II - ¿Qué tanto puedes fingir?

Respiraba con la respiración agitada, solo contemplaba lo que tenía en mis manos... Y su sangre corriendo por todo el suelo, y un cuchillo ensangrentado en mi palma derecha...

Aquella mañana estaba todo listo para el desayuno cuando baje las escaleras, Jade traía puesto un pequeño delatan de colores claros y de alguna forma llamaba mi atención el olor de lo que cocinaba.

«Buenos días, J.» Si le estaba llamando igual que ella a mi para saber si se daba cuenta de lo irritante que sonaba.

«Me dijiste, ¿J?» sonriendo y aplaudiendo el hecho de que la llamase así. Sinceramente ya teníamos una semana conviviendo y nos habíamos llevado bastante bien, o bueno eso era lo que le decía a mis padres por teléfono a altas horas de la noche.

 A las 2:11AM acostumbraba a salir de mi habitación, bajar las escaleras y acercarme al salón. Donde normalmente dejaba su computador encendido hasta las 5:32AM. Tenía un par de horas para sacar la mayor información posible. De alguna forma solo usaba una dirección de correo en pestañas incógnitas. Era tan cuidadosa para hacer las cosas, que hasta me hacía pensar que ella no era quien lo hacía. Demostraba una actitud tan atontada y relajada, por no decir despreocupada y torpe. Que me hacía pensar que era completamente fingida, ya estaba cansado de su juego. 

«Si, disculpa si te molesta. No volveré a llamarte de tal forma.» Con cabeza baja.

Ví como sus ojos se alumbraron al negar. «No te preocupes, puedes llamarme como gustes. Al final suena lindo y tierno.»¿Lindo dices? ¿Tierno? Perfecto. Es lo que quiero hacerte pensar, no hace falta que creas o siquiera puedas pensar que tengo algún tipo de diferencia al chico ideal que piensas que soy. Aunque igual me extrañaba que fueras tan cuidadosa con tus acciones, y que no pueda conseguir lo que busco. Aún, sé que escondes algo. 

Vamos... Cuéntame tu secreto. Y si no lo haces, lo conseguiré. 

Ese día al terminar de desayunar, salimos al patio de la enorme casa para mirar un poco la naturaleza, recuerdo haber dicho que no podía salir de mi propiedad. Lo cual hacía las cosas aburridas. Pero oler libertad y mirar tanto verde hace bien. 

Mientras caminábamos por el amplio patio, mirando las plantas, oliendo sus aromas. Ella apreciaba ver animales que salían por ahí, yo por otra parte era más retraído con ellos. Digamos que de pequeño me gustaba abrirle la barriga a muchos conejos que atrapa con trampas improvisadas de internet. No quería demostrar mi desagrado y poco amor por los animales para no asustarle. Solo necesito que todo vaya bien.

«Oh! Quieres tocarlo?» sosteniendo un pequeño conejo, tan pequeño que el muy tonto se dejó atrapar por ella.

Mmm pensé «No, por ahora no.»

«Oh! vamos... ¿Tienes miedo al animalito?» sonriendo y sonando un poco burlona.

«No! claro que no, solo no quiero. Pero si gustas...c Maldita sea, no quería tocar al sucio animal, pero... Son bajos precios, para una recompensa alta.

Lo sostuve, jugó con mis manos, traté de acariciarle de alguna forma. Tocar su suave pelaje y patas lo hacía tan suave y estrujable en mi mente. Simplemente se lo regresé.

No quería causar un desastre con el animal indefenso.

«Toma, ya lo tuve. Supongo que cuenta.»

«Como quieras, H.» sonriente y tomando el conejo nuevamente.

Luego de seguir caminando, quiso entrar a un lugar un poco lleno de agua, «No deberíamos entrar» advertí «¿Por qué no?» dijo insistente. «Mira ahí, agua corriendo desde aquel tanque, si podrás darte cuenta la tierra podría estar resbalosa al caminar, y al pasar por ahí podrías caer y lastimarte. Y no queremos eso» 

«¿Siempres piensas tanto tu acciones? Supongo que no debe pasarte nada nunca ¿no es así?» sonriendo e impresionada.

«Oh vamos, que piense un poco no significa que sea inmortal o no pueda herirme.» Vamos! sería genial eso...

«No importa, igual iré. Seré cuidadosa, lo prometo. Pero vienes conmigo.»

