Capítulo 4

GAEL CLAYTON

Siempre la observaba desde las sombras, la cuidaba, la protegía sin que ella supiese de mi existencia. Tuve idealizadas todas mis vidas, siguiendo la aburrida rutina al pie de la letra por casi mil años, la vi reencarnar en varios cuerpos y sin duda, esta es su mejor versión.

Enérgica, inteligente e independiente en su área; como profesional médico es fabulosa, meticulosa, preparada, honesta y sobre todo feliz. También amorosa, cuidadosa, tan gentil y dulce con los necesitados y tan valiente al enfrentar adversidades.

La vi afrontar múltiples conflictos familiares, tan positiva y tan pacientemente, leal a su familia, aunque no la apoyen, cordial con todos esos parásitos de su empresa que solo se quieren aprovechar.

Se de primera mano que su empresa está pasando por una crisis, y se con seguridad que ella lo solucionará, porque siempre lo hace. No entiendo cómo es que su padre no ve la audacia e inteligencia de su niña. Porque, aunque parezca una mujer hecha y derecha, es una niña que aun llora en las noches por ser regañada, por el estrés que acumula y me siento orgulloso porque a pesar de todo eso ella salió adelante.

Nunca intervine en su vida, está más segura lejos de mí, y sin que sepan de su existencia. Ser Rey conlleva a tener muchos enemigos, y sin duda si supieran que ella es mi debilidad, la usarían como carnada, ella es mi calma y mi destrucción a la vez.

Es por eso que nunca la busqué y aunque con su sangre y la compañía de mi alma gemela me convertiría en el ser más poderoso, prefiero mantenerla segura, y cuidándola de lejos.

Bueno, eso era hasta que Boruta la interceptó. No negaré que sentí temor de que pudiera lastimarla, y gracias a los demonios que estaba cerca.

Boruta es uno de los discípulos del Reino enemigo, los que optaron independizarse, y aunque estemos en común acuerdo, El Rey Caine busca la manera de quedarse con mi trono. Ellos son los malvados por así decirlo, los que asesinan sin compasión, y aunque nuestro instinto nos obliga a hacerlo, en mi Reino está prohibido matar.

Ese fue el motivo de que muchos de mis hijos se vuelvan rebeldes y se marcharan creando un imperio nuevo sin reglas, aunque para su mala suerte, soy más poderoso y eso logró detenerlo y firmar el acuerdo de sangre.

Y aunque parece tonto, lo hice por mi Jezebeth, por su seguridad y por su felicidad.

—¿Qué quieres decir con no soy malo y tampoco bueno? —pregunta, trayéndome a la realidad nuevamente.

Es increíble la facilidad con que se adaptó a mi presencia, y es que de hecho de eso se trata las almas gemelas, el estar juntos inspira seguridad, y aunque la confianza tarda más en ganarse, yo si confío en ella.

—Solo eso, todos tenemos un lado malvado en el fondo, y pues yo tengo uno —respondo cauteloso, tratando de no asustarla. Sé que tiene muchas preguntas, su cabeza trabaja a mil por horas formulando preguntas y creando respuestas para ella.

—Hmm, entiendo —masculla no muy segura, sin embargo, no realiza más preguntas, solo se mantiene callada.

—Trata de no alejarte de las personas, es peligroso lugares solitarios y oscuros como ese —sugiero, aunque ahora que Boruta sospecha de quien sea, su seguridad será el doble, y haré lo que temía, ponerle guardaespaldas, que la vigilarán y protegerán de entre las sombras como lo he hecho yo durante toda mi vida.

—Créeme cuando te digo que no volveré a salir sola por esos lares, más cuando sé que existe seres sobrenaturales —dice.

Me sorprende la simpleza con que se expresa, no se guarda nada, su valentía es alucinante, sin embargo, el descontrol con que late su corazón me confirma sus dudas y temor.

—Estás en tu casa, salva y segura —aviso cuando me estaciono frente mismo a su lujoso hogar; me mira interrogante.

—¿Cómo es que...? olvídalo —sonrío.

Entiendo que solo es así porque soy yo y en parte porque le inspiro seguridad, porque si fuese lo contrario estaría gritando como desquiciada. O simplemente la madurez con que se planta es sorprendente. Trato de leer su mente, pero se ha bloqueado, lo que me hace fruncir el ceño, de estar formulando preguntas ahora quedo en nada, en blanco.

La miro alejarse; no obstante, queda parada en la entrada misma, gira y me mira.

—Gracias señor desconocido —grita, a lo que yo solo asiento.

—¿No quieres saber mi nombre?

—Para ser franca, no quiero volverte a ver —dice riendo al ver mi rostro descompuesto, esperaba todo menos esa respuesta.

Bloqueó su mente, de modo a que no pueda saber que piensa, aceptó que existe seres sobrenaturales y dijo que no quiere volver a verme. Por un lado, entiendo su sentimiento de seguridad conmigo, pero por otro esperé que quisiera volver a verme.

Es inteligente mi Jezebeth

Me alejo de su hogar para irme al pequeño departamento que compre para estar cerca de ella, me adentro topándome con una extraña figura en la puerta.

Elena.

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