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Capítulo 5.

La más fea.

"Cada elección que hagas tendrá un impacto."

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— Recuérdame. ¿Por qué tengo que hacer esto?— Preguntó Benjamín aburrido mientras caminaba por el inmenso pasillo junto con su mejor amigo.

Era una mañana cálida y refrescante, ideal para tomar un descanso en un viernes. Pero no para cierto castaño.

Habían pasado tres días desde el festejo del rubio y a pesar de que Arthur había perdido la mayor parte del show, no se sentía tan lastimado. Después de todo había entendido que el castaño había estado en excelente compañía. Con una rubia, de ojos azules en su oficina, sólos a la mitad de la noche. Aunque él defendiera que era todo lo contrario a una noche tranquila y bonita.

— Porque eres mi mejor amigo. Confío en tu capacidad de que podrás elegir a la indicada para mí.— Inquirió Arthur abriendo una sala de conferencia.— Vamos Benja. Es el último favor que te pediré en este mes.

— Sí, pues es el último día de Marzo. Ya mañana me pedirás uno nuevo.— Argumentó con gracia.— Bien, ¿Qué es lo que tengo que decir?

— En el escritorio dejé una lista con las preguntas a realizar. Necesito que escojas a la más indicada para este trabajo.— Inquirió una vez más.

— Pero sí tú...

— Si fuera por mí estaría bien trabajar solo. Pero mi padre insiste en que debería tener a una secretaria o  un secretario para poder seguir trabajando de manera eficiente. Cree que el trabajo me está acabando por completo y también dice que un poco de ayuda extra no estaría mal.— Explicó sin muchas ganas. Era su manera de trabajar y le gustaba así como estaban las cosas. No era por ser obstinado, simplemente le gustaba la soledad en el trabajo. Aparte de que no quería distraerse mucho tratando de entenderse con su compañero para poder coordinar las ideas y la manera de ser del otro.

— Ahora explícame, ¿Qué hago aquí?— Ignoró la historia mientras se detenían en frente de unas puertas de roble.

— Voy aceptar el trato de mi padre.— Anunció.— Pero... En serio tengo cosas más importantes que hacer que estar perdiendo el tiempo eligiendo a alguien. Así que en este caso, tú lo harás por mí.

— ¿Y qué gano a cambio?

— Puedes quedarte con mi serpiente.— Invitó.— Te la puedo regalar también. Últimamente no he tenido tiempo de...

— ¡Trato!, ¡Quiero las dos serpientes!— Pidió.— Hoy viene mi hermana a mi departamento, tener dos serpientes, estoy seguro de que la asustarán y harán que se largue a la casa de su mejor amiga.

— De acuerdo. Es un trato.— Chocó por último su mano contra la de él.— Ahora, te daré una lista de lo que probablemente quiero más: Trata de no elegir a una mujer. Suelen ser muy escandalosas y no es por presumir, pero la mayoría siempre me acosa desde que llegué a la adolescencia. Antes pedía mucho de eso cuando era niño pero ahora que lo tengo me siento incómodo. Así que mujeres no. Y si no queda más opción, pues elige a la más fea. Pero que sepa trabajar.  Una seria...

———❤️———

Por otra parte, no muy alejada de la sala de conferencias de una empresa, Roselyn caminaba por los inmensos pasillos observando los diversos cuadros con pinturas grises y aburridas. ¿Qué acaso no podían ponerle un poco más de vida a ese lugar? Las personas pasaban con seriedad a su lado, enfocados cada uno en su trabajo y en unos papeles que cargaban a la mano.

Decidió enfocarse mejor en sus asuntos. Quería acabar ese día de una vez.

No tardó mucho en encontrar el letrero que buscaba y se metió dentro de unas enormes puertas. Había una larga fila de espera para comenzar la entrevista.

Su abuela había insistido a que escogiera este trabajo para mejor convivencia. Pues estaba segura de que se trataba de una de las más grandes empresas y ella crecería mucho en los puestos para comenzar a generar sus propios ingresos que la ayudarían a mantenerse.

