Capítulo II

Vera

Durante todo el vuelo, me arrepentí por lo que había dejado atrás. Pero si Peter no me dijo nada, tal vez es porque no sienta lo mismo que yo. En cualquier escenario, ya era demasiado tarde, estaba ansiosa por ver a mamá así que pedí unas bolsas de maní y trate de distraerme con una película hasta el aterrizaje. Al bajar del avión, vi a lo lejos a mi madre con un cartel que tenía escrito mi nombre. Corrí y la abracé, mamá me besó la frente y me ayudó con las maletas para salir de ahí. Subimos al auto y mamá condujo, se detuvo en una gasolinera, compro unas cosas y seguimos hasta llegar a la casa. Me baje del auto y observé la casa por unos segundos, se veía tan calma, tan oscura, recién me doy cuenta de cuánto la extrañe, mamá me ayudó con las maletas y me dijo que me adelantará. Abrí la puerta y -¡Sorpresa!- gritaron todos, estaba Amanda, su novio que conoció en la universidad, algunos familiares y vecinos. Subí a mi cuarto después de saludar a todos para dejar las maletas y cambiarme de ropa, me apresure a bajar para poner a Amy al día sobre todo. Mientras le contaba sobre mi viaje con Peter no podía dejar de repetir en mi cabeza

-Todo estará bien, mi loquita- sus suaves labios rozando mi frente, sus latidos acelerados, su cabello despeinado como de costumbre.

.

Pasaron algunas semanas, navidad y para año nuevo, aunque me encantaba estar con mamá y Amy, quería retomar la aventura, desde el último año de universidad había planeado hacer un viaje, y creo que era hora de hacerlo. Lo discutí con mamá y compré un boleto de avión para Bali, Indonesia. Con fecha del 24 de enero de 2020. Aproveché las semanas faltantes para pasar el mayor tiempo posible con mamá, salir de compras, ver películas, todas esas cosas. Aún cuando mi viaje solo era por un par de meses, sabía que nos extrañariamos muchísimo. Hablando de extrañar, no he hablado con Peter desde aquel día, no se, tal vez solo quiero olvidarlo, se que suena egoísta, el me ha escrito un par de veces, pero necesito seguir adelante. Él tambien tiene su vida, y no necesito distracciones.

Llegó el día, estaba muy emocionada. En estas semanas pude conseguir trabajar desde el hotel donde me quedaré, como consultora de un laboratorio forense.

En el aeropuerto..

-Hija, me enorgullece que persigas tus sueños. Siempre ten cuidado, no confíes en nadie, se maliciosa, pero sobre todo disfruta. Y llámame apenas llegues al aeropuerto de Bali- me dijo mamá secando mis lágrimas.

- Si mamá, tendré mucho cuidado. Estuve practicando el idioma y descargue una app para traducir los diálogos. Te voy a extrañar mucho, cuídate. Te amo- le dije, tratando de frenar mis sentimientos, no quería verla llorar.

Durante el viaje, me esforcé en aprender más el idioma. Y entablé conversación con mi compañera de asiento, al principio fue para practicar pero resultó ser muy amigable, ella viajaba para visitar a su familia.

Luego de varias horas y un acontecimiento desagradable, el avión aterrizó. Mi corazón latía rápido, era una mezcla de emoción y terror, era un país nuevo, yo estaba sola, un idioma diferente. Pero nada me detendría, así que tome mi equipaje de mano y camine hasta un guardia que me indico dónde quedaba el área de equipaje. Después de unos minutos, llame a mamá mientras esperaba mis maletas.

Con suerte, encontré la salida del aeropuerto, y pedí un taxi. La app de traducción fue muy útil, pues el conductor conversaba mucho.

-Di blok berikutnya adalah hotel (En la cuadra siguiente está el hotel)- dijo el conductor entusiasta

- OK itu bagus. Saya cemas (Ok, que bueno. Estoy ansiosa)- le contesté tratando de pronunciar correctamente

-"¡Kami di sini! Sampai jumpa. Nikmati masa tinggal Anda"(¡Llegamos! Hasta luego. Disfrute su estadía)

- Terima kasih banyak pak, sampai jumpa ( Muchas gracias señor, hasta luego)- el trayecto solo duró unos 15 minutos, baje del auto después de pagarle y me quedé perpleja, era inmenso. Avancé hacia las grandes puertas del Tinggal Lama Hotel. Era increíble, la fachada era muy hermosa, grandes paneles de vidrio dejaban ver los impecables pisos de mármol dentro.

La emoción me lleno, y saludé al portero, era bastante alto, su uniforme impecable, moreno al igual que su cabello.

Me abrió la puerta y llamo a un muchacho para ayudarme con las maletas.

- Nona, resepsi ada di sana (Srta, la recepción está por alla) - me señaló el portero amablemente.

- Ohh, terima kasih. Semoga harimu menyenangkan (Ohh, gracias. Que tenga un buen día)

Caminé hasta ahí, me detuve a buscar en la app lo que quería decir. Pero la recepcionista, una chica bastante peculiar, tenía grandes gafas y el cabello de un castaño intenso, joven y delgada.

Me miró con simpatía, -Hola, no te preocupes. Entiendo muy bien el español

- Ohh, que bueno!- no pude contener mi alivio- Graciaas, me puede dar una habitación sencilla con buena vista, por favor.

- Sí claro, me permite su tarjeta e identificación para registrarla

- Si, claro. Tome- mientras ella me registraba, di un gran vistazo a todo el lobby, era tan elegante, no puedo creer que me haya costado tan poco reservar.

Después de unos tecleados al computador, me devolvió mis documentos, se volteó para tomar la llave de acceso del gabinete y me notificó que mi cuarto era el 118 del ala B.

- Ok, muchas gracias. Una pregunta, ¿Cuál es el número de servicio a la habitación?- por si acaso quería un snack a media noche.

- A su orden, es el 116- me indico señalando un aviso dónde lo decía.

- Oh, ok. Gracias, hasta luego.

Le indique al chico del equipaje el número de habitación, y caminamos hasta el ascensor. Mientras esperábamos que llegue a nuestro piso, se nos unió una pareja, eran bastante joviales para su apariencia. Tenían un acento diferente, después de unos segundos, deduje que eran italianos.

El chico del equipaje pregunto su piso y casualmente era el mismo que el mío. Subieron al ascensor, y la mujer me saludo, - Hola, ¿como te llamas?- era una persona muy alegre, alta, cabellos rubios hasta la mandíbula y piel perfecta.

-Hola, me alegra que hables español. Vera ¿Y tu?

-Si, querida. Yo soy Bianca, lo hablo muy bien. El es mi esposo Alonzo, no lo entiende mucho. Somos de Italia. ¿Y tu?

- Mucho gusto, de estados unidos...- de pronto el ascensor se detuvo y se abrieron las puertas, mostrando un largo pasillo de alfombra color hueso y paredes tan blancas como la leche, llenas de cuadros con bordes dorados muy elegantes -Bueno, fue un placer. Hasta luego - culminé antes de salir del ascensor.

Mi habitación era la última del pasillo, era blanca y maciza, introdujé la tarjeta y se abrió. El chico acomodo el equipaje en la entrada y se despidió. Le di una propina y le agradecí mientras cerraba la puerta.

Al entrar pude notar la maravilla de habitación frente a mi, me encontré en un pasillo que conducía al salón donde estaba la cama, era inmensa, blanca y suave, tenía 4 grandes almohadas. En una de las paredes laterales había un gran espejo y toda la habitación estaba cubierta de alfombra gris clara y espesa. Antes de desempacar, di un pequeño tour por el resto de la habitación, el baño era bastante lindo y amplió, al final de la habitación estaba un balcón inmenso con paneles de vidrio cubiertos con suaves cortinas para la privacidad claro, retire las cortinas para admirar el paisaje, era hermoso, una inmensidad azul con grandes palmeras, <que vista tan perfecta>, también había un gran televisor, junto a él estaba el manual para usarlo, el teléfono y al lado de este la carta para llamar al servicio de habitación.

Después de desempacar, me di una ducha, me cambié, y llame para pedir la cena, estaba exhausta y hambrienta.

.

La mañana siguiente, me alisté muy rápido para bajar al buffet de desayuno. El despertador no había sonado, quedaban 30 min para que cerrará. Salí de la habitación y bajé al vestíbulo, me dirigí al gran salón donde se daba el desayuno. Esperé unos minutos en la fila, había una cantidad normal de personas, la mayoría turistas, podía escuchar los diferentes acentos viajar por el aire. Tome la bandeja con un sándwich de pavo y tocino, un jugo de naranja y una mini tarta de durazno. Me quedé parada un momento analizando donde había un lugar vacío para sentarme, me distraje tanto que no me percate antes de avanzar y choque con..

- Uy, disculpa. Tenes que ver por dónde vas- me dijo con un tono sarcástico

Tartamude un poco -Dis..Disculpa, no te vi. Soy Vera ¿Y tu..?

-No te preocupes, me llamo Logan. ¿Queres compañía para el desayuno?- con una sonrisa amable

- Mucho gusto, si claro- No pude evitar recorrerlo con la mirada, debo admitir que siempre me ha gustado admirar la belleza de los demás, y él era lindo.

Entablamos conversación hasta que terminamos de comer y cerró el buffet. Logan era un poco más joven que yo, en sus 20, alto, delgado, tenía un ligero aspecto de nerd pero era atractivo.

Nos despedimos, el subió al ascensor y yo me dirigí a la entrada para ir a un museo cerca del hotel que había visto el día anterior desde el taxi. Antes de conocer a Peter, nunca había ido a un museo pero se volvió costumbre y era bastante relajante.

En el camino saque tantas fotos como pude, de la gente, de los paisajes, de los grandes edificios. Al dar vuelta en una esquina, había una pequeña fila en la entrada del museo. Me acerque a preguntar y una señora me dijo que era para cancelar el boleto de entrada. 

