Capítulo 7

Al llegar al lugar en donde María había propuesto, Nathe sintió el peso del pasado sobre sus hombros, y aquellos recuerdos lo bombardeaban sin perdón. Era un lago hermoso que a la luz de la luna se veía mágico, alrededor estaba lleno de pasto verde y margaritas por todos lados, Alex se sentía fascinada al ver todo aquello, y Caroline de inmediato sonrió y comenzó a quitarse la ropa quedándose en ropa interior, Alex al ver eso sabía lo que significaba.

Cuando eran más pequeñas solían escaparse por la noche y cerca de su casa, a unos veinte minutos estaba un río, acostumbraban jugar y mojarse, era como un ritual, aquella añoranza hizo que Alexandra también comenzara a desvestirse, solo que ella se quedó con una blusa de tirantes color blanca, que traía por debajo de la ropa, siguió a su hermana y ambas se metieron al agua.

— ¡¿Pero qué les pasa?! —grita indignada María.

—Se divierten, eso es todo.

—Eso quiere decir que apruebas su comportamiento, te desconozco Nathe —María lo mira fijamente con diversión—. Aunque debo admitir que me excita mucho esta nueva etapa que desconozco de tu vida.

Nathe observa como Alexandra y Caroline están tan entretenidas en lo suyo, así que toma bruscamente del brazo a María y la lleva a un lugar más apartado de ahí, atrás de unos arbustos enormes, sin darse cuenta que Alex veía todo.

— ¿Qué es lo que traman tú y mi madre? —pregunta Nathe furioso.

—No sé de lo que hablas —María suelta una risotada.

—Claro que lo sabes, mi madre te mandó llamar para arruinar mi vida y alejarme de Alex —la mirada de Nathe por primera vez era fría y calculadora, una mirada que incluso Alexandra no conocía—. ¿Cuánto te pagó?

—Me ofendes Nathe, ¿cómo estás tan seguro que tu madre me llamó?

—Porque ella no aprueba mi relación con Alex, y haría lo que sea para lograr su objetivo, sabes bien que solo le importa el dinero —Nathe estaba perdiendo la paciencia.

—Si ese fuera el caso, que no lo es, ¿no crees que las madres siempre tienen la razón?

—Mi madre nunca ha tenido razón en nada, al menos que siempre exista dinero de por medio.

—Creo que si eso fuera cierto, esta vez deberías hacerle caso a tu madre —María se acerca un poco más a él— para ser honesta sí, tu madre me llamó, me quiso pagar pero lo rechacé.

— ¿Por qué? —Nathe abre los ojos como platos.

—Porque me interesas.

Aquellas palabras quedaron flotando en el aire, y como filosos cuchillos atravesaron el corazón de Nathe, sin saber lo que vendría después, y aquellas imágenes del pasado volvieron a su mente, él era feliz, realmente era muy feliz a su lado hasta que ella...

—Eso es agua pasada —Nathe da dos pasos atrás.

—El agua siempre regresa a su lugar de origen —María se acerca más y más.

Nathe se sentía acorralado, en ese momento María es más rápida y se acerca a él, lo besa y por unos segundos Nathe se maldice al quedarse quieto, sentir sus labios sobre los de él le dolió, pero una pequeña parte de su corazón, sintió nostalgia y lo deseó.

— ¿Qué haces?

Una voz, aquella voz lo sacó de su engaño y se alejó de María, y sus ojos azules se clavaron en los de Alex, quien se veía hermosa, mojada de pies a cabeza, sus labios carnosos lo invitaban, la blusa se le había pegado al cuerpo, pero al ver que Alex no lo estaba viendo a él, ni a ella, sintió un ligero escalofrío, la mirada de su chica misteriosa estaba colocada detrás de ellos. Entonces Alexandra da un paso adelante y se escuchan muchos flashes.

Nathe voltea furioso y se da cuenta de que están rodeados en cuestión de segundos por muchos paparazzi, tomaban fotos y grababan todo. En ese momento Alexandra se da la media vuelta para recoger sus cosas, se sentía de un modo que jamás había sentido, un dolor en su pecho comenzó a recorrerle por todo el cuerpo y sintió ganas de llorar sin saber por qué, realmente.

