Capítulo 01

Por amor y dinero 

¿Todo se vale?

↝↜GEU↝↜ 

Desde la muerte de Sebastián Anek «el hijo del embajador» cosas extrañas habían estado ocurriendo. Sabía con certeza que todo lo que venía sucediendo los dos últimos años era acciones desesperadas para ocultar cualquier pista que involucrara a la prestigiosa familia Lorens. Ningún agente conseguía nada contundente contra ellos y los que lo hacían terminaban muertos o locos. Me daba escalofríos solo de pensar lo que debieron haberlos hecho pasar para hacerles perder la cordura. 

Volví a leer los informes que tenía sobre la muerte de Sebastián Rey. El día en que murió había quedado en reunirse con Valentina Lorens «una de las hijas menores del senador» a las nueve de la mañana el tres de noviembre, «exactamente dos años atrás» pero su cuerpo había aparecido sin vida dentro de un auto saliendo de la ciudad a las ocho y media, y el dueño del auto seguía siendo desconocido hasta la fecha. 

La primera versión de las autoridades fue que el joven se había estrellado, pero las pruebas que realizaron nuestros investigadores arrojaron que el auto había sido estrellado a propósito en un sitio diferente a dónde se encontró cuando Sebastián ya estaba muerto. Sin embargo, los únicos datos que se tuvieron en cuenta fueron los obtenidos por el grupo de criminología contratado por el senador Lorens y el dictamen médico del doctor Harris. Los demás datos se desecharon, lo que constituía una falta grave en el procedimiento y la evidencia que en el caso se había presentado corrupción, pero todo en el mundo se movía por conveniencia, poder y dinero y por desgracia el senador Lorens tenía las tres de sobra.  

— Señor — Uno de los agentes entró haciendo que desviara mis ojos de aquellos papeles — Hemos hecho todo lo que usted nos pidió y efectivamente el hijo menor del doctor Harris tiene acceso a los datos de la empresa de su padre así como de todos los historiales médicos, incluido el dictamen de la muerte de Sebastián Rey — El agente novato apellidado Rodríguez hablaba sin pausa y solía ser poco cuidadoso con las cosas mínimas como llamar a la puerta, pero se lo pasaba por alto porque era eficiente — Pero debo advertirle de nuevo, qué es un delito entablar negocios con menores de edad sin el consentimiento de sus padres — Me advirtió preocupado, le reste importancia con la mano y recibí la carpeta que me tendía. 

— No haremos negocios con él, haremos un trato — Respondí — ese chico puede ser la pieza que necesitamos para hallar al culpable, lo contactaremos en el momento justo 

— Pero señor… 

— No se preocupe Rodríguez — Lo interrumpí — No dirá que no

↝↜Edward↝↜ 

Intuía que se avecinaba una negativa o al menos un, pero, siempre era lo mismo, las directivas «Ósea Valentina Lorens» Siempre tenía un, pero, para mí y por desgracia todas las disqueras que aceptaban artistas nuevos estaban asociadas con ella. 

— Lo siento muchacho, la dirección no está convencida — Respondió el productor. Salí desanimado de aquella oficina. Iba a tener que aceptar que mi mamá tenía razón, yo no podría cumplir el sueño de Richard. 

Camine de regreso a la salida de la empresa, con las manos dentro de los bolsillos y la mirada puesta en el piso. Escuché una discusión y al alzar la vista vi a Alan y Valentina peleando, pase sin prestarles atención. 

Me detuve al ver que me cerraban el paso, la salida no estaba totalmente abierta y ellos estaban parados justo en la puerta. 

— ... No te conviene retarme Valentina — Ambos se miraron fijamente un instante negándose a ceder 

— Permiso — Dije tratando de abandonar la disquera, pero ellos ignoraron mi presencia. 

— Ni se te ocurra intentar amenazarme, te aseguro que se hunde primero tu carrera que la mía — Vi que había un espacio libre y me apresuré a pasar, pero Valentina se giró de imprevisto chocando conmigo y provocando que ambos cayéramos al piso. Mis lentes cayeron al suelo, junto con mis papeles. Los recogí rápidamente temeroso, había pasado varios años desde la última vez que me había molestado, pero seguía sintiendo el mismo pavor al verla. Alan me tendió la mano para ayudarme a ponerme de pie y luego se giró hacia ella. 

— Sabes que las cosas no tienen por qué ser así — Expresó pasando por su lado y entrando al estudio, me apresure a dar un par de pasos lejos de ella sin atreverme a tenderle la mano para que se levantara y ella me miró con cara de desagrado y se puso de pie sola. 

— Lo siento mucho — Manifesté en forma de disculpa, más por miedo que por sentirlo realmente, ella me dio esa mirada gris llena de fastidio y de repente me sentí tan pequeño e insignificante junto a ella de nuevo, aunque solo me llevaba tres años de ventaja. 

— Lo que me faltaba — Expuso con fastidio mientras se acomodaba la ropa — Tropezar con el Friki — Escuchar aquello me molestó, recordaba lo odiosa que era, pero no iba simplemente aceptar que me faltara el respeto de nuevo, eso se había acabado, se lo había prometido a Richard. 

Ella solía ir por la vida humillando a todos solo porque tenía dinero y poder, pero el hecho de que mi padre fuera el mejor amigo del suyo me daba algo de respaldo y seguridad ahora que sabían la verdad «Al menos parte de ella »

— ¿Perdón? — Pregunté provocando que se girara — Me estoy disculpando, aun cuando no fue mi culpa 

— ¿Y qué esperas que haga Friki? ¿Qué te de un nobel de paz? — Cuestionó caminando hacia mí, me volví a sentir aterrado, miré hacia el piso al no poder soportar la intensidad de su mirada gris. Siempre sucedía lo mismo, ella me aterraba — Desde que regresaste andas muy confianzudo ¿No? Me parece que voy a tener que recordarte cuál es tu posición. Perdedor — Hizo énfasis en la última palabra, yo apreté los puños con rabia, pero incapaz de hacer algo. 

— Ya no te tengo miedo — Respondí apenas sin tartamudear, pero sin alzar la mirada, me daba algo de consuelo saber que los escoltas que me acompañaban estaban cerca, habíamos quedado ligeramente fuera de la puerta, así que desde allí podía verlos por el rabillo del ojo. Ella se río con odiosa elegancia y golpeó los papeles que yo tenía en mano, haciendo que cayeran de nuevo. Di un brinco del susto y eso hizo que ella se riera con más fuerza. 

— Joven Edward — Ambos escoltas llegaron hasta mí al ver la situación — Señorita — Saludaron respetuosamente pero Valentina Lorens no se tomó el trabajo de responderles, los ignoró por completo, solo se acercó un poco más a mí y bajó la voz al responderme lo que me hizo temblar. 

— Ya te veré llorando mientras le dices a tu papá, "Valentina me está molestando" — Me dio una última mirada con desaprobación, se colocó sus lentes oscuros y se dirigió a su auto seguida de su escolta personal. Respiré profundo tratando de calmar mi rabia y miedo, me agaché y recogí las hojas. 

— Personas como ella no deberían existir — Dijo uno de los escoltas con irritación, mientras me seguía hasta mi auto 

— No le digan nada a mi papá — Pedí y me subí al auto — Por favor — Ellos asintieron y se subieron al de ellos para seguirme.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo