CAPÍTULO 3

La luz entra por mi ventana haciendo que me despierte, eso y un ardor que no soportaba, por supuesto, las cortadas. Definitivamente lo de ayer fue un ataque de ansiedad. 

Tome una ducha rápida, no me moleste en poner vendas alrededor de mis heridas, de todos modos habría manchas de sangre en mi ropa, sin importar que haga. 

Mi atuendo era normal, playera negra de manga larga, jeans negros, mis supra grises y una sudadera gris, ni siquiera me molesto en peinarme, mi cabello queda mojado sin más. Tomo mi mochila y salgo de casa, el día era tan perfecto, el cielo estaba gris, eso indicaba que llovería. Por supuesto que el clima y la música siempre se ponen de acuerdo para estar igua a como me siento. 

Llego a la escuela y ahí estaba él, Jeason Brooke. 

-Por fin llegas. 

Yo lo ignoro, no quiero pasar por eso de nuevo. 

-¿Qué no piensas responder idiota? 

Con trabajo y se escucha mi respiración, estaba intentando hacer el menor ruido posible, como si eso me hiciera invisible o algo parecido. 

-A ver, si yo te pregunto algo tú respondes, ¿entendido? 

Guarde silencio escuhando lo que decía. 

-¡¿Entendido?! 

-Si...-digo en un susurro. 

-Así me gusta, eres solo un maldito marica, un estúpido niño que quiere llamar la atención. 

Atención es lo que menos quiero, y su la quisiera, no la buscaría de esta forma, tampoco soy tan estúpido como toda la gente lo dice. 

Sus puños golpean contra mi cara, haciéndome sangrar, esto ya no era algo que me sorprendiera, al igual que mi padre, no importa que haga, siempre termino golpeado. 

-¡Y quiero que entiendas bien, eres es un estúpido marica! 

Más y más golpes sobre mi cara, patadas en mi estómago. Mi labio empezaba a sangrar, pero él no lo notaba o simplemente no le importaba. Sigue golpeando, tal parece que quería dejarme muerto, y créanme que por poco lo consigue si no fuera porque Catherine llego a detenerlo. Quizá no le caía muy bien a ella pero se que no podría dejar que su novio se manchara las manos de esa forma. 

Las malditas lágrimas empezaron a salir de mis ojos, odiaba llorar en el colegio, no quería que me vieran ser débil, aunque lo notaban con solo verme llegar. 

Con las pocas fuerzas que quedaban corrí hasta el baño, me encerré y llore, llore hasta quedarme seco. Llore hasta que sentí que por fin mis problemas habían desaparecido. Llore hasta que mis ojos ardieron. 

Moje mi cara para que no se notara que había estado llorando. Me dirigí hacia mi clase cabizbaja, solo quería que el maldito día acabara, que sonara la última campanada indicando el fin de las clases, pero no importaba si sonaba o no, estaba castigado, eso quería decir quedarme después de clase a limpiar la cafetería con Jeason, aunque el único que limpia soy yo por miedo a que Jeason aumente la cantidad y fuerza de sus golpes. 

La escuela acabo y para mi suerte, mi hora de tortura sin fin apenas comenzaba...

Jeason ya se encontraba en la cafetería solo esperando a que yo llegara para que él pudiera golpearme, y para que yo hiciera el intento de limpiarla. 

Tomé un cubo de agua y una esponja, empecé a limpiar las mesas, sentía la mirada de Jeason perforar mi cabeza. Me di la vuelta y ahí estaba él, parado enfrente de mí, con una sonrisa que parecía dianólica. Baje la mirada y un golpe en mi cara hizo que levantara la vista. 

-¡No bajes tu maldita mirada! ¡¿Entiendes?! -grito dando un puñetazo en mi estómago. 

-Entendido...-susurre con el poco aire y fuerzas que me quedaban. 

-Okay, ahora deja de ser un maldito marica y compórtate como lo que no eres, un hombre. 

Sus palabras se sentían como 5 mil cuchillas enterradas por todo mi cuerpo. 

-Entiéndelo estúpido, nunca tendrás la atención de nadie, solo eres un maldito que no sabe apreciar la vida. Estás gastandote el oxígeno de una persona que desearía estar vivo y tú solo lo desperdicias. 

-Jeason...¿por...por qué hacer esto? -digo con lágrimas en mis ojos, eran palabras que me dolían demasiado, sabía que hacer para derrumbarme sin necesidad de golpes, tengo que admitir que era inteligente. 

¡Porque hay una persona que desearía vivir, pero en su lugar te mandaron a ti! ¡¿Por qué m****a no puedes apreciar eso?!

Salgo corriendo del lugar, ya no quiero seguir escuchando lo que dice, me estaba rompiendo en mil pedazos, me estaban matando. 

Salí de la escuela y estaba lloviendo así que nadie notaba mis lágrimas. Llegue al parque que anteriormente he visitado, aventé mi mochila y subí a un columpio, me mecí, lloré, grité. Jeason tenía toda la maldita razón, solo estaba quitandole la oportunidad de vivir a alguien que realmenete lo quiere. Yo no debería de seguir viviendo, solo soy un estorbo en el universo. 

La lluvia estaba cada vez más fuerte, había truenos, el aire soplaba demasiado fuerte, parecía que en cualquier momento saldría volando, y era lo que quería, volar y no regresar a este mundo, vivir en un mundo diferente. De un momento a otro mi vista se apagó, una imagen negra era todo lo que podía ver, pasaron enfrente de mis ojos recuerdos de cuando era pequeño, y de nuevo todo se volvió oscuro, y apareció una luz, a la que le dicen llamar, la luz al final del túnel...

¿Dónde estaba? ¿Por qué todo es oscuro? 

Camine y seguí caminando para poder llegar a algún lugar que me dijera donde estaba, pero nada, no había nada, solo un cuarto oscuro sin salida. 

-¿Hay alguien aquí? -grité lo más fuerte que pude esperando respuesta de alguien, sin embargo, un silencio absoluto invadió la habitación. 

Vi una luz y decidí caminar, quizá era una salida. Llegué a una habitación blanca con algunos aparatos, pero ¿qué hacía ahí? Seguí caminando por toda la habitación, era un pasillo largo y pasaban muchas personas, les preguntaba donde estaba, pero nadie me respondía. 

Vi un espejo...era yo, con mi misma ropa que cuando fui a la escuela, pero había algo raro, mi cabeza, mis ojos...¿qué pasaba? 

Mi cabeza tenía una apertura, no salía sangre, pero si había una mancha de ésta. Mis ojos no tenían color, no eran color miel, eran negros, sin brillo alguno.

Corrí hasta buscar respuestas y entendí en donde estaba. Me encontraba en un hospital, pero ¿por qué no traía una bata? ¿por qué los doctores no me hacían caso? 

Entre a un cuarto, estaba alguien en la camilla y muchos doctores y enfermeras alrededor, de él, no se dieron cuenta de que entre. Quería ver quien era esa persona, quizá me ayudaría a entender que es lo que está pasando, pero la cantidad de personas que habían no me dejanam tener una buena visibilidad. 

Un doctor salió y quedo un espacio libre, pero mi visibilidad no era buena. Me acerqué más a ellos y pude ver a la persona que estaba en la camilla...era yo...estaba tendido en la camilla con los ojos cerrados, los doctores hacían hasta lo imposible por despertarme. Y fue ahí cuando entendí que estaba...al parecer estaba muerto...

¿Cómo m****a paso esto? Estoy muerto, pero ¿por qué? Yo solo estaba en el parque, no recuerdo que paso después de eso, pero no puedo estar muerto, eso es imposible. Seguro es un sueño, a veces tengo este tipo de sueños en los que soy un espíritu. Sí, eso es, es un sueño, un jodido sueño.

Los doctores hacían hasta lo imposible por despertarme, pero todo era en vano. Salí corriendo de ahí, grito por ayuda, pero nadie me escucha. Nadie notaba mi presencia. 

Dieron las 11:00 p.m. y yo seguía deambulando, tratando de despertar de este horrible sueño, pero no pasaba nada, creo que era un sueño bastante largo. Llegué a casa y me recosté en mi cama. Que sueño tan más raro ¿no es así? 

La luz de la mañana entro por la ventana, por fin el maldito sueño había terminado. Me metí a la ducha, me cambie y baje a desayunar. Salí para ir al colegio, pero lo más raro apenas comenzaba. 

Al llegar al colegio, Jeason estaba ahí parado. 

-¡¿Dónde m****a está Alejandro?! ¡¿Qué no piensa venir hoy?! -se notaba a lo lejos lo enojado que estaba.

Yo me sorprendí bastante, no había notado que yo estaba frente a él. 

-Jeason, aquí estoy...

Pero no me escucho y seguía gritando. Toco la campana y Jeason se fue bastante furioso.

Estaba más confundido que al principio hasta que por fin lo entendí. Esto no era un jodido sueño, estab muerto, en verdad lo estaba, pero no podía ser posible...

 No, no, no, ¿qué está pasando? ¿por qué todo es borroso de nuevo? Ya estaba muerto, ¿por qué me pasaba esto? 

-Alejandro, ¿nos escuchas? 

Esa voz, ¿de quién era?

-Alejandro, abre los ojos, ¿nos escuchas? 

Eso intento, abrir mis ojos, pero no puedo. 

-Alejandro, que bueno que ya despertaste

¿Qué no estaba muerto? 

-¿Dónde estoy? -digo con una voz muy poco audible, sentía la garganta seca, no tenía fuerzas para hablar. 

-Estás en el hospital, sufriste un accidente en el parque hace dos días. 

-¿Qué fue lo que paso? 

-Estabas en un columpio o eso nos dijeron, la lluvia y el aire estaba muy fuerte, saliste volando del columpio y te golpeaste la cabeza contra una roca, perdiste mucha sangre antes de que llegara la ambulancia. Tu corazón se detuvo por un tiempo, temiamos que pudieramos perderte pero por suerte ya despertaste. 

-¿No estaba muerto? 

El doctor no pudo evitar reír levemente al escuchar mi pregunta, quizá de nervios o para hacerme sentir más tranquilo, todavía no lo entiendo. 

-No, Alejandro, bueno, lo estuviste por un momento pero nos alegra demasiado que ya estés de vuelta con nosotros. 

-¿Cuándo podré salir de aquí? 

-Quizá en unos días, tenemos que seguir monitoreandote y asegurarnos de que estés estable. 

¡No estaba muerto! Me gusto saber que seguía vivo, no porque tuviera muchas personas que no me gustaría dejar, no, sino porque muerto era completamente ignorado, vivo también, pero, aunque sea me veían, como un bicho raro, pero me veían. 

Pasaron unas semanas y pude regresar a mi casa, me dijeron que tenía que guardar reposo y eso hice. No tenía ganas de salir, de ver a Jeason, de ser maltratado, en pocas palabras, no tenía ganas de nada. 

Llegue a casa y prepare algo de comer, extrañaba tanto mi comida, no porque fuera la más rica del mundo, pero si era mucho mejor que la del hospital. 

En lo que mi comida terminaba de estar lista, subí a darme una ducha porque enserio la necesitaba, necesitaba quitarme el olor a hospital, a medicamentos. Me puse mi pijama y bajé por mi comida. Ya que estaba lista la colo qué en un plato y subí de vuelta a mi habitación. Me recosté en mi cama y prendí mi computadora, tenía varios mensajes de Marisse. 

-¡Hola Ale!

-¿Cómo estás? 

-Ale...

-¿Estás bien...?

-Ale, ¿estás bien?

-Ale, no he sabido nada de ti en todo el día...

Wow, sí que se preocupaba...

-Hola Ale...!

-Ale...ya, enserio ¿qué tienes? 

-Ale, llevo dos días sin saber de ti

-Ale...

Creo que debería de contestarle.

-Hola Marisse...

No pasaron ni dos minutos cuando ya había recibido respuesta de ella. 

-¡¡Ale!! ¡¡Estás bien!!

-Si Marisse, estoy bien...

-¡¿Dónde andabas?!

-Ocupado...

-¡¿Dos días?!

-Si...

-Ale, no me engañas...¿dónde estabas?

¿Cómo rayos lo sabía? 

-En el hospital...

-¡¿Qué hacías ahí?!

-Me caí de un columpio y me golpeé en la cabeza...estuve "muerto", en coma, no lo entiendo bien aún pero ya todo bien :)

-¡No puede ser! pero, ya estás mejor ¿verdad?

-Si Marisse, ya estoy mejor :)

Seguimos platicando por varias horas, en verdad era muy divertida y atenta, se preocupaba por mí, no se porque, pero lo hacía, me hacía reír, olvidando que aun tenía suero en mi brazo. 

Cuando terminamos de platicar, había una enorme sonrisa en mi cara, ella me hacía sentir bien, de una extraña forma, pero bien. Me di cuenta de que por estar platicando con ella se me olvido comer, aunque la verdad era que ya no tenía hambre. 

Fui a cepillarme los dientes y me acosté para poder dormir, y por primera vez en muchos años, dormí con una sonrisa en mi rostro. 

Marisse era muy especial para mí, aun cuando yo soy frío o distante, ella encuentra la forma de sacar un lado de mí que ni yo conocía. 

¿Les había dicho que el tiempo pasa volando? Bueno, pues me di cuenta de eso cuando de la noche a la mañana ya habían pasado tres meses y wow con las cosas que han pasado, definitivamente, fueron los tres meses más intensos que he vivido pero solo significaba una cosa, mis padres han regresado...

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