Capítulo 2

Massimo Cavalcanti me espera con una enorme sonrisa, pienso que todo lo que me ha dicho es para advertirme algo muy grande. Bajamos hasta el estacionamiento, subimos a su auto e iniciamos el recorrido en silencio. Hasta que en un semáforo me mira y suelta el aire muy cansado.

-Carson dejó la vicepresidencia. Su mujer está enferma y se retira para cuidarla.

-Entonces, debemos decidir quién ocupará su puesto, tenemos personas muy capacitadas para ese puesto, ¿para eso es la junta directiva?

-Sí, hoy mismo debe salir su reemplazo, yo no puedo con todo esto solo, ya no tengo la energía para eso.

-Tranquilo, padre, ya verás que tendremos la solución a esto antes de que quieras lanzar una silla.

-Jajajaja, jamás he hecho eso.

-Pues por eso, vamos, ya nos dieron verde.

Seguimos el camino hasta la empresa, comienzo a repasar los nombres de los posibles sucesores, hasta Marco entra ahí, pero como mi última opción.

Llegamos a la empresa, nos vamos directo a la sala de juntas, donde ya nos esperan para discutir la situación. Veo a mi hermana sentada al lado de su esposo, con su rostro radiante de felicidad, pero vestida como una cuarentona. Decido mejor no pensar en eso, beso la frente de mi hermanita y tomo asiento a la derecha de mi padre, como siempre.

Todos espera a que mi padre tome su lugar y él da inicio a la reunión.

-Muchas gracias por estar tan temprano aquí, buenos días. El tema de hoy es muy importante de tratar – hace una pausa y continua -. Ayer he tenido la desgracia de recibir la renuncia de Álvaro Carson, quien fuera nuestro vicepresidente desde hace quince años. Hoy, vengo a anunciar quién será su sucesor.

-Pensé que nos dejaría proponer algún nombre – pregunta Melvin, uno de los jefes de área -.

-Podría, siempre he sido partidario de la participación y la democracia, pero esta vez lo nombraré yo y sin derecho a discusión – si está tan decidido, lo más probable es que deje al mismo Melvin o a Marco -. Quiero que sepan que mi elección tiene relación directa con el futuro de esta empresa, cuando yo ya no esté, esa persona se hará cargo de la empresa en una sucesión inmediata e irrefutable.

-Entonces, tu elección debe ser la más acertada, padre – le dice Pía tomando sus manos -.

-Quiero presentarles al nuevo vicepresidente de Cavalcanti Moda – se pone de pie, mientras todos lo miran con tensión -. Luca, ponte de pie.

Me quedo helado, veo que te todos me miran, algunos incrédulos, otros con desconfianza y algunos con diversión, esas miradas se me hacen más doloroso que las otras, porque han de verme como una mala broma.

-Padre, no creo…

-Dije que mi decisión era irrefutable, ni siquiera tú la puedes cambiar, ponte de pie – hago lo que me pide -. Mi hijo Luca es quien heredará mi lugar cuando ya no esté aquí, tiene estudios de economía en una de las universidades más prestigiosas del país y un doctorado la Universidad de Harvard. Conoce el manejo interno de la empresa desde muy joven.

-Si me permite opinar – dice Melvin -, creo que su nuero estaría más capacitado.

-Por supuesto, pero él ya es un hombre de familia y espero que pronto vengan los nietos, así que no lo voy a recargar con trabajo corporativo. Luca es soltero, inteligente, con disponibilidad para trabajos extenuantes y variados, además de ser muy bueno con las relaciones públicas.

-Demasiado, se podría decir – dice Melvin por lo bajo, pero lo escucho perfectamente -.

-Quiero dejar claro que, si lo llamé fue para informar mi decisión, no para pedir su opinión, no está vez, como dueño y presidente de esta empresa tengo el derecho de elegir a quien será mi sucesor – mira a Melvin muy serio, el hombre se remueve en su asiento y evade la mirada -. Desde hoy mi hijo asume ese lugar y requiero que todos cooperen, entregando la información necesaria para que comience a trabajar. Espero el compromiso de casa uno de ustedes.

-Igual que el de tu hijo, que evidentemente no está en condiciones de quedarse, quién sabe hasta qué hora se quedó de juerga anoche – Melvin se pone de pie para abandonar la sala -.

-Detente ahí – dice mi padre con tono gélido-. La vida privada de mi hijo no es de la incumbencia de nadie.

-Ojalá que no la traiga aquí o en lugar de una empresa de diseño y moda, seremos un burdel carísimo.

El hombre sale cerrando la puerta tras de sí, todos miran sus manos y yo hago lo mismo. No entiendo nada de lo que ha sucedido, es como si le estuviera sucediendo a otra persona. Al menos llego a comprender que mi padre me ha respaldado.

-Bueno, esta reunión ha terminado. Pido que entreguen sus informes en tres horas más, si requieren más tiempo, le notifican a mi asistente.

Todos se ponen de pie y van saliendo, los únicos que se acercan a felicitarme son Pía y Marco, lo que agradezco enormemente porque me siento abatido, física y mentalmente.

-Hermanito, felicidades, eres perfecto para ese puesto.

-Yo no lo creo, pero gracias por tu confianza.

-Oye, nadie mejor que tú para eso.

-Pudo ser Marco.

-Prefiero seguir donde estoy, cuñado. Tengo más tiempo para mi bella esposa – la abraza y besa su cabello -.

-Pía, Marco, me dejan solo con Luca por favor – ambos se van y mi padre me mira muy serio -. Luca, si te elegí para esto es por dos razones – toma asiento y su mirada se suaviza -, primero, te necesito aquí, para que aprendas a llevar la empresa de la forma más cercana posible para cuando yo falte.

“Segundo, esta es la mejor manera que tengo para detenerte un poco en esa vida autodestructiva que llevas, porque no es normal que te vayas de fiesta en fiesta, conquistando mujeres y durmiendo con más de una. Eso jamás llenará ese vacío que sientes.

-No siento ningún, vacío, por favor – me río de sus palabras -.

-Puedes engañarte a ti mismo, hijo. Pero no a tu padre, que te conoce desde siempre – pone su mano sobre mí hombro y sonríe -. Ahora, vamos a tu oficina. Envía la solicitud a recursos humanos para que comiencen a buscar a tu asistente, recuerda que la última entrevista la haces tú.

-¿Yo? Eso no se me da, ver que tan capaz es una persona…

-Bueno, desde ahora deberás hacerlo, porque es parte de llevar una empresa.

Salimos de la sala de conferencias, me quedo con cada una de las palabras de mi padre, él cree en mí más de lo que yo puedo hacerlo. Me ha la con tanto entusiasmo de todo lo que haremos, que voy olvidando poco a poco las miradas y las palabras de los demás.

¿Qué puede importarme lo que diga Melvin o cualquier otro, si mi padre cree en mí?

Me daré una oportunidad, me esforzaré por cambiar un poco y descubrir mi lado responsable… pero eso quiere decir que la diversión se termine ni por un segundo.

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