Capítulo 2

Los días parecían eternos y las semanas un infierno sin saber nada de Adaeze. El detective no había llamado ni enviado ningún mensaje con alguna noticia de la investigación. Todos los días Husein se despertaba con la esperanza de volver a ver a Adaeze, pero con el transcurso del tiempo la tristeza reemplazaba a la esperanza. ¿Por qué se sentía así, si ya había estado tanto tiempo sin Adaeze? La respuesta era sencilla. Husein se culpaba por la desaparición de Adaeze y tenía que hacer algo para pedir disculpas a su amiga.

Tres semanas sin ninguna noticia habían irritado a Husein y estaba tan cansado de esperar por noticias que había decidido ir a la oficina del detective y preguntarle directamente por Adaeze.

Se moría por volver a saber de ella, pero primero tenía que darle la trágica noticia del supuesto secuestro de Adaeze a su padre.

Adriano Fernsby se encontraba regando las plantas del jardín delantero cuando Husein llegó a visitarlo. La alegría en los ojos de Adriano era evidente al verlo, pero al notar la tensión en cada parte del cuerpo de su hijo, supo de inmediato que algo había pasado.

- Hijo mío, hace semanas que no sé de ti. ¿El trabajo ha estado pesado últimamente?

- Me gustaría decir que sí, pero en realidad hay otra cosa que me tiene inquieto.

Husein se remueve incómodo en el sofá del salón en la casa de su padre. A él no le gustaba estar en esa casa por todos los recuerdos que ahí había formado en compañía de Adaeze y ahora más que nunca el recuerdo de ella corriendo por el gran salón mientras él la perseguía, atormentaba su mente.

- ¿Qué sucede Husein? – Pregunta Adriano con preocupación.

- Tengo algo que confesarte.

- Por favor dime que no embarazaste a alguien. – Suelta con rapidez Adriano evidentemente bromeando para romper la tensión en el ambiente, pero sin éxito.

En otra situación, Husein estuviera riendo por la broma de su padre, pero este no era el momento de reír, no cuando probablemente Adaeze se encuentre sufriendo.

- Papá sé que te encuentras en perfecto estado de salud y es por eso, por lo que no temo provocarte un infarto después de decirte lo que vine a decir.

- ¿De qué se trata hijo?

- Es sobre Adaeze.

Adriano sentía como su corazón comenzaba a latir apresuradamente después de escuchar ese nombre. Tanto él como su hijo habían evitado por años hablar de Adaeze o sobre su desaparición.

- ¿Qué pasa con ella? – Adriano no quería saber si a Adaeze le había pasado algo malo, prefería pensar en ella como la hermosa niñita que quería como a una hija, jugando por toda su casa junto a su hijo.

Husein habló sobre todo lo que había dicho el detective a su padre y después de terminar simplemente esperó la reacción de su padre.

- Papá, ¿estás bien?

Adriano miraba al piso tratando de procesar todas las palabras de su hijo. Levanta la vista hacia su hijo y simplemente asiente con la cabeza para responder a la pregunta de su hijo.

- Ella podría estar sufriendo.

Susurra Adriano evitando pensar en los posibles escenarios donde Adaeze podría estar siendo golpeaba o abusada.

Un sudor frío recorre la espalda de Husein al percatarse de la situación en la que podría estar Adaeze viviendo.

Husein jamás lo admitiría frente a su padre, pero ha llorado los últimos días en los que se ha culpado por el secuestro de Adaeze. Si tan solo él se hubiera percatado de las señales de abuso en el cuerpo de ella, todo sería tan distinto ahora.

Un abrazo entre padre e hijo sería lo ideal en este momento, pero ninguno quiere compartir su dolor. Prefieren vivir su sufrimiento a solas y no demostrar sus verdaderos sentimientos.

Husein sabe que debe dejar a solas a su padre, por lo que se despide apresuradamente y sale por la puerta rumbo a un lugar incierto.

Enciente su motocicleta y solo conduce sin rumbo fijo, tal y como lo ha estado haciendo cada día desde que salió de la oficina del detective.

Las calles abarrotadas de gente caminando, trotando o simplemente pasando el día, son el escenario con el que se encuentra Husein una vez que se comienza a alejar de la casa de su padre.

Todas las personas parecen tener una vida tranquila y eso hace que Husein enfurezca todavía más. Nadie está consciente de lo que Adaeze podría estar sufriendo y provoca en Husein una sensación de desprecio por la humanidad.

