Capítulo cuarenta y cinco.

Lloré durante horas, tratando de asimilar mis pérdidas. Me mantuve sobre el césped ensangrentado en posición fetal, recordando los momentos buenos con cada uno de los que había perdido. Y, sobre todo, recordando a mi mayor pérdida: mi hijo menor.

—Hope. —Levanté la mirada y al centré en Calíope y Esme, la primera me miraba con compasión y la segunda simplemente se limitaba a observarme. —Es hora de irnos, pero queremos darte algo antes.

Limpié el rastro de lágrimas en mis mejillas y permití que me ayudaran a levantarme. Una vez que estuve en pie, Esme asintió en dirección a Calíope y esta se limitó a abrir una enorme grieta en el césped. Llamaradas de diferentes colores salieron despedidas de ella mientras se abría y, una vez que disminuyeron su tamaño y calor, un hombre de largo cabello negro y rasgos afilados no

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo