Capítulo 2

Pasada la primera semana y viendo que nada cambiaba, Marie muy enojada por todo cuanto estaba viviendo llamó a Jacob y lo invitó a caminar. Ya estando bien lejos de la casa, rompió en llanto y con ganas de gritar con todas sus fuerzas, le dice a u amado esposo. 

-¿Por qué nos hiciste esto, es que tu familia no merece la vida que teníamos, por qué nos castigas?

Él sorprendido por aquella pregunta tan cruel solo bajo mirada al suelo y pudo decir: 

-Lo siento tanto, perdóname Marie. Sé que esto no es lo que te prometí, es que veo que mi amigo Juan tan solo nos quiere aquí como sus obreros mientras él y su esposa se dan la mejor vida. Pero te prometo Marie que esto lo soluciono pronto. 

Ella como siempre aceptando que su esposo solucionaría pronto esta situación, lo abraza y le dice cuanto lo ama. Y le pide perdón por haber perdido la cordura, pero era que la vida le había cambiado de una manera muy drástica. 

Después de tener una habitación matrimonial, ahora tenía una compartida con sus hijas. El hecho de que sus hijas tenían una criada que las ayudaban y las enseñaban hacerse mujeres de bien para cuando se casaran, ahí tenían que trabajar como muchachas de servicio, cocinando, limpiando, lavando, donde ellas nunca lo habían hecho de una manera tan estricta. 

-Y mis hijos -decía con tanto dolor-, después de estar estudiando en un colegio privado y andar bien vestidos tienen que levantarse a tan tempranas horas a ordeñar y atender todos esos animales, y para colmo tener que irse caminando a una escuela pública tan lejos que no les daba tiempo para divertirse. Yo solo deseo que mi familia sea feliz, no te pido riquezas pero si te pido que la lucha que se haga sea para el beneficio de nosotros, no para los demás. Por favor sácanos de aquí, para dónde tú quieras iremos contigo pero solo nosotros. 

Jacob, tomándola de la mano responde a ese te amo y le dice: 

-Juntos hasta que la muerte nos separe, ustedes son mi razón de vida, por ustedes estoy aquí y mi lucha. No te preocupes Marie dame unos días y nuestra vida volverá hacer mejor. 

Después de ese día, Jacob decidió hablar con Juan y preguntarle por el dinero que le había prestado porque necesitaba comprar su casa. Agradeciéndole porque le había abierto las puertas de su casa, pero ya necesitaba tener la suya propia 

Juan no se esperaba esa reacción de Jacob y sin ninguna vergüenza le dice: 

-El dinero lo invertí en comprar un terreno en el pueblo y un negocio de ventas de medicinas para animales . Donde le propone que se quede con el terreno para que hiciera la casa y que ya tenía una parte adelantada de la construcción. 

Jacob sin discutir sobre el terreno decide ir con Juan a verlo cuando lo ve quedó perplejo ya que era más pequeña que el cuarto donde estaban viviendo desde que llegaron. Ya muy molesto con Juan le advierte: 

-No sé como vas a hacer pero necesito mi dinero para el transcurso de estos días porque necesito una casa digna para mi familia. 

Diciendo esto siguió su camino al pueblo. 

Ya tomando un poco de aire y con la decisión de conseguir una casa, miró hacía el cielo y le pidió a Dio con tanto amor que lo ayudara a salir adelante y darle a su familia lo que él con tanto amor deseaba. Estando en la plaza del pueblo se estacionó con cierto impulso en una esquina donde había un grupo de personas, ahí sin conocer a nadie saludó a todos con mucho respeto y compró un café. 

Tomándose su café, vio a un muchacho con rasgos extranjero que veía con admiración su carro. Jacob se acerca muy cordialmente y lo saluda y le dice:

-¿Le gusta? 

El muchacho muy atento a su pregunta le dice: 

-Si, es sólo que no veía un carro de esta marca tan bien cuidado. Por cierto, ¿usted no estaría interesado en pertenecer a una asociación de transporte? Este pueblo necesita carros en buenas condiciones para prestar un buen servicio. Me llamo es Antonio Figueira. 

Jacob emocionado le brinca un café al muchacho y le cuenta las condiciones en las que se encontraba, él vio en Jacob aquella tristeza que decidió ayudarlo, pero esta ayuda esta vez sería para bien.

Antonio le habla de una casa que un paisano estaba vendiendo y lo invita a ir a verla. Ya a dos cuadras y media de la plaza, llegan a la casa. Jacob asustado y a la vez emocionado veía las afueras de la casa y le parecía aterradora sin atreverse a bajar del carro. 

Antonio le da una palmada en el hombro y le dijo: 

-Eso es solo maleza, con un poco de amor quedara hermosa. 

Y esas palabras llenaron esa esperanza que tanto necesita escuchar y ver. Esa tarde hizo un verdadero amigo, el que lo encaminaría hacía un buen futuro. Dos noticias espectaculares le llevaba Jacob a Marie, dándole gracias a Dios los reunió a todos en el cuarto, en ese pequeño lugar donde todas las noches se reunían para recibir la bendición y dar las buenas noches. 

Esta vez veían que su padre después de orar, su mirada tenía un resplandor muy diferente , un resplandor que no veían desde hacía mucho tiempo. Su hijo mayor Adan, que siempre se sentaba a su lado, lo miró con tanta curiosidad que no disimuló y le preguntó: 

-Padre, ¿usted tiene algo bueno para nosotros? 

Creyendo que eran algunas golosinas o regalos. Jacob emocionado coloca su brazo en el hombro de su hijo y les dice con tanto detenimiento y misterio: 

-Hoy he conocido a una persona que me está brindado la oportunidad de cambiar nuestras vidas, pero esta vez lo quiero hacer con el apoyo de toda la familia, esta vez no los voy arrastrar a algo de lo que no estén de acuerdo. Todos, en especial de mi esposa y mis adorados hijos. 

Y sin esperar tanto para contarles, Jaco les hace saber todo cuanto le había pasado esa tarde. Todos escuchaban con asombró y alegría la noticia de su padre y nadie se atrevía a interrumpirlo. Hubo un momento en lo que el silencio se apoderó de la habitación, solo se escuchaba el zumbido de los zancudos, hasta que Jacob volvió a tomar la palabra he hizo la pregunta esperada por todos: 

-¿Lo hacemos juntos? ¿Nos mudamos? 

Y todos se miraron y con gran alegría contestaron: 

-¡SIIIIII!

A lo que el padre añade:

-Chicos voy a necesitar de todos ustedes, en especial de los varones.

Todos asintieron con la cabeza dándole a su padre la confirmación de que si podía contar con ellos. Ya después de recibir la bendición de sus padres los chicos salieron directo a sus hamacas pero esta vez con un silencio; que ni siquiera escuchaban los grillos, tan solo querían que llegara la mañana. 

En el cuarto ya después de darle un beso a sus hijas,Jaco tomo de la mano a su esposa y nuevamente le recordó ese juramento y esa promesa de amor que se hicieron hacía ya 16 años. También le dijo: 

-Mañana iremos juntos a ver la casa pero tienes que estar preparada para verla tiene mucha maleza aterradores pero eso con una buena limpieza se resolver+a solo espero te guste, tiene buen patio, así que podré hacerles el parque a los chicos así como los tenían en la otra casa. 

Ella que desde hace días no sonreía sentía que esta vez seria todo diferente. Llegó el gran día, Jacob y sus hijos como todos los días se levantaban a ordeñar y alimentar los animales, ese día le dice a Juan: 

-Llevaré a a familia al pueblo hacer unas compras. 

Sin contarle las intensiones a las que iba, con mucha precaución metió unas herramientas al carro y se despidió de Juan, recordandole que necesitaría el dinero lo más pronto posible. Juan guardo silencio y lo único que hizo fue fruncir el ceño, cosa que Jacob no le importó para nada, ya que la felicidad estaba por llegar. 

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