Capítulo I

Transcurría una tarde tranquila y lluviosa, como era de costumbre en este pueblo, se había convertido en uno de mis pasatiempos favoritos perseguir las gotas hasta que llegarán al borde del marco, si, como verán mi vida no es muy entretenida, pero realmente me gusta la tranquilidad, poder estar sola sin pensar en eso.. me hace bien.

Tengo 18 años y vivo aquí desde que tengo memoria, hace un año mi madre y yo consideramos mudarnos por todo lo que había sucedido, pero por los pagos no pudimos hacerlo, mi madre trabaja en la oficina del alcalde, gana lo suficiente para que llevemos una vida decente pero no para mudarnos. Así que aquí estoy, intentando armar mi equipaje, aunque faltan unas semanas, no quiero dejarlo para último minuto.

Trás la graduación me voy a la universidad, después de todo va a ser muy difícil estar lejos de mamá, pero siempre ha sido mi sueño ir a Farlow, ahi se graduó papá y después que murió decidí que iría ahi. El falleció cuando yo tenía 7 años, en un accidente automovilístico. Ese día fue horrible, recuerdo bajar del autobús y ver la expresión de mamá, supe que algo había pasado. Horas después estaba frente al ataúd de papá, nunca creí que me despidiria de él tan joven.

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Perdida en mis pensamientos escuché a lo lejos el timbre de mi teléfono, me levanté y vi el identificador, <<DetCannon>>, aun me pongo nerviosa cada vez que llama, mi corazón se apretó y contesté, - Srta. Vera, lo arrestamos. Todo terminó- dijo la voz al otro lado - sin poder respirar, lágrimas brotaron de mis ojos y sonreí, por fin, sentí como un peso dejaba mi espalda. -Muchas gracias, detective..-, y colgué la llamada. No podía emitir más palabras, mi mente se fue a esa noche, a lo frío que estaba el suelo, a como lo ví.. - No, ya no. Deja de pensar en eso Vera, ya está en la cárcel, ya no puede hacerte daño- dije viéndome al espejo

Deje el teléfono en la cama y le di una rápida mirada a la maleta que seguía casi vacía, tomar decisiones no era mi fuerte después de todo, no podía contenerme, así que baje corriendo las escaleras para encontrarme con mamá en la cocina, ella era una mujer muy fuerte, después de todo por lo que ha pasado, ella sigue sonriendo con tanta facilidad, su cabello rubio a los hombros y ojos verdes que por cierto heredé, tan cálidos como siempre.

Mamá me miró con un alivio enorme,- Ya todo volvió a la normalidad cariño, aprovecha está oportunidad y sé feliz mi niña-, la abracé, tenía razón, me sentía tan feliz, por primera vez desde esa noche, no tenía miedo.

-Si, mamá. Faltan pocas semanas para la graduación. Me concentraré en los preparativos y en empacar todo, y por fin me decidí, estudiaré criminalística- como ya dije, tomar decisiones no es lo mío, claro que sabía que ciencia escogería pero no estaba segura de la carrera. Mi madre me felicitó y me pasó el emparedado de tocino para desayunar.

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Una tras otra, pasaron esas semanas, ni lento, ni rápido, en el medio justo, para causarme una gran ansiedad, pero también un vacío enorme, supongo que tantos preparativos, compras, reuniones, me han distraído lo suficiente para no colapsar. Después de clases me reuní con unas amigas para comprar los vestidos...

Cuando llegamos a la tienda, me quedé viendo uno de los vestidos de los ventanales. Me enfoque tanto que no me percate, hasta que sentí ese aroma, me giré y había un chico a mi lado, me sonrió y extendió su mano para saludarme, de inmediato di un paso atrás para alejarme de él. Amanda mi mejor amiga, notó mi cara de susto y vino hacia nosotros, se disculpó con el chico y me tomó del brazo para adentrarme en la tienda

-¿Que paso?- me dijo en un tono preocupado

Aún no podía controlar mi respiración, pero logré emitir algunas palabras -Pensé que era él, llevaba su misma fragancia- Amanda me miro y me abrazo para calmarme.

