Capítulo 1:

Tiempo atrás…

Roma, Italia (7:00 a.m.)

Despertar temprano nunca ha sido uno de mis fuertes, todo lo contrario, es una pesadilla cada vez que debo levantarme antes de las 9:00 a.m. pero no tengo de otra cuando se trata de ir a la universidad.

Nada más sonó la alarma de mi celular tuve que abrir mis ojos, no me atrevo a desplazar la alarma 5 minutos más o caeré rendida en los brazos de morfeo nuevamente y esta vez no habrá alarma que me despierte.

Ya sé, están pensando ahora mismo que soy la chica más perezosa, pero amo dormir ¿Qué les digo? Es algo esencial en mi vida.

Cuando ya estoy lista para empezar el día mentalmente, me levanto directo a mi cuarto de baño para comenzar a prepararme. El día de hoy es mi primer día en la universidad y no quiero llegar tarde, sí, amo dormir, pero soy una chica muy responsable cuando de estudios se trata, por lo que tampoco me permitiría a mí misma el lujo de faltar y tener inasistencia en mi primer día de clases y menos ahora que estoy entrando en mi primer año de universidad.

Estudiaré Administración de Empresas, se preguntarán ¿Por qué administración de empresas?, pues bien, para comenzar voy a presentarme.

Mi nombre es Celestia Antonella Lombardi Diamantis, pero me gusta que me llamen más por mi primer nombre. Hay personas que prefieren ponerle un diminutivo a mi nombre, o como dicen ellos para “entrar más en confianza”, por lo que la mayoría de las personas que me conocen y mi propia familia me llaman Cele. Tengo 17 años.

Soy la hija primogénita de mi familia, los Lombardi Diamantis, una familia italiana-griega millonaria de empresarios. La empresa de la familia se dedica a la venta de productos de belleza y limpieza personal por parte de mi padre quien es el propietario y presidente de la organización, y por parte de mi madre, quien es diseñadora de modas, la empresa también se dedica a la confección, diseño y venta de vestuario. Mi bisabuelo, Giulio Lombardi, inició la empresa cuando el abuelo, Luca Lombardi era niño y cuando él creció y se graduó de la universidad le pasó la dirección total de la empresa familiar, y él hizo lo mismo con papá, años después mis padres se conocieron, se enamoraron, formaron su familia y mi madre aportó su granito de arena a la organización de lo que ella había estudiado en la universidad.

Es por eso que papá me recuerda siempre que puede que yo algún día debo tomar la presidencia general de la empresa cuando me gradúe de la universidad, es por ello que voy a estudiar Administración de Empresas.

Se preguntarán ¿Cele, y porque no estudias algo que te haga feliz, algo que te guste?

Pues bien, no quiero que crean que mis padres me obligan a estudiar administración por la empresa familiar, aunque pareciera que sí, es todo lo contrario, yo lo hago porque es lo que me gusta realmente, además la empresa familiar es un plus. Yo amo todo lo que tiene que ver con el ambiente empresarial, simplemente me encanta, puedo decir que es lo mío, por lo que lo considero un doble premio.

Ahora volviendo al tema de la universidad, hoy que es mi primer día de clases me siento algo nerviosa, bueno, para qué mentirles, estoy muy nerviosa, no sé cómo me irá no solo este día, sino que todos estos 5 años que deberé estudiar mi carrera. Aunque no lo crean, por pertenecer a una familia adinerada y de la alta sociedad no soy inmune a mis emociones, a mis pensamientos, a mi personalidad.

No soy una chica demasiado social, más bien soy una chica con gustos que a muchas personas no les gusta, un ejemplo de ello es que soy fan número uno de la luna y las estrellas, amo la lluvia y más cuando estoy en casa, puedo disfrutarla viéndola desde mi ventana o puedo dormir una siesta porque me parece que su sonido es deliciosamente relajante, no me gusta salir demasiado y muchos piensan que soy aburrida solo porque me gusta quedarme en casa la mayor parte del tiempo, pero es que en casa puedo hacer cosas que a mí me gustan y eso es lo que no entienden, otra de las cosas que me encantan es escuchar música mientras leo un buen libro y contarles luego a mis padres o a mis primas sobre lo que leí y como me llegué a enamorar del protagonista masculino por no se cuanta vez más, soy amante al chocolate aunque es una tristeza que no pueda comerlo seguido porque mi cuerpo rápidamente lo transforma en barros y espinillas lo cual detesto demasiado porque no puedo disfrutarlo, además que me gusta escribir historias o novelas, amo que mi imaginación vuele, me siguen gustando ciertas cosas relativas a las princesas como las tiaras, los vestidos pomposos al estilo princesa y con brillos, sí, amo todo lo que brilla, desde las joyas, hasta los pintauñas con brillitos, todo lo que tenga brillo me fascina y mis colores favoritos son el lila y el rosa, ya que son colores pastel y me parecen de lo más lindo.