Casi era mi turno, revise mis bolsillos y no tenía mi cartera. -Joder! La dejé en el hotel- dije antes de darme cuenta que todos me escucharon, que vergüenza. Salí de la fila y antes de dar otro paso, escuche una voz bastante amable detrás de mi - Hola, ¿quieres pasar conmigo? - me giré para encontrarme con este chico, dios era extremadamente sexy, titubee antes de emitir sonido. Recordé las palabras de Amy

«Sé que es muy difícil superar esto, pero ya todo terminó. No todos son como él, tienes que tener malicia para deducirlo» Bueno, puedo intentarlo

- ¿Estás seguro? Puedo volver en unos minutos..- mi voz sonó más nerviosa de lo que debía

- Si, no te preocupes. Vamos!, así tendré compañía para admirar el arte- me miró antes de ofrecer su mano

Dude por un segundo, pero la tomé y entramos.

- Gracias, soy Vera. ¿Y tu?- trate de evitar voltearme hacia él, sabía que mis mejillas se calentarían

- No es nada, mucho gusto, soy Mattew. No eres de aquí ¿verdad?

Rei por lo bajo- No. Soy de Estados Unidos ¿Y tu?- no pude resistirme, lo mire de reojo, era realmente sexy, su cabello negro brillante, su mandíbula marcada, ojos profundos, traía una camisa azul con los primeros botones desabrochados y jeans.

- Yo igual, ¿De que parte? Yo soy de Texas- me preguntó al ponerse frente a mi

- Ohh, yo de Cleveland- trate de retroceder pero choque con un muro

- Que bueno..- se me acercó un poco más y me vio fijamente por unos segundos

Sentí como un escalofrío invadía mi espalda, mis mejillas se calentaron, me asuste un poco.

 - ¿Te pusiste nerviosa?- me dijo con una sonrisa torcida

-N-no, solo que estás invadiendo mi espacio personal- le dije cuando me giré para ver otra pintura. El no dijo nada solo sonrió.

Así continuó la charla, durante todo el recorrido. A pesar de lo que aun sentía por Peter, me sentí atraída por este chico, simplemente era diferente.

Después del museo, Mattew me invitó a almorzar. Rodeamos el parque y llegamos a un restaurante muy visitado por los turistas. Era ideal, mezclaba la cultura culinaria local y también ofrecía comida mundial para todo tipo de paladares.

Al entrar, Mattew pidió la mesa, me dió paso, acomodo mi silla y se sentó. Espero unos minutos y llamo al mesonero, el entendía bastante bien el idioma, <este chico no deja de sorprenderme>, Ordenó para el y me pregunto que quería, el mesonero se fue con la orden. En esos minutos de espera, continuó la conversación, debo admitir que yo era la que hablaba más, el solo asentía o hacia una que otra pregunta, note que era un poco reservado. Resultó ser mayor que yo por dos años, se veía tan bien a sus 25. Durante la comida, me pregunte varias veces si estaba haciendo lo correcto, recién lo conocía y no podía entender porque me generaba tanta confianza.

- Y..¿A que viniste a Bali?- pregunto Mattew

- Bueno, después de graduarme. Conseguí una oferta de trabajo aquí, que me permitía trabajar desde el hotel. Así puedo conocer y hacer lo que amo. ¿Y tu?- pregunté buscando alguna señal de peligro, algo que me alertara, supongo que ya estoy acostumbrada a hacer eso.

- Oh, que interesante. Yo estoy por negocios. Mi padre me envió para representar a su empresa. Pero te admito que me ha encantado el viaje- sus ojos bajaron a mis labios, y me tense, voltee la mirada para disminuir la tensión. Por suerte el mesonero interrumpió, trayendo los platillos. El resto del almuerzo, se bazo en mis intentos de desviar la tensión, aunque me gustaba, no podía lanzarme simplemente, recién lo conozco.

Mattew era muy respetuoso, pero decidido. Tiene un aire de chico malo que dejaría babeando a cualquiera, pero era muy atento.

Después del plato fuerte, ambos pedimos postre. Mattew quiso pagar la cuenta y yo no tenía cartera así que no tuve opción. Al salir, un silencio incómodo nos invadió.

- Bueno Vera, ¿Hacia dónde vas tú?- lucía un poco nervioso, jugo con sus manos

- Yo me estoy quedando en el Tinggal lama Hotel- oh, genial! dile al completo desconocido donde te hospedas

- ¡Quee!, Yo también. Que coincidencia. Bueno entonces seguimos juntos- dijo Mattew con una sonrisa, eso pareció aliviarle, por un momento dude pero lo seguí

- Si, que bueno.

Volvimos al hotel, la habitación de Mattew quedaba en el ala A. Sin embargo me acompaño hasta el ascensor de mi ala. Se despidió dándome un beso en la mejilla, mis piernas temblaron un poco -Adiós- alcance a decir antes de subir a ascensor.

«Que lindo es, y tan peculiar. Creo que.. No, es demasiado pronto. Además está Peter, pero... ya no importa» borré esos pensamientos y salí del ascensor hacia mi cuarto.

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