- Sé que es muy difícil superar esto, pero ya todo terminó. No todos son como él, tienes que tener malicia para deducirlo. Además él va a estar encerrado por mucho tiempo, no podrá hacerte daño nunca más- me dijo tomando mi rostro para verme a los ojos

-Si lo sé, vi en los diarios que le dieron una sentencia de 10 años, pero igual es muy difícil, a veces siento que está tan cerca- aunque sabía que estaría encerrado, ese miedo no se iría de mi por completo, cuando experimentamos cosas tan traumáticas, es difícil solo olvidarlas, esa incertidumbre y estado de alerta se quedan contigo, esperando que pase de nuevo.

Amy me abrazo, así le digo de cariño a Amanda, y nos reunimos con las demás para continuar con las compras, unas horas después todas habíamos escogido un vestido, el mío era precioso, azul metalizado, largo con una ligera abertura en la pierna izquierda, un pequeño escote, era tan elegante.

Salimos de ahí y fuimos por unos helados, la tienda quedaba a unas cuadras, así que no nos tomo mucho tiempo llegar ahí. Se nos pasó el tiempo hablando, Kara no dejaba de hablar de su cita para el baile, ella siempre ha sido popular, todos los chicos querían invitarla, pero eligió al menos esperado, su mejor amigo. Supongo que en el fondo, todas sabíamos que ella sentía algo por él, pero no lo confirmamos hasta eso. De pronto empezó a llover y todas vimos a la ventana, ya estaba cayendo el sol. Amy se paró para pagar la cuenta y nosotras la esperamos en la salida, por suerte mamá me había dicho que llevará un paraguas, lo saqué del bolso y me asome en la acera para parar un taxi, todas subimos y nos fue dejando una por una, yo fui la penúltima.

Desde que murió papá, hemos sido solo mamá y yo, somos muy unidas, hemos pasado por cosas que nos han fortalecido. Cuando entre, ví que no había llegado mamá así que subí a mi habitación, guinde el vestido en el closet, -no puedo creer que solo falte una semana para la graduación. Siento que estos años han pasado volando- dije para mí.

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Después de una semana, que se hizo eterna, llegó el gran día, el acto de graduación fue excelente, el ambiente estaba lleno de melancolía, incertidumbre, alegría, nostalgia. Cuando el director terminó sus palabras, todos tiramos los birretes al aire, símbolo de que está etapa tan importante había culminado. Nos despedimos, nuestros padres parecían paparazzis, nunca me habían tomado tantas fotos. Nos vimos de nuevo esa noche en la fiesta, fue mejor de lo que espere toda mi vida. Al terminar mamá paso por mi.

Al llegar a casa, estaba impregnada de felicidad por todas partes, pero ambas ocultabamos un sentimiento de melancolía, pues había llegado el momento de separarse. Al día siguiente, partía mi vuelo. Hace unos días, contratamos un camión para que trasladará todas mis cosas al campus. Solo tenía que llegar e instalarme.

Debo admitir que no dormí en toda la noche, a las 6:00 sonó el despertador. Me pare de un brinco, fui al baño, tome una ducha, al salir me pare frente al espejo, mis ojos se enrojecieron, estaba más pálida que de costumbre, tal vez por los nervios. Salí de ahí, me vesti, obviamente con lo mejor que tengo, tenía que dar una buena impresión al llegar al campus. Tome mis maletas y baje a la cocina.

Ahí estaba mamá sentada en un banco frente a la ventana, se giró para verme y lágrimas rodaron por sus mejillas, dejé las maletas en el suelo y corrí a abrazarla.

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El campus...

