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Me despierto temprano gracias a que ayer olvidé cerrar las cortinas y la luz del sol me da directo en la cara, aun así no me levanto y sigo tirada en la cama sin mover ni un solo musculo aparte de él de mi cuello para salir de él ángulo de él sol, tengo muchísima pereza y sueño, no quiero hacer nada.

Sobre la mesita de noche el reloj marca las 5:30 Am, apenas he podido dormir 4 horas en total debido al increíblemente molesto insomnio que anoche decidió atacarme, di incontables vueltas en la cama tratando de encontrar una posición cómoda para dormir sin éxito alguno y cansada de ello me tomé un somnífero alrededor de las 12 a 1 Am que al parecer resultaron efectivos. 

Odiaba los somníferos, me hacían sentir como un zombie en la mañana pero algunas veces eran tan necesarios.

Me arropo hasta la cabeza con las sábanas y me quedo allí en la cama recostada, sin hallar el sueño de nuevo hasta que suena la alarma que puse anoche para que me despertara a las 7:40 Am. Con mucho pesar de mi misma y con cero ganas me levanto a ducharme y arreglarme para ir a desayunar. 

Ayer Aristo me dijo que el desayuno no tenía hora fija y que cada uno lo toma cuando se le antoja, por lo que podría seguir durmiendo hasta el almuerzo (2 Pm) si no fuera porque ayer quedé con Tamara de encontrarnos en la biblioteca. Arreglada e irritada hasta conmigo misma bajo a la cocina. Él lugar estaba pacifico y no se sentía ninguna alma cerca de él, lo cual agradezco infinitamente, mi mente no daba para tratar de ser amable con nadie, por lo que en esta agradable tranquilidad me tomo mi tiempo de preparar un necesario cafe y unas buenas tostadas que lo acompañaran, para sentarme a comer en silencio. 

Todo iba bien hasta que al terminar de lavar la vajilla que utilice para comer recordé que no sabía donde se encontraba la biblioteca y como estaba en mi "agradable soledad" no había nadie a quien preguntarle.

P.E.R.F.E.C.T.O. 

Faltaban alrededor de 10 minutos para las 8:30 y no había ninguna alma para preguntar a mi alrededor por lo que la única opción que me quedaba era tratar de buscar el lugar yo misma con altas posibilidades de perderme en este lugar y terminar haciendo él oso. 5 minutos enteros camine por los pasillos de esta casa, y 5 minutos enteros me sentí como una tonta, era como la vigésima puerta que abría y solo era otro estudio vacío. 

-¿Explorando?- Una voz detrás de mí me hace saltar de la sorpresa, Gib me sonreía juguetonamente, a su lado Victoria y otro chico que no recordaba el nombre, porque si, anoche había tenido que presentarme con todos después de la cena, lo bueno es que no había sido tan malo como con Myles gracias a la ayuda de Tamara y Aristo.

- Eh no, mas bien perdida- Como si se esperaban esa respuesta los tres sueltan grandes carcajadas y la respuesta de mi estupido cuerpo es sonrojarme.

-¿Que lugar buscas?- Me pregunta Victoria con una sonrisa aun bastante grande y un tono jugueton en su voz, Gib y ella eran muy mellizos por lo que me contaron, de ojos oscuros, piel bronzeada y cabello negro petroleo muy liso, mientras que por otro lado el chico-que-no-recordaba-su-nombre compartia el cabello escuro pero poseia piel un poco morena natural con ojos bastante claros, segun recordaba era su primero, pero como dije mi mente hoy no esta en él mejro estado por lo que me podia estar equivocando o confundiendo.

-La biblioteca, me debo encontrar con Tamara y creo que ya llego tarde- les digo frunciendo los labios, Victoria y Gib comparten una mirada con el chico para luego sonreír aún más ampliamente (sorprendiéndome porque no sabía que era posible), antes de darme indicaciones, que agradezco rápidamente para despedirme y seguirlas.

Muy tarde me doy cuenta de que solo me tomaron del pelo, ya que sus "indicaciones" solo me llevaron hasta un pasillo x que no conocía. Ahora no solo estaba perdida sino que iba tarde. F.A.N.T.Á.S.T.I.C.O.

Estaba teniendo un día horrible y eso que mi reloj de pulsera solo marcaba las 8:40 AM. Tamara se iba a molestar conmigo, me había repetido tanto que odiaba la impuntualidad. Un suspiro sale de mi boca mientras doy vueltas sobre mi eje a todos lados sin saber qué hacer.

Al otro lado del pasillo veo como Myles viene observando su teléfono, apenas me ve sonríe ampliamente y me saluda- Buenos días señorita citadina ¿Como dormiste?

-No estoy para esto Myles- le respondo toscamente, su sonrisa decae un poco- Myles ¿Recuerdas lo que me dijiste ayer? ¿Que me vas a ayudar a encontrar él camino?

El parece confundido con mi pregunta pero termina respondiendo con una media sonrisa unos segundos despues- Ehhh…si, ¿que sucede?

-¿Me podrías decir donde queda la biblioteca? Se supone que me debía encontrar con Tamara allí hace 10 minutos pero ciertas personas creyeron que sería divertido enviarme a quien sabe donde- la molestia irradiaba de mi, y él lo estaba pagando injustamente, lo se, pero ¿que podía hacer yo? esta yo misma me fastidiaba.

- ¿Esos alguien fueron los mellizos y Dereck?- dice y yo asiento, suponiendo que el "tipo-sin-nombre" sea el tal Dereck, él suelta un suspiro revolviéndose el cabello rubio-  lo suponía, siempre hacen lo mismo. Ven te acompañaré yo mismo hasta allí.

-Gracias- el comienza a caminar frente a mi y guarda su teléfono en el bolsillo trasero de sus jeans oscuros.

- ¿Entonces, me vas a responder?- su voz adquiere ese tono de diversión y la sonrisa vuelve a aparecer en sus labios, parece leer la confusión en mi cara porque aclara- ¿Dormiste bien?

Dejo salir un suspiro de resignación que lo hace reír- En realidad no, mi irritación no solo se debe a la broma de ese trío, sino también a la falta de sueño. Disculpame si estoy de malas todo el día.

-Creo que ya me estoy acostumbrando a ello- dice volteando a mirarme, Si, debía disculparme también por ayer.

-Vale, con respecto a ayer lo siento, se que no es una excusa muy válida pero es que soy un tanto....

-¿Cerrada?- trata de ayudarme a completar la frase.

- Eso sería quedarse corto, es más como hermética- mi rostro hace una mueca de disgusto que lo hace volver a reír, él era todo risas a todo instante pero de nuevo de una forma distinta a la de Aristo o incluso Khala que había notado era otra todo-sonrisas de este lugar. Ellos me hacían preguntarme si no se cansarán de ser así, no es fácil ser tan amable y risueño con toda la gente y a todo momento- Además estos dos días han sido una joyita..

Ambos nos quedamos en silencio unos momentos, hasta que él decide romperlo- No se si se me está permitido preguntar o no- Ante ello no puedo evitar reír.

Ambos doblamos en una esquina y automáticamente me detengo, Tamara está frente a una de las puertas del pasillo mirando su reloj, cuando nos ve dobla sus brazos y en su rostro está clara la molestia. 

-Lo siento Tamara, es que no sabia donde era la biblioteca y me perdí- le digo nada más llegar a ella. Tratando de excusarme. Si algo había aprendido ayer, era que Tamara era él jefe final de este lugar.

- Ya van a ser las 9, en esta casa viven otras 8 personas aparte de nosotras dos, ¿cómo es que vas a durar 30 minutos perdida sin encontrarte con nadie?- posa las manos en sus caderas en reproche.

-No es que no se haya encontrado con nadie Tamara, el problema es con quienes se encontró- Myles le habla tratando de ayudarme- A ciertas personas se les ocurrió enviarla al ala este, y decirle que allí estaba la biblioteca.

-No me digas que otra  vez....- Ella no termina la frase por que Myles ya está asintiendo, supongo que no jugaba con que acostumbran a hacer esto- muy bien, hablaré con ellos una vez termine aquí, gracias Myles.

-No hay de que- el suelta otra sonrisa, se despide de mí con la mano y se va por el pasillo con un "las veo luego".

Ambas pasamos por las puertas y me quedo sorprendida por milecima vez, la biblioteca era gigante y hermosa (como todo en este lugar), tres paredes de varios pisos repletas de libros de lado a lado, escaleras de madera en caracol junto a la puerta que llevaban a los pasillos superiores de cada piso, sillones y sofas negros en el centro con una mesita de te entre ellos, y el piso una alfombra muy hermosa color escarlata. Un gran ventanal se cernía en la pared en frente de la puerta que daba con el patio trasero. 

Tamara se sienta en uno de ellos y me hace señas para que tome asiento junto a ella lo cual hago- Aristo me contó que no sabes nada ¿Es cierto?

- Así es, ni sabía de su existencia hasta hace 1 semana- Ella asiente ante mis palabras con los labios fruncidos, mirándome directo a los ojos. En ellos veían algo diferente a los de Aristo, pero la sensación que le transmitían a mi cuerpo eran similares, principalmente calidez y me sentía a gusto junto a ella, a pesar de que momentos antes había estado casi entrado en pánico esperando su regaño- Además tengo muchas preguntas Tamara.

- Si, dadas las circunstancias creo que es normal que las tengas- me dice sonriendo de lado, una rayo de preocupación se muestra en sus ojos pero fue tan breve como un espejismo- Tesla, este lugar tiene muchos secretos no solo de él en sí, sino de las personas que viven en el y pertenecen a él, hay cosas que te puedo contar ahora y otras más adelante, por lo que quiero que me prometas que por mas irreal e ilógico que te parezcan las cosas que te diga o cuente no te vas ni a burlar ni a tomar como broma ¿me lo prometes?

Dudo unos segundos, pero en sus ojos veo una seriedad que no me permite dar marcha atrás- Lo prometo

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