Una odiosa sirvienta

El chófer hizo su trabajo, se estacionó y les abrió la puerta.

Álex salió del auto y se arregló su traje y la corbata, con mucho estiló, lo que hizo que muchas empleadas gritaran emocionadas, el volteo y estiró la mano para ayudar a Katherine a bajar, lo que decepciono a muchas.

Ella tomó su mano y bajo del auto, muchos quedaron sorprendidos al verla. 

—Señor Álex, es bueno saber que esta de regresó—. Le dijo Marian una señora de unos 50 años, a la qué su cabello ya pintaba algunas canas.

—Gracias, te presento a mí esposa Katherine. Aunque creo que debiste de haberla visto en las noticias.

—Sí, la ví, pero tu madre las mando a quitar antes de una semana ya sabés cómo es. —Marian le guiño el ojo a Álex y volvió a mirar a Katherine y agrego—Señora, se ve tan hermosa en persona.

—Gracias—. Le dijo Katherine sonriendo.

—Es la verdad y señor Álex se ve mejor que la última vez que estuvo aquí.

—Oh, por cierto está todo listo.

—Claro joven. Pero necesitamos hablar sobre algo antes.— Él asintió

—Manda a alguien a llevar las maletas a la habitación principal y que le enseñén a mí esposa el camino .

—Sí ,ya escucharon, Keith ayuda a la señora a guardar sus cosas y las del señor, en el armario— la sirvienta hizo una reverencia y le guío el caminó a Katherine. Mientras otro sirviente cargaba las maletas.

Al llegar al segundo piso Katherine se sorprendió por la vista, todo estába completamente ordenado.

—Se ve muy hermoso, todo, la vista es hermosa.

—El señor se encargó de diseñar está casa personalmente—. Dijo el sirviente y salió, al cuál llamaremos Dante.

—¿En serio? , ¿él diseño ésto? —Pregunto Katherine sorprendida.

—¡Por favor! No me diga usted que no sabe que el señor Shen hace muy bien todo—. Respondio Keith mientras se tocaba el cabello y sacaba todo de las maletas y lo ponía sobré la cama de mala gana.

—Ah, podrías dejar la ropa en el armario he ir por un vaso de agua, tengo sed.

—¿Por q5ue no lo hace usted misma? ¿tiene manos, no?—Le dijo Keith.

Katherine se sorprendió, ¿Qué había hecho ella cómo para que una simple sirvienta le hablara así?—. Por que mí esposo es tu jefe y yo tengo todo el derecho a mandarte siempre y cuando trabajes aquí ,si no te gusta te puedes ir—. Katherin no iba a permitir que alguien le hablase así, se había dado cuenta que desdé que llegó ella la miraba mal.

Pero ,que se atreviera hablarle así ,era otra cosa totalmente diferente. Ya ni Lupe le hablaba así y eso que tenía todo el apoyo de Alex ya que Lupe trabajaba para él desdé mucho tiempo.

—Esta bien ,señora, iré a traer el vaso con agua—. Pronuncio Keith a regañadientes y salió de la habitación

—Señor, ya me contó Lupe lo que pasó y que al parecer ella no sabe y no recuerda nada de nada, pobre chica, solo no quiero que la lastimé como la última vez un día antes del insidente.

—No te preocupes no lo haré.

—Mas le vale joven porqué se que la amaba desde pequeño, y el amor entre ustedes dos era tan puro hasta ese día en el que se vieron obligados a dejare. —La voz de Marian reflejaba tristeza. Keith que acababa de bajar las escaleras escucho voces que provenían desdé la cocina, se acercó y escucho más.

—Eh dicho que no lo hare—. Era la voz de Alex.

—Quiero preguntarle algo ¿usted la ama?

—Si no la amará no habría comprado esta playa para poder reunirme con ella. —Keith se emociono, creyendo que era ella de la que hablaban.

—Mi intuición nunca sé equivoca ya sabía que usted la amaba tanto que no puede vivir sin ella al igual que ella sin usted, un día antes de que usted se fuera al extranjero incluso vino aquí, le vasto con mirar el mar—Otra sirvienta se acercó y le pregunto a Keith 

—¿Qué haces?, no sabes que al joven Shen no le gusta que anden de metiches en sus asuntos.

—Yo solo vine por agua me mandó la señora.

—Cerca de la pared no hay, pero si en el comedor, ahora ve.—Keith ya no pudo escuchar más y se fue, sintiéndose feliz.

Keith conoció a Álex cuando el tenía 17 y no pudo sacarlo de su mente, sin embargo lo que acababa de escuchar le recordó a la primera vez que lo vio el estaba cerca del mar lanzando piedras al agua y de pronto miro a su dirección, tenía una sonrisa después de verla, o al menos eso pensó. 

No tenía que obedecer más a la esposa de Alejandro ¿o sí?, tenía que retarla y quitarle su lugar.

En la cocina Alex y Marian siguieron con la conversación

— y las rosas rojas para que sus ojos se iluminarán, sin embargo regreso totalmente diferente y de ese joven que solía reír con sólo pensar en ella ya no queda nada, ahora es alguien frío, sólo espero que usted recupere el tiempo perdido y vuelva hacer como el de antes.

—Lo mismo quisiera yo pero tengo muchas cadenas atadas, en las que se incluyen lo que le pasó ese día a mí esposa.

—Señor ¿por qué no le dice la verdad ya?, y ustedes luchan por su amor, antes de que alguien de ustedes salga lastimado.

—Porque ahora, no es el momento y puedo lastimarla, por eso digo que tengo muchas cadenas incluida su perdida de memoria ,fue mí culpa que ella se lastimara, al caer al agua ,debí de protegerla ,pero no pude.

—Usted acababa de recibir un disparo, el día anterior ,no es su culpa, además usted peleo contra varios hombres incluso su herida se abrió después de que lo encontramos y también cayó al mar para salvarla ¿aún así seguirá diciendo que es su culpa? Pues no lo es y usted le debe de decir ya antes de que haiga un malentendido.

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