A penas llegue, me invadió la sorpresa, claro que había visto los folletos de inscripción, pero no sé comparaba para nada, era inmenso, grandes edificios, que formaban un gran óvalo abierto, grandes campos verdes, hasta el estacionamiento era gigante. Mis ojos seguían observando cada detalle, baje la mirada y me percate de la cantidad de jóvenes, caminando por todo el patio, unos sentados en círculos, un grupo me llamo la atención, estaban tocando la guitarra. Al volver a la realidad, recordé que le había prometido a mamá que la llamaría cuando llegara.

Llamada a mamá..

- Mamá, ya estoy aquí. Es increíble- dije mientras le tomaba una foto al campus y se la envíe.

-Bueno hija, me alegra que estés contenta, es muy hermoso- hizo una pausa, ya sabía lo que venía después de eso- ha llegado esta etapa tan bonita llena de aprendizaje, concéntrate en estudiar pero no dejes de lado la diversión. Confío en ti, y siempre te apoyaré, sabes que para cualquier cosa, puedes llamarme. Te voy a extrañar muchísimo mi niña, que rápido haz crecido- mis lágrimas brotaron y las frene para contestarle, no quería hacerla llorar también .

- Gracias mamá, por todo lo que has hecho por mí, por apoyarme y quererme. Estaremos en contacto siempre, te amo muchísimo- dije colgando la llamada

Me quedé por unos segundos viendo la foto de mi madre, no pude retener más, lágrimas empezaron a caer por mis mejillas. Luego de un par de minutos di un gran respiro, me seque las lágrimas y avance para entrar en uno de los edificios. Según la hoja de asignación, en él quedaba mi habitación. Subí las altas escaleras, un pasillo me llevo a mi puerta, confirme el número en la hoja y entré.

La habitación era bastante amplia, tenía dos camas, una amplia ventana, cerré la puerta al entrar y me sorprendió una chica saliendo del baño.

-Hola, me llamo Vera. Creo que seremos compañeras- dije ocultando mi sorpresa, la chica se veía un poco sombría, se notaba su falta de delicadeza y con una voz un tanto áspera respondió

-Ah, hola. Soy Alexa, de modo que serás mi compañera- me miró de arriba a abajo con una risa burlona. Se dio media vuelta y siguió lo que estaba haciendo.

Me sorprendí por su actitud, pero siempre hay personas así, no le tome mayor importancia. Camine hasta mi cama y empecé a desempacar, dos horas después, ya había ordenado todo, colgué mis pósters y fotos, instale mi computadora en el pequeño escritorio junto a mi cama, acomode la ropa en los cajones que me correspondían. Di un gran suspiro y me recosté en la cama para llamar a Amy, el teléfono sonó un par de veces y contestó.

...

-Alo, Vera. ¿Como estás? ¿Ya llegaste al campus?- con su entusiasmo característico

-Si, hace un rato. Ya desempaque, mi compañera es un poco.. diferente. Pero todo es muy lindo. ¿Y tu como estás?

- Bueno, amiga. Siempre hay gente así. No te preocupes, disfruta. Yo estoy bien, mañana parto para la universidad

-Si, lo se. Que bueno, me alegra. Me cuentas como te va. Bueno, te dejo. Voy a recorrer el campus. Después hablamos- le dije mientras salía de la habitación.

Mientras caminaba por el largo pasillo, observé a todos los demás del piso. Seguí mi camino, bajé y fui a la biblioteca, donde estaban empezando las inscripciones para las diversas actividades, fraternidades, cursos, etc. Di un recorrido breve, habían muchas fraternidades, por un momento pensé en unirme a una, pero menee la cabeza, no, por ahora estaré bien así. Cuando estaba a punto de salir de ahí, note que una de las mesas de inscripción era para un curso de toxicología forense. Mis pies no dudaron en avanzar hasta la mesa, me anoté. Ja y pensé que no me uniría a nada. Estaba tan emocionada que no me percate, y al girarme tropecé con una chica. Era baja, tenía unos rizos increíbles y muy amablemente se disculpó conmigo.

-Hola, no te preocupes. Me llamo vera- le dije mostrando mi mejor sonrisa

-Hola, soy Ana. ¿En qué carrera estás?

-Mucho gusto, criminalística. ¿Y tu?- conteste emocionada

-¡Ay, yo También!, entonces estaremos juntas. Que bueno

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Pasé la primera semana haciendo recorridos por el campus, ajustando los horarios, conociendo gente. Incluso me invitaron a una fiesta de bienvenida, que se haría el domingo siguiente.

Para el día de la fiesta, ya tenía un grupo de amigos bastante alegres y aventureros, hasta Alexa era parte de el, supongo que no era tan odiosa como pensé. Me reuní con las chicas antes de la fiesta para arreglarnos y uno de los chicos nos pasó buscando en su auto, era el único que conducía.

Al llegar, todos quedamos en silencio; la fiesta era en la casa del hijo del decano, estaba a unas pocas cuadras del campus. Era hermosa, desde el frente se podía ver el reborde de una piscina, los jardines frontales simplemente increíbles y estaba repleta de jóvenes buscando emoción. Al entrar, a cada uno nos dieron un vaso vacío y una chica nos indico donde estaba la mesa de bebidas.

Después de un rato, los cócteles tuvieron su efecto, mi vejiga está a punto de estallar, deje la sala para buscar un baño, recorrí un pasillo, Ana me había dicho que era la segunda puerta a la derecha, toqué y no hubo respuesta así que entre. Antes de salir revise mi maquillaje y abrí la puerta. Levanté la mirada y ahí estaba él, Alexa me lo había mostrado cuando llegamos, el hijo del decano. Por dos segundos lo observé como una boba, alcance a detallar su cabello, aunque por las luces no se veía tan nítido. Era castaño, un poco largo sin ser demasiado, se veía un poco desordenado. No pude distinguir bien sus ojos, era una mezcla entre azul y verde. No fue hasta que volví en mi, que ví que me estaba mirando. Era un poco más alto que yo, sentí como mis mejillas se calentaban, baje la mirada tratando de disimular.

-Hola, ¿Eres nueva verdad?- su voz era profunda pero amable

-Si, ¿Esta es tu fiesta?- contesté tratando de ocultar mi nerviosismo

-Si, mi padre es el decano. Espérame aquí si- dijo antes de cerrar la puerta tras de él. Me quedé ahí esperando, realmente no supe por qué, pero algo en el me parecía intrigante.

Mientras esperaba observé una de las repisas en el pasillo, habían varios retratos, en uno de ellos estaba él con una mujer bastante hermosa.

-Es mi madre, falleció hace mucho - escuché a mi lado, su voz fue diferente, un tanto apagada.

-Oh! Lo siento mucho, mm. Y ¿Como te llamas?- le dije tratando de cambiar de tema

-No te preocupes pasó hace mucho. Peter, ¿Y tu?- me dijo al ponerse frente a mi.

- Vera, un placer. ¿Porque querías que te esperará?- pregunté, se había acercado lo suficiente para hacerme retroceder.

- Me pareciste interesante, creo que podemos ser amigos- dijo Peter amablemente con una sonrisa ladina.

- Ah, ok. Si claro, tu también te ves bastante interesante- le dije en un tono sarcástico, la verdad era bastante guapo, pero no podía demostrárselo.

Continuamos la conversación durante toda la noche, bailamos, reímos, resulto más interesante de lo que pensé. Era ese tipo de chico que parece estúpido y creído, y por lo que ví con los demás al parecer también lo creían, pero me di cuenta que no era para nada así. Nunca he entendido porque las personas crean esas fachadas tan distintas a su personalidad, supongo que para protegerse.

Al cabo de la noche, al rededor de la 1 de la mañana. Decidí marcharme, Peter me acompaño hasta la puerta. Y volví al campus con los chicos. Al día siguiente teníamos un parcial importante.

Desde esa noche, surgió una amistad entre nosotros. A diario nos veíamos en los pasillos, comíamos juntos, caminábamos por el campus y nos seguimos conociendo por varios meses. Se había vuelto un tema de interés en las conversaciones con mamá. Se había vuelto importante para mí en poco tiempo.

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En un abrir y cerrar de ojos llegaron las primeras vacaciones de acción de gracias, estaba feliz, pues vería a mi madre y a Amanda de nuevo. Pero estaba un poco triste, porque no vería a Peter en una semana.

Por la mañana, el vino a mi habitación y se despidió de mi, antes de cruzar por la puerta se me quedo viendo como si tratara de decidir algo. Pero titubeó y se alejo.

Pasada esa semana volví al campus, esa mirada en los ojos de Peter me había perseguido todas las noches. Sabía que me había querido decir algo. Pero.. ¿que?¿Por que no me lo dijo?.

Continuamos la vida universitaria. Ya teníamos una rutina, cumplíamos horarios, Peter consiguió un empleo en la biblioteca, así que mucho de mi tiempo libre lo pasaba ahí con él, para mí sorpresa le encantaba leer y yo me la pasaba leyendo libros de criminología.

Así pasaron los siguientes 4 años. Entre nosotros siempre hubo esa química inexplicable, pero ninguno se atrevió a decir nada, así que solo nos convertimos en mejores amigos. Sin darnos cuenta, estábamos a punto de graduarnos, la fecha estaba pautada en Noviembre de 2019, faltaban 2 meses, llenos de emoción, nervios, ansiedad, fiestas, finales, risas, lágrimas, momentos inolvidables; que se hicieron fugaces.

Después, de largas horas de estudio. Todos aprobamos los últimos finales y llegó esa semana, "la graduación", la universidad estaba de gozo, se graduaba la generación LXXV. Para ese momento, gracias a todos los contactos de su padre, Peter ya tenía una larga lista de empleos esperándolo. Por otro lado, yo ya había enviado currículum a varios laboratorios forenses en el extranjero.

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Tras la graduación, Peter y yo decidimos hacer un viaje por varios estados del país para aprovechar el último mes juntos, ambos tomaríamos caminos distintos. Visitamos museos a lo largo del país, parques naturales, y en cada ciudad Peter me invitaba a ver una película en el cine más popular, se había vuelto tradición. Después de un mes que se hizo insuficiente, llegó la hora de despedirse.

Ya en el aeropuerto, almorzamos y buscamos un par de asientos junto al ventanal, hubieron varios minutos de silencio, por primera vez en tantos años, sin saber que decir o como expresar lo que queríamos decir; pero sonó el altavoz, <<Pasajeros del vuelo a Cleveland, favor de pasar a checking>>. Nos miramos por unos segundos y Peter me abrazo antes que pudiera decir algo - Te quiero mucho Vera- dijo antes de separarse, su tono de voz era triste y lleno de emociones, pero no dijo nada más. Con un vacío en el pecho, tome mi equipaje, caminé hacia el ala de checking, giré con tristeza, recordé todos esos momentos con él, cada abrazo, cada palabra de aliento, lágrimas inundaron mis ojos, saber que estaba dejándolo atrás me quebró. El corrió hacia mi, y me abrazo de nuevo, -Todo estará bien, mi loquita- beso mi frente y se alejo. Eso me hizo sonreír, el me empezó a llamar así cuando se dió cuenta cuanto me gustaban las aventuras y las historias de crímenes. - Adiós Guapo- dije para mí, mientras subía al avión.

Peter

Me dolió tanto verla partir, me sentía tan cobarde, después de todo, de tantas prácticas en mi cabeza, no pude decirle...Pero ya era demasiado tarde, nuestros caminos estaban separados, lo mejor que podía hacer era dejarla hacer su vida. Y yo tenía que concentrarme en la mía. Espere unos minutos y aborde mi avión a New York.

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