De pronto el celular de Husein comienza a vibrar indicando la entrada de una llamada. En un principio evita la llamada al no estar de humor para tratar con algún asunto del hotel, pero al ver la persistencia de la persona quien llama decide estacionarse junto a una panadería y tomar la llamada.

El olor de pan recién hecho provoca una sensación de paz en Husein, pero al sacar el celular del bolsillo de la chaqueta y ver el nombre en la pantalla, toda la paz se esfuma de inmediato.

Husein contesta a la llamada de inmediato, pero se toma un segundo antes de hablar. Siente que finalmente esta llamada responderá a todas las preguntas que se ha hecho desde hace semanas.

- Detective. – Saluda Husein sin ánimos de ser amable y solo queriendo conocer la verdad.

- Señor Fernsby. – Saluda el Detective con un evidente cansancio en la voz.

- ¿Tienes noticias? – Pregunta inmediatamente Husein.

- Así es señor Fernsby, pero me temo que no son buenas.

Un gran nudo se comienza a formar en la garganta de Husein y crece la culpa, así como los pensamientos de posibles escenarios con Adaeze muerta o en agonía.

- ¿Está muerta? – La voz de Husein se quiebra, pero se esfuerza por mantenerse sereno y recompone su postura de inmediato.

- No, señor Fernsby, Adaeze Williams no está muerta, pero sinceramente hubiera sido mejor que lo estuviera.

- ¿Cómo se atreve a decir eso? – La tristeza es reemplazada por ira de inmediato y Husein se encuentra a punto de explotar e ir a buscar al detective para golpearlo.

- No me malinterprete señor Fernsby, lo que quiero decir es que hubiera sido preferible que ella hubiera muerto junto a su madre en lugar de haber sufrido tanto durante estos años.

- ¿A qué se refiere? – las manos de Husein comienzan a temblar y su mente se niega a formular una sola pregunta más por miedo a conocer la respuesta, pero su corazón necesita saber. – ¿En dónde estuvo Adaeze todo este tiempo?

La respuesta tarda en llegar y Husein parece aliviado de tener unos cuentos segundos más para procesar la información que le acaba de proporcionar el detective.

Toda la paz termina cuando el detective libera un sonoro soplido de sus labios y procede a hablar.

- Señor Fernsby, ¿Ha escuchado del grupo “roses”?

Husein comienza a indagar en su mente para poder encontrar algo de información sobre ese grupo, pero después de unos cuantos segundos de no encontrar nada se da por vencido.

- No. ¿Quiénes son ellos?

- Son un grupo que se encarga de vender bebés a un costo muy bajo y sin la intervención del estado. De esa forma no es necesario ningún trámite de adopción y las parejas que no pueden tener hijos, solo necesitarán tener unos cuantos miles para poder comprar a un bebé que posteriormente harán pasar por propio.

- No entiendo, Adaeze no era una bebé cuando desapareció. ¿Para qué la quisiera ese grupo?

- Señor preferiría responder a esa pregunta en persona. ¿Podría venir en este momento a mi oficina?

Husein nota el tono de voz preocupado del detective, por lo que acepta inmediatamente y después de guardar el celular en el bolsillo, enciente su motocicleta y conduce al límite de la velocidad legal hasta la oficina del detective.

En dos pasos sube las escaleras y corre hasta la entrada de la oficina. No pierde tiempo y de inmediato abre la puerta y se adentra en la oficina.

El detective no se muestra sorprendido por la rapidez con la que llega Husein. En esos cinco minutos había podido pensar más claramente y haber analizado las palabras que saldrían de su boca.

- Hable detective. – Ordena Husein a la vez en la que se sienta en el mismo sofá de hace tres semanas y espera impaciente la respuesta del detective.

Otro suspiro de parte del detective, alertan a Husein de las malas noticias que se aproximan.

- Ese grupo se encarga de arrancar a bebés de los brazos de sus madres inmediatamente después de nacer. Las madres son cuidadosamente elegidas. Todas las mujeres que secuestra ese grupo son personas sin hogar, que viven en las calles. Nadie las extrañaría si desaparecen, por eso son elegidas por el grupo y lo más importante, nadie denunciaría su desaparición.

- Adaeze fue secuestrada para tener bebés. – susurra Husein.

Era notorio el asombro en la voz de Husein. No podía creer que secuestraran a Adaeze con el único objetivo de embarazarla para poder vender a sus hijos.

La ira comienza a crecer en el interior de Husein y las ganas de vengarse de ese grupo invaden su mente y corazón.

Tantas preguntan comienzan a formarse en la mente de Husein y se toma unos cuantos segundos para ordenar sus ideas.

- Adaeze tenía solo diez años cuando la secuestraron, ella no podría tener hijos a esa edad.

- Lo sé y por esa razón es por lo que pienso que Adaeze no ha sido rehén de ese grupo desde que desapareció.  

- ¿Entonces, donde estuvo antes de eso?

- También me gustaría saber eso señor Fernsby.

- ¿Dónde está ella?

- Se encuentra en St. Louis, Misuri.

El nombre de aquella ciudad retumba en los iodos de Husein una y otra vez. “Tan cerca, pero a la vez tan lejos” pensaba.

- Hace menos de una semana fueron hallados los cadáveres de dos mujeres. El forense determinó que murieron durante el parto y se investigó a las mujeres, pero no se encontró nada de ellas, pero las batas que llevaban puestas eran de un hospital público y las investigaciones llegaron hasta una dirección. Ocho mujeres fueron halladas viviendo en pésimas condiciones, cuatro estaban embarazadas, una había sido separada de su hijo hace poco y las otras tres se encontraban encadenadas en celdas de tres metros cuadrados. Todas fueron rescatadas y llevadas a un lugar donde curaron sus heridas. La mayoría de ellas no podían soportar el contacto con otras personas, por lo que algunos psicólogos hicieron estudios en ellas para determinar su estado mental.

- Las violaban, ¿verdad?

Husein había conocido a una mujer hace unos años que había sido violada por su padrastro cuando era adolescente.

La mujer era muy carismática y amable, pero Husein no había sabido lo que ocurrió en la vida de esa mujer, por lo que a los días de conocerla en un momento de efusividad había corrido a abrazarla. Ella había reaccionado en defensa y había golpeado su rostro con fuerza cuando apenas la había tocado tan siquiera.

La mujer aún seguía trabajando en el hotel de Husein, por lo que después de pedirle disculpas había explicado el motivo de su reacción. A Husein le había impresionado la historia de la mujer, por lo que rápidamente le pidió disculpas por haber sido tan impulsivo y haberla tocado sin su permiso.

La mujer había explicado que no tenía problemas con que la toquen, pero los recuerdos de las múltiples violaciones llegaban a su mente cuando alguien realizaba movimientos bruscos para tratar de tocarla.

Husein nunca más había tratado de tocarla y siempre mantenía una relación cordial con ella, basada solo en saludos sin contacto físico.

- Estas mujeres eran prostituidas con el propósito de quedar embarazadas y de esa manera tenían bebés a los que podían vender a padres con suficiente dinero.

- ¿Adaeze estaba entre esas mujeres?

- Lamentablemente sí señor Fernsby. Las condiciones de vida de las mujeres eran deplorables. Adaeze era una de las tres mujeres halladas encadenadas en celdas.

El corazón de Husein se había detenido un segundo al escuchar esas palabras. Adaeze no merecía haber pasado por todo eso, ya no podía soportar más.

Las lágrimas comenzaron a resbalar por las mejillas de Husein y su corazón se había oprimido. Tanto sufrimiento para una niña. Él solo quería encontrar a las personas que le hicieron eso a una pequeña Adaeze y asesinarlos.  

Husein sentía la necesidad de golpear algo o a alguien, pero lo único que podía pensar era en ver a Adaeze.

- Tengo que verla. – Habla Husein inmediatamente.

- No le recomiendo que haga eso señor Fernsby. Adaeze está traumatizada y no creo que pueda reconocerlo después de tantos años sin verse. Las ocho mujeres serán trasladadas hoy por la tarde a un centro de rehabilitación para víctimas de abuso sexual y secuestro organizado por la policía de St. Louis. Ellas necesitan sanar antes de poder volver a la sociedad.

- Ella necesita mi apoyo y yo quiero estar ahí para ella.

Husein estaba enojado, y eso era evidente, pero su ira no estaba concentrada en el detective, por lo que después de respirar unos segundos, se tranquilizó.

- Por favor detective dígame donde está, necesito verla. La ayudaré en su rehabilitación.

La súplica en la voz de Husein ablanda el corazón del detective por alguna razón que solo el detective comprende y finalmente accede.

- De acuerdo Señor Fernsby, conseguiré la dirección del lugar donde se encuentra Adaeze, pero será mejor que no se interponga ni altere el estado mental de Adaeze o de seguro los médicos y psicólogos no lo dejaran entrar de nuevo al edificio.

Husein siente como el alma le vuelve al pecho y al saber que volverá a ver a Adaeze, sin tomar en cuenta la situación actual, le causa felicidad.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo