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Termino de desempacar alrededor de las 6:30 pm, por lo que me apresuro a darme una ducha y vestirme para bajar a cenar rápidamente y no llegar tarde.

En solo minutos conoceré a las otras personas que viven aquí, y si digo que no estoy nerviosa sería una gran mentira, la conocida pesadez estaba presente en mi estomago y esa costumbre que tiene mi bendito cerebro de pensar en todo lo malo que puede suceder no ayuda en nada. Me obligó a tomar una larga bocanada de aire, tratar de calmar mi corazón apresurado y me aventuro en busca de las escaleras que llevan a la primera planta, cuento con suerte al encontrar a Aristo a pocas puertas de mi habitación.

- No creí que recordaras el camino asi que venía yo mismo a escoltarte- esa sonrisa otra vez está en sus labios lo que hace que no pueda evitar replicarla y seguirlo en silencio mientras intento memorizar el camino.

Al bajar a la primera planta y dirigirnos por uno de los pasillos laterales, él comienza a hablar y preguntarme cosas de mi familia, lo cual me hace recordar la lista mental que yo misma hice unas horas/minutos antes mientras arreglaba mi habitación.

- ¿Puedo preguntar de dónde conoces a mis padres? o ¿Desde cuando?- Aprovechó uno de sus silencios para comenzar mi interrogatorio para nada sutil- No me malinterpretes, es que estoy curiosa ya que hasta hace unos días no sabía de la existencia de este lugar, puedo incluso asegurate que aún no se que es.

Él suelta una pequeña carcajada y niega con la cabeza como si lo hubiera dicho fuera hilarante- Veo que despues de tanto tiempo no han cambiado nada-La sonrisa en su labios tiembla y una ligera arruga aparece en su frente- Conozco o más bien conocemos, con Tamara, a tus padres desde que éramos adolescentes, se puede decir que "estudiamos" juntos y mantenemos contacto gracias a "trabajo". 

Me quedo unos segundos en silencio procesando la información. Al parecer si hace parte del mundo empresarial aunque no se note, además conoce a mi padres de hace muchísimo pero no me cuadra su edad, él no parece superar los 35 años, y mis padres ya tienen unos 10 años más que eso, es una brecha demasiado grande para compañeros en la escuela, y la universidad tampoco se ve probable ya que mis padres no se retrasaron en sus estudios, y las posibilidades se reducen a que o Aristo hubiera llegado a la universidad demasiado joven o que sea más viejo de lo que se ve, y eso era muy improbable. No me atrevo a preguntarle ninguna de las dos, porque sería demasiado invasivo y le daría pie a que me preguntara cosas asi a mi tambien.

- Y....¿Quien es Tamara?- Le pregunto y él me mira con una mezcla de sorpresa e incredulidad- ¿Que?

- ¿En serio no te dijeron absolutamente nada de este lugar? ¿No estabas jugando?- El volumen de su voz sube varios tonos con incredulidad pintada en el sorprendiendome, él se detiene completamente para mirarme a los ojos como buscando un indicio de broma  en ellos, niego un poco aturdida ante su cambio tan drástico con el corazón a mil por hora. Suelta un suspiro de frustración y luego voltea la cabeza observando una de las pinturas incrustadas en la pared, en sus labios no había sombra de la expresión risueña que hace unos segundos llevaba y al contrario están presionados en una línea recta, “su rostro adquiere una madurez sorprendente cuando no sonríe” fue él pensamiento que se me cruza por la mente en él instante, como si fuera otra persona. Vuelve a soltar un suspiro para alcanzarme con gesto resignado- Tamara es la otra directora de este lugar, ya la conocerás. Y dado que hablabas enserio con lo de no saber qué es este lugar, será mejor que esperemos a mañana para responderte, no hay el tiempo suficiente para contarte todo lo que deberías saber además Tamara es mejor en ello. ¿Vale?

Asiento en silencio, él me ofrece una sonrisa de boca cerrada que no llega a sus ojos, la ligera tensión entre las cejas lo delata.

Él resto del camino es silencioso, hasta que llegamos hasta unas puertas dobles de madera con ventanales, se puede ver que al otro lado ya está gente sentada y se escuchan voces y risas. Aristo se detiene antes de abrir la puerta para mirarme, casi preguntando si estaba lista, cosa que no estaba, con toda esa conversación había olvidado todo esto, pero dado que ya estábamos aquí otra vez mi estómago se sentía extraño y mis palmas comenzaron a sudar, trate de no demostrar como me sientia y le asentí, él abre la puerta unos segundos después entrando primero y luego lo sigo.

Las voces se detienen, y las cabezas sentadas en la mesa se giraron a mirarnos, como si se tratara de la película del exorcista. Siento como mi cara se calienta lo que me frustra totalmente, porque si, yo soy de esas personas que cuando se sonroja no se sonroja tipo anime, lindo y tierno, sino que me convierto en un auténtico tomate. 

Aristo llama la atención de todos con una palmada en el aire, cosa que agradezco- Que bueno que nadie se retrasó hoy, ya se les estaba haciendo costumbre- dice mientras se acerca a una de las sillas vacías, más exactamente la que estaba a la cabeza de la mesa  y se sienta, el se voltea y me indica que haga lo mismo en la silla a su lado, sin pensarlo dos veces lo hago en silencio y rápidamente. Siendo la única de pie en una habitación era obvio que llamaría la atención.

El comienza a parlotear con la castaña que está frente a mi, al igual que los demás, como si no hiciera falta presentarme al conjunto de extraños con lo que iba a comer. 

A mi otro costado un chico rubio me observa abiertamente, sin pena alguna, por mi parte decido ignorarlo y comenzar a comer,capto que él trata de comenzar a hablarme pero es cortado por Aristo quien levanta la voz a la vez que se pone de pie, llamando la atención de todos.

-Bueno, como todos notan a mi lado se encuentra la nueva habitante de la casa madre y como se que estan muy curiosos haré la presentación lo más ligera y rápida posible- dice con una sonrisa relajada- ella es Tesla Meyer y se quedará con nosotros a partir de ahora, compórtense bien y amablemente. ¿Okay? Okay. Sigan comiendo-Con eso se vuelve a sentar y dándome una última mirada vuelve a hablar con la chica con la que hablaba antes, aunque detallando bien, parecía alrededor de la edad de Aristo con ojos rasgados bastante claros y piel morena.

-Muy casual ¿no te parece?- Una voz me hace saltar en mi silla de la sorpresa, lo que lo hace soltar una pequeña carcajada, es el chico rubio de nuevo- Lamento asustarte, soy Myles, un placer conocerte.

Me sonríe mostrando unos particulares hoyuelos en sus mejillas, como por inercia mi cerebro comenzó a hacer una comparación con la de Aristo y ambas transmitían cosas diferentes. La sonrisa del rubio Myles era brillante pero no calida y tampoco llegaba a sus ojos a diferencia de Aristo quien sonreía con todo su rostro y te transmite un sentimiento de calma y calidez que te invita a sonreír con él, mientras este chico emanaba confianza desde su cabello rubio despeinado hasta su postura relajada con el codo reposando sobre la mesa y su sonrisa era parte de todo ese juego.

-Tesla, un placer- le respondo cortamente para luego volver a mi plato. Tratando de terminar la conversación allí.

El no capta mi indirecta porque sigue hablándome y peor aún, utiliza frases cliché mandadas a recoger- ¿De donde vienes chica nueva?

Me tomo mi tiempo decidiendo si responder o no, para unos segundos después decantarme por la primera, enemistarse con alguien a solo horas de llegar sería terrible y más teniendo en cuenta que el puede estar tratando solo de ser amable, no de una forma tan correcta pero al menos lo estaba intentando a diferencia de mi- Londres

- ¿Eso no es un poco lejos?- él parecía realmente sorprendido, sus ojos claros ampliándose para luego darle paso a otra sonrisa- ¿Que te trae al campo chica de ciudad?

Me repito una y otra vez que él solo está siendo amable, que debo tener paciencia, pero es que si algo no soporto es que la gente utilice frases cliché, es que por Dios ¿Acaso no saben que dan Cringe? no se si piensan que se ven bien o cool utilizandolas pero la realidad es que ni se acercan a ello,solo lo ponen incómodo a los que las escuchan. Sumado a todo ello, no soy alguien a la que le guste hablar sobre sí misma, peor aún, lo detesto, por lo que me limito a responder cortamente y rogando porque no presione - Razones personales.

El se queda unos segundos en silencio, incluso alcanzó a pensar que por fin cogió la indirecta y dejará de hacer preguntas, pero tristemente no es así- Se guardar secretos- dice bajando el volumen de su voz para luego guiñarme con su ojo derecho coquetamente, casi tiro él trago de jugo de naranja que estaba en mi boca- además, no se si lo sepas pero aquí existe un dicho "si no puedes contarlo es porque es malo" asi que ¿que me dices chica de ciudad?¿No me digas que eres una chica mala?

Mis ojos por si solos dan una vuelta al escuchar sus palabras - Ese es un dicho muy infantil y chismoso, además, en la ciudad no acostumbramos a contarle nuestra vida a extraños, y eso no significa que hagamos algo malo, no se si lo sepas pero se llama privacidad- le digo también bajando el volumen de mi voz.

- Oye, ya no somos extraños, tu conoces mi nombre y yo el tuyo, además viviré contigo a partir de ahora, no veo porque tanto secretismo- dice Myles volviendo a subir su voz codeandome en las costillas a modo de juego. En serio me estaba molestando, es frustrantemente insistente a pesar de mis (amables) intentos de que capte que me siento incómoda con sus preguntas.

-No veo porque estas siendo tan insistente con esto o porque te lo deba contar- le doy una respuesta rápida que lo hace dejar de sonreír, tal vez al fin capto mi indirecta muy directa.

- Solo trato de romper el hielo, no necesitas ser tan violenta sobre ello- dice Myles levantando sus manos en señal de rendición, aún había indicios de juegos en sus ojos por lo que soy clara y concisa.

-No soy violenta simplemente valoro mi privacidad Myles- mi voz suena seria y fria, al tiempo que hago contacto visual con él- Valoro tu intento de ser amable, pero creo que te estas pasando de insistente, ademas deberias buscar otra forma de romper el "hielo" con las personas, porque para algunos puede parecer muy invasivo e incómodo. Como a mi.

Su rostro adquiere un tono rojizo en las mejillas, él se aclara la garganta y habla, en su voz se nota la vergüenza - Vale, disculpa si te molesté.

Después de eso baja la cabeza y sigue comiendo en silencio, una sensación de irritación se me instala en el estómago, trato de ignorarla y seguir comiendo pero realmente no puedo, ahora yo me estaba sintiendo mal, había sido muy ruda con él, debí tener un poco más de paciencia o incluso tacto, había echado a perder la primera conversación y posiblemente la primera correlación que pudiera construir en este lugar. G.E.N.I.A.L.

Debido a la familia a la que pertenezco siempre estaba en guardia con la gente, por lo que había desarrollado este tipo de hábitos, hasta los más ligeros gestos de amabilidad se me hacen sospechosos, molestos e invasivos, y el hecho de que el fuera insistente no daba tanto pie para que yo lo tratara como un acosador en la calle a las 10 PM. Definitivamente necesitaba primero pedir disculpas, y segundo tratar de cambiar ese hábito desde ahora, o estar aquí se me iba a hacer muy difícil. Suelto un suspiro de frustración que llama la atención de Aristo a mi otro lado, ambos hacemos contacto visual y yo niego ligeramente con la cabeza ante su mirada de preocupación, no podía pedirle ayuda, debía arreglarlo yo misma.

Con eso en mente me acerco a Myles una vez la cena se termina y todos comienzan a levantarse, el habla con una chica rubia de ojos castaños al lado de la puerta, al verme su sonrisa decae un poco en las esquinas, otra vez esa sensación se hace presente, me detengo junto a él, la chica detiene lo que le está comentando para mirarme con una sonrisa para luego ofrecerme su mano amablemente.

- Un placer, Soy Khala. 

Tomo su mano y la sacudo unos segundos a la vez que me presento -Tesla.

- Espero que nos podamos llevar bien- Me dice, metiendo sus manos en los bolsillos de sus shorts oscuros - ¿Cómo te ha parecido el lugar? ¿A Qué es cool?

- Ummm sí, un poco grande, va a ser un trabajo no perderme-Trato de aligerar un poco mi voz, normalmente grave y baja para sonar como una broma, ella suelta una pequeña risita y asiente. Khala era un poco pálida y sus mejillas estaban sonrojadas pero no sabía si era algo natural en ella o porque estaba sonriendo.

- Te entiendo, pero junto a nosotras tenemos a Myles, señor de los pasadizos- Su voz toma un tono más grave, como imitando a un presentador de televisión en juego, para luego volver a su habitual color - Es el que mejor conoce este lugar y creo que sí se lo pides te puede ayudar un poco con ello.

Ambas posamos nuestra mirada en Myles quien sonríe un tanto apenado - Estoy dispuesto a ayudarte así que si si necesitas ayuda solo pídemelo- Myles también cambia su voz y su expresión a una chula y llena de confianza, esta vez en juego- Como dice mi querida Khala soy el auto nombrado señor de los pasadizos y no me molesta ayudar a una alma nueva a encontrar su camino.

- Estaré contando contigo entonces- Digo tratando de mostrar mi sonrisa más amable.

Al otro lado de la habitación junto al gran ventanal Aristo me hace señas para que me acerque, por lo que me despido y voy hasta él quien se encontraba junto a la mujer con la que había hablado antes.

- Tesla te presento a Tamara, ella es la otra directora de este lugar- Habla apenas llego a su lado, la mujer me llevaba unos 5 centímetros de diferencia en estatura, de cerca se veía unos 2 o 3 años menor que Aristo de ojos claros bellísimos y pestañas increíblemente largas. Era visiblemente una completa belleza.

-Un placer- Estrecho su mano unos segundos para luego dejarla ir.

-El placer es mío, casi me caigo de mi silla cuánto te vi entrar por la puerta,no se como es que estos niños pueden crecer y cambiar tanto ¿No lo piensas Aristo?

- Lo mismo le dije apenas la vi....

Ambos siguen hablando pero mi atención es robada por un un cofre a un lado de Aristo, visiblemente estaba hecho de madera, y su forma era cuadrada con unos retoques en las esquinas. Mis ojos viajaron directamente a él símbolo que estaba tallado encima, dos “g” superpuestas justo en él centro de un círculo hecho de dos líneas entrelazadas. No se porque tenía la sensación de que lo había visto en algún lugar antes, pero no lo podía recordar…

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