositas aquí, que veo que te hacen falta, yo las tengo de sobra.

-Era sarcasmo.

-Pues yo te estoy hablando muy en serio, así que ven aquí siéntate.

Me tomo de la mano y me sentó en un taburete, me empezó a maquillar y después a peinar, no me dejo verme al espejo, me sentía como en un programa de esos de transformación, cuándo terminó.

-Tatán pues ya puedes ver mi obra de arte.

Di la vuelta y me miré al espejo Dios me miraba realmente increíble.

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