Perfectamente Imperfecto
Perfectamente Imperfecto
Por: Alexa Grey
1. La competición

NOA

Un conjunto de luces blancas ilumina el estadio entero, entrecierro los ojos ante ese inesperado cambio de luz, que hasta hace unos momentos se encontraba casi en la penumbra. Varios jinetes pasan desfilando a pie junto a sus caballos, y se paran ante el juzgado.

- ¿Ves a Becca? – dice mi acompañante en voz baja, todo el mundo se ha callado para no poner nerviosos a los caballos.

- Es la segunda, empezando por la izquierda. – apego mi cuerpo al de Adrien y le señalo - Va a montar a Brabante, uno de los caballos que tengo en el centro.

Me encuentro en el Real Club Pineda de Londres, donde mi mejor amiga va a competir. A mi lado tengo a Adrien, mi superior en la hípica donde trabajo, un chico rubio, alto y pijo de narices. Pero me ha ayudado en más de una ocasión, así que no me queda otra que soportarle.

 Las miradas que recibo por parte de otros espectadores son notorias, miro sus vestimentas y la de Adrien y alterno la vista en la mía. La mayoría de los hombres van con esmóquines y las damas con faldas de tubo, sombreros enormes o vestidos casi de gala. Veo ropa costosa a doquier y no me hace falta saber qué marca es para comprobarlo. Yo, en cambio, he tenido que esforzarme en ponerme lo más adecuado para el momento.

Adrien se gira hacia mí y nota la mueca de incomodidad en mi cara.

- No te preocupes – sus ojos azules se clavan en mí gentilmente dedicándome una sonrisa -, lo que importa es que estás aquí por Becca. No tienes por qué preocuparte de lo que piensen los demás.

Le devuelvo la sonrisa, agradeciendo sus ánimos. Solo espero no estropear el vestido azul que Becca me ha dejado, uso una talla más que ella y no quiero ensancharlo. Pido en susurros no tener tan mala suerte de romperlo o ensuciarlo.

- Además…- chasquea los labios y suspira mientras da un vistazo rápido a mi vestido y veo lo que apenas parece ser una mueca-, no se nota mucho que es ropa barata, tu cara bonita lo compensa. Si supiera que la gente hablaría a mis espaldas no hubiera accedido a venir.

Y aquí íbamos de nuevo. Su tono de voz indicaba pena, muchas veces se lo había demostrado.  A veces por eso me ayudaba, y no solo porque se sienta atraído a mí. Odio cuando hace comentarios fuera de lugar y solo piensa en sí mismo.

- Eh…- le miro, incómoda, y una grave voz interrumpe mis pensamientos.

- ¡Damas y caballeros! – un hombre habla a través del micrófono, reproduciéndose por todo el estadio -, nos encontramos, de nuevo, ¡en el Real Club Pineda! Es un honor presentar una vez más este certamen, en el que si nada va mal… ¡Este será el vigésimo certamen!

Los aplausos suenan con fuerza y yo miro a Rebecca, que da la sensación de que tiene todo bajo control y yo sé que por dentro está hecho un manojo de nervios, al igual que los demás concursantes. Le sonrío y le doy ánimos a pesar de que no puede verme ni oírme.

El concurso comienza, los concursantes van saliendo, con un tiempo límite de quince minutos cada uno. Becca está tan nerviosa que ha indicado mal a su caballo y ha fallado en un salto. El resto de circuitos los hace casi perfectos.

- Tengo la sensación de que Charles va a ganar el primer puesto. Ese mocoso es un niño mimado, pero tengo que reconocer que su técnica es muy limpia. - comenta Adrien.

- Rebecca le tiene mucho odio. – sonrío al recordar la de veces que ha hablado de él, chillando.

- Tu amiga odia a todo el mundo. – dice mirándome con los brazos en jarras. - ¿Qué persona le cae bien aparte de tú?

Me río sutilmente, tiene razón. Pero porque Becca selecciona bien sus amistades y no deja pasar a cualquiera a su vida. El sonido de un concursante cayéndose del caballo me hace sentirlo por él, pues por esto lo pueden desclasificar de la competición.

Una hora y media más tarde, dan los resultados, y tal como predijo Adrien, Charles quedó primero. Becca, quedó en cuarto puesto.

Me reúno con mi amiga y le doy un abrazo enorme. La alegría que desprende es notoria.

- No me lo puedo creer, que de veinte participantes haya quedado en el top cinco. – me coge de las mejillas y me empieza a dar besos. – Todo es gracias a ti y a tus clases extras.

- ¿Ahora agradeces que fuera tan pesada contigo? – enarco una ceja, sonriendo con malicia.

- ¡Síii!

Adrien aparece ante nosotras sujetando a Brabante, el purasangre alazán. Saco una manzana del bolso y se la tiendo mientras acaricio su cuello.

- Te lo has ganado, campeón, lo has hecho fenomenal. – y en cuatro bocados se zampa su golosina favorita.

Adrien nos coge a ambas de los hombros e intercala sus miradas entre nosotras, aun con su pelo perfectamente engominado. Sonríe ampliamente y nos dice:

- Chicas, esto hay que celebrarlo. Esta noche vamos al Black Life.

Nos miramos ella y yo, con los ojos muy abiertos.

- ¿Hablas de una de las mejores discotecas de Londres? – dice Becca más como afirmación.

- Así es. Invito yo. – suelta nuestros hombros y acomoda su polo metiéndoselo en los pantalones. – Además, tengo asuntos pendientes por allí.

Nos despedimos del equipo y me dedico unos minutos a hacerle mimos a Brabante, para luego irme a casa de Becca.

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo