Capítulo 3

Alexandra sintió un alivio al escuchar esa noticia, se sentía muy culpable por su separación.

—Eso es bueno.

—Sí.

Nathe se pone de pie y comienza a pensar que hacer, ya le había pedido perdón, pero no tenía idea de cómo pedirle que las cosas fueran como antes, una ola de miedo envuelta en nerviosismo se cruzó por todo su cuerpo, los latidos de su corazón comenzaron a acelerar su paso, incluso se podía dar el lujo de afirmar mentalmente que le sudaban las manos, pero al verlas comprobó que solo era imaginaria aquella sensación.

— ¿Entonces podremos ser novios de nuevo? —Alexandra se atrevió a dar el paso primero.

—Lo mismo estaba a punto de decirte —Nathe abre los ojos como platos.

—Bien, pues...

Nathe ya no pudo resistir, se acercó a ella y tomándola de la cintura suavemente, juntó sus labios con los de ella, Alex respondió a su tacto, y poco a poco le dio entrada a la lengua de él, quien al sentir aquello, Nathe se sintió excitado, no dudo en acercar más su cuerpo, y una cosa llevó a otra cosa, terminando encima de ella sobre el sillón, Alexandra abrió las piernas sin pensar y Nathe se colocó en medio, ambos podían sentir su sexo, el miembro de Nathe estaba endurecido, lo que hizo que creciera un enorme deseo en su interior.

De principio Nathe no hizo gran cosa, no pensaba estropear el momento, pero sus besos fueron poco a poco en aumento, Alex tenía miedo, y rápidamente las imágenes y recuerdos de lo que le hicieron Berth y sus compinches, hicieron que estuviera a punto de empujarlo, ¿qué le pasaba?, no era la primera vez que hacían eso, un juego sexual que nunca llegaba a más, pero entonces volvió a la realidad al escuchar la voz de Nathe.

—Te deseo Alex —le susurra él al oído con voz dulce.

—Nathe —suelta ella.

— ¿Sucede algo malo? —él se detiene para colocar la mirada más tierna que solo tenía para ella.

Alexandra se muerde lentamente el labio inferior, volviendo completamente loco a Nathe, quería morder, lamer, besar, todo con esos labios, y le cruzó como algo fugaz una perversión que para los hombres era satisfactorio, su boca alrededor de su...

—Vayamos a la habitación —dice finalmente ella.

— ¿Estás segura?

— ¿Acaso tú no quieres? —le pregunta Alex, ella necesitaba borrar de su mente todo lo que le hicieron y quedarse solo con lo que le dejara Nathe.

—Claro que quiero hacerte el amor, pero no es el momento, no vengo preparado y...

—Tienes razón, disculpa mi atrevimiento —Alex vuelve a optar la misma actitud fría y un poco hostil de siempre, empujándolo un poco para que se pusiera de pie y estar liberada de sus brazos y sus caricias.

—Alex —Nathe la mira fijamente sin ceder a alejarse de ella—. No quiero que mal entiendas las cosas, te deseo, quiero hacerte el amor, hacerte mía, pero no aquí, no ahora, quiero que sea especial, tratarte como se debe, y que sea en otro lugar, no en un hotel de lujo en donde la mayoría hace las cosas aquí.

Lo que decía Nathe tenía sentido, estaba a la defensiva pero al escuchar sus razones se tranquilizó y sin pensarlo sonrió.

—Me parece bien, quiero que sea en un sitio especial, único entre los dos —afirma ella.

—Y lo será, solo dame un poco de tiempo, yo soy el que más ganas tiene de... —Nathe se sonroja al pensar en lo que le quería hacer a Alex, cosa que le pareció un poco extraño, no era su primera vez, ya había estado con distintas chicas, incluida su ex, pero con Alexandra era diferente—. Bueno, tú me entiendes.

—Creo que sí, ahora te puedes ir si quieres —le propone Alex poniéndose de pie.

—Olvídalo, me marcharé pero contigo y con Caroline, tu hermana siempre habló conmigo, sabía que me extrañabas.

—Eso es muy petulante de tu parte.

—Puede ser, pero ya habrá tiempo para todo, he cancelado tres conciertos por depresión, nunca pensé que tú me pondrías así —Nathe encoge los hombros como si lo que estuviera diciendo no tuviera importancia alguna.

—Tengo que encontrar a mis verdaderos padres, no me puedo quedar de brazos cruzados.

—Yo las ayudaré, lo prometo, en cuanto termine los pequeños compromisos con la disquera estos días, contrataré a más detectives para investigar, son los mejores y estoy seguro de que encontrarán a tu verdadera familia —le asegura Nathe.

Alexandra se quedó callada unos segundos, estaba poniendo en una balanza todo lo que conllevaba a esperar, los pros y contras de cada situación, y no le pareció tan malo esperar unos días más, después de todo ya había esperado muchos años, eso no la mataría.

—Bien, tú ganas, solo unos días.

—Eso quiere decir que aceptas ser mi novia de nuevo ¿cierto? —Nathe traga saliva esperando la última respuesta de Alex.

—Sí, pero tendrás que hacer muchas cosas, y en eso está incluido el encontrar a Brandon.

—Todo lo que me pidas, de verdad.

Alexandra estaba a punto de decir algo cuando de pronto alguien entró por la puerta, se trataba de Caroline, y detrás de ella estaban seis hombres que pertenecían a los servicios de Nathe, algunas veces los llegó a ver en la casa de él.

—He vuelto hermanita, estos hombres nos ayudarán a llevar las maletas, a estas alturas supongo que ya arreglaron sus cosas y que aceptaste regresar a tu trabajo como compositora de Nathe y regresar a su hogar, bueno el que será en lo que termina su gira aquí.

—Vaya patito, me tienes muy sorprendida.

—Lo sé, y es mejor que nos demos prisa, Nathe prometió que nos llevaría a cenar a un lugar excelente, y no quiero llegar tarde.

Y diciendo esto Caroline tomó la mano de su hermana y ambas fueron a empacar sus cosas, pasados unos cuantos minutos, ya estaban por subirse a la camioneta de Nathe, pero en ese momento alguien lo llamó, se trataba de una chica morena, alta, de pelo rizado y nariz de bruja, pero guapa e irradiaba una frescura natural y estaba muy bien dotada de cuerpo.

— ¡Oh, Nathe! —la chica se acerca a él y sin aviso alguno lo abraza.

— ¿María? —él abre los ojos como platos.

Entonces Alexandra se mete a la camioneta aventándole una mirada fría a Nathe y cerrando la puerta de golpe, las cosas se estaban poniendo un poco tensas, y para rematar un día de sorpresas, su celular comienza a sonar, y al ver la pantalla una sonrisa se dibuja en sus labios.

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