En un mundo donde lo que en su momento creí eran mitos, fantasías o cuentos contados para asustar a los niños, me encuentro viviendo en ello.

Todo este tiempo he vivido una mentira, ilusiones y promesas rotas, amores falsos por intereses de por medio.

Creí haber encontrado un poco de humanidad en esta vida tan fraudulenta, pero no. Las personas viven en una burbuja en donde creen que el dinero lo puede todo, y aunque así sea, no es indispensable. Y en este mundo, que es nuevo para mí, creí que era mucho mejor; no obstante, me encuentro con la sorpresa de que es igual que el mío, con diferentes intereses, pero no menos importantes. El poder.

Estoy acostada con una fiebre que no es normal en mi cuerpo, los análisis que me había hecho en el laboratorio decían que no tengo nada y, sin embargo, siento que voy a morir. Son las doce de la medianoche, la luna esta está tan arriba que si no estuviera ardiendo en fiebre la disfrutaría. Siento mi cuerpo desprenderse, el crujir de mis huesos me sobresalta, pero no grito, mi voz no está, no puedo pedir ayuda hasta que se desvanece.

El dolor desapareció, se fue y la luna se ocultó.

Observo a mi alrededor y no veo nada, mis manos están normales. Me palpo el cuerpo y todo está bien. Juraría que escuche como mis huesos se salían de su lugar y ahora, nada. Terminó.

La pregunta está presente de que fue lo que me pasó, lo que pasa y si esto se repetirá.