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Ailín

Qué cansada me encuentro y aún me falta ir al Club de Samara "Addio al Celibato", hay que decir que se ha lucido con el nombre, podía haber buscado otro pero ella es así, le gustan las cosas claras y por su nombre. Es uno de los más exclusivos de Milán por lo que necesita de un buen contador que lleve sus números y no confía en nadie más que en mí. Así que aquí estoy arreglándome para pasar casi toda la noche metida en la oficina con los números. Son pasadas las 2 am y he terminado, voy saliendo y me encuentro con Sam.

-Ailín cariño, vente a la barra a por unos chupitos, te lo mereces por las horas que llevas encerrada sin salir de esa oficina.

-Sam, hoy ha sido un día duro en la contaduría y luego al venir aquí he terminado con las baterías de reserva, necesito un baño relajante y dormir.

-Venga Ailín, por favor solo dos chupitos y te dejo en paz…sabes que no me gusta beber sola y quiero agradecerte todo lo que haces por mí.

-No necesitas agradecerme, lo hago con gusto, sé lo que te ha costado tener este lugar y posicionarlo como uno de los 3 mejores de la ciudad. Déjame decirte que lo llevas muy bien. Las chicas hacen su espectáculo, sus bailes privados, se llevan como hermanas y no se meten con los clientes siguiendo a rajatabla el contrato.

-Lo sé y en gran parte es gracias a ti, a las clases y coreografías que les has enseñado, dándoles ánimo y apoyándolas según sus aptitudes, pero nunca has querido hacer un espectáculo tuyo. Si bailaras un día solo en semana esto estaría más a petar, tendría una cola de gente esperando entrar para verte solo a ti. - la miro con mala cara, ella sabe lo que pienso de eso y me molesta que siempre esté insistiendo - Lo sé, lo sé, sueno muy egoísta y tú me das más de lo que pido. Perdona, no me mires así.

-Sabes qué…ya me convenciste para esos chupitos, pero los tomo y me voy a casa, ¿vale? No cambiaré de opinión.

-¡Vale! Te quiero amiga.

-Y yo a ti.

Luego de beber 2 chupitos de tequila camino rumbo a la salida y en ese momento me topo contra un armario de hombre, se gira y madre del amor hermoso…qué espécimen más bello. Debe medir 2 metros, cabello castaño oscuro, ojos azul eléctrico con una mirada profunda que podría dar miedo, pero yo no me asusto fácil. Sus manos son hermosas, grandes pero cuidadas y se ve que su cuerpo está muy bien trabajado ya que sus músculos sobresalen por la ropa marcando cada uno de ellos, no sé si tendrá tatuajes y prefiero no saberlo para no babear más de lo que ya hago. Va vestido con traje y camisa, completamente negro. Lo acompañan dos chicos que también son guapísimos, deben rondar los 30. He acabado mi escáner; que no esté interesada en hombres no significa que no pueda mirar y deleitarme en ello.

Cuándo voy a dar un paso, me coge del brazo.

-Disculpe no la vi, espero no haberle hecho daño. -¡Joder! Qué voz más profunda tiene, esa mirada me ha hipnotizado y su tacto quema en mi piel, siento una corriente eléctrica y un fuego que no puedo describir. Me siento descolocada como nunca antes en mi vida y mi mente grita ¡PELIGRO!

-No se preocupe y no me ha hecho daño. Si me permite, he tenido un día duro y deseo irme a descansar. Que pase una buena noche. - con mi otra mano cojo la suya y la retiro de mi brazo, otra vez esa electricidad y fuego cuando lo toco y cruzamos las miradas. Esto es malo, muy malo. Me doy media vuelta y salgo con prisas sin mirar atrás.

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