«Por Dios, no porque seas mi niñera tengo que hacerte caso en esto, aunque igual iré. Será divertido.» soltando una sonrisa a un lado.

Ambos caminamos por el camino de lodo, mirando el sol en su punto más alto. En todo su esplendor, el sol se reflejaba en sus ojos color café profundo. Haciendo que cada vez fuesen más irresistibles de mirar. 

«Corramos!» sonando animada. Soltando un pequeño salto y saliendo a correr hasta el final del camino.

«Joder, si que está mal.» La pude alcanzar fácilmente, digamos que no es tan rápida como creí.

«H!!» escuche sonando graciosa.

Jade cayó por el lodo al suelo, llenando toda del lodo. Tiene que ser una broma, se lo dije. Para no ser tan malos con ella decidí sentarme a su lado, llenando mis pantalones al igual que ella.

«Mm, no es muy satisfactorio sentarse aquí.» Vamos me sentía húmedo y sucio, no quería estar mucho ahí. 

«Vamos de pie, J.» Dije ayudándole a levantar. Al momento en el que la alcé, ella se levantó tan rápidamente que hizo que yo cayese al suelo nuevamente y ella terminando encima de mi.

Ambos quedamos perplejos, no esperábamos tal ocasión. Y fue muy extraño tener a Jade encima de mí, o así del todo. Mi respiración se agito un poco, diré que fue causa de caer desprevenidos. Me levanté rápidamente, para ayudarle a levantar y caminar tomando su mano hasta la entrada trasera de la casa.

«Quita tu ropa antes de entrar, yo iré a las duchas de la piscina, así que te daré tu espacio.» Dije para voltearme y ver cómo quitaba su camiseta, dejando su pecho al descubierto con su obvio brasier puesto. Su cuerpo era algo que cada vez me sorprendía más. Era muy hermosa, y el sol no dejaba de seguirla. «Ehm, lo siento.» Dije volteando rápidamente para no verla. «No pasa nada, H. No estoy desnuda o algo así como para que adoptes esa actitud.» Dijo acercandose a mi por la espalda y ayudando a quitar mi camiseta llena de lodo. Al quitarla por completo me abrazó por la espalda. Solo sentía su calor corporal y su pecho chocando con mi espalda, sus manos entrelazando mi cuerpo y el de ella, apretando cada vez más. «Bueno, supongo que tienes razón» dije volteandome para abrazarla completamente. «Pero, cada quien necesita un baño.» Dije soltandome de ella y dirigiéndome al baño de la piscina. 

La noche pasó rápida, y antes de las 2:50AM bajé de mi habitación, me situé por detrás de ella. Llamando su atención desprevenida. 

«¿Que haces a esta hora despierta? J» dije para ver cómo su cuerpo se movió bruscamente quizás por haberla asustado.

«¡Mierda! Eres tú, por Dios, no vuelvas a hacer eso, H.» Dijo moviendo sus dedos rápidos para cerrar las páginas de golpe con atajos del teclado. 

«Lo siento, J.» Pero te ví ahí, pensé que te habías quedado dormida. A juzgar por su expresión y movimientos rápidos puedo decir que conoce de ordenadores, y sus reflejos son rápidos. Por no evitar el hecho de que lo que estaba leyendo o escribiendo le preocupaba que yo lo viese.

«¿Pero... qué hacías?» insistí. «Nada, nada. Sólo rellenar unos formularios para un trabajo en línea.» Que mala respuesta, a juzgar por lo que te han pagado mis padres en solo unas semanas ya tienes ropa nueva y hasta un celular y computador nuevo. Diría que es mentira, solo necesito saber que hacías exactamente. 

«Ok... Supongo que te dejaré en paz, no te preocupes. Iré a dormir, espero y hagas lo mismo. No quemes tus neuronas ¿no es así?» subiendo las escaleras para entrar a mi habitación y acostarme en aquella gran cama.

Que demonios escondes, Jade Collins. ¿Hay algo que tienes miedo a que sepa o debería tener miedo de quien eres? No me lo dirás así de fácil, supongo que tendré que descubrirlo por mi cuenta y creo que tengo la manera perfecta para saber lo que escribes a altas horas de la noche en páginas privadas e incógnitas. 

Odio las mentiras, ya que soy el mejor mentiroso, sé cuando me ocultas algo, se cuando mientes... Pero por alguna razón no me molesta el hecho de que me mientas, sino el porqué lo haces, o lo que haces.

                                                                                                                                 ~~Cristian.

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