Creo que podría seguir contándoles de mí y mis gustos, pero creo que nunca terminaría y tampoco quiero aburrirlos, ya que para muchos mis gustos son simples y aburridos, o demasiado ostentosos e infantiles. Y como les decía, no soy una chica muy social, soy demasiado tímida y me cuesta entablar conversaciones o hablar en público, puedo hacerlo si la situación lo amerita, pero si hay posibilidades de que eso no ocurra para mi mucho mejor.

Es por ello que estoy nerviosa, no sé cómo me llevaré con mis catedráticos o mucho peor, con mis compañeros de clase. Estoy que tiemblo de los nervios.

Luego de pensar en todo lo que puede acontecer en este día y terminar de arreglarme me dirijo a la puerta de mi habitación para salir y bajar por las escaleras hasta la cocina, en donde me encuentro con Bethania, nuestra ama de llaves.

­-Buongiorno Bethania – La saludo animadamente

-Signorina Celestia, buongiorno, la veo muy alegre el día de hoy – Me sonríe amablemente

- ¡Lo estoy! Es mi primer día de universidad, no se te olvide, hoy comienzo una nueva etapa de mi vida– La veo mientras me acerco a mi silla en la mesa del comedor para desayunar

-Me alegro tanto de que se sienta emocionada de poder comenzar la universidad signorina, ha crecido tan rápido, trabajo aquí desde que su hermano y usted eran solo unos niños, ahora son todos unos jovencitos y pronto serán todos unos profesionales graduados de la universidad – Sonrió con nostalgia

-Bethania no digas eso, me harás llorar – Le digo sonriendo de la misma forma – y además, ¿cuántas veces tengo que decirte que no me trates de usted y que no me digas signorina?

-Pero signorina Celestia...

-Pero nada Bethania, tutéame y llámame Cele, es una orden – Le sonreí abiertamente

-No estoy segura mía bambina, usted sigue siendo la figlia de mis jefes

-Pues a mí eso no me importa, quiero que me llames Cele y que dejes de tratarme de usted – La miré seriamente – Sabes muy bien que has estado aquí desde que tengo 5 años y no quiero que conociéndonos tantos años ya me trates de usted o digas mi nombre como si fuera la principessa de Inglaterra.

-Pues para mí lo eres mía bambina, eres mía piccola principessa, no me importa si de Inglaterra, España o Italia, para mí siempre lo serás– Me sonrió y me acarició mi mejilla derecha, fue un gesto tan tierno y noble de su parte que no pude evitar corresponder a su sonrisa y a darle un beso en la palma de su mano en muestra de mi cariño y respeto hacia ella.

Bethania Fiore es nuestra ama de llaves desde que cumplí los 15 años, fue nana de mi hermano y mía desde que yo tenía 5 y mi hermano 3 años, pero al crecer mi hermano y yo dejamos de necesitarla como nana, pero para que ella no se fuera de nuestro lado y para que tampoco quedara sin empleo, Giorgio y yo les pedimos a nuestros padres que la pusieran como ama de llaves, además de que ella ya tenía la absoluta confianza de mis dos padres para cuidar de nuestra casa y encargarse de todo el personal. Por lo que después de unos días de pensarlo bien, aceptaron. Han pasado 2 años desde que ese momento aconteció y Bethania ha demostrado ser leal, cuidadosa y una excelente ama de llaves.

Luego de que Kimberly me sirviera mi desayuno lo devoré, había amanecido con hambre el día de hoy, o quizás es la ansiedad que cargo por mi primer día de universidad, solo espero no estresarme.

Oh esperen, olviden lo que dije antes, estar ansiosa me estresa, así que sí, ya me estresé y no he llegado ni al campus.

Cuando termino de desayunar regreso a mi habitación a lavar mis dientes y revisar que mi maquillaje y cabello no se hayan desarreglado, mi outfit de hoy es simple, una licra de tela gruesa negra, con una blusa beige de manga larga y mis botines negros con tacón corrido. Mi cabello va al natural, es decir que va suelto con ondas y me coloqué una diadema con brillos color beige para adornar mi cabellera. Tomo mi mochila de Le Bolshá color rosa pastel y bajo nuevamente para salir al patio delantero a esperar a Marco, nuestro chofer, y así poder ir a la Universidad.

Considero que no voy tan arreglada como a mi madre le gustaría y por eso al bajar y encontrarla desayunando con papá en el comedor me saluda dándome los buenos días y preguntando por mi vestuario.

-Buenos días, tesoro mío – Saluda sonriendo y dándome un beso en la mejilla – ¿Ya vas para la universidad? ¿Y vas a ir así vestida? – Me pregunta con el ceño fruncido.

-Buon giorno madre, si ya voy de salida – Sonreí mientras iba a darle un beso de saludo y despedida a mi padre quien me sonrió para dedicarme los buenos días. – y sí madre, así iré a mi primer día de clases, por favor no me digas que me cambie porque no lo haré, te amo, pero la universidad no es una pasarela de modas para ir como que fuera una de las modelos.

-Me alegra mucho ver mía bella vita que ya vas para tu primer día de clases, estoy seguro de que serás de las mejores estudiantes de la mejor Universidad de Roma. – Sonríe orgulloso y besando el dorso de mi mano – y tiene razón mi amor, la universidad no es para que vaya como una modelo, así como vas de simple y sencilla mía vita, vas hermosa, cómoda y muy bien vestida. – Mamá solamente sonrió y negó con la cabeza al ver la complicidad entre mi padre y yo, pues él siempre me apoya en todo lo que a mí me gusta, como en este caso, ir a la universidad lo más cómoda y sencilla posible.

-Eso espero padre, prometo hacer todo lo posible y estudiar mucho para lograr tener excelentes calificaciones

-Muy bien mi bella principessa, vete ya para que no se te haga tarde – Sigue desayunando y yo me dirijo a mi madre para despedirme dándole un beso en la mejilla y un abrazo.

Mis padres son cariñosos, amorosos, comprensivos, pero también les gusta que seamos personas de éxito en todo lo que hagamos y una de esas áreas son los estudios. Por ello cuando se trata del área escolar de mi hermano y mía son muy estrictos en solicitarnos ser excelentes estudiantes, y papá sabe que yo daré todo de mí para lograr lo que me pide él y mamá.

Mi hermano actualmente se encuentra estudiando en un internado muy prestigioso de Roma, en el cual no todos pueden entrar, pero él lo logró por las excelentes calificaciones que obtuvo en la etapa primaria de su educación y estudiará ahí los 3 años de su etapa básica, por lo que lo veo solo los fines de semana, pero aunque no lo crean, él se siente muy feliz de estar en ese internado, ya que ahí se encuentra jugando en el equipo de soccer, el deporte que a él tanto le encanta y nuestros padres le accedieron el permiso como premio por su buen rendimiento escolar, por lo que cada fin de semana que viene me cuenta lo emocionado que está de poder jugar junto a sus amigos del internado. Lo extraño en ciertas ocasiones, ya que él y yo somos bastante unidos y nos ayudamos en todo lo que necesitamos, por lo que no tenerlo cerca en los momentos que lo necesito es bastante difícil para mí. Y sí, hay veces que nos peleamos, pero siendo hermanos es normal, por lo que al rato ya nos estamos riendo de nuestras absurdas peleas.

Cuando llego al frente de la casa Marco ya me está esperando con la puerta abierta de la camioneta negra, por lo que entro a ella y me abrocho el cinturón. Saco mis audífonos y mi celular para escuchar música en lo que llego a la Universidad de Roma. Papá se siente orgulloso de que pudiera entrar en esta universidad, ya que no todos entran y por ello debo aprovechar al máximo todo lo referente a ella.

Mientras escucho música clásica, el Vals de las Flores de Tchaikovsky para ser más específica, voy viendo por la ventana de la camioneta como Roma va despertando, faltan 15 minutos para que empiecen las clases y estoy a punto de llegar. Las clases en esta universidad comienzan a las 8:30 a.m.

La música clásica me encanta, me relaja y me ayuda a concentrarme, además de que es la música que se utiliza en las clases de ballet, soy bailarina de ballet, pero solo lo tomo como un hobbie, asisto a clases de ballet en una academia desde los 8 años.

Cuando llegamos y la camioneta entra por el campus de la Universidad de Roma me quedo petrificada en mi lugar, sin saber qué hacer, qué sentir o qué pensar.

Cuando Marco abre mi puerta frente a la facultad de Administración de Empresas que se alza frente a mí siento que me voy a ir de espaldas, ya que además de ser un edificio gigantesco, la luz del sol mañanero que impacta contra él hace que me cause escalofríos con solo verlo.

-Que tenga un buen primer día de universidad signorina Lombardi – Dice Marco para luego sonreírme, cerrar mi puerta cuando me encuentro ya fuera de la camioneta y dirigirse a la puerta del conductor para arrancarla e irse del campus de la universidad.

Respiro profundo 3 veces y miro el edificio con algo de temor y ansiedad.

-Bueno, este será un largo día – Comienzo a subir las escaleras para entrar a la facultad con los nervios a flor de piel, esperando que este día sea bueno.

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