Roselyn suspiró. Aún no sabía lo que tenía que hacer y de cómo debería actuar para tratar de convencer a la gente de que ella era lo que buscaban.

Tomó asiento y esperó. Las horas pasaban de lo más lento posible, casi como si el mundo se burlara de ella para demostrarle que no era digna de pertenecer allí.

Hasta que después de un tiempo escuchó su nombre ser pronunciado.

Entró a una sala más pequeña y pudo ver al futuro jefe. Un hombre con unos largos cabellos rubios resbalar hasta sus hombros con un aspecto poco formal. Era impresionante ver cómo el hijo de una de las empresas más grandes del país tenía un aspecto tan... Vago y poco elegante para su opinión.

— Toma asiento querida.— Invitó rodando en silla giratoria.— Dime, ¿Para que buscas este empleo?, ¿Qué quieres conseguir?— Estiró sus piernas encima del escritorio con tranquilidad. Para ser un vicepresidente, era muy relajado.

La pregunta la tomó por sorpresa. Pero no por eso se expresó de tal manera. Colocó una de sus miradas más frías posible y con una voz firme respondió:

— Quiero conseguir el mejor puesto que me puedan ofrecer.— La seguridad destellaba de sus pequeños ojos azules.

Para ser una chica era demasiado intimidante.

Benjamin tuvo que tragar duro al ver a una mujer tan... Escalofriante. Sentía que ella podía matarlo con solo una mirada. Así que bajó sus piernas como si hubiera sido regañado y realizó una mejor postura.

— ¿Y por qué deberíamos de aceptarte?

— ¿Y por qué no?— Contraatacó Rose.— Estoy estudiada. Tengo una maestría en administración de empresas. Me mantengo en mucha mejor forma de las que se encuentran aquí. Y simplemente porque soy la mejor en cualquier cosa que hago.

— B-Bien...— Tosió un poco. El ambiente lo estaba matando.— ¿Pasatiempos?

— No tengo tiempo para eso.

— ¿Conoces la historia de la empresa?

— ¿Y quién no la conoce? Es una de las mejores fundadas en el país. Una de las aerolíneas más exitosas con una probabilidad de 0.07% de error.

— ¡Wow!, ¡Sí que sabes de lo que hablas!— Se impresionó. Arthur por más veces que se lo contara nunca se aprendía ni un solo número.

— Dime... ¿Cuándo estás lista para trabajar?

— En cuando me necesiten.

— ¡Perfecto!, ¡Eres la que quiere!— Habló con una enorme sonrisa estrechando sus manos con las de ella como un gesto de compañerismo.

No necesitaba buscar más. Una chica tan aterradora y fea para su perspectiva era suficiente para lo que había pedido su mejor amigo. Aparte de que ya no necesitaba buscar más. Estaba seguro que ninguno le llegaría a los talones a esta chica rubia. A pesar de que era bonita, su carácter y su mirada asustaba hasta el más temible diablo.

— Estás contratada y empiezas ahora mismo.— La condujo afuera de la sala donde aún permanecía una larga fila.— Por cierto, se cancelan las entrevistas. Ya elegimos a alguien. Así que pueden salir por la puerta delantera.— Notificó sin perder más tiempo saliendo con Rose.

Arthur estaría orgulloso de su trabajo. Y la mejor manera era que no necesitó entrevistar como a 200 personas más. Era poco trabajo y eso le gustaba.

— ¿A dónde vamos?— Preguntó Rose observando que no se dirigían hacia los demás.

— Vas a conocer las áreas de la empresa. Aunque seguramente iremos primero por el otro para que se haga cargo.— Comentó sin mirar atrás.— Por cierto, mi nombre es Benjamin.

— Roselyn Darcy.— Compartió la presentación un poco desorientada por el carácter del que sería su jefe de ahora en adelante.— Y... ¿Qué te hizo pensar en que soy la indicada para este empleo?

— Eres lo que él pidió. Una mujer de las más feas. La más fea.

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