Tomó sus cosas mientras observaba como su hermana menor hacía lo mismo y se dirigía al auto, en donde los estaba esperando el chofer y dos hombres de la seguridad de Nathe.

Alexandra aceleró el paso mientras escuchaba de fondo como bombardeaban a Nathe y a María con preguntas incómodas. Ella estaba a punto de llegar pero a unos dos metros salió un paparazzi con una cámara y enseguida una reportera guapa.

—Alex, ¿qué piensas de que Nathe se hubiera besado con su ex novia?

¿Así que todos sabían que eran novios? Alexandra aguantó las ganas que tenía de llorar y quiso ignorarla.

—Se besaron, ¿qué piensas de eso?

Enseguida salieron más reporteros para atacarla con más preguntas.

—¿Qué sientes en este momento al ver como Nathe te engañaba con su ex novia?.

Miedo

—Ella es guapa, ¿crees que Nathe la elija a ella? —atacó otro reportero.

Corazón roto

Nathe a lo lejos veía como rodeaban a Alexandra y sintió un miedo enorme, por lo que aceleró el paso con ayuda de tres de sus hombres de seguridad, que se encargaban de ayudarlos y abrirles paso, mientras María se colgaba de su brazo como lapa, e intentaban pasar.

— ¿Vas a terminar con Nathe?

— ¿Sientes que eso afectó su relación?

—Besó a su ex ¿crees que siente algo por ella?

— ¿Le permites esa clase de comportamiento?

— ¿Tu y Nathe terminarán?

Alexandra comenzó a sentirse acorralada, tenía náuseas y lo único que quería era llegar a la seguridad del auto, se mordió el labio inferior, y un miedo horrible se apoderó de ella.

— ¿Que sientes al saber que Nathe se ha besado con su ex novia, una con la que se pensaba casar? —pregunta una reportera con cara de maldad y una enorme sonrisa en los labios.

Aquella pregunta despertó en Alexandra algo que había enterrado por algunos meses; la realidad.

Nathe ya estaba llegando para salvar a Alex pero en ese momento ella se volteó, se puso firme y con la mirada fría y distante, misma que tenía cuando la conoció, le echó un vistazo a él y después a la reportera que le había hecho esa pregunta.

—Nada —la voz de Alexandra no temblaba ni un poco—. No siento nada porque Nathe y yo no somos novios.

"No somos novios"

"No somos novios"

"No somos novios"

"No somos novios"

"No somos novios"

Aquellas palabras golpeaban el corazón de Nathe.

—Alex —susurra él.

—Con su permiso, tengo que retirarme, son a ellos a quienes buscan —Alex se da la media vuelta con el corazón roto y con unas ganas inmensas de llorar.

¿Por qué no lo vio antes? Ellos... Ellos tenían historia, y por mucho que fuera una trampa, creyó que Nathe era lo suficientemente inteligente como para ver que todo lo había tramado su madre y ella, María, Alex se había dado cuenta en cuanto la vio, pero pensó que Nathe también se dio cuenta, y cuando observó cómo se alejaban, vio varias sombras entre los arbustos, cuando salió del agua y caminó hasta allá, pudo escuchar algunas cosas, y luego pasó todo.

Alexandra se dirige al auto y entra, enseguida llegan Nathe y María agarrada de si brazo, él la ve con dolor en los ojos pero Alex decide ignorarlo. No sabía porque se sentía de esa forma.

— ¡Cielos! —grita María mientras él auto se aleja—. En verdad creí que eran novios.

— ¡Lo somos, carajo! —Grita Nathe fuera de si—. Lo somos, somos novios, somos...

—Nada —susurra Alex.

Todos guardaron silencio en el auto, mientras que en el lago se marchaban poco a poco los paparazzi con sus notas y vídeos. Todos menos alguien, aquella mujer que le había hecho la última pregunta, estaba quieta en aquel lugar, viendo el agua, tranquila, hasta que suena su celular.

— ¿Hola? —pregunta con una enorme sonrisa, sabía quién era.

Todo estaba planeado, y todo había salido a la perfección.

—Sí señora, todo salió tal y como lo pidió, mañana mismo estará todo en primera plana, a primera hora del día.

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