“Capítulo 1”Viaje a Rumania

—¿Estas son las fotos? — Céline asiente a la pregunta de su jefe Paul — Son un desastre — deja caer sus hombros y toma asiento resignada. Lleva tres días intentando hacer una buena toma a un personaje muy famoso en Francia.

—Lo siento, averiguare cuando vuelve a estar en la ciudad y tomare mejores fotos — su jefe junta sus manos y la observa con detalle, luego suspira y niega sin ella comprender sus expresiones.

—Céline, jamás habías tenido tantos errores como lo tienes ahora, desde… ese día estás muy desorientada, no haces una buena toma, no eres ni capaz de preparar una buena columna para la revista ¿Qué voy hacer contigo? — ella baja la vista y una lagrima corre por su mejilla.

—Pido disculpa Paul, te prometo que…

—Céline — Ella lo mira — No puedes seguir aquí en la revista cuando no estás centrada en el trabajo — queda sorprendía por la decisión que está tomando su jefe — No te voy a despedir, eres una de las mejores fotógrafa y columnista que tengo aquí, pero si necesito que te tomes un tiempo para ti y te repongas de tu desamor, hija, sonará muy duro pero… te dejó, te  dejó plantada en el altar, y se cuánto te duele aquella humillación, por esa misma razón te daré vacaciones — queda en silencio, la idea le parece bien, la cuestión es que si está de vacaciones estará encerrada en su casa y es lo que ella trata de evitar, no estar en ese lugar que le recuerda a su ex pareja.

Casper es el hombre con el que Céline iba a unirse en matrimonio, llevaban seis años de relación y ambos habían decidido ir mas allá y formalizar la relación ante dios. El día de la boda ella se quedó en medio del altar a la espera de que en algún momento Casper apareciera, estuvo por una hora parada ahí con la esperanza de que así seria, pero nunca lo hizo, jamás llegó, Casper se había marchado lejos de la ciudad, nadie sabe porque, dicen que se fue con una mujer, que ya no la amaba, otros que se acobardó y huyó, hasta el momento nadie tiene razón ni siquiera de donde está.

—Paul, no quiero vacaciones, lo que menos deseo es estar encerrada en casa, todo me recuerda a él — su jefe toma la manos de Celine y las presiona.

—Es mi decisión, ve a otro país, con tu madre en Rumania, yo cubro tus gastos de ser posible, hija quiero que superes a Casper, acepta mi idea — ella libera un aire de resignación, Paul ha tomado su decisión y no cambiará de opinión.

—¿Por cuánto tiempo serán mis vacaciones? — camina a la caja fuerte y saca un efectivo.

—Por el tiempo que tu consideres, no voy a presionarte — le entrega una paca de efectivo — Céline, eres como esa hija que nunca tuve, en verdad quiero que recuperes tu brillo, tu sonrisa, tu carisma, mi niña, si te vieras en las condiciones que estas, no eres tu — ella lleva cinco años trabajando para la revista “Celebrities” la relación que mantiene con el dueño es muy bonita, ella poco a poco se ganó su respeto, confianza y cariño, muchos allí sienten envidia porque de todo el personal es la única a la que el dueño protege, del resto es indiferente con todos, hasta algunos dicen cosas feas de ella, que se acuesta con Paul y que por eso es la consentida de él, pero la verdadera razón es que ella es tan dulce y tierna que ni siquiera Paul, un señor ya mayor cascarrabias pudo resistirte a los encantos de la ella, la mira como una hija, hija que jamás tuvo.

—Creo que no me dejas opción — dice.

—Me agradecerás mañana cuando ya hayas superado a Casper — se levanta, toma la cámara y lo ve por última vez, sin tener idea que las vacaciones que tomará será por un largo tiempo.

—Gracias Paul, te prometo que me recuperare pronto y volveré, espero mi lugar en esta revista este libre para mí — Paul se levanta y camina hasta ella para abrazarla.

—Siempre tendrás las puertas abiertas de mi revista, ahora ve, quiero de vuelta a esa Céline que un día entró aquí por trabajo — ella sonríe y asiente.

Céline sale de la oficina para marcharse a su casa y hacer maletas, la idea de viajar a Rumania le pareció bastante agradable, incluso va a aprovechar que su madre se encuentra aquí con ella para hacer el viaje juntas.

Ella no había ido a Rumania nunca, su madre se mudó allá cuando Céline tenía veinticinco años, su madre le propuso irse a vivir con ella pero no quiso porque su padre había enfermado y no quería dejarlo solo, así que se quedó en Francia cuidando de él hasta su fallecimiento, aun así luego de eso su madre le volvió a proponer que se fuera con ella, mas sin embargo no quiso, ya tenía su vida hecha, incluso, había conocido a ese hombre que le falló, Casper.

El llegar a su casa no le tomó mucho tiempo, ella vive a dos cuadras de su trabajo, por lo general suele irse caminando, y otras muy raras veces en auto. En cuanto entra su madre se le acerca para recibirla, el esposo de ella también hace lo mismo, Céline les pide a los dos que tomen asiento, quiere saber si se puede ir con ellos un par de meses a Rumania, sabe que ninguno de los dos se opondrán, pero aun así quiere preguntar.

—¿Sucede algo? Te noto tensa — como de costumbre cuando está nerviosa tartamudea.

—No la presiones, déjala que respire y en cuanto se sienta lista nos dirá aquello que desee — agradece a su padrastro por comprenderla.

Ella no es que no desee ir, si no que jamás se había alejado de su ciudad, y dejarlo le afecta mucho, aquí tiene sus amistades, trabajo y toda su vida, el irse para allá la hace pensar en que hará, allí no conoce a nadie más que a su madre y padrastro.

—Paul me dijo que lo mejor era que me tomara unas vacaciones, no estoy concentrada y pienso que tiene razón, quería saber si puedo viajar con ustedes a Rumania por un tiempo, es posible que estar allí me ayude a superar a Casper — su madre, Aimée, con fascinación acepta la idea, nada la haría más feliz que llegar allá con su hermosa hija.

—Para nosotros es un honor recibirte en nuestro hogar Céline, siempre serás bienvenida y siempre será tu casa también — comenta su padrastro, Mihai.

—Gracias a los dos por aceptar, iré arriba a preparar las maletas ¿Madre, crees que puedas conseguir un boleto para mí a tiempo?

—Por supuesto que si mi amor, yo me encargo de eso — Céline asiente y se sube a su habitación.

En cuanto entra toma asiento en la cama y mira la habitación que compartía con Casper, mueve su cabeza de un lado a otro queriendo borrar los recuerdos que lo unen a él, se levanta con decisión y va hasta su closet por las maletas, la abre y en ella comienza a guardar su ropa, calzado y los más importante, su cámara.

El pueblo a donde viajaran es una zona muy boscosa, y Céline es una mujer curiosa que disfruta de la naturaleza, el tener su cámara la mantendrá muy ocupada fotografiando el bosque, incluso el mismo pueblo y sus tradiciones.

Al terminar cierra las maletas y toma una foto que yacía en una mesa de noche, la mira por un instante, cuando ya se cansa la lanza a un bote de b****a. Para ella el irse será un nuevo inicio, y lo que no sabe es que así será, su llegada al pueblo le cambiara la vida para siempre.

“…”

Después de cinco horas de vuelo a Rumania han llegado a la ciudad de Brasov, Una localidad conocida por sus muros y estructuras medievales, a parte está rodea por una zona boscosa, un perfecto lugar para ir a caminar y conocer.

Céline baja del auto en cuanto llegan a la casa de su madre, mira la zona y le ha parecido bastante agradable, ya hasta está pensando en sacar su cámara y adentrarse en el bosque a tomar fotos, y en leer un libro allí, donde nadie la interrumpa ni la moleste.

—Dejaremos las maletas y saldremos ahora a darte un recorrido por la ciudad, te gustará mucho — comenta Mihai, su padrastro.

—¿Y si lo dejamos para mañana? Por ahora me gustaría ir al bosque — su madre niega de inmediato.

—No, nada de bosque, aun no lo conoces y podrías perderte, ten calma, poco a poco iras conociendo, yo misma te llevare — mira la montaña, aquella que la llama a gritos para que vaya.

—No me adentrare tanto, solo… hasta donde sé que debo llegar, tomare un par de fotos y listo, me regreso. Tengo buena memoria y lo sabes — Aimée mira a su esposo dudosa de si dejarla ir o no — Vamos madre, tengo treinta y tres años, puedo cuidarme muy bien, además es un bosque, no iré tan lejos — Saca su cámara, le da un beso a ambos y camina directo al bosque.

La belleza del lugar la tiene asombrada, mira a su alrededor y no deja de admirar, cierra sus ojos y permite que la brisa acaricie su rostro, inhala el aroma a humedad, bosque, abre sus brazos y emboza un sonrisa complacedora, hasta que los recuerdos del día de su boda la perturban, cae de rodillas y ya no sonríe, ahora llora, llora con tanto dolor que hasta el cielo se nubla.

Cuando ya se logra calmar enciende su cámara, va en busca de las fotos y mira cada una de ellas donde Casper estaba presente, en su mente se repite una y otra vez que ya es momento de superarlo, y por tal razón empieza con borrar las fotos. Al terminar se recuesta de un árbol, ahí perdura por unos largos minutos, sin hacer más nada excepto que gozar del sonido a tranquilidad, esa que pronto dejara de existir.

Céline regresó a casa de su madre en cuanto comenzó a lloviznar, ahora se encuentra en su habitación acostada boca abajo pasando a su laptop las fotos que tomó en el bosque, mueve su cabeza de un lado a otro por el dolor que siente en su cuello, el viaje y el recorrido por el bosque la han agotado; dos toques en su puerta la hacen dejar a un lado las fotos, se levanta y abre dejando a la vista a su madre.

—Pase a ver cómo te sentías — Céline le da un abrazo.

—Estoy muy bien mamá, me gusta bastante este lugar, es… agradable, el bosque es fascinante, mañana iré otra vez un rato antes de la cena, encontré un sitio ideal donde poder leer algún libro.

—Me da gusto que te guste la ciudad, pero el que estés tanto en el bosque no mucho, no es peligroso, pero podrías perderte, solo no te adentres tanto por favor.

—Descuida, me aprendí el camino.

—Bien, si quieres mañana vamos a la biblioteca por libros y hacemos el pequeño recorrido, luego cuando regresemos vas a tu lugar ideal para leer — ambas comparten risas.

—Perfecto, descansa, te veo mañana — se despiden.

Céline se vuelve a acostar en la misma pose de hace un rato atrás, cubre su boca al momento de bostezar, cuando decide apagar la laptop se topa con una foto que le parece muy curiosa, la acerca un poco más y observa una leve figura detrás de un árbol, parpadea varias veces y sigue mirando lo mismo, no se logra detallar con mucha exactitud lo que es, algo que ella resta importancia. Hace a un lado su portátil y se acomoda en su amplia cama, por más que le haya restado importancia a la imagen no logra sacar de su mente esa figura, hasta llega a creer que es un animal que danzaba cerca de ella, y estaba en lo cierto, pero ese animal no es un simple animal. Es algo mucho más ajeno a lo que ella conoce.

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